La primera vez que nunca tendré

un relato q los va a exitar como ami


Hola. ¿Cómo estáis? Espero que bien. Me llamo Pedro, tengo 24 años y soy de las Islas Canarias (en España). Esta es la primera vez que escribo algo en esta página web. De hecho, esta es la primera vez que escribo algo erótico o algo sexual, o sea que no sé si lo que he escrito a continuación está muy bien escrito o no. Espero que sí.

Bueno, pues os empiezo a contar un poco de lo que trata la historia que os quiero contar. Como podréis deducir por la sección en la que he publicado esta narración, esta historia trata sobre mi primera vez, aunque decir eso no es del todo cierto. Os explico por qué:

No me da vergüenza reconocer que, pese a que actualmente tengo 24 años, todavía sigo siendo virgen. Por desgracia, siendo me ha ido mal en el mundo del amor y, lamentablemente, todavía sigue siendo así. Además, el tema del sexo siempre me ha dado miedo. Eso de que la primera vez duele, que se suele sangrar un poco, etc., siempre han sido cosas que me han quitado el interés por el tema. Y además, siempre he querido que mi primera vez fuera con la chica perfecta: con la chica de la cual estuviera enamorado hasta las trancas y ella de mí. Por tanto, debido a todas esas circunstancias, me encuentro hoy en día con la edad que tengo y siguiendo siendo virgen.

Hace unos meses, en septiembre de 2.009, esa situación pudo cambiar, pero por desgracia eso no fue así. Resulta que en junio de 2.001 conocí a una chica por Internet. Se llama Virginia. Vive en la ciudad de Málaga (que está a 1.400 kilómetros de distancia de donde vivo yo). Desde entonces, hemos mantenido, como es lógico, únicamente una relación a través de Internet y de teléfono móvil. En estos más de 8 años de relación nos han pasado millones de cosas. Cosas buenas, cosas malas, momentos inolvidables, momentos terribles, etc. Sin embargo, en estos más de 8 años de cibernética y distante relación, nos han servido tanto a mí como a ella para darnos cuenta que estamos hechos el uno para la otra. Pese a no habernos visto jamás, pese a vivir a 1.400 kilómetros de distancia y miles de inconvenientes más, nos enamoramos. Jamás había sentido por ninguna otra chica lo que siento por ella. Pese a ser muy joven aún y a pesar de miles de cosas más, estoy convencido de que es la mujer de mi vida. Lo quiero todo con ella. Es la mujer perfecta para mí. Pero claro, no hay nada más duro para dos jóvenes que se aman que no poder estar juntos (debido a la distancia). Han sido más de 8 años de hermosa historia de amor, pero a distancia. Imaginaos lo duro que es tener a la mujer de tu vida a tanta distancia, y no poder verla, ni tocarla, ni besarla, ni abrazarla, etc. Han sido más de 8 años de historia de amor, pero también más de 8 años aguantándonos las ganas de vernos y demostrarnos físicamente lo que sentimos el uno por la otra (ya que debido a la distancia, sólo lo hemos podido expresar con palabras. Jamás con besos, abrazos, caricias, etc.). Pero gracias a Dios, toda esa espera terminó. En septiembre de 2.009 me dijo que iba a venirse de viaje a mi isla, a Tenerife. Al fin nos íbamos a poder conocer en persona, y por fin íbamos a poder vernos, tocarnos, a poder besarnos apasionadamente, a poder abrazarnos, etc. En definitiva, por fin, tras más de 8 años aguantándonos, íbamos a poder dar rienda suelta a nuestras pasiones. Al fin íbamos a poder demostrarnos físicamente todo lo que sentíamos. Sin embargo, el destino me tenía guardada una mala noticia: nada de eso iba a pasar. El 13 de septiembre de 2.009 por fin llegó a mi isla y nos pudimos conocer. Iba a estar aquí durante una semana. Por desgracia, no fue bien. Estuvimos toda la semana juntos y todo fue maravilloso, pero la timidez la atenazó tanto que nunca me besó, ni me abrazó, ni me dijo que me quería, ni nada de nada. Yo, como es lógico, me enfadé muchísimo. Había estado esperando por ella más de 8 años, y cuando por fin pudimos estar juntos, no ocurrió nada. Cuando volvió a su ciudad, hablamos. Me dijo que no había hecho nada conmigo porque, según ella, la timidez la paralizó. Le daba mucha vergüenza darme un beso, abrazarme, etc. Yo, obviamente, nunca me lo creí. Pienso que si realmente estaba enamorada de mí, hubiera hecho algo. El amor lo puede todo, y si realmente hubiera estado enamorada de mí, y después de haber esperado más de 8 años para al fin poder estar conmigo, hubiera sido valiente y hubiera hecho algo, como yo sí hice. Por tanto, me di cuenta que en realidad no era timidez lo que tenía, sino que en verdad no sentía nada por mí. Imaginaos cómo me quedé yo cuando se marchó. Fue un golpe muy duro para mí. Muy, muy duro.

