Capitulo 2: Ximena y Jacqueline, otras maestras.

Capitulo 2: Ximena y Jacqueline, otras maestras.
Vivía en un edificio de departamentos por piso, y solía tener mucho tiempo solo, por eso tuve las oportunidades que les relaté en “Capitulo 1: Desliz…Novatadas”. (Recomendado leerlo)
Esto da comienzo en el inter de aquel episodio.

Solía tener bastante tiempo para mí pues, mi padre salía a trabajar desde temprano, y mi madre iba al hospital para cuidar del abuelo. Una de las ocasiones en las que mejoró su diabetes, le permitieron regresar a su casa y tomar diálisis en una habitación especial, la cual se le acondicionó al otro extremo de su habitación original, aunque debía seguir bajo supervisión y cuidados especiales.

Después de clases solía estar ahí, era una casa con un patio diminuto, pero contaba con varias habitaciones y suficientemente amplias, nos quedábamos hasta entrada la noche, lo cual después de un tiempo era tedioso, puros adultos con sus preocupaciones, egoísmo y prisas.

Y yo no podía hacer más que mis deberes escolares, ver tv y comer no podían salir, ni ver, llamar o salir con amigos. Aunque también debía y quería estar ahí.

Pero… un día que yo imaginaba como un día cualquiera, regresé de la escuela llegué a la casa del abuelo, entre por el comedor y tomé una manzana, subí a saludar y había visitas… era una ex empleada del abuelo cuando tenía una pequeña fábrica. La vi y era una señora no tan grande, unos 35años, cabello corto y castaño, de buena figura y llevaba un tremendo escote, que antojaba cambiar la manzana por un bollo.

Me presentaron y me contaron que mi madre y la señora Rosa fueron a la escuela secundaria juntas. Y que no se veían desde hacía varios años, cuando Rosa era empleada, y mi madre le cuidaba a su hija por la cercanía del trabajo y casa.
Resultó que su hija, Ximena, ya me conocía, y ella jugaba conmigo y me “cuidaba” (según lo que podía hacer una niña de 3años y meses…) cuando yo era un bebé (hace apenas unos ayeres).

Para entonces ya habían pasado varios años, y yo no recordaba nada. Escuche un ruido, era la puerta del baño contiguo abriendo y cerrándose, venía una chica que al verla fue para mí como ver una escultura animada.

Sra. Rosa: - Xime, ¡¿recuerdas a Aaroncito?! Ha crecido mucho desde entonces, ya es todo un hombrecito.
Xime: - Si lo recuerdo, vaya que si ha crecido y ha cambiado muchísimo, era un bebé rechoncho, jeje.
Yo estaba nervioso y sorprendido de la belleza de aquella chica, no sabía que decir.
Nos saludamos de mano y beso, su piel era tan suave y olía a dulce de fresa.

Comentamos cosas de la escuela y cosillas así, luego hablaban las madres. De sus recuerdos de juventud, de la fabrica con el abuelo… y todo iba bien hasta que empezaron a comentar de que en algún futuro nosotros, yo y Ximena, podríamos volvernos pareja y hasta casarnos. (… pff! Madres!!)

Yo me sentí incomodo, por nervios, aunque Ximena me pareció muy bella, prácticamente acababa de conocerle. Y éramos muy chicos, ella también se sonrojo e hicimos oídos sordos a los juegos de nuestras madres.

A mí me aburrió su charla y opté por ir a la habitación original del abuelo a ver la tv. Era la que se veía mejor, la cama estaba cerca de la pantalla. Recuerdo que miraba una serie de Clark Kent, (SuperMan Adolescente). [Antes de que repitieran cada temporada unas mil veces].

Llevaba apenas unos minutos y entro Ximena a la habitación.
- ¿Qué haces?
- Nada, solo veo tv.
- ¿Me puedo quedar aquí un rato?
- ¿Las madres siguen molestando con sus juegos?
- Si (Vacilante)
- Ja ja Esta bien. Aquí estaremos seguros de ellas.

Recuerdo que era una escena donde estaba la periodista Chloe Sullivan hablando de “la pared de lo extraño”. Y me pregunto si ella me gustaba.

Yo no supe que responder al instante, pues ya había notado que tenían algún parecido entre la actriz y Ximena, ambas de piel clara, el corte del cabello, aunque Ximena era castaña, su boca se alargaba al sonreír, sus cejas y nariz eran rectas y sus ojos grandes y castaños. También tenía un sonido similar su voz.

