— Así me gusta puta, ahora date la vuelta y recárgate en el sillón como la perra que eres! Y deja parada lo más que puedas tu cola, sepárate las nalgas con las manos para que pueda entrar más fácilmente, y prepárate ¡¡que te voy a reventar el culo!! —
Obedecí, levanté lo más que pude mi colita y alcanzando con las manos mis nalgas, las separé lo más que pude para prepararlas a que recibieran al nuevo inquilino dejando a la vista mi culito, que era tremendamente más grande que el de Tito y no sé qué tan paciente… Se colocó detrás mío y ya con la pija levantada a todo lo que daba, comenzó a empujar hacia mi hoyito trasero. Primero al hacerlo suave no entraba y me hacía doler bastante, así que tomó un poco de los líquidos que aún tenía en mi vagina y me los embarró directamente en la colita, escupió un par de veces y volvió a apuntar y empujó con firmeza, sentí su glande deslizarse al interior de mi culo con dolor y placer, pero como ya estoy acostumbrada a dar el culo, la verdad lo tolero.



— Aaaaaayyyyyy, despacio, ¡¡usted dijo que me lo haría despacio señor!!! —
— ¡¡Cállate puta que apenas entró la puntita, ahora aguanta que viene lo mejor!!! —
Comencé a morder mi labio inferior pues no dejaba de dolerme la penetración sentía rico, pero dolía mucho, a pesar de que estaba acostumbrada a que me culearan por la cola, me estaba doliendo; estaba muy gorda, traté de abrir más mis nalgas con mis manos, pero ya estaban a todo lo que daba. Empecé a llorar. Puse mi mano derecha hacia atrás tocando su barriga peluda, intentando controlar el avance de su miembro en mi colita pero por más que lo empujaba solo se hundía mi palma en su abultado estómago. El viejo no dejaba de empujar, sujetándome de las caderas. Fue terrible aguantar el sometimiento del viejo para darme por el culo, sentía como su cabeza empujaba sin lograr meter más de su vergota, sin embargo después de unos tres minutos de empujones, jadeos y dolor, al fin logró introducir una buena parte de su miembro. Se quedó quieto un rato, como para dejar que mi culito se acostumbrara a su nuevo invitado. Luego comenzó a entrar, milímetro a milímetro, sin preocuparse si lo estaba disfrutando o no, no se detuvo hasta que sentí su pubis recargado contra mis nalgas y me dijo:

— Ahora sí, putita, ya la tienes toda enterrada por el culo, ¿sabes lo que sigue ahora? Te voy a reventar ese culo de zorra que tienes. —Iba a gritarle llorando que por favor parara, que la sacara porque el grosor de su miembro hacía que el dolor fuera insoportable, pero la experiencia que había tenido con Tito me motivó a decirle otra cosa:
— ¡Espere un momento! No se mueva, ¡déme sólo un par de minutos! —
Yo ya no lo empujaba, comprendí que era inútil dada su fuerza, sino que comencé a acariciarle los pelos de la barriga, En cuanto me acostumbré, comencé a moverme de atrás hacia delante, tratando de hacerlo muy suavemente, y sacando una buena parte de su miembro, de manera que solo su glande fuera el que se moviera dentro mío y su pellejo estuviera estático en mi ano. Resultó muy bien porque después de un ratito comenzó a darme placer, y a él también, lo supe por sus jadeos:

— ¡¡Así putita… ah, qué bien lo haces!! –mira que el cabrón de Tito con razón no quería compartirte conmigo, pero eso sí: ¡¡a ti no te suelto nunca perra! Desde hoy vas a ser mi putita! — Me tomó de los hombros y del cabello, y me embistió con fuerza, arrancándome gemidos de dolor y placer mezclados. Luego se quedó quieto dentro de mi.


— Mmmmfhhhh por favor señor, siga —
— Bien putita, pero dime papi —esa frase me dejó pensando si el padre de Tito tenía la fantasía de follar con su hija, pero no estaba en posición de analizar nada, estaba ahí para complacerlo y ser su puta.
— Quiero más papi, por favor. — Él solo esbozó una sonrisa suave, me sujetó del cuello con violencia mientras me decía
— ¿Sabes que solo las putas piden más? ¿Qué me dices nenita? ¿Quieres ser la putita de papi? — le movía la cabeza afirmativamente, mientras no paraba de gemir ante su penetración
— Si si, papito, si quiero. — Le respondí extasiada en la lujuria
— Las putas siempre que su papi quiere descargarse, no preguntan, se abren de piernas y piden más verga— yo gemía cuando me penetraba, me preguntó de nuevo,
— Entonces dime perra ¿Quieres ser mi puta? — yo apenas podía respirar, estaba jadeando mucho
— Si, siiiipapitoooo — entonces me tomó del cuello y me dijo:
— Desde hoy, vas a entregarme tu cuerpo cuando tenga ganas, vas a tragarte mi leche siempre que yo quiera, vas a hacer todo lo que yo te ordene, porque para eso sirven las putas, para que su macho se descargue las bolas en sus agujeros— empezó a darme más fuerte y yo sentía cada vez más rico, me movía hacía arriba para recibirlo entero dentro de mí, me dijo
— Así puta? Así te gusta que te cojan —
— Siii, aaaagggghhhh aaaagggghhhh sigue papito por favor—


Casi no podía respirar, empezó esa sensación rica. Empezó a meter y sacar su miembro cada vez más rápido. Intercalaba sus metidas con sonoras nalgadas en ambas nalgas, hasta que me abandoné al placer que estaba sintiendo, luego de tan vigorosas embestidas, no pude evitar empezar a gritar incoherencias y guarradas, solo para excitarlo más.
— ¡¡Aaaahhhh si si papito, sigue por favor, sigue cogiéndome,Siiii, siii, sigue, sigueee”, “no pares, no pares. Rompeme el culo. En este momentosolosoy una perra, una perra con ganas de que se la cojan, así que no te detengas papi” "sígueme follando" “cógeme como a una vulgar puta a la que le has pagado” “métemela por el culoooo” "disfruta de mis tetas, goza de todo mi cuerpo" "disfruta de mi culo, es tuyo está noche para que lo folles como te plazca" Ahhhh que placer!! Si vas a romperme el culo así todos los días, yo vendré aquí a pararte mis nalgas cuando me lo pidas!! Muéstrame como un verdadero hombre se coge a una puta como yo — era tal mi calentura que comencé a sobarle los testículos por debajo, en ese momento me la enterró lo más adentro que pudo y al fin pude sentir mi orgasmo: fue increíble, supongo que había esperado demasiado; un minuto después él comenzó a inundar mi intestino con una venida que parecía tenía mucho tiempo sin coger… Dejó que su miembro se fuera desenganchando y luego se entretuvo en echar los restos de semen en mis nalgas y espalda. Yo ni volteé a verlo, me dejé caer sobre el sofá, todavía regocijándome en sentir los espasmos de mi orgasmo, y sintiendo las contracciones de mi ano, queriendo cerrarse de nuevo, toqué con mis dedos lo abierto que había quedado, y traté de descansar un poco. Si era igual a su hijo, no iba a conformarse con solo follarme una vez.