Pero bueno, no es eso lo que os quiero contar ya que, al fin y al cabo, esta es una web de relatos eróticos. Yo, como es lógico, la amaba un montón. Después de estar más de 8 años esperando por ella, tenía hambre de ella. Tenía hambre de su cuerpo. Quería pasarme la semana de vacaciones que iba a estar ella en mi isla, besándola, abrazándola, acariciándola y, como es lógico, haciéndole al amor. Como dije anteriormente, quería que mi primera vez fuera con la chica perfecta, y ella no era. Ya no le tenía miedo al sexo, y estaba 100% preparado para perder mi virginidad con ella y ella conmigo, ya que ambos somos vírgenes. Por tanto, la que a continuación os empezaré a contar, es una historia que jamás ocurrió. Es como me hubiera gustado o, mejor dicho, cómo tenía pensado pasar esa mágica noche con Virginia, en la cual ambos íbamos a perder la virginidad. Lamentable, esta noche nunca ocurrió debido a la, según ella, timidez que le entró en esa semana. O, mejor dicho, la noche que nunca pasó debido a que realmente no sentía nada más. Pues bien, es mágica de nuestra pérdida de la virginidad me hubiera gustado que sucediera así:

Todo hubiese ocurrido durante una noche, de cualquiera de los 8 días que estuvo de vacaciones en mi isla (en septiembre de 2.009). Durante esa semana de vacaciones se hospedaba en un hotel de la ciudad de Puerto de la Cruz, en una habitación con su madre (ya que vinieron de vacaciones ella y su madre). Tenía ya pensado incluso antes de que viniera, e incluso se lo llegué a decir, de alquilarnos una habitación, para esa mágica noche que deseaba y esperaba tener junto a ella, en aquel hotel o en cualquier otro de la ciudad. Por desgracia (y como ya he comentado en párrafos anteriores), eso nunca llegó a suceder. Durante esa semana ni siquiera hablamos de sexo, ni nada por el estilo. No obstante, no me quiero desviar del tema, contándoos el por qué el siguiente momento nunca llegó a pasar. Simplemente, no pasó. Por tanto, no me enredo más, y os empiezo a contar cómo me hubiera gustado que hubiese sido ese gran momento: el momento de mi pérdida de la virginidad.

Tenía pensado que, como he dicho en las líneas anteriores, nos hubiésemos alquilado una habitación en aquel hotel o cualquier otro. Nerviosos, por tan trascendental momento que iba a acontecer en esa noche, la pérdida de nuestra virginidad (ya que ambos somos vírgenes aún), imagino que hubiésemos cogido el ascensor que nos hubiera llevado hasta la habitación que nos hubieran asignado. Tras abrir la puerta, hubiéramos entrado en aquella habitación, temblando de los nervios. Después de unos minutos para acondicionar la habitación (me refiero, para crear un romántico y hermoso ambiente) y tranquilizarnos un poco, hubiese llegado el tan esperado momento de lanzarse a la acción.

