Tras el relato contado por ella, la noche siguio siendo de sexo, nuestra calentura estaba a tope, igual que la primera vez que estuvimos juntos, teniamos una sed dificil de satisfacer. Pero todo tiene un fin, nos dormimos y al dia siguiente nos levantamos muy tarde, entorpecidos por la desvelada, el cansancio y el alcohol consumido, ese día no dimos vueltas al tema, estábamos agotados física y emocionalmente como para hacerlo, así que permitimos que llegara el mañana, nos preparamos como de costumbre para el trabajo, cada quien en su rutina normal, de vuelta en la noche ya más relajados, retomamos el tema.
K: y bien, ¿cómo te sientes?
Y: bien, tranquila, ¿ y tú?
K: igual, más tranquilo
Y: ¿qué piensas de lo ocurrido?
K: pues nada, difícil de asimilar, pero creo que así lo quisimos, ¿tú, cómo lo has tomado?
Y: bien, admito que siento un poco de culpa, me dejé llevar por el juego y termine a solas con él
K: es verdad que no lo considere correcto, pero entiendo que no hubo oportunidad de acordarlo, supongo que no podías dejar ir la oportunidad
Y: así es, ya me habia insistido mucho y las cosas se prestaron
K: y bien, ¿lo disfrutaste, fue como creerías que sería?
Y: si, lo disfrute mucho, fue más de lo que pensaba, no es que fuera el gran amante, pero su juego me tenia caliente y cuando lo hicimos, mi sensibilidad jugo de su lado
K: ya veo, quedaste satisfecha de la experiencia
Y: supongo que si, y tú ¿lo disfrutaste?
K: pues fue algo muy diferente a lo que hemos experimentado antes, verte tan excitada es lo que más he disfrutado, pero la verdad si me siento un poco mal
Y: si, lo noté, por eso me siento culpable, ¿crees que algo cambie?
K: ¿entre nosotros?, no lo se, supongo que es normal sentirme asi, tampoco creo que seas culpable de algo, además, ya pasó
Y: si, ya paso
Pasaron los primeros días del año casi con normalidad, aun siendo período vacacional tuvimos que cumplir con otros compromisos familiares por lo que nos mantuvimos ocupados, lo ocurrido esa noche de fin de año comenzaba a quedar atras, volvimos a tener sexo pero de forma más tradicional, sin juegos ni fantasias. De vuelta al trabajo y a la rutina, manteníamos lo ocurrido fuera de la mesa, la conversación se centraba en lo ocurrido en el trabajo, así que ignoraba si había vuelto a ver a Don José, pero preferí no preguntar.
Un viernes, antes de terminar enero, mientras estaba en el trabajo recibí un mensaje de Yes, me mencionó que iba a tener una reunión con sus compañeros con motivo de celebrar el año nuevo, así que llegaría noche, era algo habitual así que no tuve ningún problema, al salir de mi trabajo me dirigí con normalidad a casa, al ir pasando por la calle me encuentro saliendo a Don José, el cual de manera atípica me saludo, ya que era algo que no acostumbraba, conversamos solo un momento, él tenía prisa por irse y se notaba, pues estaba vestido con una camisa y jeans, algo modesto pero con intención de salir a algún lugar,
DJ: que tal chico, ¿cómo va la noche?
K: qué tal Don José, nada, solo trabajo
DJ: hay que relajarse un poco chico, no todo es trabajar
K: si claro, ya habrá oportunidad, ¿y usted?, se ve que si saldrá de fiesta
DJ: nada importante, una pequeña reunión con amigos
K: ¿en busca de solteras?
DJ: no que va, las prefiero casadas
K: no hay compromiso
DJ: así es, además esas son las más zorras
Se despidió y subió a su camioneta, sus palabras seguramente las dirigió hacia mí en forma de burla, admito que me habían molestado pero no podía darle señales de que sabia por que lo decia, asi que lo tome con calma y me dirigí al departamento, entré y comencé a prepararme algo para cenar, unos treinta minutos después recibo el mensaje de mi esposa, mencionando que ya había salido del trabajo y se dirigían a un bar cercano para divertirse. asi pase la noche en mi departamento, la espera no me dejo dormir, cerca de las 3 de la mañana subí al techo de los departamentos para fumar y distraerme, desde ahí pude ver que Yes ya venía caminando por la calle hacia el departamento, pero también noté que Don José estaba estacionando su camioneta sobre la calle (tipico de gente de barrio que se adueñan de todo), no pude asegurar que ella venía con él, pero a esa hora dudo que hubiera otra opción, baje a recibirla.
K: hola amor, ¿qué tal tu noche?
Y: muy bien, creo que nos pasamos con la hora
K: no tanto, para una fiesta hasta es temprano
Y: solo era una reunión del trabajo
K: ¿solo fueron compañeros?
