Un capítulo de esta serie de Mariana que empecé más que nada por pedido sin mucho entusiasmo, pero cada día me está gustando más. Ahora la historia da un raro e inesperado giro, espero que les guste.
- Dale boluda.
El hombre tenía tomada fuertemente la nuca de Mariana, quien se encontraba de rodillas frente a él.
- Hoy parece que estas en pelotuda nena.
Intentaba que ella le hiciera sexo oral, pero Mariana seguía corriendo su rostro y tosiendo por la violencia que el usaba.
- Perdón, perdón señor.
Se disculpaba despacio. En ese momento se escuchó golpes en la puerta y una mujer llamando.
- ¿Qué es hoy, el día de las pelotudas?
Se quejó mientras hacía que Mariana se levantara, al mismo tiempo que él se cerraba el pantalón, luego fue hasta la puerta y la abrió, allí parada en la entrada se encontraba Cinthia, al verla el hombre dio un suspiro y se volvió hacia Mariana.
- Definitivamente es el día de las pelotudas hoy.
Le murmuro.
- Quiero saber que paso con el programa, ¿Por qué no lo conduzco? Se suponía que era mío.
Dijo Cinthia muy enojada.
- Porque no nos calmamos un poco.
Dijo el hombre acercándosele, pero ella entro en el camarín y camino hasta enfrentar a Mariana.
- Fuiste vos hija de puta.
- No, yo…
Mariana se encontraba asustada, mirando al hombre, quien se había quedado en la puerta, cruzado de brazos y el silencio.
- Vos rubia de mierda, te lo tenías escondido, ¿a quién se la chupaste decime?
Cinthia, con sus palmas abiertas golpeo el pecho de Mariana haciéndola retroceder unos pasos.
- No, no, yo…
- A alguien te cogiste hija de puta, porque ese programa se suponía que iba a ser mío.
Mientras le gritaba seguía empujándola, hasta hacerla quedar con la espalda pegada a la pared. Mariana seguía muy asustada mirando al hombre, quien seguía quieta y en silencio, alejado de ella.
- ¡Déjame!
Finalmente, grito Mariana, dándole un fuerte empujón a Cinthia, quien retrocedió y cayó al suelo.
- ¡Hija de puta me tiraste al suelo! Te voy a meter una denuncia que no vas a volver a trabajar nunca más acá.
Gritaba Cinthia, aun sentada en el suelo.
- No, yo no fui, se cayó.
Muy asustada y con la voz temblorosa Mariana intentaba explicarle al hombre, quien se le había acercado.
- No me caí hija de puta, vos me tiraste.
- No, no, yo…
- Fue una caída, tampoco es para tanto.
Dijo el hombre muy tranquilamente, con la vista clavada en Mariana.
- Apenas un cortesito en el labio.
- ¿Qué carajo decís? No tengo nada en el labio.
Dijo Cinthia, mientras Mariana y el hombre se encontraban frente a frente, mirándose seriamente. Cinthia intento levantarse, en ese momento Mariana la enfrento, y con una expresión muy seria en su rostro, la empujo fuertemente, haciendo que caiga con la cabeza sobre la punta de la mesa, lastimándose el labio.
- ¡Hija de puta, eso fue apropósito!
Grito, otra vez en el suelo Cinthia, mientras se tocaba el corte en su boca. Mariana volvió a enfrentar muy seriamente al hombre.
- Es solo un cortesito por la caída, nada más.
- También tiene un golpe en el ojo.
Dijo Mariana, todavía enfrentada con el hombre, intentando disimular una pequeña sonrisa.
- Sabes que tenes razón, el izquierdo, ¿no?
El hombre dijo, sin quitarle la vista a Mariana.
- ¿Qué carajo decís?
Pregunto Cinthia, mientras Mariana se inclinaba sobre ella, intento cubrirse el rostro con las manos.
- ¡Para hija de puta, para!
Grito, Mariana cerro su puño con fuerza y le dio un puñetazo en el ojo izquierdo.
- ¡La puta que los pario a los dos, ustedes están enfermos!
- Estas despedida.
Dijo seriamente Mariana, todavía un poco inclinada sobre ella.
- Que decís enferma, vos no me podés despedir.
- Si puedo, es mi programa.
- Ella no me puede despedir.
Dijo mirando al hombre.
- Es su programa, puede hacer lo que quiera.
Le respondió muy relajadamente.
- ¡Ustedes están enfermos, les voy hacer juicio a todos!
Cinthia se levantó y salió rápidamente del lugar, volviendo a dejarlos solos.
- Creo que usted tenía que terminar algo… señor.
Dijo Mariana, el hombre la miro seriamente por unos momentos, luego se le acerco, la dio vuelta y la arrojo con fuerza, inclinándola sobre la mesa. Con rapidez se bajó sus pantalones y los de ella, la tomo por la cintura, y con mucha violencia comenzó a penetrarla analmente.
- Estas llena de sorpresas hija de puta.
Dijo entre gemidos el hombre, Mariana, con su rostro pegado en la mesa, sonrió un poco. Finalmente, cuando termino y se comenzaba a subir el pantalón, Mariana se deslizo de sobre la mesa y quedo arrodillada en el suelo.
- Sobre la otra chica… señor.
Pregunto despacio Mariana.
- Dale el telegrama de despido si queres.
Se inclinó y le dio un beso en la frente.
- O podés hacerle lo que quieras, es tuya.