No me equivoqué, esa noche me cogió por las siguientes cuatro horas hasta que salió el sol. En toda la noche no me dejó vestir, nos dormíamos un rato y despertamos para seguir cogiendo otra vez. Comenzaba magreando mis senos o mi cola los cuales sentía entre sueños y me abofeteaba para que me despertara, luego me hacía chupársela hasta por media hora mientras su pene se encontraba flácido hasta que empezaba a crecer dentro de mi boca y debía seguir hasta llegar a tenerla totalmente erecta en la garganta, tanto que no me cabía, mientras esto pasaba, el no dejaba de pellizcarme los pezones o jugar con mi ano; luego de esto procedía a ordenarme en qué posición ponerme, acostada, en cuatro, encima de él, de espaldas levantando la cola y empezaba a follarme, siempre por el culo y de forma violenta, para luego pasarse a mi vagina y darme con todo y aunque al inicio me causaba ardor y molestia por su grosor, luego de un rato experimentaba un orgasmo tras otro. Ya para ese momento no me importaba que fuera el padre de Tito quien me estuviera culeando. Ahora entendí porque mi madre se encontraba tan campante durante la ausencia de Tito. Todo el tiempo se la pasó nalgueandome o abofeteando mi rostro mientras me cogía, por lo que terminé con los cachetes y las nalgas enrojecidas que terminaron por hacerse moretones.Luego de follarme a lo salvaje por varios minutos, se salía previo a terminar y tomándome del cuello me indicaba dónde colocarme y se venía sobre mi boca y mis pechos y yo me tenía que tragar todo su semen, cubierta en sudor. Mi ano terminó rojo y rosado de tanto ser follado y tenía la vagina súper hinchada y con mucho ardor. Ya entrada la madrugada, solo sentí que se levantó, salió del cuarto, recogió mi bata y volteando a verme me la aventó a la cara y me dijo:
— Por hoy he tenido suficiente, pero no lo olvides, ahora eres mi puta, esas nalgas son mías—
Yo no contesté, no hacía falta. Ahora tenía un nuevo amante, más viejo, gordo y desagradable que el anterior. Parece que había caído más bajo, y aunque me sentía humillada por la realidad, nuevamente el placer me nublaba la razón. No había nada que discutir. Volvería a coger con el padre o con el hijo, cualquiera de los dos me lo pidiera.
Después de ese día, me hice su amante oficial, aunque en un inicio me prohibió volver a follar con su hijo Tito, no pasaron más de dos días antes que el hijo volviera a aparecer en mi cuarto, y aunque le dije lo que me había dicho su padre, ell solo me abofeteó,me llamó puta, me dió la vuelta y volvió a follarme, ahora más salvaje que de costumbre.
Sus ganas de cogerme a toda hora, su aguante y el tener que atender ahora a dos machos empezó a afectar mi desempeño en la escuela y en el hospital donde hago mis prácticas. Hubo varias ocasiones donde el padre de Tito me llamó mientras estaba en clases, me ordenaba que dejara el aula y fuera a casa. Al llegar me encontré a su padre culeándose a mi madre. Sin detener sus embestidas, me ordenó desnudarme y unirme a la fiesta. Nos colocó en cuatro a las dos una al lado de la otra, pero viendo hacia lugares opuestos, de modo que quedé justo al lado del culo de mi madre, y viendo en primera fila como se tragaba esa vergaza por el culo para luego pasar a follarme la boca. Esa vez terminé limpiando esa verga con los restos del culo de mi madre para luego ser yo la enculada, luego mi madre le limpió la verga con mis fluidos. Terminamos acostadas una al lado de la otra y siendo bañadas en semen. Luego nos ordenó lamernos mutuamente para limpiarnos toda huella de leche. Con cada sesión me volvía yo más perra y más sumisa a sus deseos y con mi madre nos fuimos haciendo menos pudorosas en estar desnudas una frente a la otra y compartiendo la misma verga.
En los siguientes días Tito me ordenó darle el video en una USB al idiota de mi quedante, el chavo que me gustaba enfrente de él. Aún lo recuerdo: estábamos afuera de la escuela, cuando lo ví, me saludó de beso en la mejilla y me abrazó, ahí aproveché para decirle en el oído que me perdonara, pero ya no quería saber nada de él a la vez que le entregaba una USB en su mano, cuidando que Tito lo viera claramente. Luego, sin voltear a verlo, fui y me encaramé en los brazos del gordo y dejé que me diera un beso húmedo y asqueroso. Pobre de mi ex, solo veía como Tito me sujetaba las mejillas con una mano y metía su lengua dentro de mi boca y me miraba incrédulo viendo como mi mano le sobaba el miembro por encima del pantalón mientras la otra mano del gordo bajaba por mi cintura y me apretaba el culo por debajo de la falda que llevaba y llevaba falda porque la noche anterior el padre de Tito me dejó bien rozada la panocha y el culo, así que me molestaba usar pantalón y por eso llevaba falda, aparte que me gusta usarlas. Mi ahora ex no entendía lo que estaba pasando y nunca iba a entenderlo. La verdad que solo yo sabía era que la USB estaba en blanco, excepto por una nota de texto diciéndole que me perdonara pero había encontrado a alguien mejor, eso debería bastar, no iba a arriesgarme a ventilar en la escuela el cómo en la intimidad me convertía en una puta complaciente para el gordo. Aunque intentaba mantener mi vida sexual en secreto tanto el padre como el hijo me exhibieron en la escuela en varias ocasiones, y mis amigos no tuvieron que imaginar mucho para saber lo que estaba pasando, esto debido a que por órdenes de Tito o su padre, llegaba a la escuela sin ropa interior y con prendas sexys y diminutas que no solía usar en la escuela por la razón de no ser percibida así, pero eran sus órdenes que dejaban entrever mis pechos o mis piernas, por lo que fui haciéndome fama de chica fácil, no me molestaba, pues fuera de la escuela si suelo vestirme así, pero en la escuela no lo había hecho, y recibía insinuaciones de mis compañeros y hasta de chicos de otros grupos a diario. A veces Tito me pedía que pasara a su casa antes de irme y luego de cogerme, le gustaba vaciar su semen en mis tangas o sobre mis pechos o nalgas, adentro de mi culo, vagina, boca o donde se le antojara ese día y mandarme a la escuela así, sin limpiarme y con el semen fresco, que aunque se secara dejaba manchas muy evidentes, o con el semen escurriendo entre mis piernas que salía de mi culo o mi vagina y que mantenían los rumores más creíbles. Otras veces alguno de los dos me esperaban a la salida, y dejaban muy en claro su posición de machos, tocándome los senos o el culo y me ordenaban siempre saludarlos de beso de lengua apasionado, acariciar su miembro por encima de la ropa o me pedían enseñarles mi tanga o mi coño levantado mi falda o bajando mi pantalón (cuando iba sin ropa interior) sin importar quién estuviera viendo.
Se empezaron a correr toda clase de rumores sobre mí, decían que por las tardes me iba a masturbar a los del equipo de fútbol detrás del campo, y que les cobraba por dejarlos venirse en mi cara o en mis tetas, o que me dejaba coger por los profesores a cambio de buenas notas. No habría sido nada difícil, dado todo lo que había aprendido con el gordo y su padre. Decían también que el padre de Tito era algún mafioso y yo era su escort, a la que pagaba varios billetes por hacer toda clase de marranadas en la cama. La parte buena fue que solo fueron unos meses de exhibirme en la escuela como su puta (ya les contaré más adelante que pasó). Tito dijo que me había portado bien y estaba tan complacido que me iba a dar una sorpresa el siguiente fin de semana. Cuando llegué, escuché a mi madre decir que tenía que ir a ver a su hermana que había enfermado, y que tenía que ausentarse todo el fin de semana. Luego de echarme una mirada de reojo, me ofrecí a acompañarla. Al saber que mi madre estaría acompañada, las dudas de mi padrastro se disiparon y no puso objeción. La mesa estaba servida, y mi madre y yo ibamos a pasar un fin de semana que no íbamos a olvidar nunca, aparte nunca nos imaginamos que íbamos a compartir machos y vergas entre nosotras dos o que nos culearan al mismo tiempo.
A estas alturas del relato, y antes de darme cuenta, ya habían pasado tres meses de estar cogiendo con Tito y su padre siempre que había oportunidad (unas 2 o 3 veces a la semana según estuviera alguna de las casas sola) y dónde tuve que faltar a muchas clases ya sea porque me dejaban tan cansada que no podía levantarme o porque se metían a la casa luego de que mi padrastro se iba a trabajar y me pedían que me quedara junto a mi madre para ser folladas toda la mañana. Cuando eso pasaba nos follaban de forma alternada por horas, para al final terminar cogiendo con los dos al mismo tiempo, lo que nos dejaba agotadas, repletas de semen por todo el cuerpo y con la vagina y el culo ardiendo todo el día del abuso que sufríamos con esos enormes miembros.
Días después, luego de haberme follado y mientras me encontraba con la cola repleta de semen como ya era costumbre, Tito me confesó sus planes, entre su padre y él tenían planes de embarazar a mi madre. Así es, iba a tener un hermano de mi madre, por lo que calcularon sus días fértiles a partir de su última menstruación, y me pidieron que estuviera yo presente. Con el pretexto de ir a visitar a una de mis tías que había enfermado, salimos mi madre y yo el viernes para reunirnos con Tito y su padre en unas cabañas a orillas de la ciudad. Ese fin de semana iba a ser especial, y mi madre y yo estábamos nerviosas por lo que iba a suceder pero tanto a ella como a mí nos excitaba la idea de que la embarazaran, cuando estábamos con Tito y su padre yo la veía como mi compañera de sexo y no como mi madre. Por dos dias y sus noches, ibamos a estar disponibles para nuestro par de machos.
Empacamos un par de conjuntos casi transparentes que cubrían apenas nuestros hermosos cuerpos y un juego de ropa interior blanca sexy que nos compraron nuestros machos. Llegamos y ya tenían una camioneta de doble cabina lista para el viaje. Cuando nos vieron, apenas pudieron contener su mirada lujuriosa.
— A partir de aqui, quiero que se olviden de su vida y sus complejos, todo este fin de semana nos pertenecen y van a hacer todo lo que les ordenemos, entendido? No quiero escuchar ninguna queja —
Mi madre y yo intercambiamos una mirada. Y ambas movimos la cabeza asintiendo a la peticion.
— Muy bien, par de golfas. Ahora quiero que antes de subir se quiten la ropa interior y nos la entreguen. No la van a necesitar por los siguientes dias —
Metí las manos por debajo del vestido para desabrochar mi sosten y bajé mi tanga para darsela al padre de Tito.





