Angel, el juguete sexual de mi chico y yo

Yo soy Jorge, de 42 años, mido 1,70, peso 63 kg, de complexión atlética, muy definido y marcado por el entrenamiento que desarrollo diariamente durante 3 horas. Mis hombros están musculados, son prominentes. Tengo los bíceps bien definidos marcados por mis venas. Los brazos están depilados y suaves. En mi torso también deja huella el entrenamiento diario, los pectorales sobresalen sensiblemente de mi torax y mis pezones son ligeramente puntiagudos. El abdomen está duro como una piedra y el vientre en tabla, con una cicatriz en su lado derecho como recuerdo de una apendicitis aguda. Mis piernas son delgadas pero muy fibradas. Con cuádriceps perfectamente delimitados. Mis gemelos no son tan definidos como quisiera pero tienen su encanto. Voy totalmente depilado, no me gusta el vello. De piel soy muy moreno, en verano alcanzo un color parecido al de un mulato debido a las horas de entrenamiento que realizo al aire libre. Además me gusta tomar el sol siempre que puedo. Me gusta cuidarme mucho, tanto física como alimenticiamente. Nadie podría decir que tengo 42 años, porque mi apariencia es de 30 años, cosa que me enorgullece muchísimo. Tengo el pelo negro, cortito por los lados y un poco más largo por el centro. Me engomino siempre y me revuelvo el pelo de forma que al final siempre me queda como con una ligera crestita central y que da un aire muy atractivo y juvenil a mi aspecto. Tengo ojos negros, pestañas larga, nariz prominente y labios encarnados perfectamente definidos. Mi voz es grave, varonil, sin dejes amanerados y a veces la confunden con la de locutor de radio. Suelen decir que soy bastante guapo. Tengo una personalidad bastante fuerte, dominante y muy perseverante. Sexualmente, supongo que ya os imaginaréis (por lo que os he descrito de mí) el rol sexual que tengo. Exacto, soy activo 100 %. Mi pene, mide alrededor de 19 cm, de grosor normal, sin circuncidar, con lo cual, cuando está en reposo siempre tengo el glande cubierto por el prepucio y cuando la tengo erecta a mi chico le gusta jugar con el “pellejo”, me tira del pene hasta que cubre el glande con el prepucio y se lo lleva a la boca, introduciendo su lengua por dentro del pellejo y lamiendo mi glande enterrado totalmente. Luego estira fuertemente del pene para que el glande salga fuera del prepucio y se la vuelve a meter en la boca… Mis testículos son gordos, idénticos, sin nada de vello, ni en el escroto, ni en el pubis, ni en el periné (zona entre en ano y los testículos). La mayoría de los chicos que han tenido mi polla en su culo dicen que es del tamaño perfecto, ni excesivamente grande ni demasiado pequeña. Es larga pero no muy gruesa. El glande es de color rosita y el tronco del pene es más oscuro, casi como mi piel, bastante morena y mis testículos igualmente morenos.
Mis zonas erógenas son los labios, las axilas, los pezones, el pene, los testículos y el ano, pero solo externamente, no me excita que introduzcan ni dedos ni pene, sin embargo, me encanta sentir las cosquillas que me producen cuando me lamen el ano o me lo acarician externamente.
Mi chico, se llama Diego, tiene 26 años, mide 1,85, pesa 80 kg y es de complexión delgada de cintura para arriba, ya que tiene un torso delgadito pero definido. Sus pezones son pequeños, redonditos como si fueran botones de corchete. Su abdomen está liso y duro y el vientre firme pero no tan tableado como el mío. Sus brazos son delgados con las venas muy marcadas, la anchura de sus hombros deja patente una gran espalda. De cintura para abajo tiene un culo prominente y duro junto con unas piernas musculosas muy marcadas y unos gemelos bien desarrollados porque da clases de baile y spinning. Su pelo es negro, ligeramente ondulado, y su cara lisa, sin apenas crecimiento de barba. Ojos grandes, negros, con pestañas largas. Sus labios son carnosos y rosados como de maniquí de pintalabios. Los dientes perfectamente alineados y blancos. Su aspecto físico tampoco da la apariencia de la edad que tiene, parece más joven. Al igual que yo, va totalmente depilado. Su pene es grande, más aún que el mío. Mide aproximadamente 20 cm y de un grosor considerable. Está circuncidado. Sus testículos son simétricos, como pelotas de golf. Aunque su rol sexual es pasivo, no es afeminado, ni física ni verbalmente, pero sí bastante sumiso.