Dijo, todavía inclinado sobre ella, Mariana Sonrió.
- Dale boluda.
El hombre tenía tomada fuertemente la nuca de Mariana, quien se encontraba de rodillas frente a él.
- Hoy parece que estas en pelotuda nena.
Intentaba que ella le hiciera sexo oral, pero Mariana seguía corriendo su rostro y tosiendo por la violencia que el usaba.
- Perdón, perdón señor.
Se disculpaba despacio. En ese momento se escuchó golpes en la puerta y una mujer llamando.
- ¿Qué es hoy, el día de las pelotudas?
Se quejó mientras hacía que Mariana se levantara, al mismo tiempo que él se cerraba el pantalón, luego fue hasta la puerta y la abrió, allí parada en la entrada se encontraba Cinthia, al verla el hombre dio un suspiro y se volvió hacia Mariana.
- Definitivamente es el día de las pelotudas hoy.
Le murmuro.
- Quiero saber que paso con el programa, ¿Por qué no lo conduzco? Se suponía que era mío.
Dijo Cinthia muy enojada.
- Porque no nos calmamos un poco.
Dijo el hombre acercándosele, pero ella entro en el camarín y camino hasta enfrentar a Mariana.
- Fuiste vos hija de puta.
- No, yo…
Mariana se encontraba asustada, mirando al hombre, quien se había quedado en la puerta, cruzado de brazos y el silencio.
- Vos rubia de mierda, te lo tenías escondido, ¿a quién se la chupaste decime?
Cinthia, con sus palmas abiertas golpeo el pecho de Mariana haciéndola retroceder unos pasos.
- No, no, yo…
- A alguien te cogiste hija de puta, porque ese programa se suponía que iba a ser mío.
Mientras le gritaba seguía empujándola, hasta hacerla quedar con la espalda pegada a la pared. Mariana seguía muy asustada mirando al hombre, quien seguía quieta y en silencio, alejado de ella.
- ¡Déjame!
Finalmente, grito Mariana, dándole un fuerte empujón a Cinthia, quien retrocedió y cayó al suelo.
- ¡Hija de puta me tiraste al suelo! Te voy a meter una denuncia que no vas a volver a trabajar nunca más acá.
Gritaba Cinthia, aun sentada en el suelo.
- No, yo no fui, se cayó.
Muy asustada y con la voz temblorosa Mariana intentaba explicarle al hombre, quien se le había acercado.
- No me caí hija de puta, vos me tiraste.
- No, no, yo…
- Fue una caída, tampoco es para tanto.
Dijo el hombre muy tranquilamente, con la vista clavada en Mariana.
- Apenas un cortesito en el labio.
- ¿Qué carajo decís? No tengo nada en el labio.
Dijo Cinthia, mientras Mariana y el hombre se encontraban frente a frente, mirándose seriamente. Cinthia intento levantarse, en ese momento Mariana la enfrento, y con una expresión muy seria en su rostro, la empujo fuertemente, haciendo que caiga con la cabeza sobre la punta de la mesa, lastimándose el labio.
- ¡Hija de puta, eso fue apropósito!
Grito, otra vez en el suelo Cinthia, mientras se tocaba el corte en su boca. Mariana volvió a enfrentar muy seriamente al hombre.
- Es solo un cortesito por la caída, nada más.
- También tiene un golpe en el ojo.
Dijo Mariana, todavía enfrentada con el hombre, intentando disimular una pequeña sonrisa.
- Sabes que tenes razón, el izquierdo, ¿no?
El hombre dijo, sin quitarle la vista a Mariana.
- ¿Qué carajo decís?
Pregunto Cinthia, mientras Mariana se inclinaba sobre ella, intento cubrirse el rostro con las manos.
- ¡Para hija de puta, para!
Grito, Mariana cerro su puño con fuerza y le dio un puñetazo en el ojo izquierdo.
- ¡La puta que los pario a los dos, ustedes están enfermos!
- Estas despedida.
Dijo seriamente Mariana, todavía un poco inclinada sobre ella.
- Que decís enferma, vos no me podés despedir.
- Si puedo, es mi programa.
- Ella no me puede despedir.
Dijo mirando al hombre.
- Es su programa, puede hacer lo que quiera.
Le respondió muy relajadamente.
- ¡Ustedes están enfermos, les voy hacer juicio a todos!
Cinthia se levantó y salió rápidamente del lugar, volviendo a dejarlos solos.
- Creo que usted tenía que terminar algo… señor.
Dijo Mariana, el hombre la miro seriamente por unos momentos, luego se le acerco, la dio vuelta y la arrojo con fuerza, inclinándola sobre la mesa. Con rapidez se bajó sus pantalones y los de ella, la tomo por la cintura, y con mucha violencia comenzó a penetrarla analmente.
- Estas llena de sorpresas hija de puta.
Dijo entre gemidos el hombre, Mariana, con su rostro pegado en la mesa, sonrió un poco. Finalmente, cuando termino y se comenzaba a subir el pantalón, Mariana se deslizo de sobre la mesa y quedo arrodillada en el suelo.
- Sobre la otra chica… señor.
Pregunto despacio Mariana.
- Dale el telegrama de despido si queres.
Se inclinó y le dio un beso en la frente.
- O podés hacerle lo que quieras, es tuya.
Dijo, todavía inclinado sobre ella, Mariana Sonrió.
2 comentarios - [Fan-Fiction] Mariana Fabbiani y Cinthia Fernandez (3)
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