El perdón

Amigos de P!, hoy les dejo otro relato, ésta vez de una extraña relación con mi ex suegrita:

En aquel entonces era verano, cuando Clara y yo tuvimos el impedimiento de seguir con nuestra larga relación. Nunca fue transparente la decisión que adoptó su familia, ni tampoco los pensamientos de la misma Clara. Lo cierto es que tuvimos que romper y que su madre habia sido (en gran parte) quien influenciara en la ruptura.
Su madre (llamada Graciela, vale aclarar) habia sido la persona que más ayudó para que yo pudiera iniciar la relación con Clara. Si, la misma persona que nos hizo terminar. Infinidad de preguntas pasaban por mi cabeza ¿Que habia hecho mal? ¿De golpe dejé de caerle bien a la familia? ¿Acaso fue un malentendido? ¿O fue la misma Clara quien pidio que nos hicieran pelear?... Un mar de preguntas sin sentido.
Pasó el tiempo, y me toca ir a hacer un trabajito de unas pocas semanas al campo y grande fue mi sorpresa cuando veo que Graciela estaba ahi tambien... Ella era hermana del encargado y queria algunas semanas de tranquilidad.
Nos mostraron el cuarto donde ibamos a dormir ese tiempo que ibamos a estar en el campo y empezamos a trabajar... Entre tanto tiempo compartiendo la misma casa, las conversaciones entre Graciela y yo comenzaron a ser mucho menos tensas. Ya no habia enojos, no habia rencores... Las cosas ya habían pasado.
El chalet de esa Estancia era muy grande, tenia forma de U con una gran galeria que la rodeaba y poseía varias habitaciones, baños e incluso dos cocinas... Eran practicamente dos casas en una. Nosotros estabamos de un lado con mis compañeros y la otra familia del otro lado de la casa. Una tarde, los chicos deciden ir al pueblo a comprar comida. Yo quede para cuidar nuestras cosas por las dudas (soy un tanto precavido) y justo la familia de Graciela tambien van para el puebo pero Graciela tambien quiere quedarse ahí.
Esa noche, cuando terminé de trabajar, fui bañarme. Cuando estaba por salir, noté que alguien andaba atras de la puerta porque se apreciaba una tenue sombra por abajo de la misma. Sali corriendo como un loco hacia la puerta y no le di tiempo a nada: apenas habia logrado pararse y hacer unos pasos, con el pantalón y la bombacha a la altura de las rodillas... Me estaba espiando.
- Graciela! - medio sorprendido, no me salió otra cosa.
- ... Disculpame, que vergüenza teng..
- No, no pasa nada - Le dije, y me acerqué.
- Podrías ser mi hijo - Típico respuesta de una veterana que se hace la seria.
- Mmm, creo que no se te habia cruzado eso por la cabeza hace un rato - La agarré de la cintura y la besé.
Fuimos para el cuarto, entre besos y toqueteo, terminandole de sacar la bombacha y el pantalón... Pero lo que más deseaba, eran sus gigantes tetas, asique tambien desaparecieron su remera y el corpiño. Ella ni lerda ni perezosa, me empezo a sacar todo y me empezó a hacer trabajar su boca... Estuvo un buen rato provocando fuertes sonidos con su boca y mi pene, hasta que llegó mi turno... Me escabullí entre sus grandes piernas, y empecé a explorar su muy peluda concha. Ella lo disfrutaba mucho emitiendo unos gemidos bastante fuertes, aprovechando que no habia nadie quien escuchara. Eso me calentó más y puse en acción los dedos. Ella estaba como loca, y yo chocho. La puse boca abajo, le abri el culo con las manos, y se la comence a poner despacito por la concha. Empece a empujar, pero ella empezó a pegarme culazos, entonces deje que ella hiciera todo el trabajo.
- Aaaay que lindo!- Exclamaba ella - Dale, segui, segui, no pares morocho!
La di vuelta, puse sus piernas en mis hombros y segui, mientras que ella seguia gemiendo como loca. Pero enseguida se dio vuelta y se puso en cuatro, agarrandose del respaldar de la cama y seguimos.
Yo se la saque de pronto y le empece a chupar la concha nuevamente y aprovechando que ella estaba en esa posicion, le apoyé la cabeza de mi pene en el culo. Quiso decirme algo, pero creo que se arrepintió y mientras yo iba metiendola despacito. Estuvimos un rato ahi y volvi a la concha hasta que terminamos.

Pasamos esa noche juntos, pero despúes no tuvimos una segunda oportunidad. Pero la única que tuvimos, bien la aprovechamos...

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