Me insistió con la pregunta y dije – si, es bonita.
- Yo también lo creo.
- También suelo ver esa serie. Casi acaba de comenzar, ¿verdad?
- Si.
- Ah, tu también me pareces lindo y me gustas… desde que te recuerdo eres tan tierno.
Yo giré a verla, y estaba muy nervioso, creí que se burlaba de mí... pero la vi sería y algo vacilante, no pude evitar sonrojarme hasta las orejas, sentía como me subía el la temperatura y quería correr de nervios, pero mis piernas no respondían.

- Te ves muy nervioso.
- Yo no estoy nervioso.
- Y también eres mentiroso.
- ¿Crees que podríamos ser buena pareja como las madres dicen?
Yo no supe que responder o a donde quería llegar con eso, así que solo aparte la mirada y seguí viendo tv.

Ella se acercó y me dijo, podríamos probar ahorita y si no nos gusta pues no y ya.
- ¡¿Cómo?!
- Si, podríamos jugar a eso por hoy y ver qué pasa.

(¡¿Que sucedía con las chicas de aquel entonces, era la frase célebre para ligar o yo era la presa fácil?!)

Pero la verdad, ella me gustaba. Y quería “jugar” como Dafne, también lo decía. Y pues hacía días que no la veía y tenia ansias de seguir los besos y caricias. Aunque estaba nervioso, pues siempre era Dafne quien comenzaba y yo solo la imitaba.

- Pues podríamos ver qué pasa.

Se acercó y me tomo de la mano, entrelazando los dedos y me sonrió.
Dafne es solo 2 años mayor que yo, Ximena es casi 4 años, no debía sorprenderme que fuera más aventada, pero... lo hacía.

Yo estaba sentado en la cama, ella se puso frente a mí y me besó, luego de un momento me empujo para que me recueste y ella subió sobre mí montándome, llevaba un overol color mamey holgado y una blusa de tirantes flojita a tono pastel.

Mientras me montaba e intentaba besarme yo buscaba ver bajo su escote, pues ya lograba notar rasgos de buenos pechos. Me besaba y yo la tomaba de su cintura, y buscaba sus nalguitas, las cuales me gustó sentirlas firmes y redondas y grandes.

Se quitó y me dijo: No! Las mujeres vamos abajo.
Yo hice casó pues recordaba que Dafne siempre me ponía sobre ella…

Se recostó y separo sus piernas, yo me puse entre ellas, y cuando me coloque con ella, me abrazo con sus piernas, algo que nunca había hecho Dafne, pero me gustó la sensación. Seguimos besándonos y recordé la puerta, estaba abierta, así que me levanté para cerrar la puerta, cuando iba de regreso note que mi bragueta estaba abajo, me dio pena cerrarla con ella viéndome así que me senté, ella se levantó y acerco frente a mí, yo tenía mi miembro a medio erectar y hacia arriba, me preocupo tenerlo un poco hacia arriba, pues llevaba un bóxer de dibujos animados y esa abertura también estaba abierta, pero era tarde, Ximena me estaba mirando la entrepierna y disimulando girando para verme bien hacia dentro de mis pantalones.

Yo no supe que hacer, así que la abrace para acercarla y cerrarme a sus espaldas, pero ella lo tomó como una invitación y puso sus manos sobre mi bragueta, se acercó un poco y metió sus dedos para sacarla un poco… pero apenas la sintió y vio… y asombrada me dijo: -Leo… tu pene parece como una lengua, una lengua muy gorda!!

Yo no supe si era bueno o malo, nunca había visto yo otra más que la mía. Me puse nervioso y cerré la bragueta. Me aparte un poco y seguía viendo la tv. Aunque no sabía que podía yo hacer. Solo sentía su mirada que me recorría y me ponía nervioso.

Me dijo: - Que ya era de noche, ¿sale y vale?
- Si, como quieras, Xime.
Pero al verla, se estaba metiendo al closet del abuelo, era un closet amplio como una pequeñísima habitación. Con puerta corrediza.
- No, ¿qué haces? Ven aquí, no podemos entrar ahí.
Ella me ignoro y cerró por dentro (si por dentro, travieso el abuelo también de seguro)

Cuando volvió a abrir ya se había quitado el overol y solo estaba en calcetines, braga blanca y su blusita de tono pastel que le quedaba bastante holgada, pero a la vez corta, como ombliguera.

Yo estaba nervioso, si alguien entraba y nos veía así nos iba a matar.
Pero a ella no pareció importarle y me tranquilizó.
- Ven quiero que me toques aquí, te voy a enseñar cómo.
Yo estaba curioso y esa adrenalina me excitaba aun más.

