La escuela del sexo tántrico

Dentro de la tradición tántrica hay dos grandes senderos o vías de conocimiento: la dakshina marga, o sendero de la mano derecha, y la vama marga, o sendero de la mano izquierda. En ambos la energía sexual es muy importante para conseguir la evolución personal y espiritual, pero en el primero los ritos se realizan de forma simbólica y la unión sexual se reserva para la intimidad de la pareja. En cambio, el segundo es un camino oculto y reservado, en el que se da mucha importancia a la magia y los poderes místicos y psíquicos.

La escuela del sexo tántrico

Actualmente, el sendero de la mano derecha es el más practicado y el que se sigue en la mayoría de monasterios, pero muchas de las prácticas del sendero de la mano izquierda siguen vivas en la escuela Kaula, una corriente del tantra que une las dos tradiciones.

A lo largo de la historia de esta corriente, que apareció en torno al siglo V, ha habido cultos apacibles, especialmente el que veneraba a Shiva como padre y cabeza de familia. Sin embargo, también ha habido cultos que veneraban divinidades feroces, especialmente diosas, que exigen ser apaciguadas con distintas ofrendas, algunas de carácter erótico. Con el tiempo, la ideología y algunas de las prácticas de los cultos kaula extremistas fueron adaptadas para que pudieran ser aceptadas por un número más amplio de personas, por lo que actualmente este tipo de prácticas ya no se realizan. S

in embargo, aún se conserva con mucha fuerza el culto a la Diosa, por lo que esta escuela preconiza la importancia de recibir la enseñanza y la iniciación tántrica de una mujer y no de un hombre. Para ello, es muy importante que las mujeres se conviertan en maestras iniciadoras, de forma que puedan trasmitir a los hombres su energía sexual. Estas maestras son conocidas como bahiravis, dragonas, y sus enseñanzas están dirigidas a que los iniciados conviertan el deseo sexual animal en energía espiritual que les permita evolucionar.

El papel central que juegan las deidades femeninas y las mujeres en esta escuela hace que el sexo tántrico que practican las parejas que la siguen esté muy centrado en el placer de ellas. Cuando el hombre realiza el acto sexual debe satisfacer totalmente a la mujer y proporcionarle placer. De esta forma, para poder eyacular tiene que pedirla permiso para la donación del semen, y ésta aceptar dicha donación.

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