Cuando entré a Poringa, ya hace cuatro años, comencé a postear historias, obviamente todas verídicas.
Esta zaga la escribió una querida amiga que si estuviera conmigo ahora, seguramente sería poringuera.
Sus relatos son de una tensión sexual muy interesante ya que son totalmente verídicas como dije antes.
Todas fueron publicadas hace muchos años algunas revistas para hombres.
Por casualidad todo quedó en un harddisc de mi posesión y decidí que era hora de hacerlas conocer.
Hace mas de 11 años que no la veo, pero si lo lee, que me lo haga saber. (debe andar por los 53 años en la actualidad)
Después de tanta explicación, va el relato tal cuál ella lo escribió
Ya estaba hecho, teníamos un acuerdo y se iba a respetar pasara lo que pasara.
Roberto había caído en mi trampa y ya no podía retroceder.
Pasaron unos días y llamé a Juan. Inmediatamente me dijo que fuera a la tarde a su casa que tenía una sorpresa.
Me preparé para la ocasión, mini vestido negro, medibachas y botas negras(todavía hacía frío) y tapado, solo que esta vez abajo no llevaba nada, ni corpiño ni bombacha.
Llegué al departamento que tenía losa radiante, adentro se estaba re cómodo.
Me saqué el tapado, nos abrazamos, nos besamos durante un rato, mientras Juan incursionaba en mis cachas con las dos manos. Yo sentía como el bulto se iba endureciendo. Me manoseó las tetas y empezó a pellizcarme los pezones.
Mientras tanto yo lo franeleaba por encima del pantalón.
Se agachó un poco y empezó a chuparme las tetas, iba de una a otra mordiendo despacito los pezones que a esta altura parecían de plástico, duros y parados.
Me metió mano por debajo de la mini desde el culo para adelante hasta la raja que estaba empapada.
Le desabroché la camisa y empecé a acariciarle el pecho peludito. Realmente ahora si gozaba, sabiendo que estaba en “blanco”.
De a poco uno a otro nos fuimos poniendo en bolas, cuando lo terminé de desnudar, me arrodillé en el piso, le agarré la pija con las dos manos y empecé por la cabeza a chuparsela. La fui metiendo hasta que conseguí tenerla toda adentro de la boca y empecé a pajearlo con movimientos de la garganta.
El me acariciaba la cabeza, la nuca, la espalda y las tetas. Sentía sus dos manos recorrerme por todos lados.
Me agarró, me levantó y me llevó hasta el dormitorio.
Me tiró en la cama y él se acostó al lado mío. Seguimos franeleando, tocandonos por todos lados, cruzando las piernas una por encima de otra. Me sentía en la gloria.
La pija de Juan seguía dura como un garrote y los huevos bien pegaditos llenos de leche.
Se dio vuelta y sacó algo de la mesa de luz, era un consolador con vibrador. Me preguntó si me gustaba, le dije que sí, yo tenía uno en casa al cuál recurría cada tanto.
Este era bastante grande y con buena forma y textura. Se lo saqué de las manos y con la punta de la lengua empecé a chuparlo. Me lo metí todo en la boca mientras lo miraba con cara de lujuria.
Me lo pidió y empezó a metermelo en la concha lubricada. Iba poniendolo despacito, lo giraba entraba y salía. Le pedí que fuera a fondo y así lo hizo. Una vez adentro lo prendió. La sensación era vertiginosa, sentía una cosa maravillosa adentro mío.
Entonces me agarró las manos para que siguiera masturbandome yo sola.
Me abrí bien de gambas para que tuviera una buena visión y seguí con el trabajito.
El subió y me puso la pija a la altura de la boca. Empecé a chuparla mientras le daba al aparatito.
Fantástico, que bien me sentía ¡!!
Al rato me dio vuelta y me dijo que quería hacerme la cola. Le dije que no, que no iba a ser posible, que era algo reservado.
Pero insistió haciendo bromas y haciéndome reir tanto que me convenció. Lo último que dijo fue que el burro no coge por lindo sino por cargoso. Eso me desarmó.
Me acosté boca abajo con la cabeza apoyada en la almohada y el culo parado para ofrecerselo mejor.
Me empezó a poner saliva en la raya del culo y primero avanzó con un dedo. Yo trataba de aflojarme lo mas que podía. El dedo no fue problema.
Después empezó con la puntita de la pija, muy despacito mientras me acariciaba las caderas y la cola. Yo sentía como iba entrando y como se me iba dilatando el orto.
