Soy Laura, paraguaya, 40 años, mamá. Con tetas grandes operadas, divinas, deliciosas, demasiado grandes para mi tamaño, (160cm), pero a mi me gustan asi.. pesadas, que me hacen caminar como si cargara dos sandías maduras debajo del escote.
Mi marido es policía, en general trabaja de turno noche casi siempre y operativos , sale a las ocho y vuelve a las seis de la mañana. La casa queda vacía, silenciosa… y yo me quedo sola con estas tetas nuevas que todavía me duelen un poco cuando me toco los puntos, pero que me ponen como loca de caliente. Los vecinos ya se dieron cuenta.
El del 17, el flaco ese que siempre está lavando el auto sin camisa, el otro día me gritó desde la vereda: LAU, qué barbaridad, mamita, con razón tu marido te dejó sola, no aguanta tanto peso!. Me reí, pero sentí que se me mojaba toda la tanga. El pendejo de enfrente, el que tiene como 19 años y vive con la mamá, me mandó mensaje por Insta: paraguaya, esas tetas son un delito, dejame mamarlas una sola vez y me muero feliz.
Estoy en dos grupos de Telegram y subo fotos una o 2 veces x semana. Una de ayer: yo en cuatro en la cama, las tetas colgando como ubres llenas,(si xq aun sale leche de ellas) y en tanga negra y la descripción de la foto decía: Mi marido está trabajando, alguien quiere venir a ordeñarme?.
En menos de 20 minutos tenía 27 mensajes. Uno me escribió: Te llenaría esas bolsas de leche hasta que revientes, puta tetona. Otro me mandó una foto de la pija dura y el texto: Mirá lo que provocás, paraguaya. Me puse a tocarme leyendo eso, metiéndome dos dedos mientras imaginaba que eran ellos, que entraban por la ventana, que me agarraban estas tetas nuevas como 2 melones y me las apretaban hasta que grite.
Hace unas noches me escapé al telo de Palermo con el comisario que es el mejor amigo de mi marido fue su compañero de patrulla durante 10 años.Hace meses que lo vengo mirando de reojo cada vez que viene a casa a tomar tereré o a ver los partidos. Ese bulto que se le marca en el pantalón de uniforme cuando se sienta en el sillón… Dios mío, no es normal. Yo disimulaba, pero él se daba cuenta. Me miraba las tetas nuevas por encima del escote, se lamía los labios cuando me agachaba a servir la mesa. Hasta que un día me agregó al Telegram desde un número que no tenía guardado.El primer mensaje fue directo: Laura, dejá de mirarme la pija cuando vengo a tu casa, si no un día te la voy a dar.
Me quedé temblando con el celular en la mano, mis hijas en la pieza de al lado y yo ya mojada. Empezamos a hablar todas las noches.Me mandaba fotos de esa verga gruesa, venosa, parada como un fierro, y decia: Esto es lo que tu marido ve todos los días en el vestuario y vos te vas a comer pronto. Yo le mandaba fotos mías en el baño, con las tetas al aire, los pezones duros, o con la tanga corrida mostrándole el culo mientras le decía que era una puta casada que necesitaba que la rompan.Y llegó la noche. Le dije a mi marido que iba a lo de mi hermana en Villa Urquiza. Me puse un catsui negro, que me hace las tetas duras bien paraditas y un perfume bien de gatona que vuelve loco a cualquiera.
Llegué al telo primero,era temprano y fui al McDonald que esta sobre la calle godoy cruz, me tome un helado, muchas miradas a mi escote y piernas, salí a la puerta a fumar, y eran las 20hs, asi que fui a la esquina del telo.A los 1 minutos el llego y me abrazo en la calle y me beso onda amantes calientes pedimos la suite con jacuzzi.
El venia de civil, pero traía la camisa policial abierta y se le veían los tatuajes del pecho. Me miró y sonrió con esa cara de hijo de puta. —Vení acá, mamá de tres… hoy te hago la cuarta. Me agarró del cuello, me estampó contra la puerta apenas cerrada y me metió la lengua hasta el fondo.Con sus manos bajo hasta mi tanga re mojada negra..
