La ley está para ser incumplida - parte tres

Fueron siete meses fabulosos en mi vida, los martes me cogía a Constanza, dulce y hermosa pendeja, que iba explorando poco a poco, un manjar sin dudas, los jueves me comía a Silvia, polvos antológicos y de viernes a domingo a Soledad, por ahí si se iban Sole y Conti con el padre, podía descansar el domingo, pero por ahí aparecía Silvia un domingo y los siesteros producidos eran memorables.
Los lunes y miércoles, que no cogía, eran como un respiro, a veces me miraba la pija el domingo, me quedaba toda colorada, toda chupada, arrugada, los huevitos chiquitos… la verdad una belleza, no hay nada mejor que eso.
El padre de Soledad, viendo que teníamos una relación más o menos seria, organizo un almuerzo un domingo en su casa y hacia allí fuimos, Soledad, Constanza y Yo, Soledad y Constanza habían destilado veneno respectivamente, opinando de la nueva mujer de su papá, cuando emitían sus comentarios solo escuchaba en silencio.
El padre de las chicas, un poco más grande que Silvia, un tipo cuarentón con una facha de modelo impresionante, chasis reforzado como buen jugador de antaño de rugby y buena billetera como para completar el cuadro, heredo de papá la empresa y él, con un buen par de decisiones había hecho más guita todavía, cuando lo conocí un poco mas no pude más que darle la razón a Silvia, solo la coupe Audi TT que estaba estacionada en el garaje, era más cara que la inmundicia de casa que había comprado para sus hijas… un actitud despreciable que tenemos los hombres y acá como abogado he visto tales miserias que sinceramente avergüenza. No hay defensa ética que resista.
Y siempre me pregunté, que podría haberlo llevado a separarse de Silvia, una mina preciosa por fuera, pero más linda por dentro, laburadora, sencilla, educada… algunos pensarán en su derecho, éste hdp habla así porque se la come, es un motivo de peso en la opinión, pero yo la he visto levantar una carretilla con escombros como un símbolo de su empuje, de su sencillez y vuelvo a repetir, Silvia es una mujer preciosa.
Cuando me presento a la nueva mujer, la reemplazante de Silvia… dije claro ahora entiendo (ratas que somos los hombres jajaja), una rubia pre-cio-sa!!!!!!!, alta, faroles celestes que te duele cuando te miran, el cuerpo igual a la rubias de las historietas xxx, impresionante es poco, una remera rosada pegada al cuerpo, pantalón blanco casi transparente pegado a ese cuerpo de ensueño, que dejaba ver la silueta de una tanga de dos hilos, seguramente blanca a tono con el pantalón, pelo rubio en serio, largo lacio suelto, naturalmente peinado de las rubias demasiados preciosas y una voz media ronca.
Tenía por obligación que tratar de ignorarla, sentía la mirada de Soledad y de Constanza, como dos puñales apuntándome, por si la miraba un segundo de mas… un silencio sepulcral se hizo después del saludo y beso de rigor, interrumpido por Alexander (nombre del padre de las chicas) preguntando por mi padre.
-¿Lo conoce?
-lamentablemente si
- ¿Lamentablemente? (mi tono fue distinto, guarda hablas de mi padre).
-Sí, perdí un juicio en que él era el abogado de la otra parte.
Se me dibujo una sonrisa interna, disimulada por una mirada atenta, con un pensamiento escondido también, como decía el gran Diego, “la tenes adentro” y si le conteste:
-Anda bien, más viejo, más renegón pero bien.
- ¿Vos trabajas con él?
- Sí, tengo que aprender bastante así que trato de seguir sus pasos.
-Y tenes un futuro asegurado en ese estudio…
Y cuando dijo la frase, no me quedo claro si la intención era, tenes la vaca atada vos… así cualquiera o ya la hizo tu viejo, vos la tené que gastar nomas, de cualquier manera cualquiera de las dos no sonaba bien y la verdad, gratis de arriba, me puso los huevos al plato.
Así que hablamos dos boludeces más y la busque a Soledad de pretexto y tratar de no hablar más con el tipo, sorete diplomado 24 horas.
Se paso el día rápido, yo anduve con las dos nomas, poca charla o charla entre todos y lo que sí, cuando podía le sacaba radiografías a la rubia, realmente no podía estar tan buena, por ahí en la conversación le miraba las cejas rubias y me imaginaba los mismos pelitos rubios delicados, finitos en la concha, por favor… dolía de verla.
Regresamos a casa a la tarde, me quede un rato en lo de Silvia tomando unos mates y comentando un poco y me regrese a casa solo… tenía una obsesión en mi pensamiento, la rubia, había sacado un par de fotos, así que a bajarla en la compu y ahí sí, cual pajero que se precie, observarla en detalle, mas la observaba era más bonita.
Los miércoles a la noche, tengo cita en el billar con mi viejo, jugamos tomamos unos fernet y si bien es cierto jamás hablamos de temas del estudio, ese día le comento que Alexander… le doy más datos, algunos mas… -ahhh! Ya sé, un tema laboral con la secretaria me parece… ese es el padre de Sole?, mira que el mundo es chico… en realidad no hacía falta decir más y mi viejo no me iba a largar mas, pero en conclusión un tipo de cuidado.
Por un caso, con carácter privado y de un tratamiento especial, mi viejo me manda a un edificio muy especial que hay en mi ciudad, especial por lo caro que es vivir allí, cuando llego meto mi camioneta en la playa del edificio previo control de la seguridad, hago lo que tengo que hacer y cuando salgo para tomar mi camioneta, veo una Jeep blanca espectacular con una pareja adentro que charlaban y se reían, me llamo la atención el pelo largo rubio, cuando paso por delante de la camioneta hacia la mía, era la rubia de Alexander, ella se me quedo mirando atónita y yo seguí de largo y movía la cabeza a manera de no se puede creer y me fui. Obvio que ya había decidido que jamás se lo mencionaría a nadie, a menos que sea estrictamente necesario; Al otro día estando en el estudio por la tarde, la secretaria me consulta por una llamada telefónica de Karen, la rubia, atiendo saludándola atentamente, ella era un manojo de nervios pidiéndome que si podíamos encontrarnos que necesitaba hablar conmigo, le pido que si es por lo que vi ayer, que jamás lo mencionaría con nadie, a lo que agrega que necesitaba contarme algunas cosas y yo le decía que venga a mi estudio no podía, una confitería no quería y así por flaca o por gorda nada le venía bien, decía que la andaban siguiendo y demás historias, como muy raro todo y como soy alérgico a los quilombos le pase un número de teléfono móvil, uno tramposo que tengo, le pedí que no lo agende en su teléfono y que se tranquilice y que me llame cuando pueda.

continuara...

2 comentarios - La ley está para ser incumplida - parte tres

cocoderasta12
que cortito che..pasa que me mal acostumbraste a los relatos largos,igual espero la 4ta parte !!!