Celeste Sablich (de negro) y Marga Cifuentes (de blanco) aseguran que empezaron tocándose un poco en el living y que nunca imaginaron que iban a terminar en bolas en la ducha mojadas por dentro y fuera, porque ninguna de las dos son torta. “Nos gustan los chicos” dicen a
coro, pero Marga reconoce que explorar el lomazo de Celeste estuvo bueno. “No soy lesbiana” aclara, “pero aprecio la belleza femenina.”
Nadie sabe bien cómo empezó la cosa, porque cuando arranca el video Marga y Celeste ya estaban en bombacha y corpiño muy cerca una de la otra, tocándose suavemente. “No soy lesbiana, me gustan los hombres” dice Celeste como para que sepas que su nombre no determina su orientación sexual y Marga se apura a aclarar que ella tampoco pero que “igual reconozco la belleza de la mujer”. O sea las dos como cualquier persona que come una torta cuando hay algo que festejar, en el caso de ellas la enorme putez que tienen ambas y también por supuesto los dólares que Playboy Internacional les pagó para que se pongan cómodas. Y vaya si se pusieron cómodas, un silloncito suave, lindos conjuntitos de lencería como para que se digan “ah, mirá qué linda te queda la tanguita” y den rienda suelta a una fantasía que es tanto de ellas como tuya: que se franeleen hasta que el único remedio sea llamarte para apagar el incendio con esa manguera que viste crecer con cada caricia (porque las chicas se tocan suavecito en vez de mandar garfios a lo bestia como harías vos) y quedó desesperada por entrar en acción tipo 911 (aunque viendo a las chicas el número parece ser más bien un 69). Y como le garparon el número que pidieron, las trolas locales hicieron su “apertura comercial” a los capitales extranjeros y se pusieron en bolas como corresponde (sin chotoshop, porque con el video no se jode y menos en alta resolución) en toda su siliconada gloria, previa ratonera en el sofá y la gran torta final bajo la ducha las dos bien mojaditas.”
La morocha no sólo tiene el nombre justo para vestir la camiseta argentina, sino que es una jugadora con mucha actitud, de esas que salen a buscar el partido con fotos donde te la para de pecho y videos donde gana de culo. “Me encanta ver cómo los chicos se prenden fuego cuando me saco la ropa” dice Celeste Sablich como para justificar su magnífica putez, “pero a las mujeres también nos gusta ver, que los chicos nos manden fotos de sus tarariras.” Y obvio que también le gusta que le mandes efectivo, porque la propia morocha confirma el dicho: al que quiere Celeste, que le cueste, porque ese lomo no se toca gratis. “Muchos al verme dicen que por una noche conmigo entregarían toda su fortuna” confiesa Sablich, “y yo siempre les digo que vayan mandando plata que no hay problema.” Pero a veces hay problema, sobre todo cuando la putez de Celeste supera la actitud ortiva del conejo local. “Una vez los de Playboy argentina llamaron para censurarme en la mitad de una webcam hot” recuerda la morocha, “me dijeron que no podía ponerme más en bolas, pero le pedí a los chicos que me apoyen.” Y la muchachada la apoyó con todo, porque a Celeste le gusta que le den para que tenga y guarde.
“No me gustan esos polvos rápidos que se ven en las películas, son desastrosos” se queja la morocha, “y tampoco me gustan esos polvos mañaneros donde apenas se despiertan ya entran a besarse con lengua y todo. Eso no es real, primero dejame que me lave los dientes y haga pis… a menos que los besos no sean en la boca o te guste la lluvia dorada, jaja!” Y para llegar a paletearla, aparte de la guita que pidió le manden, no necesitás mucho. “La onda es importante, prefiero los chicos simpáticos” explica Celeste, “me gusta que me hagan reír.” Y también le gusta que la hagan acabar. “No es muy difícil” aclara la morocha, “porque soy multiorgásmica.”
El felino tatuaje la identifica a Celeste Sablich como una jugadora profesional, de esas que quieren sacarte todo el jugo y no se conforman con un picadito. “Los polvos rápidos de las películas son desastrosos” insiste la morocha acomodando la delantera, “me gusta más arrancar de a poco, disfrutar viendo cómo te calentás de a poco y hacés un buen partido. Soy multiorgásmica así que podés hacer muchos goles.” Para cagarla a pelotazos.
Celeste Sablich acomoda el orto en el jacuzzi y mira como sorprendida de verte tomando carrera para entrarle de una. Pero la sorpresa es fingida porque el papo ya estaba mojadito antes de entrar en la bañera: fijate que la tanga parece tener una lagunita jugosa, como una empanada de esas que chorrean al comerlas. “Los amigos de mi hermano están chochos con mi carrera” había dicho la morocha y no es para menos la tremenda concha de su hermana. Y no te olvides que Celeste Sablich viene con un bonus de putez fiestera muy importante: la morocha es amiga de nenas como Soledad Cescato o Paulita Ferrari, lo cual práctiamente garantiza la partuza.
Mientras sus colegas de mayor fama se hacen las estrellas a la hora de pelar, Celeste Sablich sigue cumpliendo: la morocha se desnuda en todas las producciones, al punto que una vuelta el propio conejo le tuvo que decir que afloje. “Los de Playboy nos censuraron una twitcam hot que hicimos con Sole Cescato” recuerda la playmate, “había perdido un juego y tenía que cumplir una prenda sacándome la parte de abajo de la bikini, pero en medio de la transmisión nos mandaron un texto diciendo que no nos podiamos poner más en bolas.” Pero la morocha está en contra de “el que quiere Celeste, que le cueste” y ahí mismo armó una campaña para defender su derecho a la putez y el tuyo de verla desnuda. “En el twitcam pedí que digan ‘no a la censura’ para que poder mostrar todo y por suerte los chicos me apoyaron.” Y cómo no la vas a apoyar con ese impresionante lomazo, esas tetas levemente siliconadas y una cola como para perder las dos cabezas aunque te salga bien caro. “Muchos me dicen que por mí entregarían toda su fortuna” explica la morocha, “y yo les digo que me la den, que no hay problema.”
Y si querés dársela pero andás corto de efectivo, podés probar prometiéndole algo que tenga un valor simbólico en vez de monetario. “Uno me dijo que si me chupaba un pezón en cámara le ponía mi nombre a su perra” recuerda la playmate, que igual no necesita de cíber admiradores porque el mayor apoyo lo recibe en su círculo íntimo. “Los amigos de mi papá están muy contentos” dice Celeste, “y los amigos de mi hermano ni te digo, están chochos con mi carrera.” Y no es para menos, sería un honor que el pibe te mande a la concha de su hermana, que tras su campaña contra la censura del conejo local y ahora pela para Playboy Internacional.”
Celeste Sablich tiene ganas de arrancar vestida para variar, pero no te preocupes porque la morocha 24 años es de bombacha ultra veloz. “Se van a prender fuego cuando me saque todo” pronostica Celeste, que de calentar algo sabe porque labura en Playboy TV y hace videos porno que dice son más realistas que algunos de Hollywood. “Esos polvos rápidos de las peliculas son desastrosos” dice lapidaria, “y los manianeros donde apenas se despiertan ya entran a besarse con lengua y todo no son realistas, primero tenés que lavarte los dientes y hacer pis… salvo que el beso no sea en la boca o te guste la lluvia dorada, jaja.”
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1 comentario - Celeste festeja con torta, alta cola mojadita para vos