Mi sobrina y su mejor amiga 3

   Mi sobrina y su mejor amiga 3


Aclaración: El relato no es mío, pero me encanto y me pareció muy buena la historia.

 
Esta vez mi sobrina me pide ayuda para chantajear y someter a Jenny, una pija de su clase, que veía como mi sobrina ganaba popularidad en el instituto al rechazar a los tíos, y tener un trato más “cariñoso” con Olivia, su mejor amiga. Y algo hace mal mi sobrina, que la tengo que castigar.
   Recibí un video de Verónica, mi sobrina, en él se veía a Sonia comiéndole el coñito y sobándole sus tetazas, en los baños del instituto. Yo estaba en Madrid, por unas maniobras y ese era su juego para fastidiarme, mandarme videos montándoselo juntas. Mi polla salto protestando, y aun me quedaban tres días.
La última noche, me mando un video, en el que se veía a una chica rubia chupándosela a un tío de unos cuarenta, en un coche. El tío la tenía agarrada de los pelos y le follaba la boca sin piedad. Se corrió rápido y la chica mirando alrededor salió del coche recogiendo un folio que le entregaba el tío.
- ¿Qué es esto? ¿Quién es? - le pregunte a mi sobrina.
-Es la puta de Jenny, la pija de mi clase. Me jode cada vez que puede, pero la hemos pillado sin querer cerca de tu casa, con el profe de química, seguro que así aprueba los exámenes o los consigue para hacer negocio, y ahora la vamos a joder.
- ¿Y porque no le das un puñetazo cuando te jode? - le pregunte.
-Porque me expulsarían, y me jode siempre a mis espaldas inventándose cosas, y malmetiendo. Esta celosa de que paso de los chicos del insti, y de que me lleve tan bien con Sonia - me conto.
- ¿Y qué quieres que haga yo cariño? - le pregunte, temiendo la mente loca de mi sobrina.
-La quiero joder bien, y he pensado que me puedes ayudar. - me respondió.
- Miedo me das- le dije
Seguimos hablando y me conto su plan. La quería chantajear, ayudada por mí y grabarla mientras la sometíamos. Me parecía descabellado, y le dije que ya veríamos al volver a Barcelona.
Al salir del avión las vi a las dos con un cartel que ponía "TiTO” con corazones y colorines. Iban preciosas con sendos vestidos estampados de falda corta, sin sujetadores y con braguitas de medio tanga. Me vieron y se me echaron las dos encima besándome contentas.
- ¡Jajaja que locas estáis!- les dije.
Me cogieron el macuto y la mochila y fuimos a coger un taxi.
El taxista mientras conducía no perdía vista de las dos gacelas sobándome y besándome todo el camino. Tubo que acabar empalmado el pobre. Y yo salí del coche empalmado, tapándome como podía.
- ¿Dejo las cosas y vamos a comer no? -les pregunte.
-Yo me tengo que ir, que me espera mi madre para ir a casa de mi tía- me dijo Sonia apenada.
-Pero dormimos aquí hoy las dos- añadió mirándome picarona.
-Espera que te llevamos y así muevo el coche- le dije yendo hacia el parking.
- ¡Vale! Mejor, que así me van a violar de camino- me dijo mirándose, y reímos todos.
-Me encanta como vais, ya no parecéis niñatas de barrio joder- les dije admirándolas.
Se cogieron de la mano y se giraron la una a la otra mostrándose. Mi polla ya refunfuñaba, pero contenta. Algún que otro vejete y no tan vejete también las admiraron. Que vicio tienen las dos gacelas, pensé.
Metí los bártulos en el maletero y tras un par de intentos arranco furioso mi “Land cruiser del 92”. Las chicas lo celebraron y mi sobrina puso música mientras subíamos la rampa. Me miraba con cariño y acariciando mi pierna, me dijo:
-Estas más cañón, digo más moreno.
Rieron las dos.
-Gracias bombón, vosotras cada vez más macizas, y se os ve muy relajadas- le conteste.
