La fantasia medica de mi esposa (segunda parte)

Realmete estaba asustado. No sé qué era el supositorio que me había aplicado mi esposa, pero efectivamente no tenía fuerzas ni para mover un dedo. Éso me dejaba completamente desnudo en la camilla de un consultorio, con mi esposa cumpliendo vaya a saber qué tipo de fantasía conmigo.
Silvia retiró la mano con la que me tapaba la boca y me dió un "pico".

- Va a ser mejor que te relajes y no intentes resistirte a nada. Esto va a ser largo y recién empieza. - me dijo mientras se sacaba los guantes y los desechaba en un cesto. - Tratá de relajarte.

Salió del consultorio y se estaba lavando las manos cuando sonó el timbre. Yo comencé a sentirme más tranquilo, cualquier persona que viniera a visitarnos iba a dar por terminada esta experiencia. Sin embargo, Silvia no pareció sorprenderse, sin quitarse su ropa de "doctora", cruzó el consultorio, se dirigió a la puerta y entónces pude escuchar que le abría a su mejor amiga Carina. Silvia y Carina habían compartido su infancia y tenían la mayor de las confianzas, de modo que cuando escuché su conversación exitada, volví a preocuparme seriamente.

- Llegaste justo

- Loca total, lo hiciste???!!!! Sí, lo convenciste!!!! Guacha estás divina con ése guardapolvo!

- Trajiste lo tuyo?

- Claro boluda, cómo no lo voy a traer! Ya mismo me cambio. Lo tenés sedado?

- Sí, en la camilla del consultorio. Esta un poco nervioso, viste? Pero esta obedeciendo.

- Jajaja, mejor para él

- No lo puedo creer, desde los quince que tenemos esta fantasía....

- Te acordás cuando nos escondíamos para ver a los pacientes de tu viejo desnudos?

- Boluda, me decís a mi... mirá como te queda ése guardapolvo, te re marca las tetas y la cintura!

- Siempre me gustaron entallados. Tenés todo preparado?

- Seguro. Cuando quieras vamos y empezamos.

- Vamos, a ver si todavía el paciente se nos pone ansioso.

Entónces las escuché entrar al consultorio. Solo escuchaba sus pasos porque no podía mover la cabeza para verlas. Recién tome conciencia cuando las dos figuras aparecieron sobre mi, una a cada lado de la camilla. Se pusieron las manos en los bolsillos de sus guardapolvos, me miraron y Silvia dijo:

- Pablo, te presento a la doctora Carina. Como me dijiste que tenés un problema de eyaculación precoz, decidí convocarla para que te revise porque es una verdadera especialista en el tema

- Alguna vez lo revisaron por este problema? - preguntó Carina

- Carina... yo...

- Diríjase a mi como "doctora", esta claro?

- Si... si doctora...

- Mejor, ahora dígame lo revisaron antes?

- No... no doctora...

- Me imaginé. Vamos a tener que revisarlo a ver con qué nos encontramos.

Y Silvia le alcanzó un par de guantes. Las dos se calzaron los guantes de latex ante mi vista y de inmediato comezaron a revisarme la zona genital. Me palpaban los testículos y me tocaban el pene. De repente empecé a tener una erección.

- Silvia, voy a descubrir el glande para que lo revises bien - dijo Carina, y de inmediato sentí como retiraba mi prepucio y el glande quedaba expuesto para que Silvia lo manipule a su antojo. Y todo esto me exitaba cada vez más.

- Fijate a ver qué te parece a vos, pero yo quisiera tener un mejor acceso al canal uretral.

Ahora Silvia me retiraba el prepucio y Carina me revisaba el glande.

- Si, qué sugerís?

- Yo lo dilataría un poco con Sondas Hegar.

- Sí. Estoy de acuerdo - Y de inmediato las dos me soltaron, dejándome con una tremenda erección. Se sacaron los guantes y los tiraron al cesto.
Como dos expertas, retiraron la mesita que estaba al lado de la camilla y comenzaron a preparar mi tratamiento. Carina cubrió la mesita con una tela verde mientras Silvia sacaba de una de las vitrinas una caja metálica y la dejaba lista para su utilización, Carina luego preparó un líquido marrón y también lo dejó dispuesto, mientras Silvia preparaba trozos de gasa y alineaba una serie de pinzas. Carina devolvió la mesita al lado de la camilla y Silvia acomodó una potente lámpara que apuntaba directamente a mi pene erecto.