Mi madre hizo lo mismo con el hijo solo nos quedamos con el mini vestido de una pieza que llevabamos y sin brasier ni calzones nos hacía lucir como un par de golfas alquiladas, Mi madre se fue al frente con Tito y yo me quedé atras con el padre de Tito. En el camino se la pasó tocándome las tetas y sobando mi concha, por lo que me quedé caliente todo el camino, imagino que mi madre estaba igual.


Cuando llegamos el clima era cálido y agradable por lo que nos pidieron bañarnos y depilarnos todo el cuerpo.
Nos metimos a bañar sin importarnos nuestra desnudez, e incluso nos ayudamos a depilarnos las partes de la entrepierna y del culito que una sola no podía alcanzar.
Luego nos colocamos unos neglillés de delgada tela blanca, las dos íbamos con lencería combinada y bien depiladas. Al salir vimos que tenían varias cuerdas y esposas sobre la cama asi como algunos consoladores de distintos tamaños.
A mí me ataron hincada sobre un cojín que pusieron sobre el suelo y me sujetaron las manos por la espalda. Solo podía usar la boca para atrapar sus falos mientras podía ver en primer plano a mi madre sentada en la cama
Mi madre quedó atada en 4, con el culo levantado pero las manos sujetas a la cabecera y los tobillos a las patas de la cama, quedamos mirándonos de frente una a la otra, y creo que ambas pensamos lo mismo: lo emputecida y sometida que se veía la mujer de enfrente, daba igual si éramos madre o hija. En ese momento sólo éramos un par de hembras semidesnudas, calientes y sumisas a punto de ser abusadas y gozadas. Tito se dirigió hacia mí, sin pantalones, y usando una camiseta sucia que apenas cubría su abultado abdomen.
— Tu labor el día de hoy, será pararnos nuestras vergas para que podamos cogerlas y vaciarnos en tu madre así qué abre la boca y hazlo bien —
No dudé en abrir la boca y frente a mi madre comenzar a comerle su gordo nabo sin manos y como una verdadera putita; mientras el padre de Tito se había situado tras de mi madre y noté como su lengua comenzaba a rodear el agujero de su culo.


Hacía círculos sobre él y la introducía todo lo que podía. Esta escena con las dos tan sometidas logró me empezara a calentar tremendamente, y de repente, al estar abierta de piernas, noté como el gordo introducía uno de sus dedos, entró rápidamente y sin ningún problema; después metió dos; mientras hacía esto Tito empujaba mi cabeza para que se la comiera con más fuerza, sabía que aquello me enloquecía y aprovechaba la situación para sacarle provecho.
¡Mi madre no llevaba sostén, ni nada que cubriera sus pechos! ¡Eran medianos, con buena forma, redondos y erguidos, con sus pezones semi rosados y su tez blanca que permita ver las venas en sus pechos !
La empujó levemente el viejo, haciendo que mi madre se quedara sobre la cama, y le quitó el negligee, dejándolo caer al suelo, dejándola solamente con unos finos y cortos calcetines blancos.
Abierta de piernas delante del tipo, éste se bajó en un momento su pantalón y calzón, quitándoselos y quedándose, como mi madre, solo con unos calcetines blancos.
¡Mi madre estaba desnuda y abierta de piernas ante unos tipos que en unos momentos iban a follársela de forma salvaje hasta preñarla!
La verga del padre de Tito lucía impresionante. Emergía enorme, hinchada, erecta y repleta de gruesas venas azules, de una mata oscura y desordenada de pelos, y apuntaba orgullosa al techo.
Pensaba que iba a follársela justo ahí mismo, pero mi madre, al ver el gigantesco cipote, se levantó de la cama y, poniéndose de rodillas frente a él, empezó a acariciarle la verga con las manos y a lamérsela. La lamía con fuerza, como si fuera un dulce helado, de arriba abajo y de abajo a arriba, en toda su extensión, incidiendo en el glande y lamiéndole también los testículos. Estuvo casi medio minuto acariciando y lamiéndole, hasta que se metió el cipote en la boca, se lo metió hasta el fondo, y empezó poco a poco a sacárselo, acariciándolo con sus brillantes y voluptuosos labios. Lentamente se lo iba sacando de la boca para volverlo a meter despacio, disfrutando de cada milímetro.
Para entonces el padre de Tito había metido tres de sus dedos en el culo de mi madre cuando dijo:
— Bien zorrita, este culo está listo para comerse mi gran polla — Luego de eso, se pasó detrás de mi madre e introdujo su verga en su culo, dejándola resbalar hasta el fondo; debió metérsela con tanta fuerza que mi madre soltó un grito, pero seguido de varios gemidos de placer; por un momento me saqué la polla de la boca de Tito y le dije que a mi tambien me diera por el culo, deseaba sentir su polla dura dentro de mí, como si fuera a partirme en dos.