Me tomo de la mano y puso mi palma sobre su braguita en su entrepierna, sentí sus labios y el roce de la prenda. Ella me tenia del antebrazo y desde ahí hacia movimientos en circulo y alargados cuando pasaba sobre su raja. No podía apartar mi vista, ni creer lo que estaba haciendo.

Me acerque a su pecho comencé a besar sus tetas sobre la blusa, pero luego mi boca se libró de esta y ya las besaba directamente. Notaba que Xime comenzaba a presionar con sus piernas mi mano. Y justo con eso me apartó.

Luego me pidió que hiciera lo mismo conmigo, que me quitara el pantalón. Pero yo no podía hacerlo, estaba nervioso y tieso (de excitación también), pero me refiero a que mis piernas y brazos no respondían por los nervios.

Así que se acerco abrió mi pantalón y bajo un poco mi bóxer hasta que salto mi pene ya erecto, se acerco a mirarme y lo tocó y nerviosa me dijo:
- Pero es que, ya no sé qué se hace… no creo… no sé como…
- Y ¿entonces ya?.
- Sí, yo creo q ya, Pero te daré un besito.
Yo imaginaba un beso en los labios, pero en vez de eso se agachó y me dio un beso justo en la punta del pene.

No supe si me gusto entonces, estaba muy nervioso, excitado y algo confundido. ¿Por qué quería más?

Nos vestimos y seguimos viendo tv. Ahora estaban los dibujos animados.

Rato después me di cuenta que nos quedamos dormidos, y se había ido la electricidad, pues cuando cambiaron los fusibles y regresó, se encendió el reloj del abuelo, y el regulador de la tv con un zumbido.

Enseguida entró la Sra. Rosa para llamarnos a cenar... mi madre según nos había ido a ver y estábamos dormidos. Rosa insistió en que me llevaría a casa cuando saliera, para no despertarnos.

Comimos filete de pescado y luego avena con bollo. Lo que me hizo recordar lo que pensé cuando vi a la Sra. Rosa, ese día.

En la mesa solo Ximena y yo compartíamos sonrisas de confidentes y cómplices. No volvería a suceder algo más.
Una ocasión en el trasporte público nos encontramos, ya más grandes, charlamos hasta su estación, y al despedirse, me dijo: tú serías un buen “esposo”, si recuerdas a lo que me refiero…


Varias semanas más tarde…
… la vecina del piso de arriba era una chica bastante “wow!”.
Era de las chicas que desde pequeñas se veía que serían hermosas de grandes por sus rasgos y también sus padres, pues su padre era un tanto gánster, siempre con sus camisetas dejando ver sus músculos tatuados, alto y con rostro cincelado, cabello a lo marine, y pantalones ajustados con botas.

Y su madre… uff, era todo una MILF, rondando los 35, pero en excelente forma, casi siempre con vestidos entallados u holgados pero cortos y bastante escotados del pecho y a veces también de la espalda, en ocasiones con medias, a veces se podía ver el final de la medio o el ligero cuando daba el paso (eran tan cortos sus vestidos :P), su cabello castaño (natural) o pelirrojo (teñido), pero siempre corto, y bien maquillada, sombra en los ojos y bastante labial. Siempre pensé que trabajaba en alguna cantina o hasta burdel. Nunca supe realmente.

La chica, Jacqueline, la empecé a frecuentar por unos amigos en común del edificio, salíamos a patinar al parque de vez en cuando. Recuerdo que de más niño me daba pena hasta saludarla… luego me fui habituando.

Al conocernos más, tuvimos bastante química y coqueteábamos a veces hasta sin darnos cuenta.

Una ocasión me hizo drama porque no salí a patinar con ella. Otra ocasión me comentaba de sus pretendientes de su escuela, varias veces la vi con chupetes en el cuello y/o mordidas en los labios, pero yo solo le hacía chiste de eso.

Un día íbamos a salir a patinar todos los 5 amigos, (los hermanos: Miguel, Ana y David, y Jake y yo) y justo al salir, comenzó una tormenta, regresamos rápido al edificio pero nos habíamos empapado ya, nos invitaron al piso de Ana y ellos, ya estando ahí.

Nos fuimos hacia una habitación para sacar toallas, solo había 3 toallas, 2 la ocuparon entre los tres hermanos, y otra más grande la ocupamos entre Jake y yo. Primero me seque la cara, el cabello y los brazos, luego… Jake me pidió que la ayudara, sostuve su cabello castaño lacio y algo delgado por su espalda, ella secaba su cuello, veía yo su cuello largo y delgado, sus hombros, y como se le pegaba la playera roja, que estaba empapada, a su espalda, vi su delgadez, y su silueta, su playera la enmarcaba para mí.

