En la disco con mi sobrina

En la disco con mi sobrina

Mi sobrina tiene muchos amantes.

Alguna vez haremos un gangbang con todo ellos.

Con algunos hacemos otras cosas, como salidas, ir a la playa, a la disco y cosas así.

Hay cuatro que son muy compinches nuestros, con los que solemos ir de copas.

Un sábado uno de ellos consiguió un reservado en una disco nueva, porque es amigo del dueño.

Mi sobrina estaba muy emocionada, aunque no le gusta mucho bailar.
Pero le gusta salir con sus amantes y exhibirse públicamente haciendo travesuras.

Le compré un vestidito blanco, sin espalda y muy cortito. Unos zapatitos al tono y un plug con strass rojo para esa noche.

Quedamos en encontrarnos en la puerta de la disco.

Como a las 12 le llegó el mensaje de que estaban esperándonos.

Llamó a su amigo taxista (con el que ya ha tenido sexo).

No tardó más de cinco minutos en llegar.

Subimos al asiento trasero.

Ella se veía radiante.

Sonreía nerviosamente y hablaba poco.

Estaba pensativa.

Él le preguntó,

-“Hay fiesta hoy?”

Ella sonrió y se iluminó su carita,

-“Siiiii!!!”

-“Qué vestidito! Llevás algo debajo?”

-“Comprobalo vos mismo!”

Entonces ella se sentó en el medio del asiento, y separó sus hermosas piernas.

Él metió la mano debajo de su falda, acarició la suavidad de su piel, recorriendo el camino hacia la gloria.

Y comprobó que efectivamente, no había nada más que su hermoso pubis depilado.

Y verificó además, que su conchita estaba húmeda.

-“Uhhhhh! Va a ser una noche a puro fuego!”

-“Siiiii! Eso espero”, dijo ella y volvió a quedarse callada y pensativa.

Llegamos a la disco.

Apenas se detuvo el auto abrió la puerta y bajó.

Yo me quedé pagando, mientras el taxista miraba su precioso culo y su espalda.

Ni vió cuánto dinero le di, estaba hipnotizado mirándola caminar meneando su cola.

Sus amigos estaban junto a un auto.

Mi zorrita los abrazó y los besó en la boca a cada uno.

Ellos le acariciaban la cola y la espalda.

El último estaba semi sentado sobre el capó del auto, con las piernas separadas.

La puso entre sus piernas, la agarró de la cola y la apretó contra su bulto.

Se besaron por un rato largo, con mucha pasión.

Uno dijo, “Entremos!”.

Ella vino hacia mí, me tomó de la mano, y caminamos detrás de ellos, hacia la entrada.

Nos dejaron pasar primero, aunque había varias personas haciendo cola.

Adentro estaba oscuro.

Pasamos por un pasillo y se amontonó gente.

Ella se acercó y me dijo en voz baja,

-“alguien me está manoseando la cola desde que entramos”

-“Disfrutalo, mi bebé!”, le dije.

-“Siiiii! Pero tengo miedo que me saque el plug”

-“Dejalo! Que se lo quede de recuerdo de tu cola perfecta!”

Pero no se lo sacó.

Manoseó y pellizcó sus nalgas, nomás.

Ella ni se dio vuelta a ver quién era.

Le gusta que la manoseen extraños.

Entramos, y nos condujeron a un reservado, que tenía unas cortinas rojas.

Adentro había tres sillones grandes dispuestos en “U”, con una mesa baja en el centro.

Sobre ésta una frapera, con hielo y una botella de espumante, y seis copas.

Nos sentamos y uno tomó la muñeca de mi nena y la sentó en su falda.
Metió sus manos debajo de su vestidito y en su escote.

Tocó toda su piel.

Ella lo besaba y podía ver cómo su lengua buscaba la de su amante.

Así fue pasando de la falda de uno a la de otro.

Besos largos, húmedos, muchas lenguas frotándose

Y mucho manoseo.

Cuando vino a mí, abrió sus piernas y se sentó en mi falda de frente a mí, montándome.

Me besó y murmuró,

-“Te amo, tíooooo!”

Uno la tomó de la mano y salieron a la pista.