- ¡Jajaja! Claro, ¿Qué no te gustaron los videos? - me pregunto Sonia picarona.
- ¿Fue idea tuya? -le pregunte sorprendido.
Y asintió con cara de vicio.
-Mira la canija como se espabila- les dije, provocando nuevas risas.
Lleguemos al portal de Sonia, y mirando alrededor, me dio un largo beso y me dijo:
-Bienvenido, a la noche nos vemos. Y tú, puta, no me lo dejes muy seco- le dijo a mi sobrina.
Reímos y salimos de vuelta a casa.
- ¿Vamos a comer por ahí, o tienes algo que hacer?
-Si, pero puedes venir a casa a comer y cojo la muda para esta noche.
Mi sobrina no sabía que su madre iba loca porque me la follara, pero igual me serviría para vaciarme los huevos y así disfrutar mejor de ella.
-Espera un momento. Creo que me falta algo tuyo – le dije al recordarlo.
- ¡Joder! – exclamo entre dientes, buscando en su bolsa. Saco una pequeña cartilla del instituto y me la dio con la cabeza gacha.
La abrí mirándola seriamente y vi sus notas del trimestre, y supe porque Olivia había desaparecido. Eran buenas notas, casi todo notables y sobresalientes, pero en dos asignaturas había dos aprobados. Y nuestro trato era no menos de notable.
-Parece que el culito de Sonia te ha despistado -le dije enfadado.
-Que no tito, que han sido exámenes más difíciles, y alguno por sorpresa. -se excusó.
-Por eso hay que estudiar, para estar preparado- le dije en tono despectivo.
Ella no contesto, sabía que sería peor, y que no tenía excusa.
- ¡Joder! Menudo recibimiento – dije en voz alta, para mí mismo.
Enseguida supe cuál sería su castigo, y seguro que no se lo esperaba.
Lleguemos en silencio a su casa y se fue a su habitación. Había incumplido nuestro trato, y no sabía cómo lo pagaría.
-Hola Pender ¿Cómo estás? ¿Cansado no? Tomate algo, sírvete lo que quieras- me dijo mi cuñada dándome dos besos muy efusivos.
- ¿Qué le pasa a la niña que ni saluda? -me pregunto.
-Malas notas -le dije secamente.
-Pero si lo aprobó todo- me dijo extrañada.
-Un bien, no es aprobar, es dejadez y después se acaba suspendiendo. - le conteste serio.
Mi cuñada se quedó viuda muy joven, y con mi sobrina con ocho años, y siempre me ha tenido como sustituto de su padre. Sabía que le exigía mucho siempre, pero últimamente veía que había mejorado mucho con las notas, y ahora sabía que era por mí, que de alguna manera había logrado que estudiara más. Así que antes de decir nada más cambio de tema.
- ¿Te quedas a comer? Hay comida de sobras -me pregunto.
-Vale- le conteste con una sonrisa.
Sali a la cocina y me serví el resto de café que quedaba de la mañana y me encendí un cigarro. Mi cuñada fue a hablar con Verónica y esboce una sonrisa pensando en el castigo que le tenía preparado. Pero no podía hacerlo si no veía a mi cuñada “dispuesta a ayudarme” sin saberlo.
-Nada, que esta cabreada, que va a estudiar, y que no va, ni a comer- me dijo mi cuñada entrando en la cocina.
Yo no dije nada, no iba a discutir, me acabé el cigarro y me puse a fregar los cacharros grandes de la pica. Mi cuñada me miraba de reojo y al poco tiempo me dijo:
-Estas más moreno tío, que envidia.
-Bueno, no te gustaría coger este moreno como lo he cogido yo- conteste, y reímos los dos.
- ¡Jajaja! No, no, para nada- dijo ella.
