Cómo están? Les vengo a contar otra pequeña historia de mi vida.
Sucede que tengo una amiga, ella se llama Gabi de 18 años y es muy santa, religiosa e inocente. Imágenes la como esa amiga que suele ir a misa, es callada, siempre ayuda a otros y tiene un voz dulce e inocente.
Ahora bien, sus padres viajan mucho y la dejan sola en casa y como son de familia religiosa es común que se mantengan virgen al matrimonio así que no tienen mucho que temer.
Un día, fui a su casa y pues sus padres no estaban. Cuando llegue ella todavía estaba en pijama, lo recuerdo muy bien un pijama de polar rosa con una imagen de panda, muy adecuado para una niña inocente como ella.
Cómo se acababa de levantar, se metió en la ducha y me dejó en sus pieza. Vi su tablet y no pude evitar entrar a el y ver su galería. Esto encontre:

Quede en shock, se me empezó a mojar la concha de solo verla e imaginar que ahora mismo está en el baño desnuda como en la foto. Comencé a tocarme mientras veo la foto, pensando: ¿Y si entro al baño? ¿Que puede salir mal?
Lo pensé 30 segundos y me decidí. Me saque la ropa y entré al baño desnuda. Mi sorpresa fue cuando la vi con las tetas apoyadas contra el cristal y tocándose. Del susto ella suelta el celular y mayor fue mi sorpresa cuando veo que se estaba tocando con una foto mía.
Nos miramos fijamente, ella se puso roja y se tapaba todo el cuerpo. Hubo un silencio incómodo mientras me acercaba a ella. Gabi empezó a tartamudear, intentando explicar la situación y antes de que empieze a hablar la bese bajo la ducha.
Sentía mi concha mojada y en llamas mientras la besaba, se notaba que ella nunca había dado un beso lo que me calentó aún más. Empezamos a entrecruzar las lenguas y siento una mano en mi clítoris, era ella que estaba tocandome sin aviso. Solté un gemido, casi me vengo al instante que me tocó pero ella no se detenía por lo que me vine rápidamente.
Mis piernas temblaban, mi corazón latía rápido pero no me iba a detener, nos seguimos tocando y nos vinimos una, dos, tres, cuatro veces hasta que no pudimos más. Yo lamía sus tetas y tocaba sus curvas como si se acabará el mundo. Les daré unas fotos para que sepan lo que veía yo.






Finalmente nos estuvimos y miramos fijamente. Sabíamos que lo que hicimos no estaba bien porque yo tengo novio y ella por su religión, pero no nos íbamos a detener.
Ahora cada vez que nos vemos tenemos sexo apasionado como si el mundo fuera a acabar. Tijereamos, nos besamos, nos tocamos y nos comemos hasta venimos a chorros, y lo mejor de todo, es que nadie lo sabrá.
Jamás me esperé que mi amiga inocente se convertiría en mi pequeño secreto.
Aquí les dejo una fotito bañándonos juntas.

Espero les haya gustado mi relato, y recuerden guarden bien nuestro secreto 😏
Sucede que tengo una amiga, ella se llama Gabi de 18 años y es muy santa, religiosa e inocente. Imágenes la como esa amiga que suele ir a misa, es callada, siempre ayuda a otros y tiene un voz dulce e inocente.
Ahora bien, sus padres viajan mucho y la dejan sola en casa y como son de familia religiosa es común que se mantengan virgen al matrimonio así que no tienen mucho que temer.
Un día, fui a su casa y pues sus padres no estaban. Cuando llegue ella todavía estaba en pijama, lo recuerdo muy bien un pijama de polar rosa con una imagen de panda, muy adecuado para una niña inocente como ella.
Cómo se acababa de levantar, se metió en la ducha y me dejó en sus pieza. Vi su tablet y no pude evitar entrar a el y ver su galería. Esto encontre:

Quede en shock, se me empezó a mojar la concha de solo verla e imaginar que ahora mismo está en el baño desnuda como en la foto. Comencé a tocarme mientras veo la foto, pensando: ¿Y si entro al baño? ¿Que puede salir mal?
Lo pensé 30 segundos y me decidí. Me saque la ropa y entré al baño desnuda. Mi sorpresa fue cuando la vi con las tetas apoyadas contra el cristal y tocándose. Del susto ella suelta el celular y mayor fue mi sorpresa cuando veo que se estaba tocando con una foto mía.
Nos miramos fijamente, ella se puso roja y se tapaba todo el cuerpo. Hubo un silencio incómodo mientras me acercaba a ella. Gabi empezó a tartamudear, intentando explicar la situación y antes de que empieze a hablar la bese bajo la ducha.
Sentía mi concha mojada y en llamas mientras la besaba, se notaba que ella nunca había dado un beso lo que me calentó aún más. Empezamos a entrecruzar las lenguas y siento una mano en mi clítoris, era ella que estaba tocandome sin aviso. Solté un gemido, casi me vengo al instante que me tocó pero ella no se detenía por lo que me vine rápidamente.
Mis piernas temblaban, mi corazón latía rápido pero no me iba a detener, nos seguimos tocando y nos vinimos una, dos, tres, cuatro veces hasta que no pudimos más. Yo lamía sus tetas y tocaba sus curvas como si se acabará el mundo. Les daré unas fotos para que sepan lo que veía yo.






Finalmente nos estuvimos y miramos fijamente. Sabíamos que lo que hicimos no estaba bien porque yo tengo novio y ella por su religión, pero no nos íbamos a detener.
Ahora cada vez que nos vemos tenemos sexo apasionado como si el mundo fuera a acabar. Tijereamos, nos besamos, nos tocamos y nos comemos hasta venimos a chorros, y lo mejor de todo, es que nadie lo sabrá.
Jamás me esperé que mi amiga inocente se convertiría en mi pequeño secreto.
Aquí les dejo una fotito bañándonos juntas.

Espero les haya gustado mi relato, y recuerden guarden bien nuestro secreto 😏
9 comentarios - Mi pequeño secreto