Sin saber muy bien cómo, me hubiera gustado que todo hubiera empezado encontrándonos ambos tumbados en la cama, abrigados con las sábanas y las mantas, con nuestros cuerpos completamente desnudos y temblando del nerviosismo. Me daba igual que cada uno se hubiera desnudado a sí mismo, o que el otro hubiera desnudado a la otra persona, o que Virginia se hubiera desnudado haciéndome un strip-tease, etc. No me importaba. Eso no me importaba. Sólo quería que ambos estuviéramos 100% desnudos. Me parece que así sería todo más natural, más hermoso. Al fin y al cabo, la deseaba (y reconozco, que aún la sigo deseando). Deseaba su cuerpo, su persona… a toda ella. Deseaba poder ver y tocar todo su cuerpo, sin prendas de ropas que me entorpecieran recorrer todo su cuerpo con mi vista y mis manos. Y allí, ambos desnudos y acostados en la cama, permanecer por un largo rato abrazado a ella. Frente contra frente, nariz contra nariz, cuerpo en estrecho contacto contra el otro cuerpo, abrazándola fuertemente y atrayéndola hacia mi caliente cuerpo. ¡Qué momento tan erótico, tan bonito! En esos momentos, estoy seguro que le hubiera dicho, susurrándole al oído, que la quería, que la amaba. Le hubiera dado las gracias por haber hecho el gran esfuerzo de haber venido desde su ciudad (Málaga) hasta mi isla (Tenerife), para al fin, después de más de 8 años de relación a través de Internet, poder conocernos. Le hubiera agradecido que por fin esos 1.400 kilómetros que nos separaban se hubieran reducido a 0, y le hubiera dado las gracias por al fin poder conocernos y estar pasando esta maravillosa e inolvidable semana los dos juntos. Y luego, también susurrándole al oído, le hubiera también dado las gracias por haber accedido a encontrarnos en la situación en la que nos encontramos, en una habitación del hotel para nosotros dos solos, completamente desnudos, dentro de una cama. Le hubiera dicho lo mismo que le escribí en la carta que le entregué en uno de esos días, ya que era la pura verdad de lo que sentía y siento. Me refiero a que también le hubiera dicho, textualmente, algo así:

•"Virginia... te amo. Eres la mujer más maravillosa del mundo. Jamás pensé que cuando te conocí, aquel 29 de junio de 2001 en aquel chat de Internet, que iba a llegar el día en el cual me iba a encontrar, como nuestras madres nos trajeron al mundo, metido en una cama a punto de tener mi primera vez contigo. ¡Es increíble! Pero supongo que si estamos ahora, así, es gracias a nosotros. Han sido millones y millones de cosas las que hemos vivido juntos en estos más de 8 años, y todo ello pese a no habernos visto nunca, sino estos días por primera vez. Y es que... es increíble la historia de amor que hemos tenido. De... una simple y mínima conversación a través de un chat de Internet, que no duró ni 20 minutos, fíjate hasta dónde hemos llegado o... mejor aún, fíjate todo lo que hemos vivido, porque más que a la meta, le doy más importancia al camino. Más que a la situación en la que ahora estamos, le doy más importancia a estos 8 años. Es increíble cómo te has convertido en la persona más importante de mi vida, porque es la verdad. Aunque te resulte extraño oírlo, o entenderlo... eres más importante que mi hermana, que mis padres... que cualquiera. No, en serio. A mí ahora mismo, por ejemplo, se me muere mi hermana... y me entra una depresión de caballo. Vale. Ok. Es verdad. Pero saldría. Seguiría adelante. Pero sin embargo, ahora mismo tú me dejas... y yo me muero. Es que te lo digo así de claro. No sé si me entiendes pero... yo no sé qué haría sin ti. No podría vivir. Te lo juro. Seguramente seguiría con mi vida. Vale. Ok. Pero... yo ya no sería el mismo. Me crearía un trauma hacia las mujeres increíble. Te lo digo en serio. Porque... es que yo ya no querría estar con ninguna chica más, porque... ya se me habría ido la única. La verdadera. La definitiva. Tú. Yo... no sé. Es que eso me da hasta miedo. Me da miedo el... hasta donde estamos llegando tú y yo, porque... veo que sin ti ya no podría seguir. Porque te amo. Eres la mujer de mi vida. Lo tengo clarísimo. Ya sé que... no puedo decir eso porque no nos conocemos de nada sino de esta semana, y porque tan sólo tenemos 24 años y... miles de motivos más, pero así es. Eres la mujer de mi vida. O tú, o ninguna. Porque te amo. Lo quiero todo contigo."
Me hubiese encantado poder decirle eso al oído, susurrándoselo. Luego, iría improvisando sobre lo que le seguiría diciendo pero, obviamente, cosas románticas, bonitas y que en realidad siento por ella. Mientras eso, mientras le iría diciendo todo eso, seguiríamos abrazos, obviamente. Si me hubiera dado la oportunidad para cumplir ese sueño, se lo hubiera susurrado al oído, mientras iba acariciando lentamente todo su cuerpo. Entre frase y frase le besaría, pero no con simples e inocentes besos. Un buen morreo, como Dios manda.