Nuestras relaciones sexuales son muy buenas. Yo me suelo excitar con mucha facilidad, podría estar cogiendo todos los dias, pero mi chico no es tan demandante sexualmente, por tanto, algunas veces suelo masturbarme yo y otras me masturba él, pero siempre me tiene dispuesto cuando lo necesita.
En una ocasión, me dijo que a él también le gustaría saber lo que se siente al penetrar un culo. Nunca lo había hecho y sentía curiosidad. Por ese motivo, y aunque yo no obtengo placer anal, quise que un día me penetrara. Lamentablemente, debido al gran tamaño de su pene y al dolor que me produjo la líbido desapareció y dejé de disfrutar, con lo que tuvimos que interrumpir esa relación sexual. Desde ese momento, no dejo de pensar en ello y creo tener la solución a ese respecto…
- Diego, ¿Sabes quién me ha enviado un mensaje por whatsapp? – Pregunté a mi chico con cierta picardía –
- No, ¿De quién se trata? – Me interrogó él con interés –
- De Ángel. ¿Te acuerdas de él? El chico del que te he hablado alguna vez. ¡El que fue Mister Gay España! – Me apresuré a comunicarle –
- Ah…sí. ¿Y qué quería? – Me volvió a preguntar él haciendo un gesto de poco agrado –
- Nada…saludarme… - añadí yo fingiendo no querer darle importancia al asunto –
- ¿¡Y te escribe un mensaje solo para saludarte!?, ¡¡ja!!, ¡¡Seguro que quiere algo más!! – Dijo con tono alto y empezando a enfadarse Diego –
Todo estaba saliendo perfecto. En realidad, se trataba de una invención mía para ver cómo iba a reaccionar frente a la propuesta que yo quería hacerle.
- Bueno…también me ha preguntado que si aún seguía contigo como pareja… - continué mintiendo a Diego –
- ¿¡Lo ves!? ¡¡Eso es que quiere cojer contigo!! – Dijo muy enfadado y celoso Diego – ¿¡Y tú qué le has dicho!? – Añadió -
- En realidad…aún no le he contestado… - le informé tímidamente – Antes de hacerlo…quería hablar contigo de ello… - Continué – ¿Por qué no nos sentamos en el sofá y lo hablamos tranquilamente cariño?
- Me estás asustando amor… - Contestó Diego muy nervioso poniendo cara de asombro –
Le tomé de la mano, y nos sentamos en el sofá
- Amor, quizás Ángel quiera echar un polvo conmigo, tienes razón, pero sabes que yo no lo haría con nadie salvo que seamos los dos, tú y yo los que quedemos con él. He pensado muchas veces en el deseo que tienes en experimentar la sensación que produce cojer un culo y en el fracaso que obtuviste conmigo, con lo cual, te quería proponer que si te sigue picando la curiosidad podíamos decirle a Ángel que quedara con los dos y así podrías experimentar con él. Si me estoy preocupando tanto de este asunto…es…porque te quiero… - Concluí besándole –
Diego se quedó callado. Sin saber qué decir. Se notaba que lo estaba meditando. Poco a poco, el aspecto de su cara fue cambiando. En sus labios se fue dibujando una incipiente sonrisa que más tarde se haría evidente y sus ojos empezaron a transmitir una mirada con picardía y respondió:
- Vale, me parece bien amor…lo que tú digas… Yo también te quiero cariño.
Y, volvimos a besarnos.
Antes de continuar, me gustaría describir a Ángel también, para que os hagáis una idea de nosotros tres por separado y en conjunto cuando llegue el momento.
