Lluvia, almuerzo, café y sexo

Hola, les traigo un nuevo relato espero lo disfruten, pasen por los anteriores.

Como les conté en mi último relato, la muy turra de Lorena se caso y yo fui participe de una despedida de solteros inolvidable, al menos para mí.
Después del casamiento Lorena y su ya marido Nicolás partieron rumbo a su luna de miel, seguramente irían por Europa cuestión es que por 15 días no los vería. Así que en esta ocasión no les voy a contar nada con Lore, ya que en esos días también ocurrieron cosas interesantes que me gustaría compartirlas con ustedes.
Todo empezó un día en el que salí de trabajar y llovía muchísimo, vivo en la zona de Valentín Alsina para los que conocen seguramente me darán la razón cuando digo que el agua se estanca demasiado en el cruce de Escalada y Perón cuando llueve mucho y de golpe, ese fue uno de esos días, me baje del colectivo y todavía me quedaban unas cuadras para llegar a mi casa y la lluvia no paraba, por lo que decidí tomar un remis. En la remisería los teléfonos no paraban de sonar y la única respuesta que daba el telefonista es no hay móviles, eramos varios los que esperábamos por un móvil y ningún coche disponible, entre las personas que esperaban había una señora muy bonita, de unos 35 a 40 años, muy bien de físico, con unas gomas que a pesar de la edad se le notaban bien paradas y de excelente talla, la cola algo menos llamativa pero no por eso indeseable, y una boca, unos labios que daban espacio a la imaginación de cualquier hombre.
Yo me hice el tonto e intente sacarle conversación, lo cual conseguí, hice algunos comentarios sobre el clima y de cómo las calles se veían inundadas y que alguien debería dar una solución porque así se te hace imposible vivir, ella escuchaba y asentía dándome la razón y luego hacía un comentario. La charla se fue haciendo larga al igual que nuestra espera, supe que vivía muy cerca de mi casa, de nombre Carla, que es casada y su marido se dedica a la gastronomía y que además tiene 2 hijos adolescentes.
No llegaban los móviles, y tampoco paraba la lluvia, por lo que ella decide mojarse un poco e ir caminando hasta su casa, a lo que yo amablemente me ofrecí en acompañarla con la excusa de que vivía en la misma dirección y se me hacía muy larga la espera.
Caminamos unas cuantas cuadras hasta que ella me indica que habíamos llegado a su casa, me despedí con un beso con el cual paso muy cerca de sus labios como dejando ver mis intenciones, ella solo sonrió. Di media vuelta y seguí camino a casa y al hacer dos pasos me detiene e invita a pasar a tomar un café hasta que parara la lluvia ya que para mi casa quedaban aún unas 10 cuadras. Ya cayo dije entre mi y ni bien entramos al living me tiro encima buscando su boca, ella se resistió y empujo, pero en ningún momento me pidió que me fuera, me decía que solo íbamos a tomar un café y que no me confundiera, repetía en todo momento que yo era muy chico y que ella era una señora casada, yo por mi parte no desistía e insistía con mis intentos de subirme encima y escucharla pedir más, y de un beso medio forzado a otro, Carla fue aflojando y respondiendo a mis besos. En unos momentos ya fuí notando como su agitación aumentaba, no solo respondía a mis besos sino que los buscaba, estaba excitada y sin dudas mal atendida, pero como siempre ahí estaba yo siempre dispuesto a darme mi cuota de alegría a las mujeres, dispuesto a devolverle algo a ellas que nos dan la vida.
Carla me repetía constantemente que era muy chico y que estaba mal lo que hacíamos, pero eso para nada le impedía agarrarme con firmeza la pija por sobre el pantalón, veía en su rostro como la saboreaba, como sentía la necesidad de sacarla de ese escondite y darle refugio en su interior. Yo por mi parte me entretuve en sus tetas, las acaricie, y costo un poco pero pude de a poco despojarla de su ropa y esos senos como bien dijo cordera alimento de mi creación, esos senos me alimentaron, los devoré como si se tratara del plato de entrada de un buen restaurant, y es que así fue, era solo la entrada todavía quedaba el principal y el postre.
Ella no aguanto más y saco mi pene del pantalón y sin decir palabra alguna lo empezó a chupar, no lo hacía tan bien tampoco mal, pero lo hacía con muchísimo gusto y mejoraba en cada engullida, la verdad es que a mí también me invadía la excitación, me encantan las mujeres mayores que yo, saber que le puedo causar placer a alguien con cierta edad y cierta experiencia es para uno un orgullo.
Se subió encima mío y estaría casi en lo cierto si digo que me violo, me pego una cogida bestial, cabalgo como si fuera la última vez en su vida, y supongo que para ella era algo así siendo que luego volvería a la rutinaria escena sexual con su pareja y se acordaría quizás por momentos de lo puta que puede llegar a ser y de lo bien que la puede pasar.
Sinceramente, sentí volar en un momento, explotaba de placer, sentía como el flujo de sus líquidos vaginales se mezclaban con mis líquidos pre seminales, y hacían esa lubricación perfecta para que mi pija llenara por completo su vagina, ella gemía, brincaba, hasta daba saltos, como queriendo meterse más, y era lo que pedía, más y más.
Se pone en cuatro usando el sofá como soporte y me dispongo a ser yo quien mande, le pongo el glande en la entrada de su conchita chorreante, y ella me detiene, “por el culo bebe dame por el culo” esas fueron sus palabras, y yo no me hice desear, le puse un poco de saliva y de un a poco se la meto toda, en cuestión de segundos, sus primeros quejidos se transformaron en gemidos, pedía cada vez más y yo aumentaba el ritmo en cada embestida, fueron pocos minutos pero intensos, le termino llenando el culo de leche y tirada un momento sobre el sofá.
Luego de limpiarse, tras haber disfrutado de la entrada, el principal y el postre, ella me dice, “no te vas a ir sin el café” algo a lo que no me pude negar. Charlamos un ratito más y comentamos de lo bien que la pasamos, y de que quizás en otro momento y sin que lo busquemos se podría repetir. Sus hijos llegarían en cualquier momento y seguramente mi mujer estaría preocupada, así que me despedí y salí camino hacía casa.
Ya había parado la lluvia así que al llegar le dije a mi mujer que había estado tomando un café con un compañero hasta que dejara de llover, me dio un beso y me dijo que me sentara a comer y después fuéramos a la cama que me tenía algo preparado, ya había almorzado pero bueno habría que hacer un esfuerzo.
Gracias por leer, hace unos días alguien que leyó mis relatos me dijo que debo de tener una buena herramienta y usarla muy bien por eso hice gozar a muchas mujeres, a lo que le dije que tampoco es así, tengo algo normal diría yo, y si considero que la uso muy bien, pero tampoco lo considero como ese factor que hace gozar a las mujeres, puede que el tamaño sea algo importante al igual que saber usarla, pero tanto a los hombres como a las mujeres nos genera mucho placer el saber que el otro en verdad lo está disfrutando, a mi particularmente me gusta demostrar que la estoy pasando bien, que mi compañera en ese momento lo note, y que se ocupe únicamente de disfrutarlo, no hay mejor sexo que el que se disfruta de a dos, gracias por leer, comentar, y compartir. Elmesias88 dejo unas fotitos algo dormida después de un mañanero je.

Lluvia, almuerzo, café y sexo

NADA DE OTRO MUNDO, OTRO DÍA UNA EN PLENA ERECCION

puta

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