Se giró y sequé sus brazos, luego con delicadeza su rostro.

Tiene un rostro muy lindo, su cabello lo mantenía sujeto en una cola alta o con diadema, pero siempre atrás, y mantenía dos flequillos a los lados de su rostro, vaya que enfatizaba su belleza. Su frente algo amplia pero no sobresalía, su rostro en forma de corazón por sus finos pómulos, sus cejas eran delgadas y curvas, cuando gesticulaba era muy expresiva, sus ojos grandes de color café, y sus pestañas largas. Su nariz algo chata en la punta, pero recta al tabique nasal, sus labios uff! Amaba sus labios el superior más delgado que el inferior, pero ambos abultados, ella ponía brillo en los labios siempre que salía. Cuando hablábamos los movía, mordisqueaba o hacia pucheros.

Sequé su cuello, ahora por delante. Ella solo me sonreía, y yo estaba embobado. Dos de los 3 hermanos igual se ayudaban a secar, y el tercero había ido a la cocina. Jake no dejaba de mirarme y sonreírme, yo estaba idiotizado, era la chica que me gustó desde que era un pibe.

Jake tomo mi brazo por la muñeca, yo en mis manos seguía manteniendo la toalla y la movía para buscar la parte seca. Me movió y le dio la espalda a la puerta y a los demás.

Sujetando mi brazo, pasó la toalla por sus hombros, luego bajo hasta su cintura y la paso por su abdomen y su vientre, incluso se alzó su playera y vi su delgado vientre (desde un costado de sus costillas), su abdomen plano, su ombligo tan lindo, circular, y sus pliegues… vi el huesillo de su cadera y la comisura entre este, su abdomen y su pubis, era tan linda

Deseaba tanto hincarme ahí mismo y besarle. Ella notaba que me fascinaba y alzó mi brazo hasta su pecho, presionando mi mano contra sus tetas, pequeñas, (quizá copa A o 😎 pero bastante abultadas y redondas, creo pude sentir sus pezones a través de las telas, yo todo el tiempo veía como conducía mi mano y toalla por su cuerpo, pero cuando hizo esto último, sorprendido alcé la vista, vi su rostro y sus ojos denotaba cariño y placer. Su boca estaba entreabierta, yo me acercaba para besarla y note que ella también lo esperaba, pero, regresó David y nos distrajo.

El llevaba una jarra con chocolate y vasos, nos servimos e íbamos a subir a la cama, era una litera, pero ellos decidieron estar arriba, así que Jake y yo nos quedamos en la cama de abajo.

Encendieron la tv, estaba una caricatura de niños “skater” pero al terminar, encendieron el DVD estaba ya iniciada la película de “el tigre de santa julia”, no dijimos nada y solo la empezamos a ver.


Estábamos tumbados en la cama con nuestros brazos cruzados como almohadas, mirábamos la película, pero yo miraba mas a Jacqueline, miraba su cabello, su rostro, su figura y su cuerpo nalgas arriba.
Después de un rato, David mandó a su habitación a miguel que era el menor. Y solo se quedaron David y Ana en la litera de arriba. Nosotros no le dimos importancia, luego David adelantaba la película hasta las escenas eróticas.

Yo me estaba excitando, las imágenes en el televisor, los sonidos; veía a Jake y me la imaginaba desnuda y tocándola… notaba que Jake se acercaba cada vez más a mí. Hasta que ya estábamos hombro con hombro.

Juntos veíamos la tv, notaba como respiraba más hondo, se me ocurrió tomarla de la mano, ella me sonrió. E hizo que la abrazara, se giro un poco y dejo mi mano en su pecho, justo sobre una de sus tetas, mientras que al girarse y recargarse aun mas, pego su trasero justo sobre mi paquete, mi miembro ya algo erecto, hacia mas bulto.

Arqueo su espalda y suavemente frotaba mi bulto con sus preciosas nalgas, mientras hacía eso, yo acariciabas y estrujaba su teta, mi otra mano la pase por debajo y la tome de la cinturita, acerqué mi rostro a su cuello por su espalda, podía olerla, su cabello y su piel en mis labios se sentían tan bien.

Se giró y nos besamos, yo la veía… estaba con sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos, intentaba yo ver por su escote, abrió los ojos y me descubrió, rió suave y pícaramente, miro hacia sus tetas y bajo su blusa y ajustador, libero una teta para mí.

Yo la miré y me susurro “hazlo”, la tome, acaricie con mis manos, le exploraba, la estrujaba y pellizcaba su pezón. A ella le encantaba. Arqueó su espalda y la acerco a mi rostro así que besé su cuello y toda su teta. Con mis manos seguía acariciándole todo su torso y su rostro, ella besaba mi mano y lamía mi dedo. Fue tan candente.