Y: si, solo los del trabajo
K: me imagino, algo más íntimo
Y: no es para tanto, solo fue una pequeña convivencia
No tenía forma de sacar el tema a la conversación, ser directo no me traeria ningun beneficio, tan solo era una sospecha y ya, lo que si puedo asegurar es que venia caliente, pues el sexo esa noche volvio a ser intenso, aunque puedo culpar un poco a las copas que ella tenia encima. El sábado por la mañana se levantó con algo de resaca, salimos a comer fuera buscando remedios tradicionales y con la excusa de no cocinar, de regreso nos encontramos con Don José, iba saliendo de nuestro edificio, me saludo de la misma forma calurosa que lo había hecho la noche anterior y a mi esposa le saludo de beso en la mejilla, sin cruzar tantas palabras nos dejó, sin embargo, pude notar cierta molestia en Yes, como si no le gustara que viniera del departamento de mi tia, ¿celos tal vez?
No me gustaba aceptarlo, pero algo estaba ocurriendo con Yes, si bien no era algo muy drástico, si tenía un cierto distanciamiento emocional, como si tuviera otra cosa en su mente que la mantenía divagando en sus pensamientos, ante esta situación y juntandolo con lo que había visto en la madrugada del sábado, levantaba más mi sospecha de que Don José la estaba acosando, así que entre semana de la nada volví a preguntar.
K: oye amor, y que tal tus mañanas, ¿aun te llevan al trabajo?
Y: ¿a qué te refieres?
K: vamos, sabes bien de qué hablo
Y. bueno ya, pues no lo he encontrado muy seguido
K: ¿ya no te espera afuera por las mañanas?
Y: no, a lo mejor ya perdio el interes
K: después de lo ocurrido es extraño, yo pensaría que seguiría buscandote
Y: ni lo digas, no quiero más problemas
K: pues conmigo no los tuviste
Y: no, pero con él, me intimida un poco
K: supongo que sí, impone con su presencia
Y: si…
K: además se ve que aun sale con mi tia
Y: bueno, eso también
Poco pude sacar de la conversación, si bien, ella aceptó que había vuelto a verlo, no me confeso lo que había ocurrido aquella noche, ella parecía no estar cómoda con él, sin embargo, casi estaba seguro de que esa noche venía en su camioneta. Ya entrando en los primeros días de febrero, volvió a salir con sus compañeros, la curiosidad estaba llegando a un punto incontrolable por lo que pedí permiso para salir temprano de mi trabajo y me diriji hacia su trabajo, espere afuera y de repente veo llegar la camioneta de Don José, se estacionó fuera de la vista, yo me oculté entre los autos para no ser visto.
Pasada las 6 de la tarde salieron Yes y sus compañeros de oficina, conversaron en grupo un momento y se dispusieron a moverse de lugar, Yes hablaba por teléfono cuando de pronto, Don Jose se acercó, se subio a su camioneta y partieron, los perdí de vista y ya no pude seguirlos, con mi coraje tuve que regresar a nuestro departamento y esperar, tampoco quise enviarle mensajes, seguramente los ignoraria y me sentiria aún peor.
Repetí lo de aquella noche, espere en la azotea su llegada, era la 1 de la mañana cuando la camioneta de Don Jospe se estaciono y de ella bajo mi esposa, se retiró sin decirle mucho a Don José, parecía algo molesta. De nuevo bajé a toda prisa, cuando ella entró, noté que estaba algo ebria, pero ya se le veía más tranquila, me saludó con normalidad, en mi cara ella podía apreciar la duda, así que sin que yo le cuestionara nada ella me comenzó a platicar lo sucedido.
Y: no te imaginas qué noche
K: no se amor, dime
Y: salimos a bailar y todo estaba bien, hasta que se empezaron a pelear
K: ¿quiénes?
Y: veras, estaba bailando con algunos chicos, uno de ellos, Marcelo, que parece me tiene ganas se quiso sobrepasar un poco conmigo, bajando sus manos de más durante el baile
K: !¡Qué imbécil!
Y: pero ese no fue el mayor problema, sino que otro de nuestros acompañantes lo vio y fue a encararlo
K: no es para tanto, son cosas que pasan
Y: si fue para tanto, se pusieron muy mal y terminaron a golpes, Marcelo se llevó la peor parte
K: ¿y qué pasó con el otro?
Y: los tuve que separar y salimos de ahi, no tienes idea que espectaculo dieron, no tendré cara para verlos el lunes
Por lo que platicaba las cosas se salieron de control, sin embargo, no me había dicho quién era la otra persona, pero no dude en sacar conjeturas, el otro acompañante debía ser Don José, así como es él, no cabía duda que pudiera armar un pleito de esa magnitud, Yes había terminado separándolos y tuvo que sacarlo de ahí, supongo que por eso bajó molesta de su camioneta. Lo peor era que aún se tomaba reservas para contarme la verdad, hasta cierto punto podía entenderlo, pero creo que si continuaba así, las cosas se le podían salir de las manos.
A la semana siguiente llegó una fecha importante para los enamorados, el día de San Valentin, aunque ya estábamos casados no perdía oportunidad de demostrarle el cariño que siento por ella, así que ya tenía planificado salir a cenar y preparar la habitación para la ocasión. Ella ya estaba enterada del plan, saldríamos los dos de trabajar e iríamos a la reservación de la cena, pero al medio día, me envió un mensaje, pidiéndome disculpas pero saldría más tarde y no podría asistir a la cena, me pidió que fuera a casa y la esperara, de igual forma la noche terminaría bien.
