Matías F. (03): Polvos del Desierto (Parte I)

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Nunca antes me habían hablado de una forma tan decidida y arrecha como lo hacía. Me sentí sacado de onda por un momento... pero mis ganas crecieron exponencialmente y yo solo quería cacharme a ese pendejo y dejarlo tan abierto y satisfecho que querría volver a verme una y otra vez.

Tome su cabeza y comenzamos a besarnos intensamente, estaba tan deseoso de hacerlo mío sentí algo que no me habían hecho sentir antes. Fue tanta la intensidad que le había estado dando mordiscos a sus labios sin haberme dado cuenta. Fui besándolo más y más y lo empuje hacia su ventana... lo deje recostado hacía ella y me alejé un poco. Lo miré con mucho deseo y ganas de llenármelo todo de leche. Y me quité el pantalón sin apartar mi mirada de él. Me quedé un rato tocando mi bulto sobre mi boxer. En ese rato el me miraba jadeando y sin quitarle la vista a mi paquete. Me acerqué un poco pero en lugar de ir hacía el me fui a los asientos de atrás, me senté con las piernas abiertas y me quité el boxer. Mi verga pudo pararse libremente y al segundo ya tenía el ano de mi profesor de matemáticas devorándose mi verga, mientras nuestras bocas hacían lo suyo. No sé como llegamos a esa posición, perdí por completo la noción del tiempo. Solo recuerdo su rostro y sus gemidos.
- Ah.. sí, así , así que rico... que rica verga, qué rica verga, dame más verga- me decía
- Es toda suya profe, cómasela, cómasela toda, así así síiii.... más rápido, más rápido

A lo que él comenzaba a subir y bajar como loco y gemir cada vez más y más fuerte... El placer fue tan grande que ahí mismo mi leche comenzó a derramarse por todo su culo
- Ahhhhhhhhhh..... gemí mientras sentía mi leche caer de su culo por mis piernas y ahí mismo sentí la suya salpicar en mi abdomen.
- Ahhhh.... ahhhh.... ahhhhh.... - fue lo último que escuché suyo antes de correrse....

Yo estaba agotado, nunca antes me había sentido tan complacido sexualmente.

El profe, se sentó a mi lado cansado también, diciendo en su cansancio: Ay, que rica verga, ah ah.... Me sonrió, yo le devolví la sonrisa. Se abrió de piernas y me enseñó su colo con mi leche saliendo...metió sus dedos y comenzó a pasársela por el pecho... luego se acercó a mí y comenzó a lamer todo mi abdomen y dejarlo sin una sola gota de su leche.

Me miró otra vez con esa cara de deseo y arrechura que tanto me exitaba, se acercó a mi cuello...lo besó... subió con su lengua hasta mi oído y me susurró: Quiero más leche en mi culo.

Yo esta vez no lo pensé ni un segundo. Le comí inmediatamente la boca y lo empuje hasta que quedó echado en los asientos. Le levanté las piernas y se las empujé hacía su abdomen... teniéndo así una vista perfecta de ese hermoso ano lleno de leche. Sin pensarlo, ya le había metido la verga y comenzamos nuevamente un concierto de gemidos. Yo tenía el control esta vez y podía subir y bajar la velocidad a mi conveniencia. Mientras me lo follaba brutalmente le hacía pequellos masajes en las tetillas. Esta vez, me decía más cosas que antes. Cógeme, cógeme... síiiii dame toda tu verga... más duro... ahhh ahhh sí,,, así... abrele el culo a tu profe.. si... si... ayy.... que rico... ayyyy... ahhhh..... mmmm..... cógeme duro... asíi.... sí... ahhh... métemela toda... si... cómete este culo, es todo tuyo... ahhh... sí... ahhhhhh... me corro... ahhh... espera espera... ahhh ahhhhhhhhhhhhhh............. ahhhhhhhh

Sin si quiera tocarse, el profe se llenó todo el pecho de leche.... eso me puso a mil y tras un par de embestidas... me corrí.... Toda mi leche nuevamente escurriendo del hueco del profe...

El profe volvió a meterse los dedos al culo pero esta vez se estaba tragando mi leche.
- Ay, que rico Gonzales- me decía gimiendo y agotado- que rico cachero. Mi culo es tuyo... para que hagas lo que quieras...cógeme Gonzales, dame más leche, lléname de leche, préñame dame verga... dale verga al putito de tu profesor.. soy tuyo...

No entendía como podía hacer que me excitara cada vez más... no sabía qué hora era... pero estaba seguro de que no nos íbamos a ir de ese lugar antes de que saliera el sol...

Me acerqué a él... le pasé mi mano por su raja y metí un par de dedos en su culo. Hizo un pequeño gemido, se los acerqué a la boca y me los chupó hasta no dejar una sola gota de leche.

Me acerqué a su oreja... la succioné por algunos segundos y le dije: te quiero culear a cuatro patas.

Continuación >>>>

5 comentarios - Matías F. (03): Polvos del Desierto (Parte I)

hoabril +1
buenisimo te felicito por tus relatos por favor continualos + 5
dontleavemealone
Gracias. Continuaré estos relatos pronto ahora que tengo más tiempo.
dedevoto
Ok. veremos como continua...