Maduro morboso primera experiencia

Mauricio fue uno de mis machos. Yo tenía 52 y él 64.
Era psicólogo y nos encontrábamos en su depto de Barrio Norte donde tenía su cnsultorio.
Lo que me sedujo de él no fue tanto su cuerpo o su dotación (cuerpo normal con pancita y pija de 16 x 4), sino lo morboso que era.
En mi experiencia hay 2 profesiones en las que los tipos son de lo más morboso.
Una son lo psicólogos/psiquiatras y otra los abogados.
Al menos en mi experiencia, tanto unos como otros resultaron ser muy morbosos y complementaban mi deseo (soy muy morboso pero desde mi rol pasivo), y tuve experiencias realmente muy calientes con ellos.
No hablo de violencia o maltratos o conductas riesgosas sino de situaciones o experiencias en las que yo disfrutaba obedeciendo los deseos morbosos de mis machos.
Retomando a Mauricio, ya en nuestro primer encuentro el turro empezó por hacerme un enema con una pera de goma. "Quiero que estés bien limpio por dentro, la caca me la baja" dijo y mandó más de medio litro de agua tibia dentro de mi recto.
"Retenela todo lo que puedas antes de largar" dijo y me hizo sentar en el inodoro para chuparle la pija mientras yo retenía.
Cuando largué todo él, muy amoroso me lavó la cola con jabón y me secó con una toallita.
Me llevó al livíng donde puso un colchón en el piso sobre una mesita una caja de cartón con un montón de juguetes sexuales. Plugs, consoladores y dildos de distintas formas y medidas. Bolas chinas grandes y pequeñas. Guantes de látex tipo de cirujano, forros y gel.
Yo quise arrodillarme en el colchón para chuparle la pija pero no me dejó.
Tomó un plug de 5 cms, le puso gel y me ordenó ponérmelo en la cola.
Intenté discutir su orden pero me dio un chirlo en la cola y me dijo que el que mandaba era él y si yo no iba a obedecer me podía ir ya mismo.
No dije más nada, tomé el plug (de acero y con una tapita roja en la base), y despacio lo introduje en mi cola.
"Sacalo y metelo varias veces" ordenó mi macho y así lo hice mientras él miraba y se pajeaba lento.
Un par de minutos así y ya mi esfínter se acostumbró al tamaño del plug. Mis gemidos de placer reemplazaron a los de dolor inicial y mi macho morboso pasó a la 2da etapa.
Me hizo devolverle en plug y tomó un consolador de silicona con sopapa que tenía la forma perfecta de una pija incluso con las venas marcadas. Le puso un forro y lo untó con mucho gel.
Lo colocó en una silla de madera donde quedó perfectamente adherida la sopapa y riendo perverso me dijo "ahora te vas a comer esa pija. Quiero que te lentre toda hasta que quedes bien sentado en la silla, entendido?" y se pajeaba lento mirándome perverso y con una sonrisa muy morbosa.
En mi se mezclaban sentimientos de cierto temor, calentura, morbo y deseos de obedecer sin chistar lo que ese turro perverso me ordenaba.
Siempre me calentó tener un macho que me obligara a cumplir sus deseos más morbosos y al mismo tiempo los mios y esta macho hdp lo estaba haciendo!!!
Me ubiqué sobre esa pija de goma. Acerqué mi cola al consolador, lo tomé con una mano y lo apunté y apoyé en mmi ano ya dilatado por el plug.
Mauricio no decía nada pero jadeaba mientras se pajeaba mirando desde atrás como esa verga de goma presionaba mi ano mientras lentamente yo me dejaba caer sobre el juguete.
Sentí perfecto como la cabeza del chiche pasí mi esfínter interno y solté un gemido mezcla de dolor y placer. Mauricio habló por primera vez desde que comencé a tragar el juguete pero solo dijo "siii putita, comela toda esa pija" y seguía pajeándose ahora a un ritmo un poco más intenso.
Sentir mi ano dilatándose y mi recto siendo invadido por ese juguete con forma de pija también influyeron en mi calentura. Mi presión hacia abajo aumentó al tiempo que con mis manos me abría las nalgas para facilitar la entrada de todo el consolador.
Ahora si, con la mitad o más de esa verga dentro mio y con la buena lubricación que tenía hice un poco más de presión hacia abajo y sintiendo como el consolador me llenaba el recto llegué a apoyar mis nalgas sobre la tabla de la silla.
En ese momento gemí como una perra y cassi sin darme cuenta mi pelvis se movía en círculos dándome un placer enorme sentir como el juguete revolvía mis entrañas.
Mauricio detrás mio descargo una catarata de semen en mi espalda. Juntó con sus dedos mucha de su propia leche y los introdujo en mi boca.
Sentí el sabor entre ácido y szlado de su néctar y recibí su lengua dentro de mi boca mientras el muy guacho apoyado en mis hombros me empujaba contra la silla sabiendo que eso me haría sentir aún más lo profundo que el consolador estaba dentro mio.
Tan profundo que no pude evitar tener mi primer orgasmo anal de esa tarde. Mi leche saltó hasta la mesa que estaba a un metro casi. Sentía mi ano latir alrededor de la pija de silicona y eso me produjo un placer tremendo. Mauricio tomó paste de mi semen con sus dedos pero esta vez lo puso en su boca antes de volver a besarme.
En ese primer encuentro pasaron muchas más cosas que les seguiré contando, si quieren, en un próximo relato.