Lo de menos era la reservación perdida, no me desmotivé así que volví a casa y pedí la cena a domicilio, prepare la mesa y me dispuse arreglar la habitación, sábanas limpias, velas aromáticas y aunque fuera todo un cliché, había comprado rosas y coloque los pétalos sobre la cama, me parecía el escenario perfecto y solo faltaba ella. Con todo listo la espera se hizo larga, me dieron las 10 y luego las 11 de la noche, nisiquiera habia recibido un mensaje de si ya había salido del trabajo, me había desesperado y comencé a marcarle, las primeras veces no contesto y despues, ni siquiera entraban las llamadas, le envie mensajes y tampoco aparecían como entregados, todas esas señales que conocen bien aquellos que sospechan que sus parejas le son infieles, se estaban haciendo presentes justo una noche de San Valentín.
Motivado por la misma inquietud de días anteriores subí a la azotea, en esta ocasión la camioneta de Don José estaba en su lugar, no parecía haber nadie en la entrada, así que me aventure movido por la duda, salí del edificio y me dirigí a la entrada de la vecindad, no solían cerrar el portón los fines de semana hasta altas horas, pues era costumbre de los inquilinos ocupar esas noches para sus convivencias de barrio. Cruce la entrada sin ningún problema, en efecto, en algunas habitaciones se escuchaba música a un alto volumen y gente riendo, cualquiera que entrara pasaría desapercibido, tampoco es que alguien pudiera meterse con ellos, era la boca del lobo y nadie desconocido se atrevería a entrar ahí.
De nuevo el destino me tenía ahí, debajo de esas escaleras, las subí con cautela casi con total seguridad de lo que encontraría ahí, a través de esa ventana en la orilla me volví a asomar, lo poco que pude escuchar confirmó mis sospechas, la voz de mi esposa traspasaba esas paredes, era inconfundible, le contestaba la voz gruesa de Don José, seguido de un chasquido como de una cachetada y acompañado de un leve gemido. La duda me volaba la cabeza, ¿que debía hacer?, sabía perfectamente que armar un escandalo ahi no me traería nada bueno, los vecinos podrán acercarse y armarme un mayor problema, la vecindad entera se enteraría de mis cuernos sino es que ya lo sabían, aunque no hubiera vecinos de por medio, ni siquiera sabría si podría confrontar a Don José, el perjudicado podría ser yo, por un momento solo me quede sentado de espaldas a la ventana, escuchando mínimamente lo que podía.
Susurraban cosas de manera intensa, algun problema habían tenido, sin embargo, pronto pasaron a otra cosa, las voces se habían apagado y reinaban sus respiraciones sobre el ambiente, manteniéndome en mi posición con los ojos cerrados, concentrándome en poner imagen a los sonidos, me di cuenta que había logrado una erección, la idea de entrar ya estaba quedando atrás y se convirtio en interes por ver cuando los sonidos pasaron a ser plenamente de sexo. Me levanté de ese lugar y busque una hendidura por la ventana que me permitiera ver, al no encontrarla, camine un poco con el mismo sigilo hasta llegar a la puerta la cual estaba entreabierta, despacio ingrese hacia esa habitación que usaban de cocina, desde ahí ya eran legibles los sonidos, no me costó encontrar la habitación que daba a la ventana, pues solo era una cortina la que la separaba de donde yo estaba.
Me acerque poco a poco para no advertir mi presencia, cuando estuve al lado de la cortina sus gemidos se escuchaban en todo el departamento, eran muy fuertes, se notaba que los dos estaban totalmente sueltos, se combinaba el rechinido de la cama, parecía que era un colchón de resortes ya algo viejo, era humillante, en casa le esperaba una cama limpia llena de pétalos para estar conmigo y mi mujer había preferido pasar la noche en un colchón viejo con aquel viejo cabrón, casi por inercia mi mano se dirigió a mi paquete, me acariciaba por encima del pantalón, estimulandome lentamente mientras detrás de esa cortina amarillenta mi esposa estaba siendo usada como una cualquiera por Don José. Tomando el riesgo, me dispuse a recorrer un poco la cortina, para poder visualizar lo que estaba ocurriendo, pero un ruido de pasos en las escaleras me hizo desistir, deprisa pero en silencio regrese a la puerta para ver quien era, la esposa de Don José estaba subiendo, pero se detuvo en seco, seguramente por el ruido de dentro, ya que a esas alturas era muy notorio, seguro se escuchaba con claridad afuera.
De nuevo me quedé sin saber qué hacer, podía meterme a otra de las habitaciones, pero su esposa seguramente se encargaría de armar el escándalo que yo antes había querido evitar, dudo mucho que pudiera salir después de ahí, tarde o temprano me encontrarían y ahí sí que las cosas no podrían ser peor, sin embargo, su esposa se había quedado igual que yo, parada sin saber exactamente qué hacer. Tras unos momentos quieta, optó por volver tras sus pasos, dejé que se perdiera un poco de vista, decidí dejar las cosas así y salir, no podía arriesgarme a ser visto en esa situación, de cornudo y mirón.