Hubiera empezado por besarla por todo su cuello, como tanto me había dicho en algunas ocasiones que le gustaba. Iría recorriendo lentamente todo su cuerpo con mis caricias, empezando por su espalda. Lento, de arriba hacia abajo, hasta erizarla como un pollo desplumado de placer. Hubiera seguido susurrándole, besándola, acariciándola. Y es que, como decían en la película "American Pie", había que "calentar bien el horno antes de introducir el pavo", es decir, que… todas esas palabras bonitas, todos esos besos por su cuello y todas esas caricias por su espalda, deberían tenerla a esas alturas lubricando de una forma increíble, para después poder penetrarla más fácilmente. Entonces, mi mano que se pone intrépida y se aproxima ya hasta terreno prohibido. Le hubiera acariciado la espalda con mi mano derecha, lento, suave y aterciopeladamente. Bajando por su espalda hasta donde la misma pierde su nombre (es decir, hasta su culo). Llegamos al final al culo, un buen apretón, en plan "este culo es mío", un par de caricias e iniciamos el recorrido de vuelta, espalda hacia arriba. La hubiese seguido besando, diciéndole que la amaba y que era lo mejor que me había pasado en la vida, todo esto dando vueltas por la cama, enredando nuestros cuerpos mutuamente y a la vez los mismos con las sábanas. La situación que iba entrando en calor, subiendo la temperatura de nuestros cuerpos y... claro. La cosa... empieza a subir. Nos hubiéramos puesto los dos cada vez más calientes y, como yo no soy de piedra pues... se quiera o no se quiera, aquello empieza a tirar pa’rriba. Ja, Ja, Ja. Es decir que, como es lógico, empezaría a tener una erección. Virginia, que lógicamente se hubiera dado cuenta, me hubiera dicho:

•"¡Uy! ¿Qué es esto que empiezo a notar yo aquí debajo!"
•Y esto que le contesto: "Bueno, mujer. Tú... me gustas. Te quiero y te amo, y... por ello, me gustas. Me encantas, toda tú. Siempre que te he dicho que te amo, lo decía en serio. Me gustas, Virginia. Entonces, pues... como es normal, mi pene también forma parte de mí y... a él también le gustas. Entonces, pues... como nos gustas, pues... él te lo demuestra, pues... levantándose. No sé. Es normal. Es natural. Lo chungo sería que no se levantara, porque eso significaría que no le gustas. Entonces, pues... pienso que es una buena señal, ¿no?"
No sé, le diría algo así. No sé. Al fin y al cabo, sería... como desdramatizar un poco la situación. Obviamente tener una erección por primera vez delante de una chica que tienes desnuda delante, es una situación un poco embarazosa, pero también es normal. Es natural. Es la naturaleza, y sería una buena señal. Entonces, la cosa empieza a subir de temperatura y... pues pasaríamos a algo más intenso. Digamos que hubiese pasado entonces a centrarme en la parte delantera de su cuerpo, que a la trasera ya le dediqué su tiempo.

