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Mi nuevo hobbie. Parte 1.

Hace mucho tiempo había querido aprender un nuevo hobbie. Salí a vacaciones y me di la oportunidad.
Tengo la oportunidad de tener vacaciones a mitad de año y a final de año, mi edad de estudiante me lo permite. Así que estas vacaciones decidí aprender a montar bici, no es que no supiera, sino que veía tanta gente salir y hacer rutas tan extensas, que quería aprender eso. Normalmente yo no usaba ropa de ciclismo ni nada parecido, todo era muy casual.
Convencí a mis padres que me compraran una trusa de ciclismo, el traje completo, incluso zapatos (vaya error).
Mi primer salida fue corta, con caída incluída por no saber sacar los "choclos" de los pedales. La segunda, tercera y unas veces más, pues fui adquiriendo cierta experiencia. La mejor parte de las rutas nuevas que estaba haciendo, es que, por mi edad e inexperiencia, tenía muchos seguidores y muchos instructores que me iban indicando qué hacer, comentarios y técnicas que siempre son bien recibidas, sobretodo si lo hace un adulto muy bien experimentado.
Total, un día, una mañana muy temprano, decidí salir, irme hacia montaña, escondida, por supuesto, para los que no montan bici, para los que sí, es una ruta común, aunque por la hora, casi nadie iba.
Yo, aprovechando la soledad, disfrutaba el paseo con toda la calma del mundo, aunque con cierta molestia en mis piernas porque la ropa interior rozaba mucho. Tuve que detenerme un par de veces. En un momento, un señor mayor, muy bien portado, se me acercó: "¿Es que te molesta algo de la bici?"
Ya estaba acostumbrado a los comentarios y tecnicismos de los ciclistas, pero ninguno me había preguntado algo tan directo, como si supiera qué me pasaba. "Es la ropa, le dije, creo que no es mi talla".
Me miró de arriba a abajo, se acercó y le dio un apretón a mi licra. "No es la licra, es lo que llevas debajo, esta ropa NO necesita ropa interior, quítatela para la próxima". Y así como llegó, se fue.
Queriendo evitar sufrir el roce, y con curiosidad sobre las nuevas ordenes del veterano, decidí volver a casa y salir al día siguiente sin nada debajo, sólo la licra de bici.
Al día siguiente, sin dudarlo y a escondidas de mis padres, salí con ropa interior, sólo con la licra y el traje a montar bici. Sentí, inmediatamente, la diferencia.
Iba por la misma ruta, intentando dominar la montaña, sola, más que el día anterior.
De pronto una voz cercana dijo "hiciste caso, hoy vienes sin ropa interior como yo". Me sorprendió volverlo a ver, y que se diera cuenta que no llevaba ropa interior, pensé "¿se me nota?" "¿Todos lo han visto?" "¿Se me ve bien?"... Este último pensamiento fue intrusivo, calentura de mi edad.
Logré llegar a un mirador, estaba el veterano sentado con una vista al fondo de la montaña.
- "Muchas gracias por el dato, me sirvió mucho, hoy sí llegué hasta acá, jaja"
- "De nada, muchacho, esto toca así, ayudarnos, montar bicicleta es enriquecedor"
- "Sí, me ha gustado, apenas empiezo".
- "Yo voy más arriba, si quieres vamos y terminas la ruta y después haces más, tampoco hay que excederse".
La idea me sonó interesante, ir acompañado me daba más seguridad.
-"Pero me dejas botado en el camino jajaja"
- "No, muchachito, yo voy detrás, no te preocupes".
Seguimos andando, cada cierto tiempo él me daba ánimo, se adelantaba y volvía detrás mío, incluso me impulsó, poniendo su mano en mi nalga, para pasar una subida difícil.
Al llegar a la cima, nos bajamos, estabamos solos, casi nadie iba a ese lugar, pues era sólo una pausa hasta la meta final de la montaña.
Me dijo: -"Pelado, tienes buen cuerpo, buen físico, me tocó adelantarme un par de veces porque ese culo tuyo me iba poniendo parolo y no podía pedalear"
Yo me eché a reir. Apenado al principio, pero la calentura de la bici y de mi edad me permitieron seguir el juego.
Le dije: - "Fuera verdad no podría caminar ahorita, y yo lo veo normal"
- "Ah no, es que en el último tramo yo me hice adelante porque ya no aguantaba, pero eso es no más que te voltees y de una se me para".
Riéndome me voltee y le dije: "¿Así? o mejor en cuatro?"
Me dijo: "¿Y si mejor te pones en cuatro y me lo mamas?"
La sangre se mu subió, sentí como se me mojaba la punta de la verga, mi corazón latía fuerte...
"¿Pero sí se le pone duro ahorita?" Le dije insistente.
Me mostró. Su licra estaba sosteniendo la verga por el lado, se le marcaba toda para un lado, casi llegaba a su espalda.
Me sorprendí, y más cuando me agarró la mano y me hizo caminar a un camino demarcado pero tapado con muchas hojas.
Se sacó la verga y no era mentira, estaba húmeda, grande, palpitaba.
Yo solo me arrodillé y dejé que mis manos palparan tremenda cabeza.
La boca se me hizo agua, solo con el primer chupón yo me vine, a chorros, dejando mi nueva licra regalada por mis papás llenas de semen primerizo.
Su verga era jugosa, dura pero me cabia su cabeza en mi boca, la chupé, la probé, me la restregué en la cara, parecía nunca acabar. Me dolía la mandibula, pero nunca paré. Sus manos agarraron mi cabeza, me dijo quédate quiero y no cierres la boca, empezó a mover su verga de adentro hacia afuera en mi boca, me cacheteaba con ella, me la metía, lentamente intento meter más de la cabeza en mi boca pero no me cabía más, me atoré y me volví a venir sin tocarme, mi licraba estaba llena de mi semen, mi traje chorreado de mi saliva y su liquido preseminal.
Mi ano palpitaba, su verga no paraba de excitarme.


Si te gustó y quieres saber más, muchos puntos y comentarios.
Graciaaaas.

3 comentarios - Mi nuevo hobbie. Parte 1.

Andrea_cross +1
Me encanta !!!!! La primera vez que me trague una pija acabe sin tocarme
albilady +1
que exitante relato... que envidia
SamuelAgf +1
¿Para cuándo la segunda parte? 😵‍💫