Acabe, me sequé las manos y fui a hablar con Verónica. La encontré en el escritorio con un libro tomando apuntes, muy aplicada. Me puse detrás y estuve un rato observándola. Estaba cabreada, y respiraba furiosa haciendo subir y bajar sus grandes pechos, libres sin sujetador, haciendo dos rayas en la camiseta con sus pezones.
-Espérate 15 minutos y ven a comer- le ordene.
-Si, amo- me contesto sumisa.
Ya estaba más cabreada por no saber su castigo, que por estarlo.
Comíamos ya melón de postre, mi cuñada y yo, cuando apareció su hija y fue a la cocina a servirse un plato. Paso como un fantasma sin decirnos nada. Mi cuñada me miro y me dio las gracias en voz baja.
Volvió con el plato y se sentó muy cerca de mí. Quería pegar su pierna con la mía, y yo lo sabía. Cuando la note, me levante y recogí los platos preguntando a mi cuñada:
- ¿Quieres el café ya, o más tarde?
-En un rato, gracias Pender -me contesto.
Y me fui a la cocina dejándola con su búsqueda de mi calor. Hice café y me fumé mi cigarro mientras madre e hija discutían susurrando.
Verónica se fue a su habitación a seguir hincando codos y su madre trajo lo que quedaba en la mesa a la cocina. Trasteaba con los cacharros y puso el lavavajillas, con posturas, lo más sexy que pudo, no había estado nunca buena, pero se sabía del montón, y después del repaso que le di la última vez, tenía esperanzas de que la empotrara. Yo la miraba y mi polla me confirmaba que no me ponía, pero me hacía falta para castigar a mi sobrina. Cerro el lavavajillas resoplando, se apoyó en él y se encendió un cigarro mirándome.
-Si te quieres echar un rato, ve a mi cama. He puesto sabanas limpias- me dijo desesperada.
-No, si he dormido en el avión, no estoy cansado. Y tengo un porrón de trabajo pendiente. Pero gracias. -le conteste sonriéndole.
-Como quieras. Yo iré a hacer la compra y unos recados. - me explico.
Cogí mi móvil y le escribí a Verónica. Le ordene que se acercara a la cocina en 20 minutos, sin hacer ruido. Levante la vista y le dije a mi cuñada:
- ¿Y tú estrés cómo va?
Se quedo en blanco unos segundos al no entender mi pregunta, y reacciono.
- ¡A vale, ese estrés! ¡jajaja! No lo pillaba- me dijo riendo.
-Pues igual. No tengo tiempo, ni oportunidades. Bueno, un padre del insti, parece que me miraba, pero no se lanzó, y hay quedo todo- me explico algo nerviosa.
-Igual hay videos para aprender a zorrear en YouTube- le dije de coña.
-Ya he mirado, pero son cosas básicas- me contesto dejándome a cuadros.
-Pues explota tus atributos. Enseña más la mercancía- le dije.
Se agarro sus pequeños pechos, los levanto y me dijo:
-Es que no hay mucho que enseñar.
-Pues sin sujetador- le dije.
-Osti, no sé, ¿ya no tengo edad no? - me pregunto.
-A ver quítatelo- le dije.
Sin pensárselo dos veces, se quitó la camiseta, y se sacó el sujetador. Me miro sonriendo, y se puso la camiseta. Eran dos Naranjas grandes, algo caídas. Pero estaban bien.
Se arreglo la camiseta y me pregunto:
- ¿Qué tal? Lo que igual con fresco, va a ser un espectáculo. - me dijo riendo.
-Muévelas un poco a ver que tal- le dije con mi polla también expectante.
Se movió y sus tetas se mecieron libres bajo la camiseta. Ya se le notaban más los pezones erectos. Me cogí el rabo con descaro y lo acomodé diciéndole:
-Mucho mejor tía, ya verás lo que tardan en entrarte.
Ya veo, ya. Parece que a tu amiguito también le gusta lo que ves- me contesto riendo y acercándose. Se volvió a mover para mecer sus tetas y girándose, enseñando su culo, me dijo:
- ¿Así que os gustan libres?
