Cielo River-os mis aventuras sexuales con viejos 9

Cielo River-os mis aventuras sexuales con viejos 9

Ella entre su tremenda excitación veía el rostro de don Pedro transformado a como lo habíavisto la primera vez esa misma noche, tenia cambiado  el rostro en unasiniestra mueca de lujuria, los ojos rojos por el  deseo, las venas de sussienes se habían hecho visibles por la excitación, de la boca caía un hilo deasquerosa baba que se perdía entre la maraña de esa tupida barba , todo estosumado a lo arrugado de su piel, a lo anti higiénico , sucio  y sudado desu aspecto , si la nena no hubiese estado tan excitada por el viejo seguramentese hubiese desmayado de ver este adefesio de la naturaleza
Ella tenía losparpados de sus ojos semi cerrados por la excitación, el horrible viejo bajo lavista, y se recreaba mirando los redondos senos desnudos de la nena,perfectamente formados, turgentes, que se alzaban majestuosos moviéndose agitadamente conel ritmo de su respiración; sus hinchados pezones estaban rodeados por una ricaaureola de carne; la vista de esos tremendos melones era soberbia.
El viejo no pudoevitar tomarse unos instantes contemplando la visión de esta diosa, con esostersos melones de carne que se erguían majestuosos y que subían y bajaban alritmo de la agitada respiración y cubiertos de un ligero sudor que los hacebrillar, los ojos del degenerado se le salían contemplando esos tremendosmelones.
Cielo Riveros tenía suhermoso rostro expectante por el siguiente paso que daría el viejo degenerado,a la vez que se ruborizó al ser consciente de que estaba totalmente desnudada dela cintura para arriba y ante la libidinosa mirada de un calientevejete.
Entonces el vejetedijo.             
–-Mamasota estás muybuena de verdad, qué par de tetas grandes y divinas, verás que culeada te voy aechar, vas a ver las estrellas, bomboncito
Entonces el vejetevolvió su atención a los carnosos y húmedos labios de la chiquilla, quedandocautivado y recordando que no los había probado aún, es más, nunca habíaprobado los labios de una jovencita tan hermosa y se lleno de ansias de poseeresos tentadores labios.
Ella estaba expectantesentía una rara mezcla de miedo, ansiedad y real excitación
Ella se dio cuenta desus intenciones al verlo venir sobre su carnosa boca, el horrible rostroarrugado y barbón del vejete y totalmente dócil y entregada se dispuso arecibir esa apestosa boca sin dientes en sus finos y delicados labios.
Cielo Riveros abrió suboca dispuesta a que el viejo gozara sus labios.
Al mismo tiempo elviejo la estrechaba por la cintura atraiéndola hacia sí, haciéndole sentir sinmiramientos el duro bulto que tenía formado en la entrepierna.
–-Aaaahhhhhhh mamazota…,y le dio un beso espantosamente asqueroso; fundiéndose los dos en un fogosobeso, el viejo mancillando esos jugosos y frescos labios de la jovencita,introducía su lengua infestada de alcohol, en esa boca tan fina y delicada,avasallándola ella podía sentir en sus  papilas gustativas los repugnantesácidos y gases de la cerveza y el tabaco que el viejo le pasaba en eseasqueroso aliento putrefacto, ella ya no oponía resistencia alguna y toda mansase dejaba hacer.
La invasora y largalengua del vejete le exploraba hasta la garganta y ella respondía a eseasqueroso beso con verdadera pasión, sentía como esa lengua apestosa se movíacon agilidad y destreza en su boca y ella quería sentirla recorriendo todo suescultural cuerpo; ese viejo fácilmente podría ser su abuelo, pero que en esosmomentos sólo deseaba que fuera su macho, ella suspiraba disfrutando como laabusaba el viejo y lo abrazaba por los hombros derritiéndose como mantequillapor el caliente beso.
El vejete disfrutabaesa deliciosa boca de donde emanaba un aliento calido, limpio y muy rico, sulengua le recorría todos sus perfectos dientes explorándoselos, ella sentía queesa tupida barba le puyaba los labios, pero eso no le importaba, lo que queríaera saciar ese fuego que la estaba consumiendo en su cuerpo y no le importabaque fuera con ese repugnante viejo.
Cielo Riveros en lugarde rechazar al asqueroso vejete alzo sus manos desde los hombros del viejo einstintivamente las dirigió a la parte posterior de la cabeza del viejo,introduciendo sus dedos en la maraña de canosos cabellos empezándole a dar unsuave y delicioso masaje con las yemas de los dedos  para deleite delviejo, lo que confirmaba que ella sí estaba disfrutando el momento sexual.