Como respuesta Tito colocó su mano en mi cabeza y me la llevó otra vez hasta su cipote y me lo volví a meter. Me encantaba, en aquel momento me sentí como una verdadera puta, siendo follada por la boca sin que pudiera hacer nada, solo complacerlos
Recuerdo que veía a mi madre ensartada en la verga del padre de Tito, sentada sobre ella de espaldas a él, él tenía sus piernas muy abiertas y le acariciaba el clítoris mientras le decía que apretara el culo, cuando lo hacía lo sentía empujar su cadera tratando de entrar más al fondo, aún cuando ya todo su miembro desaparecía detrás de mi madre y se veía riquísimo,
Acto seguido sacaron una botella de vino tinto y dejando a mi madre acostada, y acto seguido le preguntaron con una sonrisa maliciosa
— Dime perra. ¿Alguna vez te has embriagado por el culo?—
Mi madre, colocada en cuatro, solo abrió los ojos cuando vio a Tito descorchar una botella y dirigiéndose hacia su retaguardia, le acarició las nalgas para luego ir insertandola en su culo, mientras veía como ella se retorcía del escalofrío.
Tito me miraba con malicia. Y luego de intercambiar una mirada de complicidad con su padre, me dijo:
— Ven aquí Dani, vas a ver en primer plano como tu madre se traga una botella por el culo —
Me jaló sin ninguna cortesía y sin desatarme las manos, me colocaron boca arriba sobre la cama, e hicieron que mi madre se trepara sobre mí, quedando en cuatro, y con nuestros cuerpos desnudos rozándose como si hiciéramos un 69. La visión de su coño depilado me quedó a centímetros de mi rostro mientras veía como el cuello de la botella se mantenía dentro de su culo y el líquido iba bajando dentro de los intestinos de mi madre. Su estómago se abultó y podía sentirlo a través de mis pechos.
— Ahora vas a tomar todo el vino que salga de tu madre — me decía el padre de Tito, mientras sacaba la botella del culo de mi madre y empezaba a escurrir líquido carmesí por el canal entre su culo, yo sacaba la lengua e intentaba capturar esas gotas de vino que caían en mi cara. No contento con eso, el padre de Tito empujó las caderas de mi madre hacía abajo, de modo que la tuve a milímetros de mi boca, su coño escurriendo vino en mi boca, podía sentir sus pocos vellos púbicos que quedaron sin cortar en mi nariz.
Esto pareció calentar a Tito, que abriéndome las piernas me metió su cipote hasta el fondo. Sus empujones me hacían más difícil capturar el vino que escapaba por lo que el padre de Tito sujetó las caderas de mi madre haciéndola bajar y dejar su culo a milímetros de mi boca mientras le jalaba su cabellera para que parara más el culo. Prácticamente la tenía sentada sobre mi cara.
— Ahora golfa, sácalo todo en la boca de la puta de tu hija— Al levantar su estómago, un chorro de líquido rojo cayó sobre mi cara, sin que pudiera tragarlo todo, comencé a toser.
— Puja perra, echalo todo sobre la boca de la otra puta, de a poco para que pueda tragarlo todo —
Y así mi madre comenzó a expulsar por partes todo el contenido de la botella ahora sobre mí y yo atrapaba todo lo que podía. Estuvimos asi por varios minutos, el liquido carmesí no dejaba de salir y yo solo podía tragar y tragar, sintiendo mi cabeza empezar a dar vueltas.
— Bien hecho putita, ahora tu ponte en cuatro que es hora de que te tomes también una botella por el culo —
De la misma forma, ahora mi madre se colocó debajo mío, y yo me subí sobre ella parando mucho mi trasero, cuando sentí como Tito introducía el frío cuello de la botella directo en mi culo. Mis manos seguían sujetas por las esposas por lo que mi cara caía sobre el coño de mi madre, mientras me esforzaba en mantener mi culo en alto.
Pasaron unos cuantos minutos, y mientras yo seguía chupando cuánto pene me pusieran enfrente tanto del padre como del hijo, empecé a sentirme más mareada. Sentía el vientre hinchado de tanto líquido y todo me daba vueltas. Después me pidieron bajar las caderas y pujar mientras mi madre debajo de mi, atrapaba todo el vino que podía. Pujaba sintiendo a mi madre debajo toser y atragantarse. Nuevamente tuvimos que permanecer asi por un rato, hasta que pude expulsar todo el líquido de mis entrañas.
— Vamos putas, hora de comer verga — dijo el padre de Tito, quien se acomodó frente a mi rostro para meter su miembro en mi boca, a la vez que del lado de mi coño, Tito me sacaba su miembro y hacía lo propio con la boca de mi madre, lo sabía porque sentía el vaivén de su cuerpo, siguiendo el mete y saca al ritmo que marcaba Tito.
Minutos después, el padre de Tito retiró su miembro de mi boca y bajando un poco, procedió a meterlo en el coño de mi madre. Yo veía en primera fila como su coño devoraba esa enorme verga hasta que quedaba toda dentro de ella. Entonces sentí la verga de Tito, follándome por el coño. Ambos cuerpos, el de mi madre y el mío, se bamboleaban al ritmo de las embestidas que nos daban, y sentía como sus senos se movían sobre mi estómago.

Fue ahí donde el poco pudor que pudiera quedar se esfumó. La calentura, el alcohol, el olor de nuestros cuerpos, los dos miembros de nuestros machos que nos cogían a la vez. Estiré la lengua para tocar el clítoris de mi madre, chupando y pasando mi lengua lo más adentro que podía, recorriendo todos sus labios vaginales. Segundos después sentía como la verga del padre de Tito la embestía por el culo, y sus huevos pegándome en el rostro, por lo que sacaba la lengua para lamerlos. Ella debió notar lo que hacía porque a los pocos segundos sentí como me devoraba el coño, mientras Tito me penetraba . Luego de un tiempo donde alternaban para cogernos entre el coño y el culo, su padre pareció notar porque le dijo:

— Espera un segundo Tito, deja que se devoren el coño este par de lesbianas — Y retiraron un momento sus enormes vergas, solo para deleitarse viéndonos como nos comíamos el coño mutuamente, en un delicioso 69. Al no tener ya el movimiento que provocaban sus arremetidas, tuve mejor movilidad para comerle el coño a mi madre, y a la vez, recibir la mejor chupada de coño que sentí hasta entonces. Gemíamos, mordimos, gritabamos y nos veníamos en un delicioso e incestuoso orgasmo madre-hija.

Luego de un tiempo, el padre de Tito, volvió para penetrar a mi progenitora mientras yo veía ese enorme miembro entrar y salir a centímetros de mi cara, luego de eso, sacó su miembro brillante de los jugos de mi madre e hizo que me la engullera por la boca. Del otro lado, Tito imitaba a su padre, follando mi culo por varios segundos y usando la boca de mi madre para limpiar mis jugos. Esto lo repitieron varias veces más, haciéndonos llegar al orgasmo, pues las embestidas eran brutales y muy fuertes.
— No olviden putas, que venimos a llenar de semen a la madre, porque queremos verlas preñadas como las perras en celo que son. Ya llegará más adelante el turno de la hija. Te vamos a llenar de semen a diario hasta que se hinche tu panza—
Y acto seguido se pasaron al lado del coño de mi madre para llenarla de abundante esperma, el cual era tanto que caía sobre mi cara. Yo estiraba la lengua para tratar de alcanzar el semen que estuviera a mi alcance, y luego sorbí con placer el semen que salía de su vagina, haciendo que mi madre se retorciera de placer.
Luego de la brutal follada, mi madre se quedó tirada en la cama completamente con su vagina rellena de leche y bañada en semen junto a mi, mientras el gordo y su padre se iban a la sala contigua y yo me quedé amarrada en la cama y sin poder limpiarme la cara llena de semen, bastante caliente por lo que acababa de presenciar.
Ese fue el inicio de la noche, pero apenas estábamos comenzando.
Continúa...
Obedecí, levanté lo más que pude mi colita y alcanzando con las manos mis nalgas, las separé lo más que pude para prepararlas a que recibieran al nuevo inquilino dejando a la vista mi culito, que era tremendamente más grande que el de Tito y no sé qué tan paciente… Se colocó detrás mío y ya con la pija levantada a todo lo que daba, comenzó a empujar hacia mi hoyito trasero. Primero al hacerlo suave no entraba y me hacía doler bastante, así que tomó un poco de los líquidos que aún tenía en mi vagina y me los embarró directamente en la colita, escupió un par de veces y volvió a apuntar y empujó con firmeza, sentí su glande deslizarse al interior de mi culo con dolor y placer, pero como ya estoy acostumbrada a dar el culo, la verdad lo tolero.



