La Sra. Blackwood, la canguro cachonda.

Jim vivía solo con su madre, Cynthia.Su padre se había largado unos años antes y los había dejado solos cuando Jim tenía 6 años.Ahora, seis años después, los dos vivían lo suficientemente bien como para tener una casa bastante confortable y una cuenta corriente abundante.

Cynthia trabajaba doce horas al día para conseguir bastante dinero, y su hijo se iba al colegio y no volvía hasta después de las tres.Jim solía ponerse a ver la tele todo el rato hasta que su madre llegaba a las ocho de la noche y se comía algo que ésta le hubiera dejado la noche anterior listo para preparar en el microondas.

Solía ponerse a ver películas porno en el vídeo y hacerse dos o tres pajas al día antes de que llegara Cynthia.Se había estado masturbando desde hacía un año y medio, cuando un amigo suyo del colegio le había dicho cómo hacerlo.Desde entonces cada vez se fascinaba más con el placer que daba machacársela y luego lanzar a chorros su blanco esperma por el aire.

Jim había estado con una chica del colegio hacía dos meses, pero cuando le tocó algo que no debía, ésta le dio uno de los guantazos más impresionantes que le habían dado.Él había creído que todas las chicas británicas follaban y se dejaban tocar ya a los doce, pero descubrió que esta chica no pertenecía a la mayoría.

Él era un chico lo suficientemente atractivo como para atraer a las chicas más interesantes, aunque medía metro sesenta y era aún flaco y con cuerpo de niño.Solía pasar la mayor parte de su tiempo en casa, ya que no le gustaba mucho hacer deporte y ya tenía bastante con lo que le exigían en las clases de gimnasia.

Un viernes, cuando su madre llegó de la oficina donde trabajaba, Jim estaba sentado en el sofá después de haberse machacado una sola vez.Su madre le dijo que lo iba a dejar con la canguro con la que lo había dejado hasta hacía dos años, ya que se iba a ir a cenar con unos amigos y no volvería hasta muy tarde.

A Jim no le hacía demasiada gracia que lo dejaran con una canguro a sus doce años, pero qué remedio le quedaba.Recordaba que no había sido tan terrible tiempo atrás, pero a sus doce años le parecía excesivo ya.

Sobre las nueve de la noche llamaron a la puerta.Cynthia se apresuró a abrir y saludó a la señora Blackwood, que lo había cuidado hacía tiempo dos o tres veces.Cynthia le dijo que pasara y que se pusiera cómoda.Jim la saludó y le dio un beso.La señora Blackwood se quedó impresionada de lo que había cambiado el chico, ya que la última vez que lo había cuidado había sido tres años atrás.

Jim tampoco dejó de de asombrarse ante la canguro, una mujer de 45 años viuda que medía metro sesenta, era morena y tenía unas medidas de 100-69-99.La mente calenturienta del chico no dejó de pensar obscenidades sobre la mujer, cuya edad no se veía reflejada en su cuerpo para nada.

Cuando Cynthia se hubo marchado, la señora Blackwood se sentó tranquilamente en el sofá del salón ojeando unos tabloides que tenía la madre de Jim.Como de costumbre, no decían nada interesante, así que puso la tele.Estuvo un rato viendo Sky One, pero luego cambió al Channel Four.Se aburría como una ostra.

Jim bajó y le dijo que se iba a duchar.Ella dijo que muy bien y éste se fue para arriba a meterse en la ducha.A la señora Blackwood se le ocurrió la idea de ir a darle en la espalda y así poder verlo desnudo, algo que necesitaba mucho desde que enviudó dos años antes.Tenía muchas ganas de ver un pene, aunque fuera el de un chico de doce años, así que subió arriba y llamó a la puerta.

Jim se extrañó mucho de que la señora Blackwood llamase a la puerta, pero la dejó entrar, ya que decía que su madre quería que le diera en la espalda.Una vez dentro, la canguro vio al chico vuelto de espaldas listo para que se la enjabonara.El ver su cuerpo desnudo, aunque fuera por detrás, la puso muy caliente y se le endurecieron los pezones.

La señora Blackwood empezó a enjabonar al chico mientras éste seguía vuelto de espaldas.Su mano lo recorría desde el cuello hasta la parte superior de su culo.Le enjabonó la espalda entera, pero luego decidió seguir por delante.

-Venga, Jimmy, date la vuelta, que te voy a seguir enjabonando yo.

-Pero...

-Oh...vamos...no te dará vergüenza... -le dijo al chico.

-N...no...no...

Entonces, Jim se dio la vuelta y le mostró a la canguro su erección de 21 cm, un tamaño que dejó atónita a la mujer, que no se esperaba semejante longitud en un chico de 12 años.Jim se ruborizó y la señora Blackwood dijo:

-Con que la tienes dura, eh...

-Eh...yo...Per...perdón... -tartamudeó Jim.

-Bah...no te preocupes...Es normal que se te ponga así cuando te toca una mujer...

-Ah... -dijo Jim como si no lo supiera.

-Además...la tienes muy grande, ¿sabes...? Yo nunca he visto una así...

-¿De verdad...?

-Nunca...Aunque tampoco es que haya visto demasiadas...Más de una chica se debe estar volviendo loca con ese pene tuyo, eh... -le dijo.