En un momento grité, realmente me dolía entonces me dijo que él se quedaba quieto, que yo fuera retrocediendo a medida que me sintiera cómoda. Así lo hice hasta que sentí los huevos pegados a mí.
La tenía toda adentro. Empezamos unos movimientos de vaivén suaves de adelante a atrás. Ya estaba hecho, agarré el consolador y me lo metí en la concha hasta que sentí que las dos durezas se encontraban paralelas en un punto y separadas solo por un poquito de piel.
Fue sensacional, ya no me dolía y lo estaba disfrutando a full.
Acabé un montón de veces hasta que Juan me dijo que se corría. Sentí como la leche avanzaba por mi intestino, una verdadera inundación. Terminó con un envión que me hizo tragarme literalmente la almohada.
Me sentía bárbaro, le había entregado el culo a otro hombre además de a Roberto.
Se salío de adentro mío despacito, eso también dolió.
Se levantó y se fue al baño, cuando yo me levanté me chorreaba todo, la concha y el culo, sentía como las dos leches me iban corriendo por las piernas.
Volví y nos quedamos en la cama desnudos, fumando y toqueteandonos.
Otra sorpresa mas que me daba Juan.
Tomamos un café en bolas y le dije que me iba, tenía que preparar la cena.
Me vestí y me fui para casa.
Cuando llegué Roberto todavía no estaba.
La chica que cuidaba a los pendejos se fue y me quedé sola con ellos.
En ese momento sentí unos deseos incontrolables de ir al baño, como retorcijones de estómago.
Me encerré y ahí empezó realmente lo duro, me dolía una barbaridad, hasta pensé si no me había desgarrado. Me dolía el orto de una manera impresionante, mas cuando se dilataba para dejar salir los teresos.
Controlé que no hubiera sangre pero no, no me había lastimado, solo era la molestia de tener semejante pedazo de verga tanto tiempo adentro.
A Roberto no le dije nada esa noche, solo me dijo de coger pero me negué diciendo que estaba por menstruar. No hubiera soportado mas embates de pija de ningún tipo.
Besos
Esta zaga la escribió una querida amiga que si estuviera conmigo ahora, seguramente sería poringuera.
Sus relatos son de una tensión sexual muy interesante ya que son totalmente verídicas como dije antes.
Todas fueron publicadas hace muchos años algunas revistas para hombres.
Por casualidad todo quedó en un harddisc de mi posesión y decidí que era hora de hacerlas conocer.
Hace mas de 11 años que no la veo, pero si lo lee, que me lo haga saber. (debe andar por los 53 años en la actualidad)
Después de tanta explicación, va el relato tal cuál ella lo escribió
Ya estaba hecho, teníamos un acuerdo y se iba a respetar pasara lo que pasara.
Roberto había caído en mi trampa y ya no podía retroceder.
Pasaron unos días y llamé a Juan. Inmediatamente me dijo que fuera a la tarde a su casa que tenía una sorpresa.
Me preparé para la ocasión, mini vestido negro, medibachas y botas negras(todavía hacía frío) y tapado, solo que esta vez abajo no llevaba nada, ni corpiño ni bombacha.
Llegué al departamento que tenía losa radiante, adentro se estaba re cómodo.
Me saqué el tapado, nos abrazamos, nos besamos durante un rato, mientras Juan incursionaba en mis cachas con las dos manos. Yo sentía como el bulto se iba endureciendo. Me manoseó las tetas y empezó a pellizcarme los pezones.
Mientras tanto yo lo franeleaba por encima del pantalón.
Se agachó un poco y empezó a chuparme las tetas, iba de una a otra mordiendo despacito los pezones que a esta altura parecían de plástico, duros y parados.
Me metió mano por debajo de la mini desde el culo para adelante hasta la raja que estaba empapada.
Le desabroché la camisa y empecé a acariciarle el pecho peludito. Realmente ahora si gozaba, sabiendo que estaba en “blanco”.
De a poco uno a otro nos fuimos poniendo en bolas, cuando lo terminé de desnudar, me arrodillé en el piso, le agarré la pija con las dos manos y empecé por la cabeza a chuparsela. La fui metiendo hasta que conseguí tenerla toda adentro de la boca y empecé a pajearlo con movimientos de la garganta.
El me acariciaba la cabeza, la nuca, la espalda y las tetas. Sentía sus dos manos recorrerme por todos lados.
