La Fiesta de Fin de Año de Mila. Cap 2

Capítulo 2: El Baño se Calienta
Los baños del local eran pequeños, con azulejos blancos y un espejo grande que ocupaba toda una pared. Había un poco de ruido de la fiesta que se colaba por la puerta, pero cuando Lautaro cerró con llave, el mundo de afuera pareció desaparecer. Mila entró primero, seguida por Lautaro, Eze y Fran, que cerraron la puerta detrás de ellos. La tensión era eléctrica, y los cuatro se miraron con una mezcla de nervios y ganas.
—¿Qué hacemos, chicos? —dijo Mila, apoyándose contra el lavabo, con una sonrisa de trola.
Lautaro fue el primero en moverse. Se acercó a ella, le puso una mano en la cintura y la besó con ganas, mientras Eze y Fran los miraban, todavía con sus vasos en la mano. Mila le devolvió el beso, sintiendo cómo el calor se le subía por el cuerpo, y cuando se separaron, lo miró a los ojos.
—Sos un atrevido, ¿eh? —dijo, y antes de que él pudiera responder, se giró hacia Eze y lo atrajo para besarlo también.
Eze era más suave, pero igual de intenso, y mientras lo besaba, sintió las manos de Fran subiéndole el vestido por detrás, rozándole el culo con ganas. Ella jadeó contra la boca de Eze, y la cosa se puso más pesada. Los tres chicos estaban encendidos, y Mila, aunque un poco mareada por el alcohol, estaba disfrutando cada segundo.
—Sos una putita, Mila, ¿sabías? —dijo Fran, mientras le apretaba el culo y le besaba el cuello, dejando una marca húmeda que la hizo temblar.
Ella se rió, girándose para enfrentarlo, y le respondió con un tono juguetón.
—Y vos un zarpado, pero me gusta —dijo, y lo besó con fuerza, mientras Lautaro se acercaba por detrás y le bajaba los tirantes del vestido, dejando sus tetas al aire.
Los chicos no perdieron tiempo. Lautaro se puso a chuparle las tetas, mordiéndole los pezones con suavidad mientras ella gemía, y Eze le metió una mano por debajo del vestido, tocándola por encima de la tanguita, ya toda mojada. Fran, que siempre había sido el más directo, se bajó los pantalones y le mostró la pija, dura y lista.
—¿Querés probar, zorrita? —dijo, con una sonrisa que era puro veneno.
Mila no dudó. Se arrodilló frente a él, todavía con las manos de Eze y Lautaro en su cuerpo, y se la metió en la boca, atragantándose un poco al principio pero encontrando el ritmo rápido. Los gemidos de Fran llenaban el baño, y los otros dos chicos no podían creer lo que estaban viendo.
—Qué bien peteas, Mila —dijo Fran, mientras le agarraba el pelo y la guiaba, metiéndosela más profundo.
Ella lo miró desde abajo, con los ojos brillándole de ganas, y siguió, mientras Eze le bajaba la ropa interior y empezaba a tocarla con más ganas, metiéndole los dedos y haciéndola gemir contra la pija de Fran.