los cuernos

La boca envolvió el miembro de Eduardo y lo desapareció de la vista. Ella chupaba y lamia con serenidad, con profundidad, la tragaba completa y después deslizaba sus labios a lo largo hasta que la dejaba expuesta. La miraba con deseo, con ganas. El la acaricio y ella levanto la mirada al mismo tiempo que extendía su lengua y tocaba levente la cabeza de la verga.
Se sonrieron y Eduardo le metió un dedo en la boca que ella chupo mientras él se masturbaba ligeramente. Cuando le saco el dedo le introdujo la pija hasta el fondo de la garganta.
-Chupala perra. Le dijo
Era por la mañana y después de despertar había ido al dormitorio de Eduardo que como siempre dormía desnudo. Lo destapo y sin esperar que se despertara se abalanzo comiéndole la pija. Linda manera de comenzar la mañana.
La leche espesa de Eduardo invadió su boca y con un gemido trago todo lo que pudo. Saboreo con su lengua y recorrió el tronco curvo del miembro que se estaba comiendo. Ella siempre pensó que era la pija más linda que había visto: grande, curvada tipo banana, gruesa, siempre latiente. Eduardo se sacudió expulsando hasta la última gota de semen.
Media hora después desayunaban en la cocina. Mientras ella servía todo Eduardo pensaba que tenía que ir a la universidad pero que estaba muy caliente y quería seguir cogiéndola. Por otro lado ella trataba de seducirlo todo el tiempo. Quería pasar la mañana encamada con su hijo.
-Dormiste bien. Pregunto mimosa.
-Si Ma. Muy bien?pero desperté mejor. Contesto el mirándole las tetas que se insinuaban en la remera que ella llevaba puesta. Se rieron los dos y ella se acerco y lo beso en la boca suavemente.
Cuando terminaron de desayunar él se levantó y se expuso deliberadamente ya que solo llevaba puesto un bóxer en donde se veía el formidable bulto que llevaba entre sus piernas. Ella pensó que su hijo era un macho hermoso. Su macho.
Hacia un año que el la había sorprendido desnuda en su cama. Estaba tan caliente que aprovechando que su hijo no estaba se acostó en su cama desnuda y se masturbo pensando en él. Una mañana temprano en la que la puerta había quedado entreabierta, pudo verlo desnudo despertando, incorporándose y exhibiendo su formidable pija latiendo erecta. Desde entonces lo había deseado. Con ese recuerdo se acariciaba las tetas y pellizcaba los pezones con una mano y con la otra se tocaba furiosamente su sexo. Pero justo ese día Eduardo tuvo que volver a buscar un libro que se había olvidado y cuando entro a su habitación se encontró con ese espectáculo. Sintió que con inusual velocidad su pija creció empujando sus pantalones pugnando por salir.
-Mama. ¿Qué estás haciendo? Dijo el mirándola con deseo.
-Perdoname Hijo.
Y no pudo decir más porque a pesar de todo, su mano seguía frotando su clítoris. Necesitaba acabar y así lo hizo convulsionándose delante de Eduardo. Cuando recupero el aliento su hijo, ya desnudo, la monto sin dudarlo, sin decir nada ese pedazo de carne tan deseado por ella entro en su concha hasta llenarla. Eduardo la cogió salvajemente tratando de no pensar que era su madre sino una hembra, una puta que quería pija. Pero finalmente la miro y se dio cuenta que se estaba garchando a su madre y que no sentía culpa, sino placer. Ella lo abrazo con sus piernas y lo beso a lo que respondió con su lengua.
-Que bien hijo. Que hermoso macho que sos. Dijo ella ofreciéndole sus tetas para que las chupara.
-Dame pija hijo necesito mucha pija mi amor. Decía ella y le acariciaba el pelo.
Eduardo saco su verga y esta expulso a las tetas de su madre un semen espeso, muy blanco, y otro chorro fue directamente a la boca de ella. Después reposaron juntos desnudos, entreverados en la cama.
Desde allí todo fue rápido y furioso (como la película). Mañanas intensas de sexo, escapadas durante las noches de ella a la cama de Eduardo, furibundas tiradas de goma en cualquier lado de la casa y cogidas bestiales en la cocina sobre la mesada, en la mesa, en el suelo del living, donde los sorprendieran las ganas.
Eran ganas muy potentes las de ese día y cuando ella se desnudó en la cocina sin más, el dejo caer el bóxer y sus bocas se comieron salvajemente.
La madre de Eduardo tenía unos 40 años bien llevados, piel tersa y bronceada, unas tetas grandes redondas, un culo prominente, algo subida en kilos pero el sabia que algunos de sus amigos, en secretas conversaciones, hablaban de garchar a su madre. Eduardo se sonrió pensándolo en el mismo momento que se movía en el fondo de su concha y ella se sacudía en un orgasmo explosivo.
-Ay hijo de puta, que bien.
-Yo soy tu hijo mama. Dijo él y se rieron a carcajadas.
Sacudiéndose como un animal acabo en el interior de su madre mientras ella le pedía más y más.
-Toma mi semen mama. Te gusta mi leche puta.
-Si nene dámela toda. Y eso fue lo que hizo Eduardo.