Iba entre dos de sus amantes.

A mi putita no le gusta bailar.

Así que simplemente la pusieron en medio de ellos, uno delante y otro detrás, y ella movía sus caderas sensualmente, mientras abrazaba y besaba a uno y a otro alternativamente.

Acariciaban sus piernas y levantaban su falda tocando su cola desnuda.

La besaban en su escote, entre las tetas (eso la excita mucho)

Ella nos miró y nos hizo seña de que nos acerquemos.

Hicimos un círculo a su alrededor.

Mi perra alzaba sus brazos, y movía la cola pasándola por nuestras braguetas.

Nos besaba y lamía nuestras bocas con fruición.

Recibía chirlos, pellizcos, chupones en su cuello,en las tetas.

Cerramos el círculo sobre ella, y quedamos todos pegados a su cuerpito.

Le metían dedos en la vagina y la masturbaban.

Empezamos a atraer miradas.

Ella estaba encendida.

Nos indicó que volvamos al reservado.

Servimos unas copas, y bebimos mientras mi nena, parada con la copa en una mano, levantaba su falda con la otra, y nos mostraba su cola perfecta moviéndola sensualmente.

Dejó la copa y se quitó el vestido.

Abrió sus nalgas y mostró su plug, tamaño XL

-“Regalo de mi tío!”,dijo, “Quién me lo saca?! Quiero una verga!”

Recibía nalgadas sonoras que le iban dejando la cola roja.
Queríamos verla arder y pedir desesperada que la cojan.

Ella empezó a desvertirnos y a mamar nuestras pijas.

La acostaron boca abajo sobre las faldas de dos de ellos, y empezaron a nalguearla.

Otro se sentó cerca de su cara y le puso la verga en la boca.

Les sacaron el plug, y empezaron a meter dedos en su ano y en su conchita empapada.

En eso se abrió la cortina, y entró el mozo.

Vió la escena y se quedó paralizado.

Era un jovencito de unos veinte, notablemente novato.

Se ruborizó y no podía dejar de mirarla.

Ella, con el pene en su boca, lo miró de reojo, se rió, puso el pene entre sus dientes y su mejilla y dijo algo, que no se entendió nada.

-“SACATE LA PIJA DE LA BOCA PARA HABLAR!”, le gritaron.

Ella se sacó la verga, rió a carcajadas, y miró al muchacho con su cara de puta,

-“Qué si querés, te quedes y me cojas!”

Todos nos reímos a carcajadas!

El pibe tomó la frapera con la botella vacía, y algo en el interior hizo un ruido metálico.

Metió la mano y sacó el plug de la putita.

Lo miró y se sonrojó aún más.

Lo dejó sobre la mesa y el plug rodó y cayó al piso.

Como si quisiera llamar aún más la atención.

El mozo salió lo más rápido que pudo. Y ella se quedó mirando

-“En serio le decía que se quede! Me encantan los tímidos!”

Eso desató el infierno!

“PUTAAAA! No te alcanzan las pijas que tenés acá, que querés más!”

Recibió nalgadas tan fuertes que le temblaba todo el cuerpito!

La levantaron del cuello, y la arrodillaron en el piso.

Le metieron las vergas en la boca y le sujetaban la cabeza, cogiéndole la boca ferozmente, sujetando sus brazos en alto, para que no se pudiera soltar.

Ella cuando podía, lamía y mamaba las bolas.

La baba caía sobre sus tetas, estaba agitada, muy caliente, roja y con los labios inflamados.
Uno se acostó en un sillón y la montaron sobre su verga.
Su vagina se abrió y se tragó toda la verga como succionándola.

Ahí nomás recibió otra verga en el culo y otra en la boca.

Estaba desenfrenada! Toda la calentura de tanto manoseo y lo que se había imaginado en los días previos, se desató en ese momento!

Mamaba como queriendo devorarse las vergas, se movía violentamente buscando que las penetraciones fuesen profundas, intensas!

Iban pasando vergas por su cola y su boca. Y ella gritó

-“QUIERO DOS VERGAS EN MI COLAAAA!”

Se puso abajo otro, y ella lo montó y metió su verga en su culo que ya estaba dilatado.