-Antes era como de guarrillas, pero hoy día es, hasta moderno, de feminista loca. -le dije riendo y posando mi mano en su culo apretándole un cachete.
-Y si de vez en cuando las animas, mejor- le dije agarrando un pezón y retorciéndolo con suavidad.
- ¡Mmmh! Oye que no soy de piedra. Como nos vea la niña veras. - me dijo pegándose a mí.
Yo seguía retorciendo sus pezones, ahora con uno en cada mano, y ella pegada a mi sin atreverse a más. Y le dije:
-No sí, me tengo que ir, no tengo mucho tiempo. La niña no te preocupes que va a estar un par de días hincando codos. - le dije sobando ya sus tetas con fuerza.
Al final con el calentón, se decidió y agarro mi cremallera y la bajo buscando mi polla ya morcillona. La saco y abrió los ojos diciendo:
- ¡Madre mía Pender! ¡Que hermosura!
-Venga va, ya que me has puesto así, vacíame las pelotas, que llevo tres semanas sin ordeñarlas. Yo vigilo, por si acaso- le dije.
Esbozo una sonrisa pícara y agachándose, me dijo:
-Claro cuñadito, yo te ordeño cuando quieras. Sera que no lo sabes ya cabrón.
Y se metió lo que pudo en la boca, que note ardiendo por el calentón que tenía la pobre, me la empezó a mamar con ganas. Me puse cómodo, me encendí otro cigarro y bebi un sorbo de café, mientras mi cuñada ya a dos manos me la mamaba con saña. Aun recordaba cómo se hacía y estaba gozando.
- ¡Mmmh! ¡Muy bien cuñadita! ¡Oooj! ¡Así, sigue, sigue! ¡Mmmh! -le dije.
Mi sobrina fue lista, y se colocó donde solo veía a su madre de rodillas muy aplicada con mi polla y los ojos cerrados. Pero yo la veía por el reflejo del marco de un cuadro. No podía creer lo que veía, nos tenía como dos hermanos o algo así. Jamás hubiera pensado que nos pudiéramos enrollar. Estaba furiosa y se prometió a sí misma sacar mejores notas, con tal de tenerme contento y disfrutar de la polla que tenía ahora su madre en la boca.
Después de un rato, y la falta de práctica, mi cuñada ya la chupaba menos y me pajeaba más por su boca cansada. La cogí por los sobacos, la hice levantar y le subí la camiseta chupando una teta mientras le desabrochaba el pantalón y se lo bajaba debajo del culo. Ella me agarraba la cabeza agradecida, y me seguía pajeando. Le chupe el otro pecho con fuerza y gimió de placer:
- ¡Mmmh! ¡Joder cuanto tiempo! ¡Mmmh! Sigue, sigue un poco más porfa, ¡Mmmmh! - me pidió.
Le hice caso, y mientras se las comía, le empecé a frotar el chochito empapado. Dio un saltito al notar mi mano, y enseguida abrió un poco las piernas.
- ¡Aaaah! ¡Madre mía que gustazo! ¡Mmmmh! ¡Joder! ¡Mmmmh! ¡Si, así, sigue! ¡Mmmh!
Se arqueo mientras seguía mordiendo sus pezones, metiéndome en la boca casi toda su teta, y pude ver a Verónica. Abrió los ojos al verme, y tenía una expresión de pena y de rabia en su rostro. Le sonreí y giré a su madre, dándole la vuelta, y poniéndole un trapo de cocina en la boca, que mordió enseguida. Le frote la polla un par de veces y empuje en su coño empapado poco a poco haciéndola gritar con el trapo en la boca. Le metí lo que pude y empezó a gritar más. Pare y la empecé a follar.
- ¡Mmh! ¡Mmh! ¡Mmh! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Mmmmh! ¡Mmmmh! - gemía con fuerza.
Le aprete un pezón agarrándola de la cadera y le dije:
- ¡Sssshh! Calla escandalosa.
