Sofi la zorra.

Sofi la zorra.
Ayer, les platique una de tantas anécdotas vividas durante mi matrimonio con Sofi pero toda historia tiene un principio
Siempre supe que me gustaba mirar, desde que en la adolescencia por fortuna mire por casualidad como un tipo se cogía a una de mis tías, pero fue de casado cuando desarrolle ese fetiche, al casarme buscamos un tiempo el que ella quedará embarazada, pero después de muchos intentos el doctor dictaminó que ella no podría quedar preñada y pese a la desilusión, continuamos nuestra relación en pareja.


Debido a eso, dábamos rienda suelta a nuestra libertad y salíamos de fiesta o de viaje seguido, muchas veces solo nosotros dos en casa, nos poníamos buenas borracheras, otras veces con familiares o bien, con amigos de ambos, ella no vestía provocativa, pero al casi no usar brassier, sus pezones bajo la ropa eran bien conocidos por todos, dueña de un culo mediano tirando a grande, también llamaba la atención, casi siempre usaba pantalones no muy entallados y rara ocasión, falda, pero de esas que llegan casi a la rodilla, eso sí, al andar, las tetas balanceándose de lado a lado era imán de miradas o bien, el caminar sensual hacia menear sus nalgas de manera agradable, en alguna de esas "fiestas" uno de mis hermanos, dos años menor que yo y soltero empedernido, cogió una buena peda y nos pidió quedarse, nosotros tampoco estábamos muy lúcidos que digamos y aceptamos, por consiguiente, la borrachera continúo hasta entrada la madrugada, recuerdo que Sofi, vencida por la bebida y el baile con nosotros, se quedó dormida en el sofá, de tal manera que incluso un tirante de su blusa se había corrido y mostraba más de media teta, las piernas enfundadas en una de sus típicas faldas, pero de vuelo, por la posición, dejaba ver una parte del muslo derecho, mi hermano Edu, sentado frente a ella, no perdía detalle de aquellos pedazos de carne expuestos y varias veces le mire acomodando su paquete, seguíamos con nuestra plática entre más tragos y risas de recuerdos juveniles, así entre idas al baño ya sea el o yo, transcurrió el tiempo, en una de esas que fui al baño, se me olvidó tirar de la cadena y con pasos lentos regrese a la sala, pero me detuve en seco al mirar como Edu, sentado ya al lado de Sofi, usmeaba en el escote de mi ebria esposa, me escondí para que no me viera pues cada tanto volteaba en dirección al baño y volvía a lo que hacía, cada vez más osado, comenzó a rozar los pezones sobre la tela, dibujando con el dedo aquel contorno, los mismos al tener contacto constante, no tardaron en ponerse duros, lo deje hacer un tiempo prudente y volví al baño para tirar la cadena, al regreso, Edu estaba sentado en su lugar como si nada pero con una potente erección bajo el pantalón, mañoso, repetí la treta otras veces más, espiando los atrevidos tocamientos , paso de solo tocar por fuera a meter la mano bajo la blusa y abarcar toda una teta, en la siguiente, pudo sacarla de la blusa e incluso lamer el duro pezón y en la última de esa noche, volver a lamer el mismo mientras pasaba su palma abierta en la concha de Sofi, eso amigos míos me dejó buen sabor de boca y en las semanas siguientes cada fin invitaba a Edu para que se diera el gusto de acariciar a mi mujercita, hasta que algo ansioso, le tome una foto mientras el metía un pezón completo entre sus labios, al otro día lo confronte y apenado me decía que Sofi se le hacía un bombón, así que lo motive a qué lo hiciera de manera más libre y osada, el próximo fin de semana, me asegure de que ella tomara más de la cuenta pero antes, de que comenzará la reunión, le sugerí que vistiera más sexy, tanto que incluso se puso medias con liguero y una falda también de vuelo pero más corta, la noche paso entre tragos y bailes con los presentes hasta que solo quedo mi hermano, ya de acuerdo, Edu procedió a bajar por completo la blusa y comerle a conciencia las tetas, acariciaba sus piernas y la concha sobre el cachetero de encaje que portaba la zorra, cuando el se pasaba de intensidad, ella se movía un poco y el se detenía un rato, para luego volver al ataque, pasaron más fines de semana y en todos ellos, las cosas subían de tono, llegando ya, a colarle los dedos en la panocha o pasarle la verga en la boca, después, rozar su verga sobre la bombacha o masturbarse hasta llenar la prenda de lefa, como era lógico, no tardó en correrse en la entrada de la vagina con el calzón a un lado, otras tantas en sus tetas e incluso, en su cara, dejando el último chorro en los labios entre abiertos de su cuñada, una de las últimas veces, llegue a ayudarle para quitarle la tanga y abrir bien sus piernas para que él, eyaculara entre los labios de su concha, esa noche, el primer manoseo concluyó así, el segundo, con la cabeza incustada y dejándole más leche la tercera, después de recuperarse, le comía las tetas con ganas y al tiempo le metía los dedos, luego se masturbo y casi al borde del orgasmo, apunto su verga y de golpe la metió toda, corriendose bien al fondo , los fines posteriores, se la cogía en toda regla y añadiendo palabras obscenas mientras se corría, la culminación, fue cuando le ayude a penetrarla por el culo y dejárselo lleno de espermas, sobra resaltar que pasado bastante tiempo, el fue el primero en cogersela de manera consiente, sin saber que tenía mucho como su contenedor de leche, pero eso es para otras historias.

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