Infidelidad consensuada (primer caso)

Este es mi primer post y la primera entrega de una serie de las consultas que mi buen amigo Pedro me contó acerca de los casos que tuvo que atender. Obviamente los nombres, incluso el de mi amigo son modificados y las partes de los diálogos y algunos de los devenires de cada encuentro son inventados, acompañando el erotismo de la situación y tratando de hacer que la historia no se torne aburrida. Espero que les interese, y si es así, seguiré en próximas entregas.

Capítulo I
Paola y Francisco


Mi nombre es Pedro, soy una especie de consultor u orientador sexual. No soy sexólogo, aclaro porque no tengo título que me habilite en la materia. Mi experiencia se debe a mis vivencias, la lectura y, sin pecar de soberbio, al talento innato que tengo de “leer” los comportamientos y fantasías sexuales de las personas.
En esta primera entrega, les voy a contar el caso de Paola y Francisco, un matrimonio con casi veinte años de relación que a pesar que tenían buena piel estaban buscando innovar en sus relaciones sexuales para evitar lo rutinario que se volvía el sexo para ellos.
Paola es una mujer muy hermosa y a pesar de sus treinta y nueve años, su piel conserva la frescura que tenía hace veinte años atrás. Dueña de un busto imponente y, al menos lo que sugería a través de la ropa, no habían sido atacados todavía por la gravedad, en un noventa por ciento, su cuerpo era natural, tenía solo un poco de colágeno en los labios y algunas sesiones de botox, pero sus partes íntimas las conservaba en su versión original. Tiene una cabellera larga, rojiza y ondulada y unos hermosos ojos color miel... En términos actuales, Paola es una verdadera MILF.
Francisco, es un prototipo bastante común de hombre, aunque según lo que ellos me contaron cuenta con un pene de unos veintitrés centímetros con un diámetro levemente superior a los cinco centímetros.
Me voy a adelantar los primeros tres encuentros que fueron introductorios de la vida sexual de la pareja y tras un breve resumen de la fantasía por la que me consultaron si se podía llevar a cabo, pasaré a narrar la concreción de esa fantasía.

La Fantasía.
Paola y Francisco tenían la fantasía de que ella fuera contratada como escort por un caballero y tener un encuentro sexual en el que ella se entregara a lo que el “cliente” le pidiera y, por su parte, Francisco, podría espiar ese encuentro sin que el cliente lo notara y sin que Paola sintiera la presencia de su esposo. Algo así como una “infidelidad consensuada” muy distinto a la práctica de intercambio de parejas.
Tras una serie de preguntas realizadas a ambos por separado los reuní y les dije que accedía a ayudarlos a concretar su fantasía, entonces les entregué la tarjeta de un conocido que gerencia un Pub nocturno donde suele haber chicas que ofrecen sus servicios mezclados con clientes. Ofreciéndole a Paola que el encuentro sexual se llevara a cabo en mi oficina donde había un dormitorio bien equipado y una cámara oculta que le permitiría a Francisco observar a través de una pantalla en otra de las habitaciones el encuentro.

