Hermanas (cap 9.1)

Capítulo IX: Enseñando y aprendiendo 
 
 
Tras verla así, el muchacho se empezó a preguntar qué iba a pasar. Se puso algo nervioso y no pudo evitar que se le ponga dura de a poquito la pija. 
 
Florencia miraba a su hermana sorprendida. 
 
Agustina se acomodó así parada, inclinada apoyada en la mesa con la cola paradita. Giró la cabeza mirando en esa pose a su hermano atrás: 
 
-Ahora pegate a mi y poneme tu pito acá –Dijo Agustina dándose una palmada en la cola encima de la falda. 
 
Martín se estremeció. Ya tenía las pulsaciones demasiado elevadas. Se acercó a ella desde atrás, mirándola como tratando de que ella le diera el vía libre. Tenía un short de esas telas livianas, con lo que la erección se le fue notando más y más, hasta ya tenerla toda parada haciendo una enorme presión en el short, totalmente visible para sus hermanas. Le apoyó el bulto apenitas en la falda, casi sin tocarla. 
 
-Dale no seas tímido pendejo!, pegate a mí todo lo que puedas.-Agustina 
 
La chica con uno de sus brazos le tocó una de las caderas a su hermano trayéndolo hacia ella. Cuando el enorme bulto del muchacho se ajustó más a la cola de la chica, presionándola por arriba de la falda. Martín se apoyo lo más que pudo en su hermana, con su pija bajo el short tocando la falda ajustada. 
 
-Bien! Así. Uyy! La tenés parada chanchito! –Dijo Agustina, sintiendo la pija dura en la cola, mientras empezaba a mojarse. 
 
El muchacho no respondió. Se limitó a apoyarla más fuerte. 
 
-Ahí me la estás apoyando en la cola hermanito, un poquito más abajo tengo la concha. Tratá de agacharte un poquito más, y apoyármela ahí, si?-Dijo Agustina mirándolo por arriba del hombro. 
 
Martín hizo caso. Trató de flexionar ligeramente las rodillas para agacharse levemente y encontrar la conchita bajo la falda de su hermana mayor, mientras el miembro le palpitaba y daba saltitos de excitación bajo la tela. Flexionó levemente y volvió a apoyarla más abajo, esta vez ya debajo de la falda, apoyándola directamente en los cachetes de la cola. 
 
Agustina se inclinó más todavía, de esa manera se le levantó la falda hasta la mitad del ojete, y dejó el bultito de la concha en la tanga a la vista entre sus piernas. La tanga blanca le tapaba con lo justo la conchita, dejando a la vista los labios abultados marcaditos en la tela. 
 
-Ahí me podes ver donde tengo la chocha? Apóyamela ahí.-Dijo Agustina ya totalmente en cuatro, aún parada en el borde de la mesa, pero 100% inclinada hacía adelante. 
 
Martín le podía ver donde tenía la concha por la marca en la tanga, así que le apoyó toda la pija justo en medio de la concha. Le encantó sentir sus piernas en contacto con los muslos de su hermana, y ni que hablar cuando sintió la verga apoyarse entre los labios vaginales de Agustina… se sentía calentito y delicioso, muy suavecito. 
 
-Eso… eso hermanito, ahí…-Agustina. 
 
Florencia no podía creer lo que veía. Nunca pensó que su hermana lo haría de verdad. Mirar todo eso la puso caliente. Sintió como el calorcito llegaba a su cuerpo viendo como la pija de su hermano se la apoyaba toda a su hermana. 
 
Una vez que Martín tenía la pija bajo el short apoyada en la concha entangada de su hermana, se quedó quieto así esperando la siguiente indicación. 
 
-Ahora vamos a enseñarle a coger a Florcha. Vení acá hermanita, para que veas de cerca.-Dijo Agustina. 
 
Florencia se puso de pie, y en el movimiento sintió la bombacha húmeda. Se sentó en una silla justo al lado de sus hermanos, para ver todo a pocos centímetros. 
 
