Pasaron un par de días. Tiempo suficiente para que mi cabeza se aclarase y supiese lo que tenía que hacer.
Ese día escribí a Paula para invitarla a casa a tomar un café, ella aceptó.
A eso de las 16h Paula se presentó. Abrí la puerta, nos dimos dos besos como saludo y la invite a pasar al salón.
- Siéntate cariño, ponte cómoda, voy a preparar el café.
- Aquí está el cafetito. Bueno quería, cuéntame, que tal va todo ?
Ella me respondió que todo iba bien, aclaró que como siempre y que ningún cambio o cosa importante a señalar.
Le pregunté por su ex a lo que me contestó que llevaba tiempo sin saber de él y que por ella que siguiese así mucho tiempo más, si fuese preferible años.
Le pregunté por Pablito y me respondió que lo mismo que su padre, que nada importante a señalar de él, que seguía igual de introvertido y distante, siempre encerrado en su mundo, con sus videojuegos y sin relacionarse con el mundo.
En ese momento es cuando le comenté que tenía que contarle algo acerca de su hijo, de Pablito.
- Que ha pasado ? No me asustes por Dios. Cuéntame !
No Paula, tranquila, no es nada grave, le dije con una sonrisa y una ligera risa para quitar importancia al asunto e intentar que no se sintiese mal ni se enfadase con su hijo.
Le conté lo ocurrido con Pablito, tal y cómo sucedió y ya conté en la primera parte de este Diario. A los que no lo habéis leído aún, os invito a hacerlo antes de seguir leyendo está parte para poneros en contexto y situación.
- Este niño no tiene remedio. Te pido mil disculpas amor, lo siento de verdad, en serio, ya hablaré yo con él cuando le vea.
- No Paula, no te preocupes, yo no le doy importancia, tiene 15 años y supongo que está en la edad, por eso creo que lo mejor es que no le digas nada.
Durante un pequeño tiempo se hizo el silencio hasta que Paula habló.
- Verás. Es que... No solo es eso... No solo es que se pusiese a la ventana para verte desnuda.
Parece ser que Paula tenía algo que contar, algo que la preocupaba realmente de Pablito.
- Llevo tiempo dándome cuenta que mi lencería no está colocada en el cajón de la misma manera que yo la dejo días antes.
Intenté quitarle importancia basándome en los 15 años que tiene Pablito y en que va despertando su curiosidad por ese tipo de temas.
- Me doy cuenta que aprovecha momentos relativamente íntimos para acercarse a mi y hablar, por ejemplo cuando salgo de la ducha o entro en mi cuarto a cambiarme. Luego, en otras situaciones se comporta de una manera totalmente distinta y ni siquiera me dirige la palabra, incluso parece ser que le molesta que le hable.
Ya se que está en edad, comprendo sus curiosidades y todo lo que pueda sentir su cuerpo y pensar su cabeza en temas de sexo, se que a su edad es totalmente normal. Lo que realmente me preocupa, y mucho, es que no se relacione con nadie, que viva en un mundo aparte, que no tenga amistades ni haya visto en él interés por conocer a alguna chica.
- Bueno Paula, ya sabes lo tímido que es, incluso con las personas que ya conoce de hace años.
- Y que va a estar, toda su vida viendo mi lencería ? Que a saber que hace con ella, no quiero ni pensarlo.
- Bueno mujer...
- No, bueno mujer no, las cosas no son así. Luego cuando deje mi lencería otra vez en el cajón, pasar a ver si te puede estar a ti ? o, incluso a mí que soy su madre, por Dios ! No, eso no !
Intenté tranquilizar a Paula, estaba súper preocupada y nerviosa, parece ser que lo de Pablito el otro día conmigo no fue un caso aislado.
- Bueno Paula, vamos a tranquilizarnos, vamos a dejar que esto siga su curso, pensemos que son comportamientos normales en un chico de 15 años. Si volvemos a ver cosas o nos enteramos alguna de algo nos lo contamos y veos a ver cómo actuar.
- Me parece bien, muchas gracias por contarme esto, yo también quería contarte las cosas pero no sabía bien cómo hacerlo, este niño ya me estaba preocupando realmente. Por cierto, después de eso, habéis vuelto a veros ?
- Si, ayer coincidimos en el ascensor.
- Y él, como reaccionó ?
- Como si no hubiese pasado nada Paula, de verdad, como si lo del otro día no hubiese ocurrido. Yo tampoco quise comentarle nada la verdad
- Me parece increíble, después de ver qué le viste espiándote desnuda, después de salir corriendo, actúa sin pudor ni vergüenza alguna, es increíble.
No quise entrar más en detalle de lo ocurrido en el ascensor, no quise contarle que varias veces no aparto su mirada de mis pechos. No vi procedente en ese momento darle ese detalle.
Habíamos terminado hace rato ya ese café. Paula se incorporó del sofá, nos dimos dos besos para despedirnos y se fue.
Ahora vamos a esperar a ver cómo vienen las cosas y en función de como vengan, ver cómo afrontarlas.