Esa noche Eduardo vino con su amigo Juan y cenaron con sus padres. Juan y Eduardo tenían la mima edad (20 años) y si bien estudiaban en la Universidad su principal actividad de su amigo era la deportiva y eso era visible.
-Veo que seguís entrenando. Dijo el padre de Eduardo
-Y sí. Ahora tengo competencia y hay que estar en forma. Respondió Juan
Eduardo miraba disimuladamente a su madre que llevaba puesta una especie de bata larga ceñida al cuerpo lo que destacaba sus atributos y remataba en un escote pronunciado que permitía ver el nacimiento de los pechos. Claramente no se había puesto ropa interior. También noto como Juan la miraba disimuladamente.
Después de comer vieron algo de televisión charlando animadamente hasta que el padre de Eduardo dijo que se iba a dormir. Su madre lavaba los platos en la cocina.
Eduardo se encamino hacia ella y tomándola de la cintura le apoyo su pija en el culo agarrándole una teta con su mano derecha.
-Espera loco. Dijo ella dándose vuelta besándolo ligeramente en los labios.
-Tengo algo que decirte. Dijo el hablando en voz baja.
-Qué pasa.
-Juan está caliente con vos. No podía dejar de mirarte.
-Está loco. Que me queres decir. Dijo ella.
-Sos mi puta y yo sé que te gustaría mucho tener dos pijas.
-No olvides que soy tu madre. Dijo ella nerviosa.
El la beso en la boca y después hundió su cara en sus tetas dejando una al desnudo chupándola con muchas ganas. Como siempre.
-Ándate a dormir. Dijo ella acomodándose la ropa y agarrando el bulto a Eduardo lo beso en la boca. El chico obedeció de mala gana y junto con su amigo fueron a su dormitorio. En cuanto entraron Eduardo se metió en el baño, se ducho rápidamente y salió desnudo rumbo a su cama. Al hacerlo sorprendió a Juan con la pija en la mano masturbándose.
-Eh que pasa amigo. Dijo divertido.
-Me estoy pajeando en honor a tu mama. Me la dejo redura.
-Che un poco más de respeto a mi mama. Dijo Eduardo simulando estar molesto.
-Pero vos viste lo que tenía puesto. En un momento se agacho a levantar un cubierto y le pude ver una teta completa. Respondió sin dejar de masturbarse.
Eduardo miro la tranca de su amigo y se imaginó a su madre chupándola cosa que lo calentó bastante.
-Te gustaría cogerla. Pregunto Eduardo.
Juan lo miro sorprendido pero vio que la pregunta era en serio.
-Claro que me encantaría garchar a tu mama. Varios del club le daríamos una buena sesión de pija.
-Bueno pero yo te digo a vos. Queres cogerla esta noche.
Entonces Eduardo le conto sus aventuras sexuales con su madre y que desde hacía tiempo él era su macho.
-Tu mama es una puta y tú papa un cornudo. Dijo Juan con una sonrisa.
Eduardo no lo había pensado de esa manera pero en ese momento se dio cuenta que era cierto: su padre era un cornudo gracias a él.
Eduardo salió de la habitación y se dirigió a la cocina donde su madre en ese momento apagaba la luz para irse a dormir. Al pasar por la puerta del dormitorio conyugal pudo oír el ronquido de su padre durmiendo profundamente.
Se encontraron en la oscuridad y al sentir el cuerpo desnudo de su hijo se sacó la bata quedando desnuda también. Eduardo la puso contra la pared y se besaron. Le levanto una pierna y le acomodo su pija penetrándola lentamente. Cuando estuvo bien dentro de ella comenzó a moverse con energía y haciendo jadear a su madre.
-Ay nene. Creí que esta noche no me ibas a dar pija. Dijo ella metiéndole la lengua en la boca a su hijo.
-Siempre hay pija para vos mama. Y acercándole la boca a oído le dijo:
-Hoy podes tener dos buenas vergas. Juan esta recaliente con vos.
-Estás loco. Dijo ella agarrándolo de los glúteos y empujándolo bien dentro de su concha.