La verga gorda entró fácil, y otro se puso detrás,y le metió también la verga en su ano que se abrió increíblemente, como una boca, tragándose las dos vergas profundamente!

Gritó de placer y dolor, y empezó a moverse cogiendo las pijas con su cola!

Mamaba de a dos vergas y masturbaba otra.

En un momento me miró a los ojos, mientras mamaba mi verga,

-“Me están rompiendo la cola, tío!”
“Están violando a tu nena puta!”

Le dí una bofetada,

-”Puta!!! Te merecés que te rompan ese culo de perra sucia!!!”

Eso la calentó más!

Empezó a moverse descontrolada y tuvo un orgasmo intenso. Gritaba y gemía.

El que estaba abajo le mamaba y mordisqueaba los pezones.

Su squirt empapó al de abajo mientras su cuerpito temblaba entero.

El que estaba parado en su cola, eyaculo profundo.

Le agarraron la cara y le metieron otra verga en la boca y le eyacularon adentro.

La leche salía de su boca y caía mezclada con su baba.

El de abajo salió, y la pusieron boca arriba.

Estaba aún temblando por el orgasmo.

La empalaron de nuevo.

Dos vergas en su ano dilatado y chorreante.

Le pellizcaban los pezones.
Le escupían la cara.

Le metían vergas en la boca, hasta la garganta y le sujetaban la cabeza, sin dejarla respirar.

Se volvió a calentar y a pedir que le den duro!

Gritaba y le tapaban la boca hasta asfixiarla.

Uno se masturbó y le acabó en las tetas.

Otra vez recibió semen en su cola y en su boca.

Quedó cogiendo con el que estaba abajo.

La dio vuelta y la acostó boca abajo.

Se le subió y le cogió la cola brutalmente.

Cada vez que la verga entraba saltaba la leche que tenía adentro.

Le dio hasta que acabó y ella tuvo otro orgasmo, que hizo que sus piernas tiemblen convulsivamente.

Él se salió y ella quedó ahí acostada, medio inconsciente.

Al rato, medio se incorporó y me dijo, “necesito ir al baño”.

La ayudé a ponerse el vestidito, y la acompañé hasta la puerta del baño.

Cuando salió, y me dijo

-“Estoy hecha un desastre!”
“Tengo una cara de puta relajada, que hasta a mí me da vergüenza!”

La abracé y la besé.

Volvimos al reservado.

Pasábamos entre la gente y la miraban.

Olía a verga, a sexo.

Su piel brillaba por el sudor, la leche y la saliva de sus amantes.

Entramos y la desnudaron sin dejarla ni sentarse.

La hicieron apoyarse con las manos contra el respaldo del sillón y empezaron a darle nalgadas fuertes!

Era como una tortura.

Sólo nalgadas!
Muchas manos nalgueándola, sin piedad!

“PUTA!” le gritaban, “PERRA!”

y le daban chirlos que la hacían saltar.

Sus nalgas estaban inyectadas en sangre.

Uno le abrió las nalgas y le metió 4 dedos, masturbando su ano salvajemente.

Luego la penetró y le daba empellones tan fuertes que sus piecitos apenas rozaban el piso.
Los otros hicieron fila y de a uno la cojieron por la cola y la concha.

Luego la agarraron de los pelos y con violencia, la tiraron al piso.

La rodearon y le pusieron las pijas en la cara.

Le pegaban con sus vergas en las mejillas, en la frente, en la boca.

Entonces ella pidió que llenaran una copa con semen.

Que quería tomar mucha leche de una copa.

Le dieron la copa y ella mamaba los penes y los masturbaba hasta hacerlos acabar dentro.

Luego los lamía, limpiando las gotas que quedaban en la punta.

Cuando todos acabamos, se puso de pie, nos mostró la copa llena, sonriendo, y se tomó todo el semen de un trago.

Pasó su lengua, y los dedos por el interior de la copa y se los lamió.

“Qué puta soooos!”, le decían.

Ella reía.

Se sentía orgullosa de ser tan puta.

Me encanta ir a la disco con mi nena y sus amantes.

1 comentario - En la disco con mi sobrina

sumiso_ +1
Estaría orgulloso!