Ese día escribí a Paula para invitarla a casa a tomar un café, ella aceptó.
A eso de las 16h Paula se presentó. Abrí la puerta, nos dimos dos besos como saludo y la invite a pasar al salón.
- Siéntate cariño, ponte cómoda, voy a preparar el café.
- Aquí está el cafetito. Bueno quería, cuéntame, que tal va todo ?
Ella me respondió que todo iba bien, aclaró que como siempre y que ningún cambio o cosa importante a señalar.
Le pregunté por su ex a lo que me contestó que llevaba tiempo sin saber de él y que por ella que siguiese así mucho tiempo más, si fuese preferible años.
Le pregunté por Pablito y me respondió que lo mismo que su padre, que nada importante a señalar de él, que seguía igual de introvertido y distante, siempre encerrado en su mundo, con sus videojuegos y sin relacionarse con el mundo.
En ese momento es cuando le comenté que tenía que contarle algo acerca de su hijo, de Pablito.
- Que ha pasado ? No me asustes por Dios. Cuéntame !
No Paula, tranquila, no es nada grave, le dije con una sonrisa y una ligera risa para quitar importancia al asunto e intentar que no se sintiese mal ni se enfadase con su hijo.
Le conté lo ocurrido con Pablito, tal y cómo sucedió y ya conté en la primera parte de este Diario. A los que no lo habéis leído aún, os invito a hacerlo antes de seguir leyendo está parte para poneros en contexto y situación.
- Este niño no tiene remedio. Te pido mil disculpas amor, lo siento de verdad, en serio, ya hablaré yo con él cuando le vea.
- No Paula, no te preocupes, yo no le doy importancia, tiene 15 años y supongo que está en la edad, por eso creo que lo mejor es que no le digas nada.
Durante un pequeño tiempo se hizo el silencio hasta que Paula habló.
- Verás. Es que... No solo es eso... No solo es que se pusiese a la ventana para verte desnuda.
Parece ser que Paula tenía algo que contar, algo que la preocupaba realmente de Pablito.
- Llevo tiempo dándome cuenta que mi lencería no está colocada en el cajón de la misma manera que yo la dejo días antes.
Intenté quitarle importancia basándome en los 15 años que tiene Pablito y en que va despertando su curiosidad por ese tipo de temas.
- Me doy cuenta que aprovecha momentos relativamente íntimos para acercarse a mi y hablar, por ejemplo cuando salgo de la ducha o entro en mi cuarto a cambiarme. Luego, en otras situaciones se comporta de una manera totalmente distinta y ni siquiera me dirige la palabra, incluso parece ser que le molesta que le hable.
Ya se que está en edad, comprendo sus curiosidades y todo lo que pueda sentir su cuerpo y pensar su cabeza en temas de sexo, se que a su edad es totalmente normal. Lo que realmente me preocupa, y mucho, es que no se relacione con nadie, que viva en un mundo aparte, que no tenga amistades ni haya visto en él interés por conocer a alguna chica.
- Bueno Paula, ya sabes lo tímido que es, incluso con las personas que ya conoce de hace años.
- Y que va a estar, toda su vida viendo mi lencería ? Que a saber que hace con ella, no quiero ni pensarlo.
- Bueno mujer...
- No, bueno mujer no, las cosas no son así. Luego cuando deje mi lencería otra vez en el cajón, pasar a ver si te puede estar a ti ? o, incluso a mí que soy su madre, por Dios ! No, eso no !
Intenté tranquilizar a Paula, estaba súper preocupada y nerviosa, parece ser que lo de Pablito el otro día conmigo no fue un caso aislado.
- Bueno Paula, vamos a tranquilizarnos, vamos a dejar que esto siga su curso, pensemos que son comportamientos normales en un chico de 15 años. Si volvemos a ver cosas o nos enteramos alguna de algo nos lo contamos y veos a ver cómo actuar.
- Me parece bien, muchas gracias por contarme esto, yo también quería contarte las cosas pero no sabía bien cómo hacerlo, este niño ya me estaba preocupando realmente. Por cierto, después de eso, habéis vuelto a veros ?
- Si, ayer coincidimos en el ascensor.
- Y él, como reaccionó ?
- Como si no hubiese pasado nada Paula, de verdad, como si lo del otro día no hubiese ocurrido. Yo tampoco quise comentarle nada la verdad
- Me parece increíble, después de ver qué le viste espiándote desnuda, después de salir corriendo, actúa sin pudor ni vergüenza alguna, es increíble.
No quise entrar más en detalle de lo ocurrido en el ascensor, no quise contarle que varias veces no aparto su mirada de mis pechos. No vi procedente en ese momento darle ese detalle.
Habíamos terminado hace rato ya ese café. Paula se incorporó del sofá, nos dimos dos besos para despedirnos y se fue.
Ahora vamos a esperar a ver cómo vienen las cosas y en función de como vengan, ver cómo afrontarlas.

1 comentarios - Diario. Capítulo 2.