Tres Polvos de Máximo Riesgo

Ocurrió un día domingo, el sábado salimos a bailar y de regreso me quedé a dormir en su casa, en un sofá del living, el domingo por la mañana estaba entre dormido y despierto, era verano y estaba durmiendo en calzoncillos, cuando siento que me agarran la verga, que como normalmente ocurre de mañana estaba bastante parada.
Me despierto sobresaltado y Mari ya me la estaba chupando, traté de que pare, ya que su familia estaba en la casa, me dijo que no me haga problema que su madre había salido de compras y su padre y hermanas aún dormían.
Me tranquilicé, no mucho, y comencé disfrutar de la mamada, ella estaba vestida con un camisón muy cortito y la bombacha solamente, siguió chupándome un rato, se incorporó, se quitó la tanga y se montó sobre mí, enterrándose la verga muy lentamente, hasta el fondo y comenzó a moverse, mientras yo levanté su camisón y comencé a chuparle las tetas, estaba ya casi a punto de inundar su conchita de leche, cuando escuchamos que se abre la puerta del garaje, dio un salto y salió corriendo hacia su dormitorio.
Era su madre que regresaba, y yo estaba que explotaba, por lo tanto no tuve otra opción que terminar lo que había empezado con mis propias manos, y en dos o tres masajeadas fuertes chorros de leche saltaron sobre mí, ensuciando las sábanas y mi ropa interior, aunque fue un alivio, esta paja no me dejó muy tranquilo.
Más tarde nos levantamos como si nada a desayunar, Mari levaba una camiseta, sin corpiño y una mini bastante corta, mientras desayunábamos, comenzó a provocarme, en cuanto tenía oportunidad, y su madre, que estaba en la cocina se daba vuelta, me agarraba la pija, esto se repitió varias veces yo estaba nuevamente al palo, como no podía levantarme sin que se notara mi calentura, me quedé sentado haciéndome el tonto.
Ella siguió incitándome, en un momento se agacha dándome la espalda parando bien el culo y veo que no tenía nada debajo de la mini, me miró con una sonrisa y así estuvo toda la mañana, provocándome, cada vez que podía se agachaba, dejándome a la vista su hermoso culo y su linda concha y en un par de oportunidades se acercó dejándome tocarla, mi verga estaba dura como una piedra y así pasé casi toda la mañana.
A la hora del almuerzo las cosas se tranquilizaron y tuve un descanso, luego de comer, su padre salió, su madre se fue a su habitación a descansar y las hermanas estaban viendo TV en el living, Mari levantó la mesa y se puso a lavar, allí empezó nuevamente con su show, agachándose, levantando su remera y pellizcándose los pezones, no recuerdo que tiempo pasó desde que su madre salió de la cocina, ni se si estaba dormida o no, de sus hermanas ni me acordé que existían.
De la calentura que traía de toda la mañana, me levanté, y salté sobre ella que estaba de espaldas a mi lavando los platos, me arrodillé, hundí mi cara en su culo y comencé a chupárselo, ella abrió las piernas y así llegué hasta la concha, estaba totalmente mojada, recorrí cada rincón con mi lengua y disfruté saboreando sus jugos mientras la escuchaba gemir muy suavemente.
Me levanté, la di vuelta, la levanté y la senté sobre la mesada, abrí sus piernas, las puse sobre mis hombros y seguí chupándole la concha, quería venganza por la provocación de toda la mañana, se retorcía de placer y se mordía para no gritar, me incorporé y de un solo golpe se la metí hasta el fondo, para no gemir y que nos escucharan me mordió el hombro.
Yo estaba tan caliente que se la metía con todas mis fuerzas y en pocos minutos inundé su concha de leche, fue una acabada interminable, nos separamos y cuando se incorporó, comenzó a chorrearle leche por entre sus piernas, pasó uno de sus dedos su pierna, juntando un poco de semen, me miró y se chupó el dedo como diciéndome: quiero más.
Pero el día aún no termina, por la tarde, mientras todos tomaban mates en la cocina, yo me fui al dormitorio de Mari y sus hermanas, que esta separado de la cocina por un pequeño pasillo de no más de un metro, a ver televisión recostado sobre la cama…
Entró Mari y me dijo que iba a tomar un baño, la muy chancha abrió el placard, tomó la toalla y se quitó la mini de espaldas a mí, se cubrió con la toalla y se fue al baño…
Al rato volvió a la habitación, solo cubierta con la toalla, entró, la dejó caer se acercó a la cama, yo no podía creerlo, a dos metros estaba toda su familia y ella como si nada.
Levantó una de sus piernas sobre la cama y puso su concha sobre mi boca, aunque tenía miedo que alguien entrara y se pudriera todo, no pude resistirme y comencé a chuparla.
En un momento se levantó, me tomó de la mano y me llevó hasta frente al placard que con la puerta abierta cubría algo la puerta de entrada a la habitación, me bajó el cierre, sacó la verga y me empezó a masturbar, luego se dio vuelta, se agachó dándome la espalda abrió las piernas y me ofreció su concha en flor pidiéndome que la penetre.
Puse la pija en la entrada de su lubricada concha y despacio se la fui metiendo, tomó una de mis manos y me pidió que le tape la boca, fui bombeando lentamente tratando de no hacer ningún ruido sospechoso…
Pero la calentura crecía y mi ritmo también, metiéndosela cada vez más adentro y con más fuerza ella mientras movía sus caderas con frenesí y con una de sus manos apretaba la que yo tenía en su boca, como después del almuerzo acabamos los dos juntos en un orgasmo como pocos.

3 comentarios - Tres Polvos de Máximo Riesgo

bicar
muy buena faena
machitobi
Muy caliente!!!! cuanta adrenalina!!!!