Cuando la camarera me sirvio su culito

Cuando la camarera me sirvio su culito
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Hay algo irresistible, un poder de sedcucción, un atractivo especial en esos bollitos que sirven tras la barra de un bar, pub o discoteca, sobre todo, por la noche. Bellezas con una sonrisa en sus labios que llenan nuestras copas y se cuelan en nuestros sueños. Zenza era un adicto a estos placeres de la noche, un habitual del club. Madison la nueva camaera que apenas llevaba allí una semana. Aquella tarde, tras servirle una cerveza, su mirada parecía dispuesta a servirle algo más, allí mismo, al otro lado de la barra, sobre el taburete, con descaro, sin importar quien pudiera pasar.... Una oferta simplemente irrechazable, la de aquel fantástico culito. Desde luego, era la chica pefecta para llevarse unos días a la fiesta desmadrada que montaba un colega en su mansión, pero lo malo es que tenía un novio demasiado celoso. No es de extrañar.

Morocha



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