Par de viejas, con negro y pendex y sigue el otro relato

Una linda señora con el morocho



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Otra linda señora que le gustan los pebetes

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Y bueno antes me gustaba escribir boludeces


Me gustaría ser violada 4

Después de la visita de Manuel a casa en la que disfruto de mi mujer delante de mí y nos fotografió, no volvimos a hablar del tema con mi mujer. Con el paso del tiempo sentía que Raquel cada día me rechazaba más, nuestros encuentros sexuales se espaciaron y las veces que teníamos relaciones estas eran cada vez más limitadas en cuanto a lo que podíamos hacer, en algunas oportunidades me pareció verle un par de marcas en el cuello. Una noche de viernes llegue a casa y la encontré dormida, vestía una tanga y unas medias con liguero y nada más, dormía profundamente, empecé a sospechar muchísimo más. Me sentía muy caliente por lo que me desnude a su lado y empecé a acariciarle su culo cuando se despertó me dijo que la dejara tranquila que estaba muy cansada, sentía mi sangre hervir, era obvio que algo pasaba y yo había fomentado la situación. Estuve toda la noche dando vueltas en la cama pensando que era lo que iba a hacer y no tenía la menor idea.
A la mañana siguiente al despertar la bese a mi mujer y nos besamos y acariciamos, le tome su mano y la llevé a mi pija que estaba bien dura, me empezó a pajear al tiempo que me decía que no tenía ganas de coger que si quería me hacía una pajita. Le saque su mano encendí el velador y le dije que teníamos que hablar. Le hice un breve resumen de todo lo raro de la situación. Me escucho semisentada en la cama con la cabeza gacha y me di cuenta que estaba llorando. Perdoname, me dijo. Hoy mismo me voy a ir de la casa. No digas eso le reclame si vos sabes que te amo más que a nada en el mundo. Vos no te mereces todo esto, me contesto. Luego de un largo sondeo, me confesó que Manuel la seguía visitando y que ella siempre estaba ansiosa esperándolo, me dijo: mi cuerpo lo espera con ansias. Se detuvo y le pedí que siguiera, ¿qué queres escuchar?..., un pesado silencio se instalo en el cuarto... ella lo rompió luego de un rato: me encanta el trato que me da, mi cuerpo le pertenece, me encanta como me rompe el culo sin importarle nada de nada, eso queres escuchar, que le pertenezco que soy obediente de cualquiera de sus caprichos, que si no quiere que me cojas no te dejo y te hago la paja para aliviarte. No sabía que decir ni hacer, yo lo había metido a Manuel en la casa, además de estar más caliente que nunca con lo que mi mujer me decía. Pero te amo mi amor le dije. Yo también, pero Manuel es mi dueño y puede hacer conmigo lo que quiera. ¿y si hablo con Manuel? Que le vas a decir?. No se seguramente algo se me va a ocurrir... Mira a mi me encanta todo lo que me hace y no lo voy a cambiar por nada en el mundo yo te quiero mucho Aldo, pero Manuel me hace hervir la sangre y soy capaz de hacer todo lo que el me pida..., que le podrías ofrecer? No se, algo se me va a ocurrir. Mira Aldo la situación es clara, dijo levantándose de la cama, el es mi macho y no lo voy a cambiar por nada en el mundo.