Ángel, tiene 23 años. Es modelo profesional. Le conocí hace unos años, a través de una página de contactos. Yo aún no estaba con Diego, y mantuvimos unas cuantas relaciones sexuales esporádicas sin ningún compromiso. Ambos teníamos nuestras vidas y solo quedábamos para cojer. Los polvos con él eran geniales, creo que ha sido de los chicos con los que he estado que más aguante tenía follando. Podía estar más de una horas penetrándole sin parar, alternando las posturas que quisiera. No he visto chico más vicioso y pasivo que él, por eso, me parecía el candidato perfecto para quedar con nosotros dos. Necesitábamos un chico con esas características, que pudiera aguantar la follada de dos machos con buenos rabos y que a su vez fuera un bombon para nosotros, ya que Diego había visto una foto suya que en una ocasión le enseñé yo y dijo que era muy guapo.
Medirá alrededor de 1,80 cm y su peso rondará los 70 kg, es delgado pero muy definido. Dá culto a su cuerpo porque vive de él. Consiguió ser Mister Gay , cosa que me enorgulleció muchísimo.
Su torso está muy bien definido, sus pectorales marcaditos y sus pezones ligeramente prominentes. El abdomen es envidiable, tiene todos los músculos abdominales perfectamente dibujados sobre un vientre plano. Se hizo la depilación láser y no tiene indicios de vello alguno por ninguna parte de su cuerpo, salvo en la cabeza. Sus brazos y hombros tienen los músculos marcados pero discretamente. Sus piernas son delgadas pero acorde con el resto de su cuerpo, bien perfiladas y con gemelos muy bien trabajados. Su culo está duro y respingón, con los glúteos prominentes que al andar se mueven acompasadamente y con estilo. El pene es de tamaño normal, pequeño en comparación con los nuestros, medirá unos 15 cm. y fino de grosor. Sus testículos igualmente son pequeños pero con mucho encanto. Pero, lo que sin duda alguna llama la atención de él, además de su espectacular culo, es su cara. Tiene aspecto aniñado, rubio, con el pelo cortito. Reluce unos magníficos ojos azules con pestañas muy largas. Su nariz es pequeña y sus labios son perfectos, sonrosados y finos que besan de forma cautivadora. En su oreja izquierda lleva insertado un piercing muy discreto en la parte de arriba que le da un aire muy sensual. Tiene las facciones muy marcadas en sus pómulos y barbilla. Además reluce un moreno en su piel muy bonito, aunque no llega ni mucho menos a ser tan moreno como yo.
Ahora que ya estamos los 3 descritos y podéis imaginarnos de forma aproximada puedo continuar con la historia.
Nada más terminar de besarnos, cogí mi teléfono móvil y escribí un mensaje a Ángel diciéndole:
“¡Hola Ángel! ¿Qué tal estás? Espero que muy bien. Yo genial, ¡con ganas de echar un buen polvo! Jajaja, ¿Te apetece quedar como en los viejos tiempos?”
No tardé en obtener respuesta por su parte:
“¡Jorge! ¡Cuánto tiempo! ¡Sabía que lo tuyo con ese chico estaba durando demasiado! Jajaja. ¡Claro que me apetece! ¿Cuándo te viene bien quedar?
Mi respuesta no se hizo esperar:
“ Bueno, aún sigo con Diego…jajaja…la cosa sería…quedar los 3. ¿Te atreverías a quedar con nosotros para ser follado por los 2?
Hacía mucho tiempo que no hacía proposiciones sexuales a ningún chico, desde que estoy con Diego no he quedado con ninguno y esta situación me recordaba a cuando hace años los mensajes o llamadas a los chicos con los que quedaban eran así, rotundas, retándoles, comprometiéndoles, haciendo que se rindan a mis pies... y pronto noté que Ángel había caído ante mí:
“¿Cómo? ¡Claro que puedo con vosotros 2! Jajaja, aunque recuerdo que contigo…ya tenía bastante ¿eh? ¿Cuándo quedamos entonces? – Contestó por whatsapp mi reencontrado amante.