— Aaaaaayyyyyy, despacio, ¡¡usted dijo que me lo haría despacio señor!!! —
— ¡¡Cállate puta que apenas entró la puntita, ahora aguanta que viene lo mejor!!! —
Comencé a morder mi labio inferior pues no dejaba de dolerme la penetración sentía rico, pero dolía mucho, a pesar de que estaba acostumbrada a que me culearan por la cola, me estaba doliendo; estaba muy gorda, traté de abrir más mis nalgas con mis manos, pero ya estaban a todo lo que daba. Empecé a llorar. Puse mi mano derecha hacia atrás tocando su barriga peluda, intentando controlar el avance de su miembro en mi colita pero por más que lo empujaba solo se hundía mi palma en su abultado estómago. El viejo no dejaba de empujar, sujetándome de las caderas. Fue terrible aguantar el sometimiento del viejo para darme por el culo, sentía como su cabeza empujaba sin lograr meter más de su vergota, sin embargo después de unos tres minutos de empujones, jadeos y dolor, al fin logró introducir una buena parte de su miembro. Se quedó quieto un rato, como para dejar que mi culito se acostumbrara a su nuevo invitado. Luego comenzó a entrar, milímetro a milímetro, sin preocuparse si lo estaba disfrutando o no, no se detuvo hasta que sentí su pubis recargado contra mis nalgas y me dijo:

— Ahora sí, putita, ya la tienes toda enterrada por el culo, ¿sabes lo que sigue ahora? Te voy a reventar ese culo de zorra que tienes. —Iba a gritarle llorando que por favor parara, que la sacara porque el grosor de su miembro hacía que el dolor fuera insoportable, pero la experiencia que había tenido con Tito me motivó a decirle otra cosa:
— ¡Espere un momento! No se mueva, ¡déme sólo un par de minutos! —
Yo ya no lo empujaba, comprendí que era inútil dada su fuerza, sino que comencé a acariciarle los pelos de la barriga, En cuanto me acostumbré, comencé a moverme de atrás hacia delante, tratando de hacerlo muy suavemente, y sacando una buena parte de su miembro, de manera que solo su glande fuera el que se moviera dentro mío y su pellejo estuviera estático en mi ano. Resultó muy bien porque después de un ratito comenzó a darme placer, y a él también, lo supe por sus jadeos:

— ¡¡Así putita… ah, qué bien lo haces!! –mira que el cabrón de Tito con razón no quería compartirte conmigo, pero eso sí: ¡¡a ti no te suelto nunca perra! Desde hoy vas a ser mi putita! — Me tomó de los hombros y del cabello, y me embistió con fuerza, arrancándome gemidos de dolor y placer mezclados. Luego se quedó quieto dentro de mi.


— Mmmmfhhhh por favor señor, siga —
— Bien putita, pero dime papi —esa frase me dejó pensando si el padre de Tito tenía la fantasía de follar con su hija, pero no estaba en posición de analizar nada, estaba ahí para complacerlo y ser su puta.
— Quiero más papi, por favor. — Él solo esbozó una sonrisa suave, me sujetó del cuello con violencia mientras me decía
— ¿Sabes que solo las putas piden más? ¿Qué me dices nenita? ¿Quieres ser la putita de papi? — le movía la cabeza afirmativamente, mientras no paraba de gemir ante su penetración
— Si si, papito, si quiero. — Le respondí extasiada en la lujuria
— Las putas siempre que su papi quiere descargarse, no preguntan, se abren de piernas y piden más verga— yo gemía cuando me penetraba, me preguntó de nuevo,
— Entonces dime perra ¿Quieres ser mi puta? — yo apenas podía respirar, estaba jadeando mucho
— Si, siiiipapitoooo — entonces me tomó del cuello y me dijo:
— Desde hoy, vas a entregarme tu cuerpo cuando tenga ganas, vas a tragarte mi leche siempre que yo quiera, vas a hacer todo lo que yo te ordene, porque para eso sirven las putas, para que su macho se descargue las bolas en sus agujeros— empezó a darme más fuerte y yo sentía cada vez más rico, me movía hacía arriba para recibirlo entero dentro de mí, me dijo
— Así puta? Así te gusta que te cojan —
— Siii, aaaagggghhhh aaaagggghhhh sigue papito por favor—


Casi no podía respirar, empezó esa sensación rica. Empezó a meter y sacar su miembro cada vez más rápido. Intercalaba sus metidas con sonoras nalgadas en ambas nalgas, hasta que me abandoné al placer que estaba sintiendo, luego de tan vigorosas embestidas, no pude evitar empezar a gritar incoherencias y guarradas, solo para excitarlo más.
— ¡¡Aaaahhhh si si papito, sigue por favor, sigue cogiéndome,Siiii, siii, sigue, sigueee”, “no pares, no pares. Rompeme el culo. En este momentosolosoy una perra, una perra con ganas de que se la cojan, así que no te detengas papi” "sígueme follando" “cógeme como a una vulgar puta a la que le has pagado” “métemela por el culoooo” "disfruta de mis tetas, goza de todo mi cuerpo" "disfruta de mi culo, es tuyo está noche para que lo folles como te plazca" Ahhhh que placer!! Si vas a romperme el culo así todos los días, yo vendré aquí a pararte mis nalgas cuando me lo pidas!! Muéstrame como un verdadero hombre se coge a una puta como yo — era tal mi calentura que comencé a sobarle los testículos por debajo, en ese momento me la enterró lo más adentro que pudo y al fin pude sentir mi orgasmo: fue increíble, supongo que había esperado demasiado; un minuto después él comenzó a inundar mi intestino con una venida que parecía tenía mucho tiempo sin coger… Dejó que su miembro se fuera desenganchando y luego se entretuvo en echar los restos de semen en mis nalgas y espalda. Yo ni volteé a verlo, me dejé caer sobre el sofá, todavía regocijándome en sentir los espasmos de mi orgasmo, y sintiendo las contracciones de mi ano, queriendo cerrarse de nuevo, toqué con mis dedos lo abierto que había quedado, y traté de descansar un poco. Si era igual a su hijo, no iba a conformarse con solo follarme una vez.