La hubiese seguido besando como si cada uno de esos besos fueran los últimos que daba en mi vida. Con pasión, con amor, con lujuria… enredando nuestras lenguas, comiéndonos literalmente la boca uno a otro. Hubiera ido bajando por su apetitoso cuerpo, besándole dulcemente el cuello, dándole pequeños mordiscos cual Drácula sediento de sangre. Un chupeteo por aquí, un manoseo por allá... ¡Uuufff! Hubiese seguido bajando por su anatomía hasta el objeto de deseo de todo hombre: sus pechos. Debo reconocer que a mí también me pasa, el hecho de desear muchísimos unos pechos. Los hubiera tocado, acariciado con suavidad, todos ellos. Rozado con las yemas de mis dedos sus aureolas, sus pezones. Se los hubiera chupado como un loco, haciéndola estremecerse de placer. Hubiera seguido deslizando mi lengua hacia su ombligo, a la vez que la seguía estimulando con mis caricias en sus pechos. A estas alturas de la noche ya ambos hubiéramos estado a tope, con nuestros corazones a punto de estallar de la excitación. Por tanto, ya iría siendo hora de rematar la faena.


Acto seguido le hubiera preguntado si estaba bien, si todo iba correctamente y si estaba nerviosa. La intentaría tranquilizar, al igual que yo mismo, ya por ese entonces tendría el corazón a 1.000 por hora, etc. En definitiva, en pocos minutos ambos perderíamos la virginidad, y yo soy un chico muy atento. Quería que no estuviera nerviosa, que no tuviera miedo y que disfrutara del momento. Que fuese un momento mágico e inolvidable en su vida, que no fuera traumático. Por ello sería muy atento con ella y le preguntaría si estaba preparada. En caso de que me hubiera dicho que sí, me hubiera lanzado al ataque.

Después de recorrer todo su cuerpo, mi lengua y mis manos hubiera llegado al fin al punto de destino: a su vagina. Me hubiera gustado haber podido acariciar su vagina, descubrir su órgano sexual cual niño inexperto en el mundo del sexo que en realidad soy. Hubiera sido muy hermoso que ambos, vírgenes, hubiéramos descubierto la sexualidad juntos. Hubiera acariciado su vello púbico, dejando que mis dedos se perdieran entre tan hermosa espesura. Hubiese continuado dándole lentos lametones por toda su vagina y, poco a poco, ir variando mi frecuencia y recorrido, cada vez más veloces y centrados en la parte de su clítoris. Me hubiese gustado que tanta excitación la hubiera hecho empezar a gemir de placer. Le hubiera chupado y acariciado su clítoris con la boca y una de mis manos, a la vez que con la otra mano le estimulaba sus pechos, hasta producirle el primer orgasmo de su vida. Seguramente no sería el mejor sexo oral que le harían a lo largo de su vida, dada mi inexistente experiencia en este tema, pero sí estoy seguro que hubiera dado todo de mí para hacerlo lo mejor posible y dejarla lo más satisfecha posible. No sería el mejor sexo oral de su vida, pero sí el más especial de su vida a ser el primero. Eso lo haría inolvidable y mágico para los dos.

Después, le hubiera ido introduciendo en su vagina uno de mis dedos, y luego otro, y después otro más. Le hubiera palpado todo el interior de su vagina, explorándola, excitándola aún más. Tras todo esto, era ya momento de la verdad. Me hubiera acercado a ella, la hubiera besado apasionadamente una vez más y le hubiera dicho, susurrándole al oído, que si estaba preparada para perder su virginidad. En caso de que me hubiera dicho que sí, me hubiera gustado que me hubiese puesto el preservativo, ¡y al ataque!

