el sueño de elena

Elena estaba estirada, desnuda en su cama, cuando el abrazo de morfeo se apoderó de ella. Empezó a soñar que alguién en la oscuridad acababa de entrar en su habitación y se había sentado en su cama a contemplarla, en su sueño sintió las caricias de unas manos fuertes que iban descendiendo desde su cuello, pasando por sus senos, recreandose en su vientre y llegando a su zona púbica, ahí se detuvo una mano, acariciando primero muy suavemente la parte exterior, hasta que Elena en su sueño, sintió que deseaba rendirse al placer de aquella caricia. Abrió sus piernas y dejó que aquella mano empezase a hurgar dentro, sintiendo la fuerza de una ola de mar que azotaba y se retiraba, así en su ensoñación se dejaba arrastrar por los deseos carnales que en su sueño aquellas manos sin rostro, buscaban darle placer.

Algo más tarde sintió un terremoto dentro de sí, la explosión vibrante de un pene que le dejaba claro quien mandaba en ese sueño. La vibración y el asalto cada vez más intenso, hacía que ella rebotase en su cama como en una montaña rusa. Su vagina abierta en flor excitada por el rocío y sus pezones duros y excitados por los pequeños mordiscos y pellizcos que a ella tanto le gustaban, eran como dunas a las que el conquistador había resuelto al llegar a la cumbre hacerla suya, clavando su bandera. Su sueño era tan placentero que no deseaba que acabase.

Al despertar se sintió totalmente mojada, su vientre, pechos cuello y cara estaban llenos de un líquido blanquecino, algo enganchoso, entonces y solo entonces se percató de que no había sido un sueño, el asaltante había entrado a su casa y la había poseido.

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