No me equivoqué, esa noche me cogió por las siguientes cuatro horas hasta que salió el sol. En toda la noche no me dejó vestir, nos dormíamos un rato y despertamos para seguir cogiendo otra vez. Comenzaba magreando mis senos o mi cola los cuales sentía entre sueños y me abofeteaba para que me despertara, luego me hacía chupársela hasta por media hora mientras su pene se encontraba flácido hasta que empezaba a crecer dentro de mi boca y debía seguir hasta llegar a tenerla totalmente erecta en la garganta, tanto que no me cabía, mientras esto pasaba, el no dejaba de pellizcarme los pezones o jugar con mi ano; luego de esto procedía a ordenarme en qué posición ponerme, acostada, en cuatro, encima de él, de espaldas levantando la cola y empezaba a follarme, siempre por el culo y de forma violenta, para luego pasarse a mi vagina y darme con todo y aunque al inicio me causaba ardor y molestia por su grosor, luego de un rato experimentaba un orgasmo tras otro. Ya para ese momento no me importaba que fuera el padre de Tito quien me estuviera culeando. Ahora entendí porque mi madre se encontraba tan campante durante la ausencia de Tito. Todo el tiempo se la pasó nalgueandome o abofeteando mi rostro mientras me cogía, por lo que terminé con los cachetes y las nalgas enrojecidas que terminaron por hacerse moretones.Luego de follarme a lo salvaje por varios minutos, se salía previo a terminar y tomándome del cuello me indicaba dónde colocarme y se venía sobre mi boca y mis pechos y yo me tenía que tragar todo su semen, cubierta en sudor. Mi ano terminó rojo y rosado de tanto ser follado y tenía la vagina súper hinchada y con mucho ardor. Ya entrada la madrugada, solo sentí que se levantó, salió del cuarto, recogió mi bata y volteando a verme me la aventó a la cara y me dijo:
— Por hoy he tenido suficiente, pero no lo olvides, ahora eres mi puta, esas nalgas son mías—
Yo no contesté, no hacía falta. Ahora tenía un nuevo amante, más viejo, gordo y desagradable que el anterior. Parece que había caído más bajo, y aunque me sentía humillada por la realidad, nuevamente el placer me nublaba la razón. No había nada que discutir. Volvería a coger con el padre o con el hijo, cualquiera de los dos me lo pidiera.
Después de ese día, me hice su amante oficial, aunque en un inicio me prohibió volver a follar con su hijo Tito, no pasaron más de dos días antes que el hijo volviera a aparecer en mi cuarto, y aunque le dije lo que me había dicho su padre, ell solo me abofeteó,me llamó puta, me dió la vuelta y volvió a follarme, ahora más salvaje que de costumbre.
Sus ganas de cogerme a toda hora, su aguante y el tener que atender ahora a dos machos empezó a afectar mi desempeño en la escuela y en el hospital donde hago mis prácticas. Hubo varias ocasiones donde el padre de Tito me llamó mientras estaba en clases, me ordenaba que dejara el aula y fuera a casa. Al llegar me encontré a su padre culeándose a mi madre. Sin detener sus embestidas, me ordenó desnudarme y unirme a la fiesta. Nos colocó en cuatro a las dos una al lado de la otra, pero viendo hacia lugares opuestos, de modo que quedé justo al lado del culo de mi madre, y viendo en primera fila como se tragaba esa vergaza por el culo para luego pasar a follarme la boca. Esa vez terminé limpiando esa verga con los restos del culo de mi madre para luego ser yo la enculada, luego mi madre le limpió la verga con mis fluidos. Terminamos acostadas una al lado de la otra y siendo bañadas en semen. Luego nos ordenó lamernos mutuamente para limpiarnos toda huella de leche. Con cada sesión me volvía yo más perra y más sumisa a sus deseos y con mi madre nos fuimos haciendo menos pudorosas en estar desnudas una frente a la otra y compartiendo la misma verga.
En los siguientes días Tito me ordenó darle el video en una USB al idiota de mi quedante, el chavo que me gustaba enfrente de él. Aún lo recuerdo: estábamos afuera de la escuela, cuando lo ví, me saludó de beso en la mejilla y me abrazó, ahí aproveché para decirle en el oído que me perdonara, pero ya no quería saber nada de él a la vez que le entregaba una USB en su mano, cuidando que Tito lo viera claramente. Luego, sin voltear a verlo, fui y me encaramé en los brazos del gordo y dejé que me diera un beso húmedo y asqueroso. Pobre de mi ex, solo veía como Tito me sujetaba las mejillas con una mano y metía su lengua dentro de mi boca y me miraba incrédulo viendo como mi mano le sobaba el miembro por encima del pantalón mientras la otra mano del gordo bajaba por mi cintura y me apretaba el culo por debajo de la falda que llevaba y llevaba falda porque la noche anterior el padre de Tito me dejó bien rozada la panocha y el culo, así que me molestaba usar pantalón y por eso llevaba falda, aparte que me gusta usarlas. Mi ahora ex no entendía lo que estaba pasando y nunca iba a entenderlo. La verdad que solo yo sabía era que la USB estaba en blanco, excepto por una nota de texto diciéndole que me perdonara pero había encontrado a alguien mejor, eso debería bastar, no iba a arriesgarme a ventilar en la escuela el cómo en la intimidad me convertía en una puta complaciente para el gordo. Aunque intentaba mantener mi vida sexual en secreto tanto el padre como el hijo me exhibieron en la escuela en varias ocasiones, y mis amigos no tuvieron que imaginar mucho para saber lo que estaba pasando, esto debido a que por órdenes de Tito o su padre, llegaba a la escuela sin ropa interior y con prendas sexys y diminutas que no solía usar en la escuela por la razón de no ser percibida así, pero eran sus órdenes que dejaban entrever mis pechos o mis piernas, por lo que fui haciéndome fama de chica fácil, no me molestaba, pues fuera de la escuela si suelo vestirme así, pero en la escuela no lo había hecho, y recibía insinuaciones de mis compañeros y hasta de chicos de otros grupos a diario. A veces Tito me pedía que pasara a su casa antes de irme y luego de cogerme, le gustaba vaciar su semen en mis tangas o sobre mis pechos o nalgas, adentro de mi culo, vagina, boca o donde se le antojara ese día y mandarme a la escuela así, sin limpiarme y con el semen fresco, que aunque se secara dejaba manchas muy evidentes, o con el semen escurriendo entre mis piernas que salía de mi culo o mi vagina y que mantenían los rumores más creíbles. Otras veces alguno de los dos me esperaban a la salida, y dejaban muy en claro su posición de machos, tocándome los senos o el culo y me ordenaban siempre saludarlos de beso de lengua apasionado, acariciar su miembro por encima de la ropa o me pedían enseñarles mi tanga o mi coño levantado mi falda o bajando mi pantalón (cuando iba sin ropa interior) sin importar quién estuviera viendo.
Se empezaron a correr toda clase de rumores sobre mí, decían que por las tardes me iba a masturbar a los del equipo de fútbol detrás del campo, y que les cobraba por dejarlos venirse en mi cara o en mis tetas, o que me dejaba coger por los profesores a cambio de buenas notas. No habría sido nada difícil, dado todo lo que había aprendido con el gordo y su padre. Decían también que el padre de Tito era algún mafioso y yo era su escort, a la que pagaba varios billetes por hacer toda clase de marranadas en la cama. La parte buena fue que solo fueron unos meses de exhibirme en la escuela como su puta (ya les contaré más adelante que pasó). Tito dijo que me había portado bien y estaba tan complacido que me iba a dar una sorpresa el siguiente fin de semana. Cuando llegué, escuché a mi madre decir que tenía que ir a ver a su hermana que había enfermado, y que tenía que ausentarse todo el fin de semana. Luego de echarme una mirada de reojo, me ofrecí a acompañarla. Al saber que mi madre estaría acompañada, las dudas de mi padrastro se disiparon y no puso objeción. La mesa estaba servida, y mi madre y yo ibamos a pasar un fin de semana que no íbamos a olvidar nunca, aparte nunca nos imaginamos que íbamos a compartir machos y vergas entre nosotras dos o que nos culearan al mismo tiempo.
A estas alturas del relato, y antes de darme cuenta, ya habían pasado tres meses de estar cogiendo con Tito y su padre siempre que había oportunidad (unas 2 o 3 veces a la semana según estuviera alguna de las casas sola) y dónde tuve que faltar a muchas clases ya sea porque me dejaban tan cansada que no podía levantarme o porque se metían a la casa luego de que mi padrastro se iba a trabajar y me pedían que me quedara junto a mi madre para ser folladas toda la mañana. Cuando eso pasaba nos follaban de forma alternada por horas, para al final terminar cogiendo con los dos al mismo tiempo, lo que nos dejaba agotadas, repletas de semen por todo el cuerpo y con la vagina y el culo ardiendo todo el día del abuso que sufríamos con esos enormes miembros.
Días después, luego de haberme follado y mientras me encontraba con la cola repleta de semen como ya era costumbre, Tito me confesó sus planes, entre su padre y él tenían planes de embarazar a mi madre. Así es, iba a tener un hermano de mi madre, por lo que calcularon sus días fértiles a partir de su última menstruación, y me pidieron que estuviera yo presente. Con el pretexto de ir a visitar a una de mis tías que había enfermado, salimos mi madre y yo el viernes para reunirnos con Tito y su padre en unas cabañas a orillas de la ciudad. Ese fin de semana iba a ser especial, y mi madre y yo estábamos nerviosas por lo que iba a suceder pero tanto a ella como a mí nos excitaba la idea de que la embarazaran, cuando estábamos con Tito y su padre yo la veía como mi compañera de sexo y no como mi madre. Por dos dias y sus noches, ibamos a estar disponibles para nuestro par de machos.
Empacamos un par de conjuntos casi transparentes que cubrían apenas nuestros hermosos cuerpos y un juego de ropa interior blanca sexy que nos compraron nuestros machos. Llegamos y ya tenían una camioneta de doble cabina lista para el viaje. Cuando nos vieron, apenas pudieron contener su mirada lujuriosa.
— A partir de aqui, quiero que se olviden de su vida y sus complejos, todo este fin de semana nos pertenecen y van a hacer todo lo que les ordenemos, entendido? No quiero escuchar ninguna queja —
Mi madre y yo intercambiamos una mirada. Y ambas movimos la cabeza asintiendo a la peticion.
— Muy bien, par de golfas. Ahora quiero que antes de subir se quiten la ropa interior y nos la entreguen. No la van a necesitar por los siguientes dias —
Metí las manos por debajo del vestido para desabrochar mi sosten y bajé mi tanga para darsela al padre de Tito.





