Pequeños fragmentos de recuerdos

Cómo olvidar esa mañana de verano, una noche antes se había sentido el viento refrescar nuestra habitación, se había colado a través de un espacio abierto de nuestra ventana que contra apenas permitía un ligero levante de la cortina, sin embargo el calor de nuestros cuerpos no permitían sentir tal caricia de la naturaleza, nos encontrábamos unidos en un va y ven de caderas dónde nuestros cuerpos se fundían en uno solo, se podía sentir el calor que emanaba de nuestros cuerpos, estábamos cubiertos por un paño de excitación, aún se percibe el aroma a sexo en nuestra habitación, la sábanas con rastros de nuestra esencia plasmada cuál escena de crimen pasional, aún siento las huellas de sus dedos marcadas en mi piel.