..venías preparada, ¿no? Me metió dos dedos de una, gruesos, duros, mientras me mordía el cuello. Yo ya gemía como loca. Después me tiró al sillón erótico, antes nos sacamos unas buenas fotos cachondas, me abrió las piernas en el borde y me comió la concha como si se muriera de hambre.
Me agarraba las tetas, me retorcía los pezones, me metía la lengua bien adentro mientras yo le rogaba que me coja ya. Sacó esa pija gruesa y se la chupe como media hora, más grande de lo que parecía en las fotos, y me la metió despacio, mirándome a los ojos.
Decime quién es tu macho ahora, Laura. —Vos… vos, comisario… rompeme toda. Me cogió en el jacuzzi, después en la cama lo monte como 1 hora y media, después contra el espejo. Me puso en cuatro y me dio por el orto sin pedir permiso, solo escupió y empujó. Me dolía rico, me llenaba entera, me hacía gritar como nunca grito en mi casa. Me agarraba del pelo y me decía al oído: Tu marido está de guardia pensando que sos una santa… y mirá cómo tenés el culo abierto por su amigo.
El gritaba de placer y is squirts empapaban las sabanas del telo Me corrí tres veces, chorriando, temblando, llorando de placer. Al final me puso de rodillas, me agarró de las tetas y se vino en mi cara, en mi boca, y adentro de mi vagina… me dejó toda chorreada de leche mientras yo me tocaba mirando cómo caía.
Dormimos juntos pedimos el desayuno, y le hice una mamada en la cama y antes de salir me dio un beso en la frente y me dijo: —Cuando tu marido te bese hoy en un rato, acordate que tenés mi semen todavía en la garganta, tetona. Y yo… yo solo sonreí. Porque ya estoy contando los días para la próxima. llenándome hasta que me chorreaba por las piernas. Nos quedamos tirados un rato, sudados, respirando fuerte. Me acarició una teta y me dijo al oído: —La próxima te traigo las esposas de verdad, paraguaya tetona!
Mi marido es policía, en general trabaja de turno noche casi siempre y operativos , sale a las ocho y vuelve a las seis de la mañana. La casa queda vacía, silenciosa… y yo me quedo sola con estas tetas nuevas que todavía me duelen un poco cuando me toco los puntos, pero que me ponen como loca de caliente. Los vecinos ya se dieron cuenta.
El del 17, el flaco ese que siempre está lavando el auto sin camisa, el otro día me gritó desde la vereda: LAU, qué barbaridad, mamita, con razón tu marido te dejó sola, no aguanta tanto peso!. Me reí, pero sentí que se me mojaba toda la tanga. El pendejo de enfrente, el que tiene como 19 años y vive con la mamá, me mandó mensaje por Insta: paraguaya, esas tetas son un delito, dejame mamarlas una sola vez y me muero feliz.
Estoy en dos grupos de Telegram y subo fotos una o 2 veces x semana. Una de ayer: yo en cuatro en la cama, las tetas colgando como ubres llenas,(si xq aun sale leche de ellas) y en tanga negra y la descripción de la foto decía: Mi marido está trabajando, alguien quiere venir a ordeñarme?.
En menos de 20 minutos tenía 27 mensajes. Uno me escribió: Te llenaría esas bolsas de leche hasta que revientes, puta tetona. Otro me mandó una foto de la pija dura y el texto: Mirá lo que provocás, paraguaya. Me puse a tocarme leyendo eso, metiéndome dos dedos mientras imaginaba que eran ellos, que entraban por la ventana, que me agarraban estas tetas nuevas como 2 melones y me las apretaban hasta que grite.