Me hubiese gustado la más normal de todas las posturas. Ella debajo y yo encima. Ella simplemente con las piernas abiertas, y ya está. Hubiera empezado por ir introduciéndole lentamente la cabeza de mi pene, muy despacio, a la vez que la besaba y le chupaba el cuello y sus tetas. Nuestra respiración se hubiera vuelto cada vez más intensa, contribuyendo a excitarnos de nuevo cada vez más. Le hubiera preguntado si sentía dolor, y si quería que la siguiera penetrando. Hubiera seguido introduciendo mi pene en su cálida vagina, también despacio y suavemente. Me hubiera gustado muchísimo saber qué se siente en esa situación, si se puede sentir en el pene el calor y el abrazo de la vagina, su humedad, o lo que sea. Eso nunca lo sabré, al menos con ella. De ese modo, hubiese terminado de penetrarla, siempre estando muy atento a si sentía dolor o malestar. De ese modo, me hubiera quedado totalmente quieto por un rato, esperando a que su vagina se acostumbrara a esa nueva sensación para ella de tener dentro un pene, así como yo mismo a acostumbrarme a tener mi pene introducido dentro de la vagina de la mujer a la que amaba. Supongo que ello hubiera contribuido a la relajación de ambos. En ese momento, ya ambos hubiéramos dejado de ser vírgenes. ¡Qué mágico momento! La hubiera besado tan románticamente en ese momento… ¡Dios, qué hermoso hubiera sido! Estoy completamente seguro que le hubiera dado las gracias por haberme dejado desvirgarla, así como ella a mí. No sé ni lo que hubiera dicho en ese momento. Seguramente, me hubiera dejado llevar por la emoción y lo hermoso y mágico del momento.

Tras unos instantes, hubiera empezado el verdadero disfrute del sexo. La hubiera empezado a bombear. Le hubiera sacado y metido mi pene, una y otra vez, en su vagina. Al principio, lento, muy despacio, para cada vez ir aumentado un poco más el ritmo. Le hubiera pegado una follada increíble. Con pasión, lujuria, desenfreno, amor, etc. Me hubiera encantado haberla hecho gritar de pasión, hacerla estremecerse de placer. Hubiera dejado caer mi cuerpo sobre el suyo mientras la penetraba una y otra vez, para poder sentir cómo todo su cuerpo se erizaba de placer, para poder oírla suspirar de gusto en mis oídos. Haberla oído decir esas palabras mágicas de: "¡Aaah, aaaaah! ¡Sí, papi, sí! ¡Dame más, dame más duro! ¡Hazme tuya! ¡Hazme el amor!" Me hubiera hecho el hombre más feliz del universo en ese momento. Me hubiera encantado oír ese mágico sonido de mis testículos chocando con cada embestida contra sus nalgas, contra su vagina. Ese rico sonido de "¡Chof, chof, chof, chof!" ¡Qué delicia hubiera sido! Tras intentar aguantar ese mete-saca el máximo tiempo posible, nos hubiésemos corrido. El primer y más hermoso orgasmo de nuestras vidas. Sentir esa sensación de soltar toda mi leche dentro de una vagina (con el preservativo puesto) hubiera sido indescriptible. Poder gritar de placer ante semejante corrida no hubiera tenido precio, y mucho menos al sentir cómo ella también se corría. ¿Cómo hubiese sido ese momento? Nunca lo sabremos. Después de ese estallido de placer, me hubiera derrumbado sobre ella. Le hubiera agradecido tan mágico momento, y la hubiera besado y acariciado hasta la saciedad. Me hubiera quedado un momento más con mi pene dentro de su vagina, para seguir sintiendo esa mágica sensación de calidez en mi pene. Luego, se lo hubiera sacado, me hubiera quitado el preservativo, y nos hubiéramos quedado por un largo rato abrazados los dos, diciéndonos lo mucho que nos amábamos y lo hermoso que había sido nuestra primera vez.

Tras ello, me hubiera gustado que hubiésemos echado otro polvo más. Me hacía mucha ilusión probar otra postura. Me hubiese gustado que esta vez yo estuviera debajo, y ella cabalgándome encima. Me hubiera encantado que se hubiese puesto sobre mí, se hubiera introducido poco a poco mi pene en su vagina, y se hubiera dejado caer sobre mí, sentándose sobre mi pene. Hubiera sido mágico ver cómo subía y bajaba y, sobre todo, ver cómo saltaban sus tetas con cada embestida. Se las hubiera cogido con mis manos y se las hubiera acariciado locamente, por todos sus pezones. Hubiera sido maravilloso, estar así por unos minutos. Tras ellos, que se hubiera dejado caer sobre mí, en la misma posición. Yo debajo y ella encima, con mi pene introducido en su vagina. Haber subido y bajado lentamente mi pelvis, en ese movimiento de mete-saca, contribuyendo cada vez a nuestra excitación mutua. Haberla vuelto a oír jadear, gemir de placer, hasta volver a corrernos los dos una vez más. ¡Estoy seguro que habría sido de lo mejor que ha pasado hasta la fecha en mi vida!