Sus bocas parecían unasola las lenguas se fundieron en una sola, sus flujos salivales semezclaban...segregando aún más y era tal la cantidad que estaescurría como hilillos por entre las comisuras de las dos cavidades bucales
El viejo la besabaapasionadamente con su lengua enredada en la de ella intercambiando sus flujossalivales... y ella gimiendo...exhalando suspiros cargados de erotismo...dedeseo carnal! , y el enardecido por el placer que le daba esa deliciosachiquilla, a la par que sus manos bajaron a las juveniles nalgotas de la nenae, introduciéndose bajo la mini, las acariciaba y las estrujaba; podía sentirclaramente como esas nalgotas se contraían rítmicamente por el movimiento depelvis de la chica hacia delante y hacia atrás como si estuviera cogiendo.
Gozaba el esculturaltrasero de la colegiala que estaba totalmente entregada, las arrugadas manosrecorrían las tersas y muy suaves piernotas y el culo de la excitada chiquilla,quien mansamente se dejaba manosear; la verga del viejo estaba apunto deestallar y palpitaba deseando penetrar ese culazo de infarto.
El viejo le jaló laminifalda hacia abajo con la colaboración de ella que alzaba las piernas paraque la mini saliera sin dificultad, despojándola y quedando la nena solamenteen su sexy bikini y sus botas a la rodilla; dejando a la vista de cualquieraque pasara sus bragas negras cubríendo la redondez de sus nalgas, mismas quemordían parte de la tela, y la hermosura de sus bien torneadas piernas.
El viejo continúoacariciando y estrujando aquellas redondas y hermosas nalgas carnudas depiel suave.
–- Vaya culo que tienesputa, te voy a meter la verga zorra, le decía a la par que la dedeaba en suagujero posterior metiéndole el dedo pulgar una y otra vez y luego dosdedos los introducía y los movía en círculos tratando de dilatar su cerradoano.
Cielo Riveros cerrabalos ojos, abandonándose a todo lo que el degenerado viejo le quisiera hacer,era presa de sus deseos y de su fogoso cuerpo estaba tan sensible a todo esemagreo que una sola mano en cualquier parte de su cuerpo del vejete, le bastabapara hacerla temblar de deseo.
De pronto el viejodejando de besarla dirigió su ansiosa boca al desprotegido cuello de ella queseguía aferrada a la cabeza del vejete dándole un dulce y suave masaje a laparte posterior de su cabeza.
Cielo Riveros alsentir hacia donde se dirigía sintió que casi se desmayaba imaginándose ya elplacer que le daría esa barbona boca cuando le mamara sus desnudos senos,sentía que su corazón iba a doscientos por hora.
El viejo subiendo lasmanos las dirigió a los redondos senos de la nena a la par que le besaba y lesuccionaba el cuello, le comenzó a masajear las tetas estrujándolas, sintiendoel viejo el pezón durísimo al tacto con sus dedos, ella sé estremeció al sentirla atrevida caricia y suspiraba muy agitada.
Por momentos elcaliente vejete muerde suavemente el cuello de la chica haciéndolasobresaltarse y ella hundía mas sus dedos en los canosos cabellos del vejete,atrayéndolo hacia su corazón que el viejo noto que le latía fuertemente.
Don Pedro se regodeabacon los pechos de la chica los apretaba, masajeaba, estrujaba a su gusto ycomo el quería los duros senos de la colegiala alternando los estrujamientoscon masajes a los dos hinchadísimos pezones de la chiquilla a sabiendas ellleno de mañas viejo lo sensible que son las mujeres en esa parte de sucuerpo los frotaba tan hábilmente que ella se arqueo un poco, producto delplacer que le daba ese viejo.
  Las succiones asu fino cuello y los masajes a sus sensibles pezones la estaban matando deplacer, el asqueroso viejo había logrado despertar su fogoso temperamento.
–-aahhhhhhhhhhhhhh…ahiiiiii…siiiiii…uffff……. uffff …aahhhhhhh.
La boca del viejodejaba escapar su ardiente aliento sobre su cuello, su boca que le chupeteabael cuello era como brazas de fuego.
Entonces el viejo bajómás su arrugada cara dirigiéndola a los desprotegidos pechos de la chiquilla y,sin dejar de estrujarlos, abrió ampliamente su barbuda boca y atrapó el pezónen conjunto con la aureola, empezándole a dar una gran succión con esa boca sindientes; ella sentía el calor atroz que emanaba de esa boca y cómo la lengua sedeslizaba hábilmente sobre la inmensa sensibilidad de su pezón.
La deliciosa jovencita sintióclaramente como un intenso y tremendo cosquilleo nacía en su panochita y empezóa subir por todo su cuerpo, expandiéndose rápidamente; sentía que la sangre lerecomenzaba a hervir y arqueando la espalda al máximo, gemía llena deestremecedoras sensaciones que le daba la mamadota del viejo en sus senos.