Eduardo se movió más rápidamente y ella tuvo un orgasmo fenomenal y el acabo.
Se quedaron abrazados unos minutos y después de reponerse caminaron hacia los dormitorios. Cuando su madre quiso entrar al suyo Eduardo lo impidió.
-Me gustaría verte cogida por Juan. Le dijo
Su madre se quedó mirándolo y finalmente lo tomo de la mano y se metieron el dormitorio de su hijo.
Juan estaba desnudo con la poronga en la mano esperando a ver si su amigo cumplía la promesa de traerla a su madre para coger.
Realmente Juan tenía un cuerpo delicioso, pensó ella y se acercó a él. Le acaricio el pelo y se sentó en la cama. Le agarro la pija, le acaricio los huevos al chico y él se abalanzo besándola y tocándole las tetas.
Eduardo se quedó mirando desde su cama como se revolcaban su amigo y su madre.
Ella se agarró del cuerpo de Juan acariciándole las piernas y los glúteos mientras le tragaba ansiosa la pija. Los chicos se miraron y sonrieron. No dejo de chuparle la pija hasta que el anuncio que acababa y ella sin sacarse la pija de la boca le dijo:
-Juan dame tu leche.
Y Juan se pajeo en su cara cubriéndola de semen ante la desesperada ganas de tragárselo todo de parte de la madre de su amigo.
Seguidamente se la cogieron entre los dos. Juan la penetro por el culo y Eduardo por la concha.
-Ay qué bien chicos. Aajj ? Que pijas hermosas.
-Queres que te demos toda la noche mama.
-Quiero que me cojan todo el día nene.
Se encamaron hasta las dos de la mañana y en el final Juan se echó un polvo triunfante en la concha de la madre de Eduardo. Un polvo intenso que le disparo largos chorros de leche en el interior de ella. Mientras tanto Eduardo le llenaba el culo con la suya.
Después durmieron cada uno en su cama.
A la mañana siguiente cuando el padre de Eduardo se fue los dos chicos fueron a la cama matrimonial.
-Ya se fue el cornudo de tu papa. Dijo Juan
-Sí. Dijo Eduardo. Sentía algo de culpa por la situación pero lo más potente era saber que él era el macho de su madre y que ella lo confirmaba a cada momento. Cuando reacciono Juan ya la penetraba y ella se abría de piernas dejando que la verga poderosa de su amigo llegara bien al fondo de su concha.
Se quedó mirando cómo se comían mutuamente hasta que Juan acabo mientras ella se sacudía en su primer orgasmo de la mañana.
Después le toco a él y esgrimiendo su formidable banana se puso encima de su madre penetrándola profundamente y la cogió como nunca. Pensaba en lo que había dicho su amigo, en su padre y disfruto el momento.
-Le estamos haciendo los cuernos a papa. Deslizo al oído de su madre.
Ella lo miro extrañada pero en seguida se sonrió y el acelero el ritmo.
-Si nene le estamos haciendo flor de cuernos. Y lo beso en la boca.
Eduardo sintió que el polvo que venía tenía una fuerza singular. Bramo y se sacudió antes de lanzar un chorro de leche. Después saco su pija y le largo un chorro sobre las tetas y otro en la boca. Ella se puso como loca y Eduardo volvió a penetrarla para terminar de vaciarse completamente dentro de su madre.
Fue otra mañana de faltazo a la Universidad y de sexo interminable.

autor: Emanuelnocturno mayo 2013

6 comentarios - los cuernos

JDA21
uffff que calentura me agarro.. muy buen relato.. te dejo mis ultimos 2 puntos del dia.. creo que me gustaria tener una madre asi..
Elpndjomacho
relato para calentar muuuchoooo el ambiente...buen relato... te dejo un punto
nikanorgato
Me encanta q todo lo q subís, son relatos bien calientes !!!
avesi
Super !!!
felizcorneadora
muy buen relato te felicito, si te interesa los míos están en la página www.cuentarelatos.com bajo nick karcornudofeliz donde mi marido cuenta toda nuestra abundante experiencia
kramalo
muy bueno..!! prestamela un ratito..jeje..