Por último, después de este segundo polvo, me hubiera gustado quedarme otro rato acostado en la cama junto a ella, abrazado a mi amada. Me hubiera encantado que después de eso, no hubiéramos ido a duchar los dos juntos. Estar dentro de una ducha con ella, los dos completamente desnudos, cayéndonos el agua caliente encima, hubiera sido también algo muy excitante. Hubiera estado también muy bien el que allí mismo hubiéramos echado otro polvo, el tercero de la noche. Hubiera sido el colofón a tan mágica noche, la noche que ambos hubiéramos perdido la virginidad.

Y así es como me hubiera gustado tener mi primera vez. Con ella, por supuesto. Pero, lamentablemente, no fue así. El 20 de septiembre de 2.009 cogió el avión y se marchó a su ciudad. Yo, de lo enfadado que estaba con ella por lo decepcionante de esa semana juntos, ni siquiera la fui a despedir al aeropuerto. Estaba tan dolido porque ni siquiera me había dado un beso, ni un abrazo, ni una caricia, ni me había dicho que me quería, etc., que no quise saber nada más de ella. Me había demostrado que en realidad no estaba enamorada de mí. Había desperdiciado más de 8 años de mi vida apostando por una relación de amor con ella, para al final nada. A día de hoy, ya hemos perdido el contacto. No hemos vuelto a hablar por el Messenger, ni nos hemos mandado ningún mensajito al teléfono móvil, ni nada. No quiero volver a saber nada de ella. Me decepcionó. Para ir terminando ya, me gustaría agradeceros el que hayáis leído toda esta historia. Sé que es un poco larga y que no es muy emocionante, pero es la primera vez que escribo algo sexual y sé que no me ha quedado muy bien. Por ello, gracias. En cuanto a mí, pues lo dicho. Ya no he vuelto a saber nada más de Virginia, y tampoco quiero. Por desgracia, a día de hoy, 25 de febrero de 2.010, y ya con 24 años de edad, sigo siendo virgen (y sigo teniendo un gran calentón. Jajaja). No obstante, lo peor es que… debido a esta decepción con esta chica, ya no quiero amar a nadie más. Estoy derrotado. No quiero que me hagan más daño, y he tomado la decisión de quedarme soltero toda mi vida. Siempre he sido un fracaso en el amor y ya estoy harto de que me hagan tanto daño. Pero en fin, no os aburro con mis tonterías. Me despido ya. Muchas gracias, y un fuerte saludo desde las Islas Canarias (en España). Prometo que el día en que por fin pierda mi virginidad, lo publicaré en esta web. Adiós.