La resolución
(Este relato trataré de hacerlo lo mas ameno posible empleando términos, más bien mundanos y en un lenguaje que no utilizo para con mis asistidos, pero la idea es que les despierte algún que otro roedor)
El sábado a las 11 de la noche Paola se encontraba en el Pub “Jaqueline” sentada en la barra y vistiendo un vestido muy ajustado y corto de color verde agua, no llevaba sostén y tenía una colaless de encaje color blanco y zapatos de tacos a tono con el vestido.
El Pub estaba a medio llenar y había grupos de amigos y algunas personas solas tomando algo en algunas mesas. Paola estaba muy nerviosa pero también bastante ansiosa por lo que pudiera suceder. Sin que ella lo supiera, yo la observaba desde el despacho de mi amigo, el gerente del bar. Cuando el reloj se acercó a las 11.30 horas, Paola dejó su lugar y se dirigió hacia el toilette. En el camino es interceptada por un señor de unos cincuenta años que le dijo algo que ruborizó a Paola, pero igual ella le dedicó una sonrisa y con amabilidad negó con su cabeza. Allí entendí que Paola no me había dicho toda la verdad, ya que además de esa fantasía tenía algún tipo de pretensión en cuanto a la apariencia del “cliente”.
Para no perder más tiempo y correr el riesgo de que la fantasía no se lleve a cabo, envié a mi “Plan B” –Diego- Un joven de unos 22 años con un físico bastante marcado a quien conozco por ser el hijo de uno de mis mejores amigos. Diego estaba bastante instruido de estas situaciones y me ayudaba en alguna que otra ocasión para cumplir con las fantasías de mis asistidos. Al ver a Paola, Diego me dijo: “Que buena está esa mujer Pedro, ya quiero ir.” Le dije que esperara abajo y cuando saliera del bar, la abordara, que no perdiera de vista que él era el cliente pero que no aceptara un no.
Y así es que Paola se acercó a la barra, saludó al bar tender y tomó su abrigo y salió de allí.
A unos metros venía caminando Diego con su pantalón de jean blanco y camisa negra con los tres primeros botones desabrochados, su corta cabellera rubia y sus ojos verdes. Antes que Paola se dirija a detener un taxi, Diego pasa por el lado de ella y su perfume invadió los sentidos de Paola que se dio vuelta para ver al joven. Este que siguió caminando lento dejó caer su billetera y al dar el quinto pasó y a punto de darse vuelta para encararla a Paola porque ésta no lo iba a llamar escucha: “Flaco tomá… se te cayó” Al darse vuelta, la vio a Paola y sintió que su pene comenzaba a endurecerse. Tomo la billetera rozándole la mano y se encontró con los ojos de Paola, quien por un brevísimo instante bajó la vista y pudo notar el bulto en el pantalón de Diego.
-Gracias – dijo Diego – pero abrila por favor.
-Qué? – preguntó con sorpresa- Para que querés que la abra?
-Porque quiero que tomes el dinero hermosa.
-Estás loco flaco. No quiero tu plata.
-Como que no? Te vi en el Pub y no me animé a acercarme porque no tengo tanta plata como para pagarte, pero todo lo que hay ahí te lo doy… Cuanto me va a salir?
-Cuanto te va a salir? Que decís flaco? Me parece que te confundís!
-Cuanto me va a costar cogerte, belleza!
La palabra “cogerte” fue una alarma en el sistema nervioso de Paola. Enseguida empezó a sentir calor, que más que temperatura era excitación…
-Desde que te vi sentada en la barra que me estoy imaginando todo lo que te haría pero no sabía si me iba a alcanzar por eso no me animé- le dijo Diego. –Solo tengo $700. Me alcanza? Sino decime para que cosa me alcanza, no puedo perderme la oportunidad de cogerme una belleza como vos. Vengo siempre acá y nunca te vi., y lo más probable es que no te vuelva a ver por acá, entonces no quiero perder la oportunidad.

La fantasía de Paola recobraba fuerza y Diego la calentaba mucho, encima le había ofrecido un buen precio. O sea que se iba a matar con un pendejo que además, le iba a pagar $ 700, y Francisco iba a poder ver todo, era una fantasía redonda y súper cumplida. Entonces comenzó a imaginarse la pija de Diego llenándola de placer y comenzó a humedecerse.
- Si hermoso, con esto te alcanza – le susurró Paola.
Paró un taxi, se subieron y se dirigían a mi oficina. Fue ahí que recibí la confirmación de Diego por mensaje de texto. Entonces llamé al celular de Paola…
-Hola? Quién habla?- preguntó, y noté en su voz el temblor de la excitación profunda.
-Paola, soy Pedro, pasó algo que tengo que avisarte-
-Hola Pedro, que pasó? – preguntó nerviosa.
-No te alarmes, recién corté con Francisco y todo está bien, pero te aviso que la cámara oculta no funciona, entonces Francisco no puede verte.-
-No Pedro, no me digas eso. Así no puedo continuar-
-Por eso te digo que hablé con Francisco y le comenté el percance y le dije que si quería parar, pero él me dijo que no, que siguiéramos adelante que estaba más excitado y que le va a encantar que le cuentes. Él se va a quedar en el departamento de al lado y va a escuchar algo, pero después tenés que ir al departamento donde está y le contás todo.
-Seguro Pedro? No quiero que salga algo mal…
-Estás con el cliente?
-Sí.
-Entonces seguí, chau y que te diviertas.