Mi madre hizo lo mismo con el hijo solo nos quedamos con el mini vestido de una pieza que llevabamos y sin brasier ni calzones nos hacía lucir como un par de golfas alquiladas, Mi madre se fue al frente con Tito y yo me quedé atras con el padre de Tito. En el camino se la pasó tocándome las tetas y sobando mi concha, por lo que me quedé caliente todo el camino, imagino que mi madre estaba igual.


Cuando llegamos el clima era cálido y agradable por lo que nos pidieron bañarnos y depilarnos todo el cuerpo.
Nos metimos a bañar sin importarnos nuestra desnudez, e incluso nos ayudamos a depilarnos las partes de la entrepierna y del culito que una sola no podía alcanzar.
Luego nos colocamos unos neglillés de delgada tela blanca, las dos íbamos con lencería combinada y bien depiladas. Al salir vimos que tenían varias cuerdas y esposas sobre la cama asi como algunos consoladores de distintos tamaños.
A mí me ataron hincada sobre un cojín que pusieron sobre el suelo y me sujetaron las manos por la espalda. Solo podía usar la boca para atrapar sus falos mientras podía ver en primer plano a mi madre sentada en la cama
Mi madre quedó atada en 4, con el culo levantado pero las manos sujetas a la cabecera y los tobillos a las patas de la cama, quedamos mirándonos de frente una a la otra, y creo que ambas pensamos lo mismo: lo emputecida y sometida que se veía la mujer de enfrente, daba igual si éramos madre o hija. En ese momento sólo éramos un par de hembras semidesnudas, calientes y sumisas a punto de ser abusadas y gozadas. Tito se dirigió hacia mí, sin pantalones, y usando una camiseta sucia que apenas cubría su abultado abdomen.
— Tu labor el día de hoy, será pararnos nuestras vergas para que podamos cogerlas y vaciarnos en tu madre así qué abre la boca y hazlo bien —
No dudé en abrir la boca y frente a mi madre comenzar a comerle su gordo nabo sin manos y como una verdadera putita; mientras el padre de Tito se había situado tras de mi madre y noté como su lengua comenzaba a rodear el agujero de su culo.


Hacía círculos sobre él y la introducía todo lo que podía. Esta escena con las dos tan sometidas logró me empezara a calentar tremendamente, y de repente, al estar abierta de piernas, noté como el gordo introducía uno de sus dedos, entró rápidamente y sin ningún problema; después metió dos; mientras hacía esto Tito empujaba mi cabeza para que se la comiera con más fuerza, sabía que aquello me enloquecía y aprovechaba la situación para sacarle provecho.
¡Mi madre no llevaba sostén, ni nada que cubriera sus pechos! ¡Eran medianos, con buena forma, redondos y erguidos, con sus pezones semi rosados y su tez blanca que permita ver las venas en sus pechos !
La empujó levemente el viejo, haciendo que mi madre se quedara sobre la cama, y le quitó el negligee, dejándolo caer al suelo, dejándola solamente con unos finos y cortos calcetines blancos.
Abierta de piernas delante del tipo, éste se bajó en un momento su pantalón y calzón, quitándoselos y quedándose, como mi madre, solo con unos calcetines blancos.
¡Mi madre estaba desnuda y abierta de piernas ante unos tipos que en unos momentos iban a follársela de forma salvaje hasta preñarla!
La verga del padre de Tito lucía impresionante. Emergía enorme, hinchada, erecta y repleta de gruesas venas azules, de una mata oscura y desordenada de pelos, y apuntaba orgullosa al techo.
Pensaba que iba a follársela justo ahí mismo, pero mi madre, al ver el gigantesco cipote, se levantó de la cama y, poniéndose de rodillas frente a él, empezó a acariciarle la verga con las manos y a lamérsela. La lamía con fuerza, como si fuera un dulce helado, de arriba abajo y de abajo a arriba, en toda su extensión, incidiendo en el glande y lamiéndole también los testículos. Estuvo casi medio minuto acariciando y lamiéndole, hasta que se metió el cipote en la boca, se lo metió hasta el fondo, y empezó poco a poco a sacárselo, acariciándolo con sus brillantes y voluptuosos labios. Lentamente se lo iba sacando de la boca para volverlo a meter despacio, disfrutando de cada milímetro.
Para entonces el padre de Tito había metido tres de sus dedos en el culo de mi madre cuando dijo:
— Bien zorrita, este culo está listo para comerse mi gran polla — Luego de eso, se pasó detrás de mi madre e introdujo su verga en su culo, dejándola resbalar hasta el fondo; debió metérsela con tanta fuerza que mi madre soltó un grito, pero seguido de varios gemidos de placer; por un momento me saqué la polla de la boca de Tito y le dije que a mi tambien me diera por el culo, deseaba sentir su polla dura dentro de mí, como si fuera a partirme en dos.