Desde mi oficina llame al celular de Manuel, me atendió y dijo alegrarse de escucharme, ¿qué haces aldito?. Mira se que te estas acostando con mi mujer y bueno... Que, ¿qué me vas a pedir?. No se, yo la amo y no quiero perderla. Mira Aldo tu mujer es mi perrita ahora y hace todo lo que le digo y yo la disfruto como la yegua que es, y más disfruto cuando pienso en la paliza que me diste porque te hable de ella en aquel partido de fútbol, me encanta cogerme a tu mujer además de por lo buena que esta sabiendo que es tu mujer me calienta más. Me sentía humillado, vencido, caliente, con un hilo de vos me escuche decir: y no me dejarías ver cuando la coges. Sentí estallar una carcajada al otro lado de la línea. ¿En serio me estas hablando?, ¿es el machito de Aldo el que me habla?, el mismo que me rompió la cara a trompadas por hablarle mal de su noviecita ahora quiere ver como me la cojo. Mira estoy yendo para tu casa ahora mismo, si queres venir podes hacerlo, pero también me vas a tener que servir, me imagino que eso es lo que queres putito. Corte el teléfono y le pedí permiso a mi jefe para irme, en el colectivo me daba vueltas la cabeza y no podía pensar con claridad, pero corría como un desesperado hacia mi casa. Cuando abrí la puerta de mi casa la encontré a mi mujer con una remerita sin sujetador y un short cortito incrustado en su culo. ¿qué haces acá, me dijo? Le pedí permiso a Manuel para venir. Mi mujer me miro sorprendida. En su cara se veía una mezcla de sentimientos, caí sentado en el sillón del living, mi mujer vino con una bandeja con café y me sirvió. ¿estás seguro de lo que haces?, mira que Manuel es muy cruel y te odia mucho. En ese momento tocaron el timbre. Mi mujer fue a abrir y entró Manuel que empezó a besarla al tiempo que le acariciaba el culo a placer, mi mujer se puso de rodillas y liberando su miembro empezó a chuparlo. Hola Aldito, me saludo, vení acercate. Arrodillate junto a Raquelcita, saco la pija de la boca de ella y la dejo delante de mi cara mientras la tomaba a Raquel del mentón haciéndola pararse a su lado y empezó a besarla y a sobarle el culo y las tetas. La abrazó de la cintura y los dos quedaron de frente a mi, ¿qué esperas dijo Manuel? Y por primera vez en mi vida empecé a chupar una pija, mientras escuchaba la sonrisa de Manuel que me decía que la mirara a mi mujer a los ojos. Mi mujer estaba ardiendo sus ojos estaban inyectados de deseo y este era un triunfo más de su macho. Desnudate y anda a la pieza le dijo. Mi mujer se desnudo despacio y se fue para la pieza, Manuel me empujo con su pie en mi pecho y salió hacia la pieza, me puse de pie y los seguí, mi mujer estaba con el culo arriba. Manuel se acercó y separándole los glúteos le miro un rato el ojete y se lo chupo, ¿no te lo habrá tocado el asqueroso de tu marido?, vos sabes que yo no te desobedezco mi señor. Manuel se acomodo sobre mi mujer y se la dejo ir por el culo, mi mujer gritaba y le decía que era su perra y que siempre lo sería, que por favor le partiera el culo que el si era un macho de verdad no como el putito del marido. La hizo poner de perrito y a mi me dijo que me acomodara a chuparle la conchita a mi mujer y que de paso le pasara mi lengua por sus bolas, la estuvo cogiendo una enormidad hasta que le lleno el culo a mi mujer que gemía y gritaba como una posesa y le decía que le pertenecía que era toda de él. Manuel sacó su pija y me la dio a limpiar mientras me daba cachetazos livianos con su mano. Dejalo al puto y cojéeme la concha, dijo mi mujer, la pija de Manuel había reaccionado y acostándose sobre mi mujer la empezó a taladrar sin piedad mientras le mordía los pechos y la cacheteaba, mi mujer gritaba y gemía como desesperada. Pajeate me dijo Manuel, que de ahora en más es lo único que vas a hacer con tu mujer, los dos se detuvieron en la cogida mirando como me pajeaba, los dos tenían una mirada sarcástica y de aprobación, me pajie hasta que acabe con un gran orgasmo. Manuel me miro y me dijo: ahora salí de la habitación, anda a preparar la cena y llamanos cuando este lista. Salí del cuarto y escuche los gritos y gemidos de ambos al acabar. Me puse el delantal y prepare la comida.

2 comentarios - Par de viejas, con negro y pendex y sigue el otro relato

NicoleyAndres
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