4 comentarios - La primera vez que nunca tendré

hench415
Coño hermano...! Psss..!! 😞 Waaoo...! Es fuerte la vaina...! de pana k la ley todaa por lo interesante y lo parecido k tiene con mi historia...! Bueeh Tambn tengo una novia a distancia pero no a 1400 Km como tu en mi kso es solo a 300 Km.. Chamo yo a esa chica la amooo k jodeee...! Bueeh nos conocimos un agosto creo del 2008 en febrero del 2009 nos hicimos novios...! Nos declaramos k nos amabamos.. Y wow a partir de hay mi forma de ver la vida es distinta pss...! ella la cambio toda xD.. Bueeh el 3 de octubre de 2009 ella viene a mi cuidad...! Y woow.. No vino por una semana como tu chica...! ella vino por un dia..! SI UN DIA... Pero de ese dia habia k descontar las horas De la diligencia que ella tenia que hacer aki.. Bueeeh ella vino con unos tios..! Nos quedamos a encontrar en un Centro comercial...! T cuento k espere fuulll...! Como 1 hora y media hasta k por fiin me llega un msj Ya estoy aki mool...!! Yoo dijee Woooww...!! Ya esta akii...! le compre un bonito detalle (bueeh digo bonito pork a ella le gusto) Y cuando la vi Wooow...! Chamoo fue demaciadoo...! De pana k una de las mejores experiencias de mi vida...! Y entonces subimos al piso del cine.. Y nos sentamos en una mesa..! Nos quedamos mirando y miraando..! Hasta k yo no aguante y le dije TE AMO mirandola a los ojos...! y ella me dijo Sabes yo tambien TE AMO.. Y woooww...!! Chamoo Luego a ella le llego un msj de los tios diciendole k ya se vaan Y ella me dice me voy... y yo 😞 y derrepende nos levantamos y caminamos varios pasos..! Y lo k paso fue algo mutuo Nos abrazamos..! Y waoo..! Lo mejoor y en una de esas nos quedamos mirando a los ojos..! Y yo le pregunto..! Te puedo dar un beso?? y ella me dice...! Si 😬 pero con carita de pena..! hayy fue mi primer beso con ella...! Y wooow...! Nos besamos nos besamoos... Mira tanto k decidimos no bajar por las escaleras electricas del Centro comercial...! Bajamos por las normales y en cada piso era una lluvia de besos y besos y besos...!! Hasta k llegamos al ultimo piso y ella se fuee.. Se despidio de mi con un beso en el cachete... Para k no la viern los tios...! Y la vi cuando se iba... Se marcho por las escalera hacia el sotano...! Woww..! yo keria tenerla para siempre con migo pero no se puede pero en un Futuro (5) años cuando salgamos de nuestros estudios lo vamos a hacer...! pork ahorita sigo con ella...! Hoy 24 de marzo de 2009... Tngo pensado ir a su ciudad el 20 de mayo ya que aki se van a presentar los Hombre G una banda de tu pais k es una de mis favoritas.. Y bueeh kiero ir con ella...! y tengo pensado ir a su ciudad a buscarla y asi estar en el concierto con ella...! Bueeeh como ya te dije seguimos juntos..! Aun pienso k es la mujer mas fabulosa del mundo..! Y aunk yo apenas tengo 18 años.. y ella 18 tambn ya nos keremos casar...!! y bueeh yo creo.. creoo..! k aun no espero nada sexual de ella..! si pasa bueeh Jejejee Felicidad...! xD bueeh y con la gran diferencia k Bueeh Ya no soy Virgen..!! Pero mira Si me hubiesen puesto a decidir Me hubiese gustado k mi primera vez fuese con ella...!

bueeh en mi opion sobre tu historia..!! Tu tambien Tubiste la culpa..! Ya k mira si tu sentias k ella tenia miedo el deber tuyo era de Dar el primer paso...! Decirte te amoo, Hablemos de lo nuestro, Ya tenemos 8 años, que tal te paresco? Pana aveces las iniciativas las tiene k dar uno...! Y mira y si tu sentias k ella cuando le decias te amo no te decia lo mismo o te lo decia sin sentirlo (eso se ve) Coño tu le podias hablar claro meeen... Mira k te pasaa?? No sientes lo mismo y bla bla...!! De pana k Woow 8 años...! Woow Aunk no tubo un final feliz tu historia me dieron ganas de continuar la mia...!! Ya k Estoy un pelo cansado..! Ya k ella con sus estudios no le da chance para nada...! Pero = mas k sea un te amo diario...!!
Pero con tu historia Waoo...!! pss...! me kedo con ella...! xD jeje..! Bueeh espero k ayas leido mi historia...! Aunk esta pagina es porno nos ponemos a hablar vainas de estaaas...! jaja pero Hay liberdad de expresion xD Dale pana Y suertee..!! Y no hay peoo..! ALgun dia o va a llegar una k te ame a sacarte de ese virgo o va a llegar una regalada..! Vas a veer...!! 😃
SucubuStalk -1
ahahaha
😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀
🙂 🙂 🙂 🙂
Darksley15
😞 🤤 😉 🤘 🙎‍♂️