Me agarro la mano de su pecho y dejo de gemir tan fuerte. Pero mi intención era la contraria, quería hacerla gritar, para joder a su hija. Y como también tenía prisa, aumente el ritmo cada vez más.
- ¡Mmmh! ¡Mmmh! ¡Aaaaaaaj! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! ¡Aaaaj! - gemía otra vez fuerte sin poder evitarlo. Era demasiado para ella después de tanto tiempo. Se empezó a correr empujándome para separarse y cayo de rodillas. Yo seguía a lo mío mirando a Verónica y follandola sin compasión. Empezaba a estar algo roja y sus pezones me apuntaban suplicantes. Miraba mi polla como entraba y salía con rapidez, y a su madre como una muñeca entre mis brazos.
- ¡Ya casi! ¡Aguanta perra que ya casi estoy! ¡Mmmh! ¡Aaaaj! ¡Si, así, aguanta, aguanta! ¡Aaaajj! - le decía a mi pobre cuñada que se agarraba al suelo con los ojos en blanco con el segundo orgasmo ya, y babeando de placer.
- ¡Ahora! ¡Ahora! ¡Ven chupa! ¡Trágatelo Puta! - le dije a mi cuñada sacándole el rabo y girándola a mí.
Reacciono, y sacándose el trapo de cocina de la boca se lanzó a mi polla y la empezó a ordeñar justo a tiempo.
- ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! ¡Así, traga, trágatelo perra! ¡Mmmmh! ¡Qué bien lo haces! ¡Aaaaj! -le decía acompañándola con mi mano en su cabeza.
Chupo y sorbio con ganas, levanto la vista sonriéndome. Le devolví la sonrisa y cuando ya estaba bien seco, cerré del todo la puerta corredera de la cocina, y le dije separándola:
- ¡Me parece que viene!
Le dio el ultimo sorbo a mi polla apenada y se levantó poniéndose bien la ropa. Yo me la guarde en la bragueta, me gire, cogí el café, me encendí un cigarro y entro Verónica justo a tiempo de no pillar a su madre.
Me miro cómplice conteniendo una risa y pregunto:
- ¿A que huele? Huele raro.
Su madre nerviosa le respondió:
-Los vecinos, que estarán cocinando algo raro.
Yo aguantando la risa, ya que creo que su madre pensaba que su hija no sabía que olor tiene el sexo en un sitio cerrado, dije:
-Es verdad, entra por aquí. - refiriéndome a la ventana.
Mi cuñada la pobre empezó a manchar su pantalón de sangre y le hice señas con la mirada.  Se miro y se fue a su cuarto disimulando.
Verónica volvió a cerrar la puerta y acercándose a mi cabizbaja, me dijo:
- ¿Ya he sido castigada, o hay más?
Quería sexo, aunque fuera del duro, pero se iba a aguantar hasta el día antes de su próximo examen. Y le respondí:
- ¿Cuándo tienes algún examen? -le pregunte retirando su pelo de la cara.
-El jueves -me respondió.
-Bueno, son dos días. El miércoles por la noche acabara tu castigo. -le dije.
- ¡¿Joder dos días?! -se quejó tirando de mi pantalón hacia ella.
- ¿Quieres que venga mañana y le folle el culo? Oirás sus gritos asta con los cascos de música -le amenace.
-No amo, no quiero. Acepto mi castigo- me respondió pegando su cabeza a mi pecho.
Con ella si me pongo cachondo en segundos. Y la tenía pegada a mí con sus pechos duros en mi barriga y mi polla empezó a despertar de nuevo. Ella la noto al instante y se empezó a reír.
-Pobre Sonia, jajaja – me dijo riendo y separándose para ver mi polla.
Me reí también y le dije:
-Te mandare video, no sufras.
-Ja, ja, que gracia- me contesto con sorna otra vez tirando de mi pantalón hacia ella, pero con rabia.
-Me voy a ir ya, que esta no entiende de castigos y tengo mucho trabajo.