-Pues...

-¿Es que no tienes novia...?

-N...no -dijo algo avergonzado el chico.

-Vaya...vaya...Entonces, ¿nunca se la has enseñado a una chica...?

-No -respondió Jim con la cabeza gacha mientras la canguro enjabonada su miembro.

-Oh...qué lástima...¿Y nunca se lo has visto a una chica tú...?

-Tampoco...pero lo he intentado y me he llevado un guantazo.

-Oh...vaya -rió la señora Blackwood-.Pobre chico...

Los dos callaron un rato mientras la canguro terminaba de enjabornarle el cuerpo y lo enjuagaba.

-Bueno...si quieres te dejo que me veas algo, Jimmy...Para que veas que no todas las chicas son estrechas...¿Quieres...?

-¿De verdad lo haría...? -preguntó incrédulo Jim.

-Claro...Ya va siendo hora de que sepas algo...y además, tú me has dejado verte el pene, así que te debo algo, ¿no...?

-Sí, supongo...

La señora Blackwood se quitó la camiseta de verano que llevaba puesta y dejó al aire su sujetador rojo.Luego, llevó sus manos a la espalda y se lo desabrochó, dejando al chico ver sus enormes tetas, que se balancearon un poco con sus pezones gordos y areolas amplias encima.

-¿Te gustan, Jimmy...?

-Mmm...me encantan...

-Me las puedes tocar, si quieres...

Entonces, Jim llevó sus manos a los melones de la mujer y comenzó a estrujarlos mientras el coño de ésta empezaba a ponerse cada vez más húmedo manchando sus bragas.

-¿Me dejas que te vea el...el chocho...? -preguntó tímidamente Jimmy.

-Vale...venga...Pero tienes que prometer que no le dirás nada de esto a tu madre, ¿vale?

-Sí...

La canguro se bajó la falda y luego las pequeñas bragas rojas que llevaba puestas, dejando su vulva negra, poblada y bien recortada al aire, haciendo que el pene del chico llegara a niveles de erección impresionantes.

Jim llevó una mano a su coño y empezó a tocarlo, haciendo que la señora Blackwood casi goteara de excitación.Se metió en la bañera con Jim y dejó que éste la siguiera tocacndo mientras ella agarraba su pene, que ahora rozaba los 22 cm y tenía el glande fuera.

-Jimmy, espera...-dijo la canguro dándose la vuelta y poniendo el culo en pompa de forma que el chico pudiera ver la raja de su negro coño-.¿Por qué no me la metes en el chochito...? Verás como te gusta...

Jim sabía que le iba a gustar perfectamente, así que no dudó en acercar su falo a la raja del sexo de la mujer, deslizándolo hacia dentro suavemente hasta que su glande entero estaba dentro.Fue una sensación alucinante.Estaba totalmente lubricada y la penetración era sumamente fácil a pesar de la estrechez del agujero.Fue deslizando su enorme falo mientras ponía sus manos en sus caderas para atraerla hacia si.Cuando, después de meter catorce centímetros, su verga tocó fondo, Jim empezó a empujar su pelvis contra su culo con las manos que estaban en sus caderas ayudando.La señora Blackwood ayudaba empujando hacia atrás con todas sus fuerzas mientras se sentía totalmente penetrada por los casi 22 cm del chico.Era una sensación increíble para ella el tener en su coño un pene de más de 5 cm de diámetro y una longitud tan grande.

Después de un minuto, los gemidos de la madura canguro se hicieron audibles casi en toda la casa mientras Jimmy seguía dándole desde detrás con ferocidad.Unos instantes después, la señora Blackwood se corría gritando de placer mientras Jim se detenía un poco para coger fuerzas.Luego siguió follando como antes, empujando a la mujer cada vez con más fuerza, estrellándose en su cérvix mientras agarraba sus tetas y pellizcaba sus pezones.Casi al instante, la canguro se volvió a poner rígida y se corrió de nuevo en medio de gritos que Jim temía que se escucharan en la vecindad.

Mientras seguía penetrando, la mujer no cabía de gozo y sonreía con los ojos desorbitados de placer.Jim se acercaba ya a lo inevitable y aceleró el ritmo hasta tal punto que la señora Blackwood casi no podía seguirlo.Pronto, el chico jadeó con fuerza poniéndose rígido y empezó a lanzar su semen dentro del coño de la madura mujer.Ésta sentía los chorros estrellarse en las paredes de su agujero y se sentía como en el paraíso.

Jim dejó su pene dentro mientras se corría sin acordarse de que así se puede dejar a una mujer embarazada y no lo sacó hasta dos o tres minutos después.Luego, los dos se vistieron y se fueron abajo a ver la tele.Había sido la primera vez de Jimmy, y realmente no le había decepcionado, es más, se moría por repetir.Pero eso no ocurriría, ya que la señora Blackwood nunca más volvió a ser canguro.La madre de Jimmy oyó decir a una vecina, que también había requerido sus servicios en ocasiones, que la señora Blackwood se había trasladado a otra ciudad y que había tenido un hijo...¿A que no adivináis de quién...?



Disfrutar del relato poringueros, a mi me encantó! 😉

1 comentario - La Sra. Blackwood, la canguro cachonda.