Finalmente, le cité yo:
“Mañana a las 20:00 en mi casa. Allí te esperaremos”
Ángel llegó a nuestra casa a la hora que habíamos acordado. Nosotros ya estábamos esperándole desde hacía un rato. Nos encontrábamos recién duchados y afeitados. También nos habíamos echado un perfume que a los dos nos encanta y nos excita muchísimo, tanto es así, que desde que nos lo pusimos estábamos deseosos de empezar la acción. A Diego, se le notaba bastante nervioso. Yo también, aunque daba la sensación de no estarlo porque sé muy bien mantener la compostura.
Ding Dong – Suena el timbre de la puerta –
Apresurado voy a abrir.
- ¡Hola Ángel! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¡Adelante, entra! – Le ofrecí yo con mucho deseo, dándole un beso en la mejilla –
- ¡Jorge! ¿Qué tal estás? – Entró diciendo Ángel –
- Mira, éste es Diego, mi chico, del que te he hablado alguna vez. – Comenté yo –
- ¡Encantado Diego! – Dijo Ángel besándole en la cara –
- ¡Lo mismo digo Ángel!- Añadió mi chico tímidamente.
Tengo que reconocer, que Ángel no había cambiado nada durante todo este tiempo. Hacía 2 años y pico que no le veía físicamente y se mantenía exactamente igual que antes o mejor , porque aunque seguía delgado estaba más musculado aún. Nada más verle, el corazón me empezó a latir con más fuerza y no pensaba en otra cosa nada más que en empezar cuanto antes.
Ángel vestía ropa cómoda. Como era aún finales del mes de Septiembre y hacía calor, se había puesto unas bermudas a cuadros con unos zapatos de cordones a juego, luciendo unas piernas recién depiladas, morenas y con unos gemelos marcaditos muy definidos como a mí me gustan. Por detrás, podía imaginarse un culo abultado y respingón que llenaba todo el pantalón, con una cinturita estrecha. En su parte de arriba, se había puesto una camiseta ajustada de color blanco que dejaba una silueta perfectamente dibujada, en la que se marcaban sus hombros prominentes, sus brazos musculados pero sin exagerar también depilados y su torso, con unos pezones que abultaban aún más la camiseta. Por su cara no habían pasado los años y seguía teniendo una imagen aniñada, con esos ojos azules que penetran tu mirada, con sus labios finos pero que besan apasionadamente y ese pelo rubio que contrasta con su piel morena hacían de él una mezcla muy apetecible sexualmente. También se había puesto perfume y se notaba que también acababa de ducharse porque aún su pelo estaba húmedo. Venía recién afeitado igualmente.
Diego y yo, como estábamos en nuestra casa nos habíamos puesto simplemente unos shorts cortos que marcaban exageradamente el culo y el pene de Diego y a mí un culo menos abultado pero un pene casi tan marcado como el de mi chico. En la parte de arriba, unas camisetas de tirantes que también dejaban evidencia de nuestros cuerpos, siendo más musculado en mi caso y más definido en el de Diego.
Pudimos notar que los ojos de Ángel fueron directamente a nuestros paquetes abultados, y los nuestros no dejaban de mirar ese culito tan apetecible.
Sin muchos más preámbulos, como todos sabíamos a lo que veníamos rompí yo el hielo:
- Bueno chicos, ¿tenéis ganas de acción? – Pude decir yo con tono insinuante e impaciente mientras abrazaba a los dos y los atraía hacia mí para empezar a besarlos –
Ninguno de los dos tuvo tiempo de contestar a la pregunta porque inmediatamente estábamos los 3 fundidos en un beso único. Nuestros labios y lenguas se entremezclaban entre sí y nuestras narices chocaban incesantemente. Era una sensación única para mí y para Diego. No dejábamos de mirarnos continuamente entregados al placer que nos estaba produciendo la presencia de Ángel. Mientras seguíamos morreándonos, yo empecé a tocar el culo de ambos, con una mano sobaba el culo de mi chico y con la otra el de Ángel. No me creía aún que pudiera tener 2 culazos preciosos en mi poder para hacer con ellos lo que quisiera. Inmediatamente, noté que la mano de Diego también empezaba a acariciar el otro glúteo de Ángel y nuestras manos de vez en cuando se encontraban. A su vez, las manos de Ángel, fueron lentamente buscando nuestros paquetes. Pude notar cuándo encontró el de Diego, porque no dejaba de mirarle y en ese momento observé cómo se le perdía la mirada y cerraba los ojos al notar una mano distinta de la mía magreando su pene por encima del short. Dejó escapar un ligero jadeo que apagué metiéndole la lengua en su boca.