Cielo Riveros –-Mmmmm,,aaahhhhh, aaahhh... diosss, diossss, dioosssss, qué ricoooo sesienteeeeee!!.
El viejo se daba elbanquete de su vida con los juveniles senos de la chiquilla, mamaba muyhambriento los muy sensibles pechos de la jovencita y repegaba su empalmadomiembro en la entrepierna de la nena.
–- Hmmmmm qué deliciade chichotas tienes condenada escuincla.
Cielo Riveros estabaen éxtasis, casi sin poder emitir palabras coherentes, por la excitación, todolo que salía de su boca eran deliciosos gemidos que eran agradables al oido delabusador vejete.
–-Oohhhhhhhhhhhhhh…oohhhhhhhhhhhhhhhh….qué riiiiiccooooooo!!!; intensosescalofríos recorrían la suave piel de la nena, una y otra vez el vejete mamabadesesperadamente los pezones mientras ella se retorcía de placer y se aferrabaa la cabeza del viejo, apretándola contra su pechos
La nena casidesfallecía por las sensaciones tan intensas que la empezaban a enloquecer, esaboca sin dientes en sus pezones la mataba de placer, el sentir como leatrapaba esa chimuela boca con sólo sus encías su pezón y junto con la rasposalengua, le daba un placer nuca antes experimentado.
Cielo Riveros explotabaen fuertes gemidos de placer, no podía controlarse, todo era demasiado para lachica; intensos escalofríos recorrían la suave piel, el viejo, fuera de sí,también le mamaba golosamente los senos, los mordía, los estrujaba, ante lacomplacencia de ella que tenía su cabeza echada hacia atrás y la espaldaarqueada al máximo, totalmente entregada.
  Cielo Riveros –-Aahhh…ahhh…dooon…Peeeedrooo… asíii…asíiiiiii…uyyyyyyy, con el semblantetotalmente descompuesto por la excitación.
El viejo sumergía suasquerosa cara entre los mamables pechos de la jovencita embarrándosela con supropia saliva y el sudor de ella que yacía en toda la superficie de esos dosincomparables globos de carne.
El viejo ya muycaliente con los gemidos de la jovencita mamaba con mucho sadismo los senos dela nena, haciéndola gemir cada vez más fuerte y estremeciéndola toda.
Cielo Riveros Ohhhhhhhh…diossssssss…..paaapiiii…..Eldesquiciante cosquilleo que le recorría la panocha la enloquecía haciéndolaperder toda ecuanimidad; a estas alturas su virginal panochita palpitabafuertemente como si el corazón se le hubiera estacionado allá abajo.
El viejo no dejaba dechuparle y llenarle de saliva los pechos y le decía.
  –-¿te gustaputa?..Ahora vas a sentir lo que es culear, te voy a meter la verga.
– Cielo Riveros -Sssiii.sssii...ssiii....-gemía, indefensa, la chiquilla.
Mamaba sin tregua esasincreíbles tetas como un niño hambriento, matándola de placer a la colegialahaciendo que le brotaran lágrimas abundantemente de sus bellos ojosverdes por tanto placer que le daba ese horrible viejo, ella sentía que pormomentos le flaqueaban sus potentes piernas por el implacable ataque delviejo a su tan deseado cuerpo
A continuación elvejete la recargó en la pesada meza de madera y dándole la vuelta la dejo a espaldas de el y tomó el bikini de la chiquilla y, agarrando el elástico, lentamentecomenzó a bajarlo sin recibir ningún tipo de resistencia, dejándolacompletamente desnuda, sólo conservaba la chiquilla sus botas como únicavestimenta.
Cielo Riveros era comoun títere en manos del lujurioso viejo quien podía hacer con ella lo que lediera su regalada gana; el viejo veía las redondas nalgotas de la jovencita queestaba a punto de culear y se relamía los labios al saber que le esperaba uninmenso placer.
Así detrás de ella elviejo la empujo suavemente sobre la meza, dejando a la jovencita de la cinturapara arriba sobre la superficie de la misma con sus redondas tetas aplastadaspor su mismo peso de ella, quedando la muchacha en forma de una L.
La vista eraimpresionante de esas rotundas y majestuosas nalgas redondas alzadas,pecaminosamente desafiantes y en la plenitud de sus 18 años, el viejo no podíaabstraerse de mirar ese carnoso y erguido par de nalgotas que, con las piernascompletamente derechas sin flexionar, engrandecían más ese gran culo.
 El viejo concara de sádico agarro su tieso miembro de respetables dimensiones, como de unos20 centímetros de larga, gruesa en su circunferencia, llena de venaspalpitantes y la empeso a tallar contra esas nalgas de concurso.
 

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