Hace unas noches me escapé al telo de Palermo con el comisario que es el mejor amigo de mi marido fue su compañero de patrulla durante 10 años.Hace meses que lo vengo mirando de reojo cada vez que viene a casa a tomar tereré o a ver los partidos. Ese bulto que se le marca en el pantalón de uniforme cuando se sienta en el sillón… Dios mío, no es normal. Yo disimulaba, pero él se daba cuenta. Me miraba las tetas nuevas por encima del escote, se lamía los labios cuando me agachaba a servir la mesa. Hasta que un día me agregó al Telegram desde un número que no tenía guardado.El primer mensaje fue directo: Laura, dejá de mirarme la pija cuando vengo a tu casa, si no un día te la voy a dar.
Me quedé temblando con el celular en la mano, mis hijas en la pieza de al lado y yo ya mojada. Empezamos a hablar todas las noches.Me mandaba fotos de esa verga gruesa, venosa, parada como un fierro, y decia: Esto es lo que tu marido ve todos los días en el vestuario y vos te vas a comer pronto. Yo le mandaba fotos mías en el baño, con las tetas al aire, los pezones duros, o con la tanga corrida mostrándole el culo mientras le decía que era una puta casada que necesitaba que la rompan.Y llegó la noche. Le dije a mi marido que iba a lo de mi hermana en Villa Urquiza. Me puse un catsui negro, que me hace las tetas duras bien paraditas y un perfume bien de gatona que vuelve loco a cualquiera.
Llegué al telo primero,era temprano y fui al McDonald que esta sobre la calle godoy cruz, me tome un helado, muchas miradas a mi escote y piernas, salí a la puerta a fumar, y eran las 20hs, asi que fui a la esquina del telo.A los 1 minutos el llego y me abrazo en la calle y me beso onda amantes calientes pedimos la suite con jacuzzi.
El venia de civil, pero traía la camisa policial abierta y se le veían los tatuajes del pecho. Me miró y sonrió con esa cara de hijo de puta. —Vení acá, mamá de tres… hoy te hago la cuarta. Me agarró del cuello, me estampó contra la puerta apenas cerrada y me metió la lengua hasta el fondo.Con sus manos bajo hasta mi tanga re mojada negra..
..venías preparada, ¿no? Me metió dos dedos de una, gruesos, duros, mientras me mordía el cuello. Yo ya gemía como loca. Después me tiró al sillón erótico, antes nos sacamos unas buenas fotos cachondas, me abrió las piernas en el borde y me comió la concha como si se muriera de hambre.
Me agarraba las tetas, me retorcía los pezones, me metía la lengua bien adentro mientras yo le rogaba que me coja ya. Sacó esa pija gruesa y se la chupe como media hora, más grande de lo que parecía en las fotos, y me la metió despacio, mirándome a los ojos.
Decime quién es tu macho ahora, Laura. —Vos… vos, comisario… rompeme toda. Me cogió en el jacuzzi, después en la cama lo monte como 1 hora y media, después contra el espejo. Me puso en cuatro y me dio por el orto sin pedir permiso, solo escupió y empujó. Me dolía rico, me llenaba entera, me hacía gritar como nunca grito en mi casa. Me agarraba del pelo y me decía al oído: Tu marido está de guardia pensando que sos una santa… y mirá cómo tenés el culo abierto por su amigo.
El gritaba de placer y is squirts empapaban las sabanas del telo Me corrí tres veces, chorriando, temblando, llorando de placer. Al final me puso de rodillas, me agarró de las tetas y se vino en mi cara, en mi boca, y adentro de mi vagina… me dejó toda chorreada de leche mientras yo me tocaba mirando cómo caía.
Dormimos juntos pedimos el desayuno, y le hice una mamada en la cama y antes de salir me dio un beso en la frente y me dijo: —Cuando tu marido te bese hoy en un rato, acordate que tenés mi semen todavía en la garganta, tetona. Y yo… yo solo sonreí. Porque ya estoy contando los días para la próxima. llenándome hasta que me chorreaba por las piernas. Nos quedamos tirados un rato, sudados, respirando fuerte. Me acarició una teta y me dijo al oído: —La próxima te traigo las esposas de verdad, paraguaya tetona!
17 comentarios - paraguaya tetona tiene sexo con el amigo del marido
Orto 💥💥💥💥