Cuando una fantasía se vuelve realidad.

Este es el relato de mi pete mas excitante, el segundo que hice en mi vida. Aunque no hice muchos y confieso que tengo poca experiencia sexual, sigue permaneciendo en el primer lugar.
No hace mucho un amigo, excompañero del secundario con padres separados, decidió mudarse a lo del padre. Casualmente el papá vive bastante cerca de mi casa y fantaseaba con él desde fines de quinto año, cuando me empecé a dar cuenta que algunos hombres podían gustarme. Mi fantasía era simple: hacerle sexo oral. Siempre me lo imaginé muy viril y no podía evitar sentirme atraído.
Ese sábado el cronograma decía: fútbol y cumpleaños.
Me fui a jugar y me volví con mi amigo a mi casa donde estuvimos perdiendo el tiempo con la Play Station. Viendo la hora y lo tarde que se nos estaba haciendo llegamos al siguiente arreglo: me ducharía mientras él esperaba y luego haríamos los mismo en su casa. Hasta ahí estaba todo bien, fuimos a su casa donde el padre estaba mirando una película. Lo noté medio extraño, como cargado de una energía sexual incontenible.
Pablo (así llamaremos a mi amigo) se encerró en el baño para ducharse.
Supongo que mi fantasía se manifestó en algún momento durante los últimos años en alguna mirada o algún gesto. Estábamos con el padre de Pablo en el living cuando se levantó y se fue a la cocina. Al regresar se quedó de pie, desde atrás del sillón me acarició la cabeza. Yo giré, lo miré sonriéndole algo nervioso e incómodo y volví a mirar hacia adelante. El padre de Pablo no dejó de acariciarme. Noté que se había acercado un poco. Volví a girar y lo miré. Me sonrió. No puede evitar ver que estaba exitado; tenía un bulto bastante grande. Me guiñó el ojo y con su mano me precionó hacia su entrepierna. Yo estaba entre caliente y avergonzado. Sentí su pija dura contra la cara a través de su pantalón.
-Dale boludo aprovechá mientras Pablo está en el baño. Se te notan las ganas que tenés de comértela. -Dijo el padre de Pablo.
Yo me quedé inmóvil. El padre de Pablo sacó su verga y empezó a masturbarse, era grande y venosa con una cabeza al rojo vivo. Con una mano la sostenía mientras que con la otra me agarraba la cabeza para que no me aleje. Finalmente, lo mire y abri la boca, me la metió.
-Así pendejo. Bien, putito como me gusta. Yo sabía que te gustaba la pija. -Me decía mientras me bombeaba la boca cada vez más profundo.
No me dejaba respirar, me estaba ahogando y tenía algunas arcadas. Así y todo estaba exitado.
-No sabés hace cuanto que quería que me hagas un pete.- El padre de Pablo comenzó a respirar cada vez más fuerte y antes de que pueda darme cuenta me sujetó la cabeza con ambas manos e introdujo su potente pija hasta el fondo. Me dejó sin aire. Y de pronto comencé sentir que mi boca comenzaba a llenarse de algo más que saliva.
-Dale putito de mierda, tragate toda la leche. -Escuché que me dijo en voz baja y ronca.
Le hice caso y me la tragué. También se la limpié con la lengua tal como me ordenó después.
Cuando el padre de Pablo se cansó me sacó la verga de la boca y me dio un cachetazo. Pero no un cachetazo agresivo, sino cariñoso.
-¿Te sacaste las ganas? Hacia tiempo que venías mirándome y yo no sabia si te gustaba o no. La próxima no sabés como voy a romperte ese culo a pijasos. -Me dijo bajito.
Pablo terminó de bañarse y nunca se enteró de lo que paso.
Yo creo que me conseguí un amante.