Corté sabiendo que con solo ese empujón ya estaba en marcha lo mejor de la fantasía. Porque Francisco estaba detrás del espejo que cubría una gran parte de la pared lateral y que tenía una vista privilegiada del cuarto donde estarían Paola y Diego.
Le avisé a Francisco que se preparara que estaban llegando.
Al entrar al departamento, Diego le ofreció el dinero a Paola y ella lo tomó.
-Bien, ahora tenemos sellado el contrato. Ahora vas a hacer lo que yo te diga putita- le dijo Diego agresivamente. Y casi arrancándole el vestido, la empujó contra la puerta cerrada de la habitación y se apoyo contra ella rozando el bulto de su pantalón con la bombacha húmeda de Paola mientras la besaba apasionadamente. Paola lo empuja y le dice que no dejaría que la bese en la boca.
-Ah, no. Entonces vas a tener que usar esos labios carnosos en mi pija putita! – espetó Diego.
Abrió la puerta la tomó de sus tetas y la empujó hacia la cama.
Fue allí que Francisco vio la escena de su esposa semidesnuda y su pene comenzó a endurecerse. Más sabiendo que ella no sabía que él la espiaba.
Por su parte, Paola, estaba más que caliente. Paola estaba servida en bandeja y entregada al placer sabiendo que podía hacer todo lo que quería total su marido no la veía y luego podría omitir aquellas cosas que haría con Pablo y que a su marido le incomodaban que ella hiciera.
Diego, por otra parte, estaba encantado de cogerse una mina de la edad de Paola que estuviera tan fuerte como estaba ella.
Tras haber sacado su pantalón y calzoncillo con furia, Diego se tendió en la cama agarrando su pene y sacudiéndolo. –Te gusta mi pija putita!-
-Me encanta pendejo! Es enorme!
-Cométela entonces y no hables a menos que yo te lo pida, me entendiste?!!
Paola tomo el pene de Diego y comenzó a lamerlo de abajo hacia arriba y a continuación se lo introdujo en la boca con movimientos suaves al principio y cada vez más intensos.
-Así puta comete mi pija! Te voy a llenar la boca de leche!
Paola ante tanta excitación se mojaba cada vez más y gemía mientras le chupaba la pija a Diego rogando internamente que la penetrara. En ese momento, Diego le dice que le lamiera el culo, que es algo que ella siempre había querido hacer con Francisco y su marido no se sentía cómodo con ello.
Entonces, Paola le levantó la cola y comenzó a lamer su ano, incluso introduciendo su lengua en el orificio de Diego.
Al cabo de unos minutos, Diego que no aguantaba más la pone en cuatro patas y la penetró duramente ocasionando el grito de Paola, un poco de dolor pero más de placer.
Pocos fueron los movimientos que ocasionaron el orgasmo explosivo de Paola. Y, su concha comenzó a humedecerse más hasta llegar a dejar escapar algunas gotas sobre la cama tras haber transitado por los testículos de Diego.
Sobre una de las mesas de luz, había una botella de aceite corporal que Diego tomó y lo empezó a esparcir por la espalda de Paola que gemía incansablemente mientras el “cliente” no dejaba de bombearla.
Con todo el cuerpo de Paola lleno de aceite, Diego la dio vuelta y colocó su enorme miembro sobre las tetas de Paola para una hermosa turca que duró unos breves momentos, entonces el joven volvió a voltear a su puta y comenzó a presionar su pija sobre el culo de Paola.
-No- dijo Paola – en el culo no!
- Que no putita, yo ya te pagué y vos no me dijiste nada de que se podía y que no así que ahora te callás la boca.
Comenzó a abrirle el culo con sus dedos y el dolor que sintió Paola al principio se fue transformando en placer poco a poco. Al darse cuenta de ello Diego introdujo su cabeza en el ano de Paola que se iba dilatando poco a poco y comenzó a empujar cada vez un poco más. Cuando lo sintió lo suficientemente dilatado, empujo fuerte y Paola soltó un grito de placer.
Del otro lado del espejo, Francisco no podía creer lo que hacía su mujer y no paraba de hacerse la paja (aclaro que a esta altura iba en busca de su segunda eyaculación).
Mientras Diego destrozaba el culo de Paola que no paraba de gemir por el placer que sentía al ser reventada por el pendejo y por saber que su marido había consentido la relación pero “no sabía” nada de lo que ella estaba haciendo.
Diego no pudo contener mucho más y le dijo: -Cambié de idea putita y te voy a acabar en el culo, ahí voy- rompiendo en un gemido explosivo y de mucho placer. Acto seguido sacó su pene del culo, se quito el forro y le dijo a Paola que le chupara toda la leche que le quedaba en la pija y al ver que ella dudaba, la agarró de la cabeza y le metió la pija en la boca para luego acercarse a la concha de Paola y brindarle una húmeda sesión de sexo oral que hizo que Paola acabara nuevamente y que Francisco detrás del espejo, se viniera también.

Bueno, aquí termina este caso. La resolución y la devolución de mis asistidos la haré en una próxima entrega cuando les traiga un nuevo caso.
Espero les haya satisfecho esta primera entrega.
Hasta la próxima!

3 comentarios - Infidelidad consensuada (primer caso)

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Muy bueno el relato, gracias por compartirlo