Salí y comencé a bajar la escaleras, pero de nuevo escuche pasos venir, la esposa de Don José venía de vuelta, regrese arriba y me fui por la orilla, de nuevo a la ventana, al menos así no me verían, ella entró al departamento, yo esperaba escuchar la discusión para poder salir y escapar, pero pasaron unos momentos y no llego dicha discusión, de hecho, el sonido de dentro no se dejaba de escuchar. Espere unos momentos más, ya con la duda de si en realidad había entrado o no la señora, me supuse que no, asi que de nuevo me acerque a las escaleras, pero justo cuando pase por la puerta ahí estaba ella apunto de salir nuevamente, me observó con los ojos estupefactos, le correspondí con una mirada de miedo total, pero antes de que yo pudiera pronunciar palabra ella me me hizo seña de que guardara silencio y me tranquilizara, al verme paralizado sin comprender bien lo que me pedía, me tomo de la mano y me dirigió para bajar las escaleras, haciéndome las mismas señas para que lo hiciera en silencio.
Pasamos por los pasillos casi al llegar a la salida, ella me soltó y ya mas tranquila me hablo.
M: ¿qué hacías ahí chico?, ¿acaso quieres meterte en problemas?
K: ¿de que me habla señora?, el problema no es para mi
M: estás invadiendo nuestra privacidad
K: Ahora resulta que va a defender a su esposo, ¿acaso usted no está molesta también?
M: mire joven, esa es mi vida privada, yo se que hacer o no con ella
K: entiendo que a esas alturas de su matrimonio no quiera problemas, pero a mi no me parece lo que está ocurriendo
M: mire joven, le voy a dar un consejo de tantos años de matrimonio, déjelos hacer
K: ¿Qué clase de consejo es ese?
M: usted es joven, lo ve como el gran problema, cuando yo era joven pensaba igual, no tiene idea las desdichas que me hizo pasar José por estar detrás de él evitando que hiciera lo que de todos modos hacía a mis espaldas. Un día simplemente entendí y lo deje en paz, y esa paz también me llego a mi
K: ¿habla en serio?, ¿usted se siente bien con lo que está pasando en su casa?
M: tampoco es que me sienta bien, pero prefiero evitar pelearme con él, además, se donde esta y con quién
K: ja, !seguro que si!
M: aunque usted no lo crea, sabía que salía con Carmela, aunque admito que me sorprendió lo de su esposa
K: ¿en serio sabía lo de mi tía?
M: y de muchas más, lo de tu tía es reciente, se que va hasta su departamento, hasta la empezó a invitar a los eventos de la vecindad, ahí los vi a ustedes, pero creía que solo era con ella
K: entonces, la noche de año nuevo que nos encontramos afuera…
M: esa noche José me pidió que no me acercara al departamento por un rato, pero tuve que ir por algo y entre sin hacer ruido, imaginaba que estaría con tu tía, pero me sorprendió mucho ver que se trataba de su esposa
K: ¿y por qué no me dijo nada entonces?
M: no estaba segura si lo sabías, ni sabria que decirte, solo decidí sacarte de ahí, después volví y le toque para que saliera y no los encontraran, después ya no supe a dónde fueron, pero ahora que te vi otra vez, imagine que ya lo sabías
K. y entonces, ¿por qué me volvió a sacar?
M: ya se lo dije joven, evitese problemas, váyase a su casa y estese tranquilo, yo no diré nada
Tras sus palabras, hice caso y me retiré de ahí, no estaba satisfecho con lo que me decía, ya que no era poca cosa, pero al menos por ahora, más me valió no dar problemas y pensarlo mejor. Regrese a nuestro departamento y la espere, dispuesto a discutir con ella sabiendo que de nuevo buscaría mentirme, sin embargo, ocurrió diferente a lo pensado, Yes regreso a casa y al ver su cara de satisfacción y la chispa que irradiaba, se me quitaron las ganas de discutir, vio lo que tenía preparado y se puso contenta como una niña, pasó al sanitario para asearse un poco y cenar conmigo, así el plan continuó como estaba pensado originalmente.
Era extraño, seria una de las noches más romanticas de nuestras vidas, sino fuera por que yo sabia que hace tan solo unos momentos estaba en la casa de otro hombre poniendome los cuernos, entre besos y caricias, ahora si pasamos a la habitación previamente arreglada para la ocasión, de nuevo me agradeció el detalle, diciendome que era de lo más tierno y romántico que habían hecho por ella, al desnudarla llevaba debajo ropa para la ocasión, un babydoll sencillo de color rojo, le quedaba muy bien, al tocarla su humedad era evidente, pero en el fondo sabia que no era por mi, sino que Don José era quien la tenia asi.