No la iba a llevar conmigo, era parte del castigo. Pero su madre no sabía nada de eso, y apareció diciendo:
-Niña, ¿ya lo tienes todo? Venga que tu tío tiene trabajo.
Verónica sonriéndome maliciosa le contesto:
-Si mama, ya estoy.
Y salió a buscar sus cosas, moviendo para mí, su culo de vicio, triunfante.
Por el camino no hablemos apenas, y ella todavía intentaba asimilar como la había castigado usando a su madre. Tenía una duda, y sin poder evitarlo, me pregunto:
- ¿Te la habías follado ya antes, o ha sido improvisado?
Sonreí y parando en un semáforo, le miré y le dije:
-Cariño, tu madre ya buscaba que me la follara desde el primer día que nos presentó Noemi.
-Joder, pues nunca lo hubiera pensado, os veía como hermanos. Ha sido asqueroso veros follar.
Y me heche a reír diciéndole:
-Pues tus gemelas aún están contentas desde que nos viste- y le pellizque un pecho.
- ¡Buuf! Calla, que tengo un calentón. Menudo polvazo se ha llevado mi madre la pobre- me dijo apenada.
- ¡jajaja! La pobre últimamente estaba muy descarada. Creo que olía nuestro sexo en tu ropa, o algo de eso, y me estaba acosando cada vez más.
-Joder, pues como se te cuelgue, veras que follón. - pensó mi sobrina en voz alta. Y volví a reír.
Lleguemos a casa, se puso cómoda, con una camiseta y en braguitas, y se puso a estudiar. Yo hice lo mismo y pasemos la tarde hasta que me escribió Sonia para que la fuera a recoger.
-Voy a por Sonia. Pide la cena y descansa un poco. -le dije a mi sobrina besándola al despedirme.
Fui en moto, es más rápido, y me encanta tener unas tetas en mi espalda. Me hizo señas al verme llegar y hay estaba mi canija, con un top ajustado, sin sujetador que no dejaba nada a la imaginación, y unas mallas piratas bien ceñidas.
-Hola bombón, ¿te llevo?
-Hola morenazo, llévame donde quieras- me contesto besándome por el hueco del casco.
Guarde su mochila y saque su casco. Se subió y se pegó bien a mí, sabiendo que me encanta.
- ¿Ya la has castigado? – me pregunto de camino.
-A medias, pero va a tener que mirar o hacerlo contigo hasta el miércoles noche.
- ¡Jajaja! Pobreta, lo va a pasar mal- contesto.
Estábamos llegando y me grito Sonia:
- ¡Para, para! Espera un momento, que ese es el coche del profe de química.
- ¿El de la mamada? - le pregunte.
-Si, síguelo. Seguro que aparca detrás.
Lo seguí, y así fue. Se paro detrás de mi bloque, que es una calle de servicio, bastante oscura.
Nos quedemos tres coches por detrás y esperemos. Sonia había cogido frio y le dije:
-Baja, que te dejo una chaqueta que tengo aquí.
Se bajo y justo paso Jenny con paso firme sin reconocer a Sonia con el casco. Le di la chaqueta, se la puso y me abrazo apoyándome en la moto.
-Vamos a esperar un poco y la vuelvo a grabar- me dijo.
Me senté en la moto y se metió entre mis piernas de pie en el suelo. No nos podíamos quitar los cacos, pero ella me metió las manos heladas bajo la chaqueta y le dije:
- ¡Joder estas helada! Ya sabes, la próxima vez ponte una chaqueta- le dije mientras me acariciaba el cuerpo riendo.
Empezó a jugar con mis pezones duros por el frio de sus manos y yo le sobaba su culito de piedra. Esperemos un rato y me dijo:
-Ahora vengo. - y se dirigió a su coche trasteando el móvil.
Estuvo un rato grabando y volvió a paso ligero. Arranque la moto y subió rápida.
-Este examen le ha salido más caro, se la estaba follando a cuatro patas- me dijo riendo.
