mi ex de trabajo

Esto que les contaré, me sucedió
cuando yo pasaba por una de las etapas más
tranquilas de mi vida y de pronto recibí una llamada telefónica
que cambio
todo.


Me encontraba un día trabajando como
de costumbre y recibí la llamada
telefónica de una representante de ventas, que me llamaba para ofrecerme
un
seguro de vida y ya estaba por mandarla a volar, cuando recordé que una
amiga que tuve hace años trabajaba para la misma empresa de esta
representante de ventas, y se lo hice saber. Me dijo que agradecía mi
atención y que se comunicaría con ella.


Cynthia era el nombre de esta amiga que conocí
hace 5 años, cuando
trabajamos en la misma empresa y de alguna u otra manera ella siempre me
gusto, ya que además de tener un rostro muy bonito, tenia un par de tetas
que siempre fueron de mi admiración.


A pesar que la invité a salir un par
de veces, nunca se concretó ninguna
cita y al final nos comunico a mí y a un grupo de amigos, que se casaba.
El
tipo era un pelmazo, pero ella se había enamorado de él. Un año
mas tarde
nació su hijo y luego dejó de trabajar en esta empresa y no supe
mas de su
vida.


Hace un mes me encontré con ella por
casualidad y me contó que trabajaba en
un broker de seguros y fue así como me dejó su tarjeta de presentación.
Dos
días después de que mandara a volar a la representante del broker
de
seguros, Cynthia me llamó por teléfono contándome que su
compañera la había
llamado, para contarle lo sucedido y aproveche para preguntarle como había
estado y sobre su hijito. Ella me dijo que ya estaba grande y cuando le
pregunté por el pelmazo, me dijo que ya se había separado.


Vi entonces una oportunidad para acercarme
a ella y le dije a modo de broma
que podríamos salir a tomar un trago por ahí, y para mi sorpresa
aceptó.
Quedamos en vernos el próximo viernes y me dijo que me esperaba en su
departamento, ya que su suegra se llevaría a su hijo como lo hacia todos
los
fines de semana, para que estuviera con el pelmazo del padre.


Llegó el viernes y llevé una
botella de whisky para celebrar el reencuentro.
Cenamos algo ligero y luego nos quedamos a conversar en la mesa del comedor.
Mientras me contaba sus penas la miraba al rostro, viendo las delicadas
facciones que tenía y me moría de ganas de besarla en los labios.
Ya nos
habíamos acabado media botella de whisky entre los dos. Yo siempre que
tomó
y tengo una mujer delante, me comienzo a excitar y esta vez no fue la
excepción, así que empecé a decirle lo linda que se veía,
y que el pelmazo
era un tonto por haberla dejado.


Supongo que mi amiga también tenia su
carácter, así que tal vez si lo
nuestro hubiese prosperado en esa época, hoy yo estaría en el
sitio del
pelmazo. El hecho era que ahora la tenía delante de mí y ya la
notaba un poco
mareada, así que acerqué mi silla cerca a ella y la miré
a los ojos. Ella en
un momento se quedó callada mirándome y aproveché para
besarla en los
labios. Ella me respondió el beso abriendo su boca y dejando que nuestras
lenguas se encuentren.


La besé mas fuerte y su respiración
se aceleró y me dijo que nos sentáramos
en la salita que tenia. Ella estaba aún con la ropa de oficina. Usaba
una
minifalda, tenia medias o pantimedias, no lo sabia hasta ese momento, y una
blusa de color blanco. Mientras que la abrazaba comiéndome su boca, le
agarré una teta y ella me dijo que no, que nunca desde que se separó
de su
marido había estado con otro hombre, pero yo ya no podía detenerme
y metí mi
mano debajo de su falda agarrándole la chucha encima de su calzoncito,
que a
estas alturas estaba todo húmedo.


Ya no puso mas resistencia y empecé
a meterle mi dedo medio por el coño con
fuerza, como si me la estuviera tirando. Su cuerpo se arqueaba de la
excitación y así con una mano le quite el calzón y me puse
de rodillas para
lamerle la chucha. Ella se recostó más en el sillón para
que su culo quedara
al filo del mueble, y abría las piernas para sentir mas mi lengua. Comencé
a
chuparle su concha y ella se quitaba la blusa y el sujetador. Dejé de
lamerla para ver por primera vez esas tetas que siempre admiré y para
mi
sorpresa, la lactancia no las habían afectado mucho.


Me paré de donde estaba y me bajé
la bragueta del pantalón, dejando mi verga
para que me la chupe. Ella se incorporó al verla y se la metió
a la boca,
haciendo que me corra dentro de ella mientras me la mamaba. Me miraba a los
ojos mientras me chupaba la cabeza del pene, y parecía una puta cuando
le
chorreaba mi leche por la boca.


Nos fuimos a su cama y nos desnudamos rápidamente
y siguió chupándomela
hasta que se me paró nuevamente. Me puse encima de ella y le metí
la verga
por la chucha. Puse mis brazos en la cama mientras la bombeaba, para ver
como se movían sus tetas con mis embestidas. Ella fuera de sí
me decía, así
culeame mi amor que hace tiempo que nadie me tira. Si sabia esto te hubiera
llamado hace tiempo. Esas palabras hacia que mi arrechura aumentara y me la
culeaba con mas fuerza.


De pronto la voltee y empecé a lamerle
el ojete y ella gozaba como una
cerda, sacando su lengua y pasándosela por sus labios. Cuando puse la
punta
de mi verga en su ano ella me dijo que no, que nunca le había permitido
a su
marido que se la meta por ahí. Yo le dije que no era el pelmazo de su
marido
y pese a sus negativas la agarre de las caderas y empecé a meterle la
verga.
Ella gritaba que le dolía, pero ya era muy tarde, porque se la había
metido
toda y así empecé a bombearla hasta que decía que era rico,
y que quería que
la culeara mas fuerte.


Era tanta mi arrechura que le solté
mi leche en su hueco y quedé tendido
sobre ella un buen rato. Descansamos y se lo hice por delante esta vez,
terminando abrazados y besándola como loco en las tetas.


Después de esa vez me llamó por
teléfono y me dijo que su marido le había
pedido perdón, y que ella le daría una oportunidad en nombre del
hijo de
ambos, pero que nunca olvidaría la culeada que le di esa noche.





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