Mientras tuvimos sexo, todo lo ocurrido antes esa noche se vino a mi mente, lejos de causarme molestia o impedirme continuar con el sexo, me provoco una excitación mayuscula que me hizo terminar rapido en una de las mejores corridas de mi vida. Ella no me reprocho el tiempo, pero si me hizo mención de que me sentía más excitado de lo normal, sentí que era oportunidad de mencionarle el porqué, pero antes de de que yo le pudiera increpar ella misma confesó.
K: y bien, ¿cómo te sientes?
Y: bien, tranquila, ¿ y tú?
K: igual, más tranquilo
Y: ¿qué piensas de lo ocurrido?
K: pues nada, difícil de asimilar, pero creo que así lo quisimos, ¿tú, cómo lo has tomado?
Y: bien, admito que siento un poco de culpa, me dejé llevar por el juego y termine a solas con él
K: es verdad que no lo considere correcto, pero entiendo que no hubo oportunidad de acordarlo, supongo que no podías dejar ir la oportunidad
Y: así es, ya me habia insistido mucho y las cosas se prestaron
K: y bien, ¿lo disfrutaste, fue como creerías que sería?
Y: si, lo disfrute mucho, fue más de lo que pensaba, no es que fuera el gran amante, pero su juego me tenia caliente y cuando lo hicimos, mi sensibilidad jugo de su lado
K: ya veo, quedaste satisfecha de la experiencia
Y: supongo que si, y tú ¿lo disfrutaste?
K: pues fue algo muy diferente a lo que hemos experimentado antes, verte tan excitada es lo que más he disfrutado, pero la verdad si me siento un poco mal
Y: si, lo noté, por eso me siento culpable, ¿crees que algo cambie?
K: ¿entre nosotros?, no lo se, supongo que es normal sentirme asi, tampoco creo que seas culpable de algo, además, ya pasó
Y: si, ya paso
Pasaron los primeros días del año casi con normalidad, aun siendo período vacacional tuvimos que cumplir con otros compromisos familiares por lo que nos mantuvimos ocupados, lo ocurrido esa noche de fin de año comenzaba a quedar atras, volvimos a tener sexo pero de forma más tradicional, sin juegos ni fantasias. De vuelta al trabajo y a la rutina, manteníamos lo ocurrido fuera de la mesa, la conversación se centraba en lo ocurrido en el trabajo, así que ignoraba si había vuelto a ver a Don José, pero preferí no preguntar.
Un viernes, antes de terminar enero, mientras estaba en el trabajo recibí un mensaje de Yes, me mencionó que iba a tener una reunión con sus compañeros con motivo de celebrar el año nuevo, así que llegaría noche, era algo habitual así que no tuve ningún problema, al salir de mi trabajo me dirigí con normalidad a casa, al ir pasando por la calle me encuentro saliendo a Don José, el cual de manera atípica me saludo, ya que era algo que no acostumbraba, conversamos solo un momento, él tenía prisa por irse y se notaba, pues estaba vestido con una camisa y jeans, algo modesto pero con intención de salir a algún lugar,
DJ: que tal chico, ¿cómo va la noche?
K: qué tal Don José, nada, solo trabajo
DJ: hay que relajarse un poco chico, no todo es trabajar
K: si claro, ya habrá oportunidad, ¿y usted?, se ve que si saldrá de fiesta
DJ: nada importante, una pequeña reunión con amigos
K: ¿en busca de solteras?
DJ: no que va, las prefiero casadas
K: no hay compromiso
DJ: así es, además esas son las más zorras
Se despidió y subió a su camioneta, sus palabras seguramente las dirigió hacia mí en forma de burla, admito que me habían molestado pero no podía darle señales de que sabia por que lo decia, asi que lo tome con calma y me dirigí al departamento, entré y comencé a prepararme algo para cenar, unos treinta minutos después recibo el mensaje de mi esposa, mencionando que ya había salido del trabajo y se dirigían a un bar cercano para divertirse. asi pase la noche en mi departamento, la espera no me dejo dormir, cerca de las 3 de la mañana subí al techo de los departamentos para fumar y distraerme, desde ahí pude ver que Yes ya venía caminando por la calle hacia el departamento, pero también noté que Don José estaba estacionando su camioneta sobre la calle (tipico de gente de barrio que se adueñan de todo), no pude asegurar que ella venía con él, pero a esa hora dudo que hubiera otra opción, baje a recibirla.
K: hola amor, ¿qué tal tu noche?
Y: muy bien, creo que nos pasamos con la hora
K: no tanto, para una fiesta hasta es temprano
Y: solo era una reunión del trabajo
K: ¿solo fueron compañeros?
Y: si, solo los del trabajo
K: me imagino, algo más íntimo
Y: no es para tanto, solo fue una pequeña convivencia
No tenía forma de sacar el tema a la conversación, ser directo no me traeria ningun beneficio, tan solo era una sospecha y ya, lo que si puedo asegurar es que venia caliente, pues el sexo esa noche volvio a ser intenso, aunque puedo culpar un poco a las copas que ella tenia encima. El sábado por la mañana se levantó con algo de resaca, salimos a comer fuera buscando remedios tradicionales y con la excusa de no cocinar, de regreso nos encontramos con Don José, iba saliendo de nuestro edificio, me saludo de la misma forma calurosa que lo había hecho la noche anterior y a mi esposa le saludo de beso en la mejilla, sin cruzar tantas palabras nos dejó, sin embargo, pude notar cierta molestia en Yes, como si no le gustara que viniera del departamento de mi tia, ¿celos tal vez?