-Joder con las chicas del instituto, que peligro tenéis. -exclame.
Reímos los dos y doblando la esquina llegue frente a mi portal y aparquemos. Se bajo y me dio el casco arreglándose el pelo en el espejo tocándome el culo. Entremos al portal y me dijo empujándome contra la pared:
-Follame aquí.
La miré y le dije:
-Se me un sitio mejor, vamos ven.
La llevé al cuarto de la limpieza, se subió el top y me metí una tetita entera en la boca mientras le bajaba las mayas y la braguita buscando su coñito. Ella me saco la polla y la empezó a pajear rápidamente. Cambie de tetita y ya la tenía a tono, y su conejo empapado. Le di un beso mientras la ponía de espaldas, y le busqué la entrada ardiente. Empuje y fue entrando, ella se empezó a follar con ansia diciéndome:
- ¡Aaaaah! ¡tres semanas! ¡Aaaaah! Ya estaba harta de dedos ¡Mmmmh! ¡Que rico! ¡Si, Follame!
Follábamos en la oscuridad del cuartito y gemíamos susurrando y gozando.
- ¡Mmmh! Pues si ¡Mmmh! Yo también echaba de menos este cuerpecito de diosa ¡Aaaaj! ¡Que coñito ardiente! ¡Mmmmh! ¡que gustazo cariño! - le decía.
Rápido llego Olivia al orgasmo, y la deje follarse a su gusto mientras se corría con mis manos sobándole el cuerpo.
- ¡Aaaah! ¡Mmmh! ¡Me corro! ¡Mmmh! ¡Aaaj! ¡Qué ganas tenía joder! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Mmmmh! ¡siiii! ¡Aaaaaj! -me decía aflojando el ritmo.
La agarraba para que no cayera al suelo y le fui sacando la polla. Se puso de pie besándome y le subí las mayas y las braguitas. La alce y me le empecé a lamer sus tetitas de piedra, mientras ella me rodeaba con sus piernas. Lamia y mordía a placer con ella agarrada a mi cuello con la cabeza echada para atrás gozando. Al rato me dijo:
-Vamos para casa que voy a chinchar a Verónica.
Reímos los dos y la solté yéndonos para el ascensor. Entremos y agachándose, me la volvió a sacar y la empezó a chupar sonriéndome. La Chupaba muy rápido y yo gozaba:
- ¡Mmmmh! ¡Joder, siii! ¡Mmmh! ¡Aaaaj! ¡Muy bien, siii! ¡Mmmh! -le decía agradecido.
Paro el ascensor y se tragó casi toda la polla con fuerza, se la saco sonriéndome, volviendo a meterla en el pantalón como podía. Entremos y mi sobrina seguía estudiando. Sonia le dio un beso, le acerco su móvil, y vimos el video. Sonia me frotaba la polla con descaro y yo su culito hasta su coño empapado. Verónica se dio cuenta y resoplo.
-Pobre putita, cada vez le sale más caro el examen- dijo Verónica.
-Hay que pensar como joderla, y como te la vas a follar con toda esa polla dentro, que grite y llore, para hacerle sufrir por puta. - dijo Sonia agarrando mi polla con fuerza.
-Mmmmh, es que yo ahora no estoy para pensar, bueno en meter toda mi polla y hacer gritar si- les dije cachondo perdido, con el culito de piedra de Sonia en mi mano y su coño empapado.
Rieron las dos.
Me empujo a mi asiento y me bajo los pantalones y los calzoncillos. Se quito las mayas y las braguitas con mi polla ya en la boca. Se iba a subir y le di la vuelta levantándola diciéndole:
-Tu si puedes calmar a mi sobrinita, que ya ha visto bastante sexo hoy sin participar.