Tras un largo rato de intercambio de sensaciones orales con nuestros labios y lenguas y manuales con nuestras caricias por sendos culos y penes ya totalmente erectos, estábamos listos para empezar a lucir nuestros cuerpos despojados de sus ropas. El calor se hacía patente por la descarga de adrenalina que estábamos teniendo y ya nos sobraba toda la ropa. Yo me separé un poco y me dirigí a mi chico en primer lugar, agarrando su camiseta y tirando de ella para arriba con lo que dejé al aire todo su torso. En ese instante, Ángel, sin dudarlo se abalanzó sobre el pezón izquierdo de Diego y empezó a lamerlo suavemente. Para mí quedaba el derecho y allá que fui a endurecer el pezón de mi chico a lengüetazos. Diego no dejaba de acariciar nuestras cabezas mientras mamábamos sus dos pezones al tiempo y jadeaba de placer. De vez en cuando, yo separaba mis labios de su pezón y me dirigía a su axila, mientras le levantaba el brazo para oler y lamer todo su sobaco, cosa que le hacía poner la piel de gallina y jadear con más fuerza. Mientras yo hacía eso y buscaba con mis labios toda la parte derecha y hacia arriba de Diego hasta volver a alcanzar sus labios nuevamente, Ángel, bajaba con sus labios besando y lamiendo toda la parte izquierda de mi chico, en busca de su ansiado pene, pasando por su abdomen, ombligo, pubis y finalmente, ya en cunclillas, recorría con su boca abierta todo el recorrido de su pene erecto sobre su short. Los jadeos de Diego eran cada vez más evidentes. A mí me excitaba verlo así. De vez en cuando, paraba de besarle para mirar la escena que tenía ante mis ojos, a Ángel arrodillado frente a la polla de mi chico aún dentro del short, pero sin dejar de propinarle bocaditos y con su mano izquierda metida por la parte de abajo del short de Diego con la que acariciaba sus testículos directamente. Su polla se marcaba perfectamente erecta hacia arriba e izquierda de su pantaloncillo. Estaba a punto de salirse por la parte de arriba de éste. Con tanta excitación, había dejado una mancha de líquido preseminal en el short, justo donde tenía la punta de su polla. Ángel no dejaba de pasar su lengua por todo el recorrido de su polla y deleitarse de ese líquido que estaba soltando la polla de Diego. Por fín, la liberó de esa presión, agarrando con sus 2 manos el short de Diego y tirando de él hacia abajo. En ese instante, la polla de Diego saltó erecta hacia arriba chocando contra su propio vientre y cayendo al suelo un goterón de líquido preseminal que dejó un hilo transparente colgando desde su polla al suelo. La excitación de Diego era máxima y la cosa no acababa nada más que de empezar.
Ángel, agarró con fuerza la polla de Diego y empezó a propinarle una magestuosa mamada. Incluso se agachó a lamer el goterón de líquido que había caído al suelo. Se estaba empezando a poner loco por el pollón que acababa de descubrir bajo el short de Diego. Su polla medía unos 20 cm, con un grosor considerable. Ángel tenía que abrir su boca completamente para poder engullir semejante rabo. A mí, siempre me cuesta mamar esa polla, por su gran tamaño y grosor. Incluso para masturbarle, a veces tengo que utilizar las dos manos. Afortunadamente para mí, el miembro activo de nuestra relación soy yo, aunque alguno de vosotros seguro que se lo rifaría, jeje.