No me gustaba aceptarlo, pero algo estaba ocurriendo con Yes, si bien no era algo muy drástico, si tenía un cierto distanciamiento emocional, como si tuviera otra cosa en su mente que la mantenía divagando en sus pensamientos, ante esta situación y juntandolo con lo que había visto en la madrugada del sábado, levantaba más mi sospecha de que Don José la estaba acosando, así que entre semana de la nada volví a preguntar.
K: oye amor, y que tal tus mañanas, ¿aun te llevan al trabajo?
Y: ¿a qué te refieres?
K: vamos, sabes bien de qué hablo
Y. bueno ya, pues no lo he encontrado muy seguido
K: ¿ya no te espera afuera por las mañanas?
Y: no, a lo mejor ya perdio el interes
K: después de lo ocurrido es extraño, yo pensaría que seguiría buscandote
Y: ni lo digas, no quiero más problemas
K: pues conmigo no los tuviste
Y: no, pero con él, me intimida un poco
K: supongo que sí, impone con su presencia
Y: si…
K: además se ve que aun sale con mi tia
Y: bueno, eso también
Poco pude sacar de la conversación, si bien, ella aceptó que había vuelto a verlo, no me confeso lo que había ocurrido aquella noche, ella parecía no estar cómoda con él, sin embargo, casi estaba seguro de que esa noche venía en su camioneta. Ya entrando en los primeros días de febrero, volvió a salir con sus compañeros, la curiosidad estaba llegando a un punto incontrolable por lo que pedí permiso para salir temprano de mi trabajo y me diriji hacia su trabajo, espere afuera y de repente veo llegar la camioneta de Don José, se estacionó fuera de la vista, yo me oculté entre los autos para no ser visto.
Pasada las 6 de la tarde salieron Yes y sus compañeros de oficina, conversaron en grupo un momento y se dispusieron a moverse de lugar, Yes hablaba por teléfono cuando de pronto, Don Jose se acercó, se subio a su camioneta y partieron, los perdí de vista y ya no pude seguirlos, con mi coraje tuve que regresar a nuestro departamento y esperar, tampoco quise enviarle mensajes, seguramente los ignoraria y me sentiria aún peor.
Repetí lo de aquella noche, espere en la azotea su llegada, era la 1 de la mañana cuando la camioneta de Don Jospe se estaciono y de ella bajo mi esposa, se retiró sin decirle mucho a Don José, parecía algo molesta. De nuevo bajé a toda prisa, cuando ella entró, noté que estaba algo ebria, pero ya se le veía más tranquila, me saludó con normalidad, en mi cara ella podía apreciar la duda, así que sin que yo le cuestionara nada ella me comenzó a platicar lo sucedido.
Y: no te imaginas qué noche
K: no se amor, dime
Y: salimos a bailar y todo estaba bien, hasta que se empezaron a pelear
K: ¿quiénes?
Y: veras, estaba bailando con algunos chicos, uno de ellos, Marcelo, que parece me tiene ganas se quiso sobrepasar un poco conmigo, bajando sus manos de más durante el baile
K: !¡Qué imbécil!
Y: pero ese no fue el mayor problema, sino que otro de nuestros acompañantes lo vio y fue a encararlo
K: no es para tanto, son cosas que pasan
Y: si fue para tanto, se pusieron muy mal y terminaron a golpes, Marcelo se llevó la peor parte
K: ¿y qué pasó con el otro?
Y: los tuve que separar y salimos de ahi, no tienes idea que espectaculo dieron, no tendré cara para verlos el lunes
Por lo que platicaba las cosas se salieron de control, sin embargo, no me había dicho quién era la otra persona, pero no dude en sacar conjeturas, el otro acompañante debía ser Don José, así como es él, no cabía duda que pudiera armar un pleito de esa magnitud, Yes había terminado separándolos y tuvo que sacarlo de ahí, supongo que por eso bajó molesta de su camioneta. Lo peor era que aún se tomaba reservas para contarme la verdad, hasta cierto punto podía entenderlo, pero creo que si continuaba así, las cosas se le podían salir de las manos.
A la semana siguiente llegó una fecha importante para los enamorados, el día de San Valentin, aunque ya estábamos casados no perdía oportunidad de demostrarle el cariño que siento por ella, así que ya tenía planificado salir a cenar y preparar la habitación para la ocasión. Ella ya estaba enterada del plan, saldríamos los dos de trabajar e iríamos a la reservación de la cena, pero al medio día, me envió un mensaje, pidiéndome disculpas pero saldría más tarde y no podría asistir a la cena, me pidió que fuera a casa y la esperara, de igual forma la noche terminaría bien.
