SkyPE - Videosexo incestoso

Desde que volvió de Europa, la veía pasarse horas en SkyPE. La liturgia era siempre la misma. Se encerraba en su pieza, y un par de horas no se podía contar con ella. Esto era a cualquier hora del día o de la noche.
Mi curiosidad me estaba matando, aunque era obvio que había algo mas que una video- llamada.
Me anime a escuchar que pasaba en la pieza cuando la puerta se cerraba. Estando solas en casa, esa mañana ella cerro suavemente la puerta y se podia oir claramente la conversación. El volumen había quedado alto y ella se olvido de bajarlo.
Con la tranquilidad que me daba conocer los tiempos, me quede la primer hora con el oído casi pegado a la puerta.
Pude escuchar casi todo, mejor a el en la compu que a ella, por alguna razón ella murmuraba muy bajo imperceptible, casi ruidos, no palabras.
La pude espiar por la cerradura, y estaba muy recostada, con su cola parada y la cabeza en dirección a la pared. Abrí la puerta y la dejé entornada unos centímetros. Suficientes para ver claramente todo. Ella tenia la cabeza tapada ahora y la mano y el brazo la cubrían. Yo me puse a una distancia que me permitía disimular en caso de una pronta interrupción.
Hice un giro y vi como le mostraba la verga en primer plano, ocupando toda la pantalla de la notebook.
Me toque de igual manera que ella se tocaba recostada en la cama. El pibe en la pantalla se daba con fiereza.
La vi terminar, fuerte y al pibe también lo vi terminarse en la mano. La leche le cubría los dedos y se la mostraba. Ella se chupaba los dedos mostrándole como le comería la leche de la mano.
Yo me asuste cuando no pude contener mis jadeos y ella miro en dirección a la puerta, no pudo verme, pero me asusto mucho. Baje corriendo las escaleras y me puse delante del desayuno.
Lo repetí muchas veces y logré algunos ángulos que me dejaban ver a ella y a el. Siempre descubrían alguna nueva variante sexy.
El ya me había visto en algunas video-llamadas protocolares. Fui presentada por cámara, ya que mas de 10.000 km de Atlantico no eran fáciles de resolver. No pasaron de un saludo y alguna charla vana. Mi hija tampoco estaba muy cómoda con la manera que me hablaba y miraba. Preventivamente me rajaba, solo me mostró lo mínimo indispensable.
Ese mediodía, entre buscando ropa para completar un lavado y escucho una voz que llega desde la notebook. Estaba sola en casa y no podia ser otra cosa que la compu de la nena.
Levante la pantalla, que estaba oscura, y escuche un: -Hola ¡Venga, en que andamos! Iba a mover el mouse para que me deje ver que había del otro lado, pero sabia exactamente que había del otro lado. Se me ocurrio hacerme la distraida y no contestar, como que no escuchara nada. Varios llamados sin respuesta terminaron por convencerlo que yo no escuchaba nada.
Para demostrar claramanete que no sabia que me miraban, me desvestí completamente y enfoque el orto en dirección a la camarita de la notebook. El pibe creyéndose mudo, pegó un alarido caliente.
Yo salí de la habitación desnuda y volví vestida como si nada hubiera pasado y como si no escuchara nada. Me acerque por donde la cámara no me tomaba y moviendo el mouse, la pantalla me devolvió la imagen intercontinental. El pibe se disponía a sacar la verga del pantalón, y no miraba su pantalla.
Pase de espaldas a la cam y le mostré la redondez de mi culo, tantas veces piropeado. Tenía plena seguridad que lo alzaba con esa imagen. Me recoste sobre la cama de la nena, pare la cola mas aun, subi la mini de jean un poco y le mostre como me masajeaba el culo, tenia la misma crema que mi hija usaba en su mesa de luz, y si dudarlo y para no demorarme, complete mi palma y me cubrí el orto de crema.
Espiándolo entre mis piernas podía ver la calentura en la pantallita. Se agarraba la verga como si fuera a arrancársela. Le mostre lo facil que me entraban los dedos al orto, dos tres y los cuatro. Me ayude con la otra mano y centrando mi culo en la camara, lo abri con los otros cuatro dedos. Sentí estirarse el esfínter y un calor me invadiò haciendome acabar. Me di un fuerte cachetazo en el culo, que me dio un remezon acabador. Escuche retumbar en la comunicación el chirlo. Fue i vino varias veces, y cada eco me produjo el mismo efecto fulminante.
Jadeando lo espié y vi como se le escurría la leche entre los dedos como ya le habia visto sucederle.
Le pregunte en un tono muy suave y sexy si se animaba a cogernos a las dos, a lo que contesto con la vos cortada, que si esa posibilidad existía, cruzaba el Atlantico a nado. No se si nos aguantas a las dos.. le fije desafiante. Sabiendo que nada motiva mas al macho que el desafío sexual. Sobretodo al inexperto, como este pajerito calentón.