Mi Chica y Yo, la Plaza y el Anal

Otro pequeño relato personal, Enjoy:

La semana perfilaba caliente, los 32 grados ambientales se prestaban para mucho, mi novia y yo decidimos salir a recorrer por ahí, nos llevamos una mochilita con algunas cosas, sobretodo comida, salimos temprano a eso de la 1 del mediodía, caminamos mucho, charlamos mas, ella con su pequeña pollera y top MUY ajustada era la principal causa de volteo de cuellos en la calle, y yo con mi pantalón deportivo y torso desnudo era el hazmerreír del lugar (ajajá), en fin, entre caminar y caminar llegamos a una concurrida plaza, buscamos un lugar apartado del bullicio y a la sombra donde reposar cómodamente.
Encontramos una especie de cubil natural, medio oculto medio expuesto formado por algunos arboles y ramas bajas, nos quedamos allí, había un cómodo asiento de hormigón armado, pero preferimos el pasto suave.
Seguíamos charlando, riendo y tonteando, en un momento le doy una de las botellas de agua que llevábamos, la tontita toma y de paso se moja toda su top, rápidamente sus pezones aparecen a la vista, a través de la mojada tela, los quedo mirando como hipnotizado, ella me mira y me arroja algo de agua a la cara, yo regreso a la tierra y le digo:

-voce ta despechada.

A lo cual responde con una sonrisa tonta poniéndose un dedo en la boca, pasan unos minutos y la mojada top me incita a la perversión, dudaba si meterle una mano y apretarle un seno, o acariciarlo de forma inocentona y pidiendo disculpas, al final me dedique a romper ramitas y tirarle los pedacitos en la rajita que formaban en el escote, sacándola así de sus casillas, pasaron unos minutos hasta que la tarde entro serena, de pronto ella se levanta y su pollerita se engancha en una rama en el suelo jalándosela hacia abajo con tanga y todo.
Todo su sexo quedo al descubierto, atino rauda y veloz a ocultarlo, pero ni lerdo ni perezoso envíe una palmada juguetona a la nalga mas cercana.
Me miro desafiante, casi ofendida, me encogí de hombros y se acerco a mi, me rodeo con sus piernas y me dijo al oído:

-Aca, no.
-¿Tenes miedito?
-No.
-¿Entonces?
-No se.

Mis manos sujetaron su cintura, la bese con tranquilidad, no se cuanto estuvimos así, tampoco importaba, sus senos se apretaban contra mi pecho, me aferro con sus piernas pero de pronto las aflojo, se alejo un poco, respiraba agitada, casi con miedo, sentía su inseguridad, a lo lejos se podían oír las voces de las personas, comprendí que no todo estaba bien.
Nos pusimos de pies, nos sacudimos los restos de hojas de la ropa, se inclino frente a mi, no lo hizo a propósito, (en realidad no lo se), tentativamente apoye mi pene en su colita, volteo rápido y me miro, bajo la mirada y me lo acaricio con amor, noto como ganaba volumen, sus mejillas se sonrojaron.
Tome su mentón con cariño y eleve su rostro, la mire a los ojos, no soporto no ver su rostro en esos momentos, existió un momento en el que no se necesitaron palabras, casi podría jurar que aquello era telepatía.
Se agacho y extrajo mi pene del pantalón, se lo metió en la boca sin aviso alguno, lo chupo con fuerzas, parecía que me lo iba arrancar.
Metí mi mano en su top, acaricie uno de sus senos, estaba húmedo y tibio, sentí como su pezón se endurecía como roca, lo hice bolita entre mis dedos, mientras me la seguía chupando con ansias.

La tome de los hombros y la puse de pie, me arrodille ante ella, le quite su bombachita celeste, estaba húmeda, y no de agua, percibí ese exquicito aroma y no me resistí, hundí mi boca en su sexo, sentí ese clítoris excitándose rápidamente, lo tome en mis labios y lo chupe con gusto, acaricie sus nalgas, temblaban de goce, me sentí tentado a meter un dedito en su cola, cuando iba a hacerlo, note su enorme dilatación, no lo dude, salía anal, ahí mismo.