Desabotonó mi pantalón, metió su mano, palpó mi bulto sobre el bóxer, me encanta ese gesto en las mujeres al tocarme.

Abrió un poco la boca y yo la besé… muy muuy intenso, ella seguía explorando y estrujando mi bulto. Quise besarle su vientre así que baje un poco y alce su blusa, bese cada pulgada de su vientre e iba bajando, me enfoque en la zona entre el huesillo de sus caderas y su pubis, ella se contorsionaba.

Desaté su pantalón e introduje mi mano, sentí sus bragas, eran suaves, lisas y ajustadas. Cada sensación en ella, de ella…provocaba 10mil más en mí.

Sentí sus piernas, tan tersas… me adentre en la calidez de sus muslos y ella me lo permitía abriendo mas sus piernas, seguía besándome… saque mi mano y la introduje ahora por detrás, sentí sus nalgas, me fascinaron, y a ella le provocaba excitación, lo sabía, lo notaba.

Vi sus pezones sobre la ropa, se erectaban y se notaban tan deliciosos. Metí mi mano en sus bragas por detrás y tome su nalga en mi mano… la acariciaba toda y estrujaba, la separaba una de otra, jugueteaba con su culito.

Mientras eso, pude sentir humedad que venía de su entrepierna. Saqué mi mano y la introduje ahora por su pubis… sentí su delicado vello. Y baje aun mas por, su ingle… ella me lo permitía abriendo aun mas sus piernas, me miraba, respiraba jadeante y me sonreía.

Acariciaba suavemente su vulva, sus labios bastante inflamados y ella regocijaba en la litera… me dijo: “¿Sabías que David y Ana hacen lo mismo ahora ahí arriba?”. Yo me quedé atónito jamás me lo hubiera imaginado, pero concordaba.

Me excitó la idea de que lo hacían a la vez que nosotros. Yo acariciaba ya sus labios, separándolos y acariciando su centro y su botón. Me fascinaba sentir su capuchón y su botón ya nada tímido. Pero sujetó mi mano, deteniéndome: “eso no, me harás gritar, eso aun no… por favor”.

Manipuló mi mano hasta su entrada, sentía como fluían tus jugos entre mis dedos, sus muslos. Y mis dedos, era como si la vagina absorbiera mi dedos. Al hacerlo ella empuño fuertemente el cobertor, fruncía el ceño y abría la boca.

Bajé su blusa liberando sus tetas perfectas, ella pedía más arqueando y elevando su cadera. Así que le di más, mas rápido, fuerte y más profundo.

Escuchaba gemiditos y un leve rechinar, pero no éramos nosotros. Sentía mi pene a estallar. Jacqueline bajo mi bragueta y saco mi miembro, no dejaba de mirarlo y tocarlo, luego comenzó a pajearme a la intención que yo le hacía deditos a ella.

Sentía que estaba yo a estallar, pero… ella, ella no podía controlarse más. Aparto mi mano de ella, llevo su mano a presionar su entrepierna, se giro en su costado, encogió sus piernas y su cuerpo vibraba, su rostro parecía ser de dolor, yo me hubiera espantado a no ser que me siguiera pajeando.

Y ahora lo hacía muy fuerte, lo presionaba y me pajeaba muy rápido. Yo sentía enorme placer. Y de pronto comencé a tener aun más sensibilidad en la punta, me sentía húmedo, observé y era como si tuviera un hilito de baba.

Pensé: “¿Ya me vine?” y ella contestó: “aun no!”
Rayos, no estaba “pensando”.

Escuchamos una serie de gemidos, era de arriba... habían acabado.
Ella se giro y me pidió que me cubriera, así que lo hice. También me recosté, ella fingía dormir. Así que entrecerré mis ojos, pero mi respiración aun estaba agitada. Vi como empezaba a bajar David de la litera, aguanté la respiración.

El salió de la habitación y tardo en regresar… Jake me hizo seña de quedarme callado, así que lo hice. La cinta ya se había acabado. Después de varios minutos, David y Miguel nos fueron a “despertar”. Salimos a la sala y comimos. Luego de un rato ya estaba oscureciendo así que nos despedimos.
En el elevador, Jake y yo nos seguimos besando, sin preocuparnos de la cámara de seguridad. Llegamos a su piso y nos despedimos.

Llegue a casa y sentía un gran agotamiento, me quedé dormido hasta el otro día. Luego de la semana de clases, regresé a casa y había un mensaje para mí, era Jake, invitándome a jugar a su departamento.

(Continuará)

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