Como respuesta Tito colocó su mano en mi cabeza y me la llevó otra vez hasta su cipote y me lo volví a meter. Me encantaba, en aquel momento me sentí como una verdadera puta, siendo follada por la boca sin que pudiera hacer nada, solo complacerlos
Recuerdo que veía a mi madre ensartada en la verga del padre de Tito, sentada sobre ella de espaldas a él, él tenía sus piernas muy abiertas y le acariciaba el clítoris mientras le decía que apretara el culo, cuando lo hacía lo sentía empujar su cadera tratando de entrar más al fondo, aún cuando ya todo su miembro desaparecía detrás de mi madre y se veía riquísimo,
Acto seguido sacaron una botella de vino tinto y dejando a mi madre acostada, y acto seguido le preguntaron con una sonrisa maliciosa
— Dime perra. ¿Alguna vez te has embriagado por el culo?—
Mi madre, colocada en cuatro, solo abrió los ojos cuando vio a Tito descorchar una botella y dirigiéndose hacia su retaguardia, le acarició las nalgas para luego ir insertandola en su culo, mientras veía como ella se retorcía del escalofrío.
Tito me miraba con malicia. Y luego de intercambiar una mirada de complicidad con su padre, me dijo:
— Ven aquí Dani, vas a ver en primer plano como tu madre se traga una botella por el culo —
Me jaló sin ninguna cortesía y sin desatarme las manos, me colocaron boca arriba sobre la cama, e hicieron que mi madre se trepara sobre mí, quedando en cuatro, y con nuestros cuerpos desnudos rozándose como si hiciéramos un 69. La visión de su coño depilado me quedó a centímetros de mi rostro mientras veía como el cuello de la botella se mantenía dentro de su culo y el líquido iba bajando dentro de los intestinos de mi madre. Su estómago se abultó y podía sentirlo a través de mis pechos.
— Ahora vas a tomar todo el vino que salga de tu madre — me decía el padre de Tito, mientras sacaba la botella del culo de mi madre y empezaba a escurrir líquido carmesí por el canal entre su culo, yo sacaba la lengua e intentaba capturar esas gotas de vino que caían en mi cara. No contento con eso, el padre de Tito empujó las caderas de mi madre hacía abajo, de modo que la tuve a milímetros de mi boca, su coño escurriendo vino en mi boca, podía sentir sus pocos vellos púbicos que quedaron sin cortar en mi nariz.
Esto pareció calentar a Tito, que abriéndome las piernas me metió su cipote hasta el fondo. Sus empujones me hacían más difícil capturar el vino que escapaba por lo que el padre de Tito sujetó las caderas de mi madre haciéndola bajar y dejar su culo a milímetros de mi boca mientras le jalaba su cabellera para que parara más el culo. Prácticamente la tenía sentada sobre mi cara.
— Ahora golfa, sácalo todo en la boca de la puta de tu hija— Al levantar su estómago, un chorro de líquido rojo cayó sobre mi cara, sin que pudiera tragarlo todo, comencé a toser.
— Puja perra, echalo todo sobre la boca de la otra puta, de a poco para que pueda tragarlo todo —
Y así mi madre comenzó a expulsar por partes todo el contenido de la botella ahora sobre mí y yo atrapaba todo lo que podía. Estuvimos asi por varios minutos, el liquido carmesí no dejaba de salir y yo solo podía tragar y tragar, sintiendo mi cabeza empezar a dar vueltas.
— Bien hecho putita, ahora tu ponte en cuatro que es hora de que te tomes también una botella por el culo —
De la misma forma, ahora mi madre se colocó debajo mío, y yo me subí sobre ella parando mucho mi trasero, cuando sentí como Tito introducía el frío cuello de la botella directo en mi culo. Mis manos seguían sujetas por las esposas por lo que mi cara caía sobre el coño de mi madre, mientras me esforzaba en mantener mi culo en alto.
Pasaron unos cuantos minutos, y mientras yo seguía chupando cuánto pene me pusieran enfrente tanto del padre como del hijo, empecé a sentirme más mareada. Sentía el vientre hinchado de tanto líquido y todo me daba vueltas. Después me pidieron bajar las caderas y pujar mientras mi madre debajo de mi, atrapaba todo el vino que podía. Pujaba sintiendo a mi madre debajo toser y atragantarse. Nuevamente tuvimos que permanecer asi por un rato, hasta que pude expulsar todo el líquido de mis entrañas.
— Vamos putas, hora de comer verga — dijo el padre de Tito, quien se acomodó frente a mi rostro para meter su miembro en mi boca, a la vez que del lado de mi coño, Tito me sacaba su miembro y hacía lo propio con la boca de mi madre, lo sabía porque sentía el vaivén de su cuerpo, siguiendo el mete y saca al ritmo que marcaba Tito.
Minutos después, el padre de Tito retiró su miembro de mi boca y bajando un poco, procedió a meterlo en el coño de mi madre. Yo veía en primera fila como su coño devoraba esa enorme verga hasta que quedaba toda dentro de ella. Entonces sentí la verga de Tito, follándome por el coño. Ambos cuerpos, el de mi madre y el mío, se bamboleaban al ritmo de las embestidas que nos daban, y sentía como sus senos se movían sobre mi estómago.

Fue ahí donde el poco pudor que pudiera quedar se esfumó. La calentura, el alcohol, el olor de nuestros cuerpos, los dos miembros de nuestros machos que nos cogían a la vez. Estiré la lengua para tocar el clítoris de mi madre, chupando y pasando mi lengua lo más adentro que podía, recorriendo todos sus labios vaginales. Segundos después sentía como la verga del padre de Tito la embestía por el culo, y sus huevos pegándome en el rostro, por lo que sacaba la lengua para lamerlos. Ella debió notar lo que hacía porque a los pocos segundos sentí como me devoraba el coño, mientras Tito me penetraba . Luego de un tiempo donde alternaban para cogernos entre el coño y el culo, su padre pareció notar porque le dijo:

— Espera un segundo Tito, deja que se devoren el coño este par de lesbianas — Y retiraron un momento sus enormes vergas, solo para deleitarse viéndonos como nos comíamos el coño mutuamente, en un delicioso 69. Al no tener ya el movimiento que provocaban sus arremetidas, tuve mejor movilidad para comerle el coño a mi madre, y a la vez, recibir la mejor chupada de coño que sentí hasta entonces. Gemíamos, mordimos, gritabamos y nos veníamos en un delicioso e incestuoso orgasmo madre-hija.

Luego de un tiempo, el padre de Tito, volvió para penetrar a mi progenitora mientras yo veía ese enorme miembro entrar y salir a centímetros de mi cara, luego de eso, sacó su miembro brillante de los jugos de mi madre e hizo que me la engullera por la boca. Del otro lado, Tito imitaba a su padre, follando mi culo por varios segundos y usando la boca de mi madre para limpiar mis jugos. Esto lo repitieron varias veces más, haciéndonos llegar al orgasmo, pues las embestidas eran brutales y muy fuertes.
— No olviden putas, que venimos a llenar de semen a la madre, porque queremos verlas preñadas como las perras en celo que son. Ya llegará más adelante el turno de la hija. Te vamos a llenar de semen a diario hasta que se hinche tu panza—
Y acto seguido se pasaron al lado del coño de mi madre para llenarla de abundante esperma, el cual era tanto que caía sobre mi cara. Yo estiraba la lengua para tratar de alcanzar el semen que estuviera a mi alcance, y luego sorbí con placer el semen que salía de su vagina, haciendo que mi madre se retorciera de placer.
Luego de la brutal follada, mi madre se quedó tirada en la cama completamente con su vagina rellena de leche y bañada en semen junto a mi, mientras el gordo y su padre se iban a la sala contigua y yo me quedé amarrada en la cama y sin poder limpiarme la cara llena de semen, bastante caliente por lo que acababa de presenciar.
Ese fue el inicio de la noche, pero apenas estábamos comenzando.
Continúa...
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