El Diablo en el Cuerpo

El Diablo en el Cuerpo


El Diablo en el Cuerpo



En 1986, Marco Bellocchio, director italiano de extraordinaria implicación social y política en la vida y las artes de su país, dirigió una nueva versión de El diablo en el cuerpo, la novela de Raymond Radiguet que había sido llevada al cine por Claude Autant-Lara en 1947. Bellocchio eligió como protagonistas de la historia del hechizo adictivo que siente un joven, a punto de casarse, por una mujer, a un actor desconocido, el italiano Federico Pitzalis, y a Maruschka Detmers, una actriz holandesa que ya arrastraba cierta fama en Francia, su país de adopción, desde su debut en el cine, tres años antes, a las órdenes de Jean-Luc Godard, en Prénom: Carmen. En el filme dirigido por el principal teórico de la nouvelle vague, Detmers ya se había mostrado como una actriz sin demasiados prejuicios a la hora de exhibir su anatomía ante la cámara, siempre con la excusa del cine de autor como señuelo.

En El diablo en el cuerpo, la osadía de Maruschka Detmers superó su propio pasado. En una secuencia de la película, sobre la cama que Andrea, el protagonista, ha adquirido para consumar su matrimonio el día que se haga efectiva su santa unión, Giulia, el personaje que interpreta Detmers, le practica una felación al asustado Andrea. Es una de las escenas sexuales más bellas jamás filmadas, porque Giulia la convierte en un juego inocente, casi travieso, y porque, antes de empezar a degustar su pene, le pide a Andrea que le cuente una historia. Y al joven no se le ocurre otra cosa que relatarle la llegada de Lenin a Suiza, en tren, en 1900, cuando el revolucionario ruso se exilió en el país helvético, huyendo de la policía del zar, para preparar la revolución soviética que lo llevaría al poder 17 años más tarde.
Pese a que la escena se produce en una habitación con escasa iluminación, para el espectador es perfectamente visible, y un tratamiento de la imagen con más luz permite ver con toda claridad el trabajo de Maruschka Detmers.
Sin embargo, cuando la holandesa vio por primera vez la escena, quedó horrorizada. Según ella, Bellocchio le había prometido que las sombras impedirían ver la felación, algo que el viejo realizador italiano, por lo visto, no cumplió.
Con la felación de El diablo en el cuerpo, Maruschka Detmers se convirtió en una pionera. Por primera vez en la historia del cine, una actriz que no estaba integrada en el circuito del porno participaba en una escena de sexo explícito en una película convencional de gran éxito. Porque El diablo en el cuerpo fue un filme con buenos resultados de taquilla, a pesar de ser una película europea realizada por un director con pocas concesiones a la comercialidad. Un hecho sin precedentes que tardaría en volver a repetirse, ya que hasta la década siguiente no comenzó la moda que ha adoptado el cine comercial de incluir escenas de sexo explícito en los filmes. Ya entonces llegarían ejemplos como el de Caroline Ducey en Romance, de Catherine Breillat, Kerry Fox en Intimidad, de Patrice Chereau, Chloe Sevigny en The brown bunny, de Vincent Gallo, o Margot Stilley en 9 songs, de Michael Winterbottom. Pero antes que todas ellas, antes de que el sexo formara parte del cine, siempre quedará Maruschka Detmers con el diablo metido en el cuerpo.

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2 comentarios - El Diablo en el Cuerpo

eskuadron69
Ahora me diste ganas de ver esa pelicula entera 🙂
Pero primero bajo esta escena a ver que onda 😉
Gracias por compartir
MalcolmXXX
Me voy a bajar todas las pelis que nombraste en la reseña !GRACIAS¡