Me agarró, me levantó y me llevó hasta el dormitorio.
Me tiró en la cama y él se acostó al lado mío. Seguimos franeleando, tocandonos por todos lados, cruzando las piernas una por encima de otra. Me sentía en la gloria.
La pija de Juan seguía dura como un garrote y los huevos bien pegaditos llenos de leche.
Se dio vuelta y sacó algo de la mesa de luz, era un consolador con vibrador. Me preguntó si me gustaba, le dije que sí, yo tenía uno en casa al cuál recurría cada tanto.
Este era bastante grande y con buena forma y textura. Se lo saqué de las manos y con la punta de la lengua empecé a chuparlo. Me lo metí todo en la boca mientras lo miraba con cara de lujuria.
Me lo pidió y empezó a metermelo en la concha lubricada. Iba poniendolo despacito, lo giraba entraba y salía. Le pedí que fuera a fondo y así lo hizo. Una vez adentro lo prendió. La sensación era vertiginosa, sentía una cosa maravillosa adentro mío.
Entonces me agarró las manos para que siguiera masturbandome yo sola.
Me abrí bien de gambas para que tuviera una buena visión y seguí con el trabajito.
El subió y me puso la pija a la altura de la boca. Empecé a chuparla mientras le daba al aparatito.
Fantástico, que bien me sentía ¡!!
Al rato me dio vuelta y me dijo que quería hacerme la cola. Le dije que no, que no iba a ser posible, que era algo reservado.
Pero insistió haciendo bromas y haciéndome reir tanto que me convenció. Lo último que dijo fue que el burro no coge por lindo sino por cargoso. Eso me desarmó.
Me acosté boca abajo con la cabeza apoyada en la almohada y el culo parado para ofrecerselo mejor.
Me empezó a poner saliva en la raya del culo y primero avanzó con un dedo. Yo trataba de aflojarme lo mas que podía. El dedo no fue problema.
Después empezó con la puntita de la pija, muy despacito mientras me acariciaba las caderas y la cola. Yo sentía como iba entrando y como se me iba dilatando el orto.
En un momento grité, realmente me dolía entonces me dijo que él se quedaba quieto, que yo fuera retrocediendo a medida que me sintiera cómoda. Así lo hice hasta que sentí los huevos pegados a mí.
La tenía toda adentro. Empezamos unos movimientos de vaivén suaves de adelante a atrás. Ya estaba hecho, agarré el consolador y me lo metí en la concha hasta que sentí que las dos durezas se encontraban paralelas en un punto y separadas solo por un poquito de piel.
Fue sensacional, ya no me dolía y lo estaba disfrutando a full.
Acabé un montón de veces hasta que Juan me dijo que se corría. Sentí como la leche avanzaba por mi intestino, una verdadera inundación. Terminó con un envión que me hizo tragarme literalmente la almohada.
Me sentía bárbaro, le había entregado el culo a otro hombre además de a Roberto.
Se salío de adentro mío despacito, eso también dolió.
Se levantó y se fue al baño, cuando yo me levanté me chorreaba todo, la concha y el culo, sentía como las dos leches me iban corriendo por las piernas.
Volví y nos quedamos en la cama desnudos, fumando y toqueteandonos.
Otra sorpresa mas que me daba Juan.
Tomamos un café en bolas y le dije que me iba, tenía que preparar la cena.
Me vestí y me fui para casa.
Cuando llegué Roberto todavía no estaba.
La chica que cuidaba a los pendejos se fue y me quedé sola con ellos.
En ese momento sentí unos deseos incontrolables de ir al baño, como retorcijones de estómago.
Me encerré y ahí empezó realmente lo duro, me dolía una barbaridad, hasta pensé si no me había desgarrado. Me dolía el orto de una manera impresionante, mas cuando se dilataba para dejar salir los teresos.
Controlé que no hubiera sangre pero no, no me había lastimado, solo era la molestia de tener semejante pedazo de verga tanto tiempo adentro.
A Roberto no le dije nada esa noche, solo me dijo de coger pero me negué diciendo que estaba por menstruar. No hubiera soportado mas embates de pija de ningún tipo.
Besos
6 comentarios - 10 de 15
Ella..... siempre presente en tus pensamientos!
Tremenda la detallada descripción del anal !!!
Excelente relato amigo !!!
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
link: http://www.youtube.com/watch?v=Pbx0q1FU1LI