Mi sobrina me oyó, sonrió picara, se quitó la camiseta y las braguitas mientras Sonia se metía mi polla otra vez por su coñito ya más dilatado. Se acerco a Sonia y esta le echo mano a su conejito mientras se metía lo que podía de una teta en su boca. Cabalgaba mi polla y pajeaba a mi sobrina, que me miraba cachonda perdida. Le metía dos dedos y le frotaba la palma por su coñito empapado gimiendo los tres. Yo aguantaba a Sonia de su culo sobándolo y lamiéndole el cuello, mi sobrina guiaba la cabeza de Sonia de una teta a otra, moviendo sus caderas con ritmo con los dedos ya empapados. Se los saco y se los lamio enseñándole esta vez tres dedos. Mi sobrina con ansias le cogió la mano y se la guio a su coñito. Aumento la cabalgada y le fui bajando el culo poco a poco metiéndole más polla. Ella gemía con dolor, pero seguía a lo suyo. Mi sobrina se follaba sus dedos con rabia y Sonia le mordía las tetas.
La primera fue mi Sobrina, agarro la cabeza de Sonia y la mano en su coño y se empezó a correr agradecida:
- ¡Mmmmh! ¡Aaaah! ¡Como sabes cabrona! ¡mmmmh! ¡Que deditos tienes! ¡Aaaaj! ¡Me corro joder! ¡Aaaaaj! – le decía dando saltitos porque Sonia le movía los dedos dentro de su coñito, y mi sobrina los sacaba y metía a su gusto, corriéndose.
Luego Sonia al ver lo que había conseguido con su amiga, y lo que le entraba ya de polla, ya no aguanto mucho. Botaba en mi polla con su culo cogido por mí, y mi sobrina le pasaba la lengua por sus pezones, mientras le sobaba el clítoris con saña. Se paro agarrada a mis rodillas, y yo seguí follandola sin piedad. Su coñito ya no era tan pequeño, ni tan estrecho, pero ardía como el de una virgen cachonda. Alzo la cabeza y se empezó a correr como una perra:
- ¡Aaaaj! ¡me partes tito! ¡Aaaaj! ¡me corro! ¡Sácamela un poco que me partes tito! ¡Mmmmmh! ¡Joder que gustazo! ¡mmmmh! ¡Si, así está bien! ¡sigue, sigue! ¡Mmmmh! ¡Aaaaj! ¡siiii! - me decía entre espasmos. Hincando sus uñas en mis rodillas.
Me apiade de ella y se la saque un poco, pero ya casi estaba yo también, no sé qué me pasaba, pero verlas montárselo me ponía a mil. Y con Sonia ya bien corrida, besándose con mi sobrina y sobándose las tetas mutuamente, me empecé a correr:
- ¡Joder como me poneis cabronas! ¡Mmmh! ¡Me corro! ¡Aaaaaaj! ¡Mmmmh! ¡Que vicio tenéis! ¡Aaaaj! -les decía viéndolas, montándoselo y riendo.
Sonia gemía al notar mi lefa entrarle hasta el fondo de su chochito y se empezó a mover ella suavemente mientras me corría. Se volvió a meter lo que pudo de polla y se echó encima de mi pecho de espaldas abrazada a mi sobrina. Se giro y me beso metiéndose más polla y me dijo:
-Hasta que no me entre toda no estaré desvirgada.
Y reímos todos.
-Pues mejor por el culo cariño, por aquí te puedes hacer daño- le dije acariciando sus muslos.
Ella se movía despacio y sentía mi polla violándola, le dolía, pero le encantaba la sensación. Me miro y sonriéndome, se la empezó a sacar a regañadientes. Sobaba el culo de mi sobrina y le dio unos azotes diciendo:
-Pues por el culo será, como este, que ya se la traga entera.
Volvimos a reír otra vez.
-Se te están pegando las locuras del tito – le dijo mi sobrina riendo.
-Claro, tanto polvo.
Después de tanta risa y sexo, teníamos sed. Se fueron quitando de encima, y me pude levantar e ir a la cocina a por una cerveza y un cigarro. Me serví, y me quedé sentado en el taburete mientras las oía reír en el baño.


Continuará.


Autor: CacharroLoco 



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