Lo de menos era la reservación perdida, no me desmotivé así que volví a casa y pedí la cena a domicilio, prepare la mesa y me dispuse arreglar la habitación, sábanas limpias, velas aromáticas y aunque fuera todo un cliché, había comprado rosas y coloque los pétalos sobre la cama, me parecía el escenario perfecto y solo faltaba ella. Con todo listo la espera se hizo larga, me dieron las 10 y luego las 11 de la noche, nisiquiera habia recibido un mensaje de si ya había salido del trabajo, me había desesperado y comencé a marcarle, las primeras veces no contesto y despues, ni siquiera entraban las llamadas, le envie mensajes y tampoco aparecían como entregados, todas esas señales que conocen bien aquellos que sospechan que sus parejas le son infieles, se estaban haciendo presentes justo una noche de San Valentín.
Motivado por la misma inquietud de días anteriores subí a la azotea, en esta ocasión la camioneta de Don José estaba en su lugar, no parecía haber nadie en la entrada, así que me aventure movido por la duda, salí del edificio y me dirigí a la entrada de la vecindad, no solían cerrar el portón los fines de semana hasta altas horas, pues era costumbre de los inquilinos ocupar esas noches para sus convivencias de barrio. Cruce la entrada sin ningún problema, en efecto, en algunas habitaciones se escuchaba música a un alto volumen y gente riendo, cualquiera que entrara pasaría desapercibido, tampoco es que alguien pudiera meterse con ellos, era la boca del lobo y nadie desconocido se atrevería a entrar ahí.
De nuevo el destino me tenía ahí, debajo de esas escaleras, las subí con cautela casi con total seguridad de lo que encontraría ahí, a través de esa ventana en la orilla me volví a asomar, lo poco que pude escuchar confirmó mis sospechas, la voz de mi esposa traspasaba esas paredes, era inconfundible, le contestaba la voz gruesa de Don José, seguido de un chasquido como de una cachetada y acompañado de un leve gemido. La duda me volaba la cabeza, ¿que debía hacer?, sabía perfectamente que armar un escandalo ahi no me traería nada bueno, los vecinos podrán acercarse y armarme un mayor problema, la vecindad entera se enteraría de mis cuernos sino es que ya lo sabían, aunque no hubiera vecinos de por medio, ni siquiera sabría si podría confrontar a Don José, el perjudicado podría ser yo, por un momento solo me quede sentado de espaldas a la ventana, escuchando mínimamente lo que podía.
Susurraban cosas de manera intensa, algun problema habían tenido, sin embargo, pronto pasaron a otra cosa, las voces se habían apagado y reinaban sus respiraciones sobre el ambiente, manteniéndome en mi posición con los ojos cerrados, concentrándome en poner imagen a los sonidos, me di cuenta que había logrado una erección, la idea de entrar ya estaba quedando atrás y se convirtio en interes por ver cuando los sonidos pasaron a ser plenamente de sexo. Me levanté de ese lugar y busque una hendidura por la ventana que me permitiera ver, al no encontrarla, camine un poco con el mismo sigilo hasta llegar a la puerta la cual estaba entreabierta, despacio ingrese hacia esa habitación que usaban de cocina, desde ahí ya eran legibles los sonidos, no me costó encontrar la habitación que daba a la ventana, pues solo era una cortina la que la separaba de donde yo estaba.
Me acerque poco a poco para no advertir mi presencia, cuando estuve al lado de la cortina sus gemidos se escuchaban en todo el departamento, eran muy fuertes, se notaba que los dos estaban totalmente sueltos, se combinaba el rechinido de la cama, parecía que era un colchón de resortes ya algo viejo, era humillante, en casa le esperaba una cama limpia llena de pétalos para estar conmigo y mi mujer había preferido pasar la noche en un colchón viejo con aquel viejo cabrón, casi por inercia mi mano se dirigió a mi paquete, me acariciaba por encima del pantalón, estimulandome lentamente mientras detrás de esa cortina amarillenta mi esposa estaba siendo usada como una cualquiera por Don José. Tomando el riesgo, me dispuse a recorrer un poco la cortina, para poder visualizar lo que estaba ocurriendo, pero un ruido de pasos en las escaleras me hizo desistir, deprisa pero en silencio regrese a la puerta para ver quien era, la esposa de Don José estaba subiendo, pero se detuvo en seco, seguramente por el ruido de dentro, ya que a esas alturas era muy notorio, seguro se escuchaba con claridad afuera.
De nuevo me quedé sin saber qué hacer, podía meterme a otra de las habitaciones, pero su esposa seguramente se encargaría de armar el escándalo que yo antes había querido evitar, dudo mucho que pudiera salir después de ahí, tarde o temprano me encontrarían y ahí sí que las cosas no podrían ser peor, sin embargo, su esposa se había quedado igual que yo, parada sin saber exactamente qué hacer. Tras unos momentos quieta, optó por volver tras sus pasos, dejé que se perdiera un poco de vista, decidí dejar las cosas así y salir, no podía arriesgarme a ser visto en esa situación, de cornudo y mirón.