-Bueno pendejo, ahora quiero que te muevas para atrás y adelante como si me estuvieras cogiendo, si?- Le indicó Agustina, tratando de enseñarles a coger a sus hermanos. 
 
El muchacho afirmó positivamente con la cabeza. Ya empezaba a transpirar un poco, estaba tremendamente excitado, con la pija bien gorda y a punto de estallar, pero no podía tocarse. Se tiró para atrás, y volvió hacia delante, apoyándola nuevamente sobre la concha. Le estaba encantando sentir como la pija se le apoyaba en esa parte tan sexy de su hermana, además de sentirla bien suave con cada achuchón. 
 
Siguió con ese ritmo, hacia atrás y adelante, cogiéndola con la ropa puesta. Apoyó ambas manos en las caderas de su hermana para hacerlo mejor. 
 
Agustina la miraba de costado a Florcha, con cara de excitación. Florencia miraba como la pija de su hermano parecía que iba a romper el short de lo empinada que estaba. Verla empujar y salir de la entrepierna de Agustina, la estaba calentando mucho, sintiendo que ya se le estaba mojando bastante la concha al ver todo eso. 
 
Martín seguía cogiendo a su hermana con solo un short y una tanga de por medio, mientras, Agustina le habló: 
 
-Podés tocarme las lolas hermanito. Poneme la mano en una teta. 
 
La chica misma le agarró una mano al muchacho que tenía en su cadera, y se la llevo hasta su teta derecha. El chico apoyó la palma entera de su manito abierta sobre la teta de su hermana encima de la remera. La sentía pesada, suave y firme, estaba tremenda! 
 
-Podés así pendejo? Tratá de acariciarme la teta mientras me seguís cogiendo. Ves bien Flor?-Preguntó Agus. 
-Sí. 
 
Estaban cruzando los límites. Florencia mirando todo eso estaba tan mojada que necesitaba tocarse el clítoris ya, como sea. Se aguantaba como podía. 
 
Agustina si bien estaba más acostumbrada al sexo, sentía su chocha húmeda y recibir los pijazos de su hermanito la pusieron re caliente y excitada. También se estaba mojando a cada segundo. 
 
Martín no aguantaba más. Estar cogiendose a Agustina, en cuatro, en la cocina, con Florcha mirando al lado, por más que sea con la ropa puesta, lo estaba dejando hirviendo. Cada vez que le apoyaba la pija en la concha, era un delirio de placer. Y más ahora, que le estaba acariciando como podía una de sus grandes tetas. Se la acariciaba encima de la remera ajustada, sentía que obviamente su hermana no traía corpiño. A cada caricia, podía sentir con su mano, el pezón de la chica bajo la remera. 
 
Si se tocaba la verga con su mano, terminaría al instante. 
 
-Y Flor, ves? Así se coge. Querés probar un ratito?-Le preguntó Agustina. 
 
Florcha no sabía que decir, la tomó con sorpresa a la pregunta. Por un lado, le gustaba tanto lo que estaba viendo, que quería decir que sí, pero por otro, trataba de mantener la compostura y decir que no. 
 
-No sé. –Florencia. 
-Dale, ponete así como yo.-Agustina. 
 
Florcha no lo pensó otra vez y se puso de pie. Imitó la posición de su hermana, parada en cuatro apoyando las manos y brazos en la mesa. 
 
-Así?-Preguntó Florencia. 
-Sí! Dale hermanito, le toca a ella ahora.-Respondió Agustina. 
 
Martín retiró la mano que tenía en la teta de Agustina, y se separó de ella. Se puso atrás de Florcha. 
 
Florencia traía puesta una calza ajustada negra, estilo leggings. Se le marcaba todo el enorme orto que tenía. 
 
Al muchacho le encantó como se veía ese culazo apretado por la calza. Agustina se puso de pie, acomodándose la faldita, y se sentó al lado. Empezó con las indicaciones para sus hermanos: 
 
-Bueno, ya sabés más o menos como hacer ¿no?-Le dijo Agustina a Martín. 
-Sí. 
-Poné las manos en sus caderas para que estés más cómodo, y apoyale el pito hasta encontrarle la chocha. 
 