Diego, mientras estaba siendo mamado por Ángel, empezó a tirar de mi camiseta hacia arriba para dejar mi torso también al descubierto, cosa que agradecí mucho porque ya estaba sintiendo un calor sexual insoportable. Directamente, Diego se lanzó a lamer mi pezón derecho. Le encanta deleitarse haciéndolo, debido a que tengo unos pectorales bastante prominentes y en el centro unos pezones bien abultados y eso le encanta. Mientras sentía el placer de la lengua, labios y mordiscos de Diego sobre mi pezón derecho empecé a notar al mismo tiempo que la mano derecha de Ángel volvía a buscar mi polla erecta bajo mi short. Notaba cómo la agarraba y la manoseaba desde los testículos hasta la punta, pasando por todo el tronco del pene. Yo también estaba excitadísimo. Sentía el placer que me estaban ofreciendo mis 2 amantes, por un lado tenía a Diego lamiendo mis pezones, porque iba de uno a otro incesantemente y enloquecido por la mamada que le estaba proporcionando Ángel y a su vez, notaba cómo poco a poco mis testículos estaban siendo acariciados por la mano derecha de Ángel que ya se había introducido completamente por la parte de debajo de mi pantaloncillo. El placer era total. Necesitaba que mi polla fuera liberada de ese encierro al que estaba siendo sometida urgentemente y que quitara mi short lo antes posible. Sin embargo, ese momento se hizo esperar, porque Ángel, al igual que hizo con la polla de Diego, lo estaba haciendo ahora con la mía, o sea, la estaba olisqueando y mordisqueando por encima del short, recorriendo toda su longitud.
Yo, acostumbro a producir mucho más líquido preseminal que Diego. Siempre tengo el pene babeando. Me excito con muchísima facilidad. Por eso, en este caso no iba a ser menos. Al revés, era tal el placer que estaba recibiendo que no solo había dejado manchado el short, sino que además, notaba cómo chorreaba por mi pierna hacia abajo un líquido que no era otra cosa sino eso, líquido preseminal. Cuando Ángel me quitó el pantaloncillo, estaba completamente manchado, casi como si me hubiera meado, era algo impresionante, y mi pierna derecha empapada igualmente. La boca de Ángel no daba abasto con tanta pringosidad que estaba paladeando. Apretaba fuertemente la base de mi polla y la estrujaba hasta la punta para ordeñar completamente todo el líquido que había en el trayecto de mi polla. Tenía la boca llena de líquido, como si me hubiera corrido dentro de ella, pero de líquido transparente e insípido. Yo no daba crédito de lo que me estaba pasando, aunque a Diego no le impresionó tanto porque ya estaba acostumbrado a mamarme la polla casi en idénticas condiciones, aunque tengo que reconocer que tanta lubricación jamás había tenido.
Ángel se encontraba arrodillado en el medio de nosotros 2, que aún seguíamos de pie. Con nuestras pollas agarradas con sendas manos y enloquecido frente a ellas. Primero engullía una durante unos segundos y luego la otra, y así iba alternando continuamente, mientras que masturbaba fuertemente la que no tenía en la boca.
Frente al escenario del salón de mi casa donde estábamos puestos, había un gran espejo, donde podíamos observarnos como si de una película porno gay se tratara. La diferencia es que podíamos sentir, saborear y oler los placeres que no dan una película.
Diego y yo, ya estábamos completamente desnudos, mientras que Ángel aún estaba vestido como había venido, hincado en el suelo sin dejar de saciarse con nuestras pollas en su boca. Nosotros, mientras tanto, no dejábamos de besarnos, de acariciarnos, de mirarnos y en un momento, Diego, pudo balbucearme:
- Ummmmm…cariiiiiiiño…lo estoy pasando de maravilla…Gracias…mi vida. – Dijo él con los ojos medio vueltos hacia atrás e inmerso en una nube de placeres –
A lo que yo contesté:
- Me alegro mucho tesoro, solo quiero que disfrutes tú también y notes placeres nuevos para ti, pero…aún te queda mucho por experimentar amor mío…¡ya verás cuando tengas la polla enterrada en el culo de Ángel lo que vas a gozar…! Ummmm…

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