Salí y comencé a bajar la escaleras, pero de nuevo escuche pasos venir, la esposa de Don José venía de vuelta, regrese arriba y me fui por la orilla, de nuevo a la ventana, al menos así no me verían, ella entró al departamento, yo esperaba escuchar la discusión para poder salir y escapar, pero pasaron unos momentos y no llego dicha discusión, de hecho, el sonido de dentro no se dejaba de escuchar. Espere unos momentos más, ya con la duda de si en realidad había entrado o no la señora, me supuse que no, asi que de nuevo me acerque a las escaleras, pero justo cuando pase por la puerta ahí estaba ella apunto de salir nuevamente, me observó con los ojos estupefactos, le correspondí con una mirada de miedo total, pero antes de que yo pudiera pronunciar palabra ella me me hizo seña de que guardara silencio y me tranquilizara, al verme paralizado sin comprender bien lo que me pedía, me tomo de la mano y me dirigió para bajar las escaleras, haciéndome las mismas señas para que lo hiciera en silencio.
Pasamos por los pasillos casi al llegar a la salida, ella me soltó y ya mas tranquila me hablo.
M: ¿qué hacías ahí chico?, ¿acaso quieres meterte en problemas?
K: ¿de que me habla señora?, el problema no es para mi
M: estás invadiendo nuestra privacidad
K: Ahora resulta que va a defender a su esposo, ¿acaso usted no está molesta también?
M: mire joven, esa es mi vida privada, yo se que hacer o no con ella
K: entiendo que a esas alturas de su matrimonio no quiera problemas, pero a mi no me parece lo que está ocurriendo
M: mire joven, le voy a dar un consejo de tantos años de matrimonio, déjelos hacer
K: ¿Qué clase de consejo es ese?
M: usted es joven, lo ve como el gran problema, cuando yo era joven pensaba igual, no tiene idea las desdichas que me hizo pasar José por estar detrás de él evitando que hiciera lo que de todos modos hacía a mis espaldas. Un día simplemente entendí y lo deje en paz, y esa paz también me llego a mi
K: ¿habla en serio?, ¿usted se siente bien con lo que está pasando en su casa?
M: tampoco es que me sienta bien, pero prefiero evitar pelearme con él, además, se donde esta y con quién
K: ja, !seguro que si!
M: aunque usted no lo crea, sabía que salía con Carmela, aunque admito que me sorprendió lo de su esposa
K: ¿en serio sabía lo de mi tía?
M: y de muchas más, lo de tu tía es reciente, se que va hasta su departamento, hasta la empezó a invitar a los eventos de la vecindad, ahí los vi a ustedes, pero creía que solo era con ella
K: entonces, la noche de año nuevo que nos encontramos afuera…
M: esa noche José me pidió que no me acercara al departamento por un rato, pero tuve que ir por algo y entre sin hacer ruido, imaginaba que estaría con tu tía, pero me sorprendió mucho ver que se trataba de su esposa
K: ¿y por qué no me dijo nada entonces?
M: no estaba segura si lo sabías, ni sabria que decirte, solo decidí sacarte de ahí, después volví y le toque para que saliera y no los encontraran, después ya no supe a dónde fueron, pero ahora que te vi otra vez, imagine que ya lo sabías
K. y entonces, ¿por qué me volvió a sacar?
M: ya se lo dije joven, evitese problemas, váyase a su casa y estese tranquilo, yo no diré nada
Tras sus palabras, hice caso y me retiré de ahí, no estaba satisfecho con lo que me decía, ya que no era poca cosa, pero al menos por ahora, más me valió no dar problemas y pensarlo mejor. Regrese a nuestro departamento y la espere, dispuesto a discutir con ella sabiendo que de nuevo buscaría mentirme, sin embargo, ocurrió diferente a lo pensado, Yes regreso a casa y al ver su cara de satisfacción y la chispa que irradiaba, se me quitaron las ganas de discutir, vio lo que tenía preparado y se puso contenta como una niña, pasó al sanitario para asearse un poco y cenar conmigo, así el plan continuó como estaba pensado originalmente.
Era extraño, seria una de las noches más romanticas de nuestras vidas, sino fuera por que yo sabia que hace tan solo unos momentos estaba en la casa de otro hombre poniendome los cuernos, entre besos y caricias, ahora si pasamos a la habitación previamente arreglada para la ocasión, de nuevo me agradeció el detalle, diciendome que era de lo más tierno y romántico que habían hecho por ella, al desnudarla llevaba debajo ropa para la ocasión, un babydoll sencillo de color rojo, le quedaba muy bien, al tocarla su humedad era evidente, pero en el fondo sabia que no era por mi, sino que Don José era quien la tenia asi.
Mientras tuvimos sexo, todo lo ocurrido antes esa noche se vino a mi mente, lejos de causarme molestia o impedirme continuar con el sexo, me provoco una excitación mayuscula que me hizo terminar rapido en una de las mejores corridas de mi vida. Ella no me reprocho el tiempo, pero si me hizo mención de que me sentía más excitado de lo normal, sentí que era oportunidad de mencionarle el porqué, pero antes de de que yo le pudiera increpar ella misma confesó.
4 comentarios - Mi esposa y mi vecino maduro II cornudo y mirón