Agustina veía como Martín con esa enorme erección en el short, se acercaba a su hermana y se la apoyaba en medio del culo, encima de la calza. Le encantaba como se veía el paquete de su hermano, pero quería verle la pija. 
 
Florcha se estremeció al sentir ese duro miembro apretando contra su cola. Ya la pobre sentía la bombacha inundada. Era la primera vez que hacía una cosa así con un chico… y era su hermanito menor! 
 
El chico se inclinó con las rodillas y trató de apoyarla más abajo, buscando la zona de la vagina de su hermana. Una vez que apoyó su pene excitado en el cuerpo de Florencia, Agustina habló: 
 
-Ahí tenés la concha Flor? 
-Un poquitín más abajo.-Respondió Florencia. 
 
Martín se despegó apenas, fue más abajo y apoyó de nuevo sobre la calza. 
 
-Ahí.-Confirmó Florcha. 
 
Florencia sintió la pija dura y parada de su hermano apoyando de lleno en su conchita bajo la calza. 
 
-Bueno hermanito, ahora cojela como te enseñe.-Indicó Agustina. 
 
Martín empezó a moverse como antes, moviéndose atrás y adelante lentamente sobre el cuerpo de su hermana. 
 
Florencia permanecía con los ojos cerrados, mordiéndose el labio, mientras notaba como su hermano se la estaba cogiendo en cuatro con la ropa puesta. El muchacho comenzó a aumentar un poco la velocidad. 
 
Su pija chocaba contra la concha, mientras su pubis chocaba contra la cola de su hermana. Estaba siendo apoteósico. 
 
Agustina no se perdía detalle de todo, mientras disimuladamente se apretaba sus muslos para rozarse la conchita que ya la tenía mojada. 
 
A Florencia le estaba encantando como su hermano se la cogía con la ropa puesta. Cada vez que sentía la pija dura y parada del chico chocar contra su vagina, le provocaba demasiado placer. Tenía la concha excitada, caliente y empapada. La pobre bombacha no daba abasto para absorber los flujos de tanta excitación que esa chochita virgen emanaba. Ya se le estaba empezando a mojar la calza. 
 
A Martín le empezaba a doler la pija, la tenía muy muy parada, y al no poder sacarla del short, le estaba apretando demasiado. 
 
Tras algunos movimientos más, en una de esas apoyadas fuertes sobre su hermana, Martín sintió que se venía, estaba por acabar. Se detuvo de inmediato. Se separó un poco de Florcha, y permaneció quieto. 
 
-Pasa algo?-Preguntó Agustina. 
-Perdón, es que… si seguía… iba a acabar.-Martín. 
-Ahhh, está bien, no te preocupes. Estás muy caliente?-Agustina. 
-Sí, mucho. Casi no aguanto más. 
-Se te nota!-Dijo Agustina, mirándole directamente el bulto en el short. 
 
Florencia seguía en su posición, con los ojos cerrados y la cara de excitada, esperando ansiosa a recibir más apoyadas sobre la concha. 
 
-Bueno hermanito, cogela un poquito más y cuando ya ves que te venís, parás, así terminamos. –Le ordenó Agustina. 
 
Le apoyó de nuevo la pija dura sobre la conchita a su hermana. La apretó sintiendo toda la cola gorda de Florcha en esa calza ajustada, lo hizo tres veces, cuando volvió a sentir que iba a acabar. Se separó inmediatamente de nuevo. 
 
-No puedo más.-Le dijo Martín a Agustina. 
-Ok. Lo hiciste muy bien pendejo… descansá ahora.-Le respondió su hermana mayor. 
 
Martín agarró una de las sillas y se sentó, tratando de bajarse la calentura para que la pija le dejara de doler bajo el short, estaba extasiado. 
 
Florencia se incorporó, se acomodó el pelo y también se volvió a sentar en una de las sillas, ya totalmente empapada entre sus piernas. No recordaba estar tan mojada. Creía que se había meado. 

1 comentario - Hermanas (cap 9.1)

horaclio
exelente relato van 10+