Voltee un segundo y mire el asiento de hormigón, talvez no era lo mas cómodo, pero peor era nada, la tome de la mano y la lleve hasta allí (no estábamos muy lejos que digamos), me senté lo mejor posible dejando plenamente descubierto mi pene, ella lo miro y se mordió el labio inferior de su boca, se agacho, pero la detuve, la tome por la cintura e hice que girara lentamente, mire su colita y su anillito dilatado.

Baje mis pantalones hasta el suelo, necesitaba toda la libertad y comodidad posibles, ella se inclino suavemente, se apoyo en mis rodillas, dirigí su culito con mis manos.
Sitúe la punta de mi pene en su entrada, el solo contacto lo dilato aun mas, se quiso quitar su pollerita, pero no la deje, esa imagen inocentona que le otorgaba ese trozo de tela me partía la cabeza (las dos). Comenzó a bajar con lentitud, fui penetrándola con suavidad ya que, no todo estaba tan lubricado como debería, aun así su culito me la devoro por completo, exhalo con fuerza y empezó a menearse rítmicamente, a lo lejos podíamos ver a las personas ir y venir.
metí mis manos debajo de su top y la levante por completo, masajee sus senos con firmeza, gemía con lentitud constante, en un momento casi pierde el equilibrio, la sujete con fuerza, puse mi mano en su vulva y la sobe con cariño, se mojo mas y mas mientras su colita ardía en deseo.
Bese su espalda, y la note algo cansada, me tendí hacia atrás y le pedí que girara sin separarnos, lo hizo despacito, gozando cada movimiento, yo sentía que me explotaba. Quedamos frente a frente, se aferro a mis hombros mientras me abrazaba con sus piernas, su colita se abría mas y mas, la penetre con ansias, mas y mas rápido, se abrazo a mi cuello gimiendo en mi oído, me pedía mas y mas en vos baja, el calor se empezó a sentir aunque ya casi anochecía, estaba cansada, ya no podía mas, había acabado varias veces, pero yo no, pese a que me faltaba muy poco, me suplicaba que eyaculara, me lo decía de todas las formas posibles e imaginables.
La tome de su cintura, la eleve casi al punto de sacar mi pene de su colita agotada, aguarde un segundo y la solté, deje que cayera con todo su peso, exclamo un gemido y un grito, eyacule con todas mis fuerzas levantando la pelvis.
Su pequeño ortito rebozaba con mi semen, me tendí hacia atrás, pero necesitaba besarla, la abrace y la bese, se recostó en mi, bajamos al suelo y nos quedamos ahí, tendidos y sin aliento en el pasto, aun la estaba penetrando, y mi erección no disminuía, sabia que no había fuerzas para otro mas, aunque ambos lo deseábamos.
No hicimos nada, no quería sacarla, así que esperamos a que mi pene se ablandara y volviera a su estado flácido, no tardo mucho.
Recuperamos el aliento, nos vestimos, nos besamos un rato mas, volvimos a mi depto, ella estaba cansada, casi somnolienta, comimos algo mientras volviamos, le pedí que se quedara a dormir (ella aun vive con sus padres), se nos ocurrió la idea de una ducha fresca y nos volvimos a mirar como antes, las palabras volvieron a sobrar, pero eso quedara, para otro relato.


Espero que hayan disfrutado de esta pequeña aventurilla en el parque....si es que te ha gustado déjame tu comentario.

8 comentarios - Mi Chica y Yo, la Plaza y el Anal

Meloyo
Muy bueno che, la verdad que me calento. Para cuando la segunda parte? 😃
Leito_93
me encanto! muy buen relato 😉 😉 😀 😀 te dejo mis +10 de hoy 😉 😉
monica_lov
Mi Chica y Yo, la Plaza y el Anal
jajaja zagoro!!!! excelente relato me encanta tu manera de contar las cosas y en particular esta historia me trae recuerdos de
cuando mi marido y yo eramos pendejos y lo haciamos en el parque al caer la noche...divino.
me encanto y me dan ganas de contar lo mio jajaja cuando lo escriba te invito un beso amigo 😉