- Los barbijos están al lado de la pileta - informó Silvia.

Ambas se pusieron barbijos y se lavaron profundamente las manos, para luego secárselas. Después la ví como sacaban unos guantes de latex de unos sobres de papel y se los calzaban con mucho cuidado. Cuando estuvieron listas se acercaron a la camilla con las manos a la altura del pecho. Seguramente Silvia me vió los ojos asustados, porque dijo:

- Quedate traquilo. Te tenés que quedar quietito mientras te dilatamos, sabés?

- Me van a operar?

- Por ahora no - dijo Carina sonriendo.

- Te vamos a agrandar el orificio del pene porque tenemos que revisar a fondo primero, para ver qué tratamiento te vamos a aplicar.

- Nooo por favor!!!! Te lo suplico Silvia... doctoras.... no, éso no!

- Silvia, prepará el sedante.

Silvia comenzó a cargar una jeringa con un líquido, cuando estuvo listo le dió unos golpecitos y verificó que el líquido saliera a través de la aguja, y se la dió a Carina, que me extendió el brazo, me pasó un algodón con un poco de alcohol y me aplicó la inyección.

- Esperen... les pido que no.... - y ya no tuve más fuerzas ni siquiera para hablar.

- Ahora sí, tranquilo - dijo Carina, y desechó la jeringa. En seguida agarró una tela verde de la mesita y la comenzó a acomodar sobre mi pene y testículos. Sacó el pene a través de un orificio en la tela y lo manipuló de modo de dejar expuesto el glande otra vez. Mientras tanto, Silvia se acercó a mi cara, me acarició y a través del barbijo me dijo:

- Pablo, estás en nuestras manos. No te resistas más porque va a ser peor para vos, lo mejor va a ser que aceptes los tratamientos que decidamos porque quieras o no te los vamos a hacer igual. No nos obligues a tenerte sedado todo el tiempo porque queremos que vos también sientas lo que las doctoras te hacemos.

Mientras mi esposa me decía esto yo veía como Carina me sostenía el pene con una mano y con la otra tomaba un trozo de gasa con una pinza y lo mojaba en el líquido marrón y me lo pasaba por todo el glande. Era frío, pero yo seguía teniendo la erección. Cuando estuvo satisfecha con su trabajo, Carina me soltó y con la pinza todavía en la mano dijo:

- El paciente esta listo.

Mi esposa anunció:

- Vamos a empezar.


(continuará)

9 comentarios - La fantasia medica de mi esposa (segunda parte)

elpitu_10
yo me separo hijas de puta como te van a hacer eso que boludo sos loco que aceptas todo seguro te rompieron el culo jajaja
tutucazo
elpitu_10 dijo:yo me separo hijas de puta como te van a hacer eso que boludo sos loco que aceptas todo seguro te rompieron el culo jajaja

Si, aunque primero (si me dejaron la chota en condiciones) me las enfiesto, y después sí las mando en cana y me separo 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️
allcanbe
Na, hay que probar de todo, vean mi post, mucho de lo que ahí aparece, ya lo probamos ella y yo, y vale la pena....

http://www.poringa.net/posts/tv-peliculas-series/1789087/BDSM-Aleman-puro-y-duro.html
Gothopolis
Seguramente la ultima parte no la has escrito todavía porque el culo te duele al sentarte. O es una mentira para alimentar las fantasias de algunos.
imat232002
ah pero son una terribles hijas de put................!!!!!!!! y vos sos un terrible nabo si esto es verdad!!!!!! apretales el clitoris con un alicate mono!!!!!!!!! vengate!!!!!
Gothopolis
Y? que paso con la ultima parte? Me imagino que sacaste fuerzas de lo mas profundo de tu ser, las agarraste, las ataste y le rajaste el orto a las dos primero con tu miembro y después con tu puno. Se la merecen.
crear_1
Es cualquiera este relato.. seguro se murio...
Gothopolis
Che, la historia de este boludo termina acá? No encuentro la ultima parte, me parece que se quedo sin ideas.