Un fin de semana común y corriente.

Un fin de semana común y corriente.

Normalmente mi esposa y yo usamos los sábados para nuestra diversión y los domingos prácticamente para descansar. Aproximadamente dos sábados al mes damos rienda suelta nuestras fantasías de diferentes maneras en esta ocasión les contaré una de ellas, el dogging.

Lo primero qué hacemos es mandar a nuestra pequeña hija con sus abuelos los papás de mi esposa para que pase el fin de semana con ellos, cabe señalar que mi suegros no saben lo puta que es su hija, solo mis papás son los que están enterados de nuestro modo de vida.

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Una ves que llevamos a nuestra hija con sus abuelos tomamos nuestro auto y nos fuimos a un parque que sabemos que no están concurrido y que prácticamente otras personas también lo usan para lo mismo.
Ya posicionados en el parque mi esposa se dispone a llamar la atención de algún macho por ejemplo se levanta la blusa o se baja los pantalones cuando ve un prospecto y se asegura que no hay nadie más viendo, si el chico se anima se va a acercar a ella y ella va a empezar a platicarle de qué es lo que espera que haga y dónde. Muchas veces lo que ella hace es llevarlo cerca del auto para que ahí se la cojan.
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Otras veces desde el mismo auto comienza a llamarles la atención del mismo modo se ponen cuatro y se levanta la falda o se baja el pantalón dependiendo que traiga puesto ese día y de esa manera llama la atención de algún macho que quiera disfrutar de su culito. Hay otras ocasiones donde ya acordamos el reencuentro con alguien por internet y nos quedamos de ver en un punto específico del parque para que mi esposa y él disfruten.

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Y como ya se han de imaginar mi único trabajo como el buen cornudo que soy es cuidarla y vigilarla de que alguien más se acerque debo de estar vigilándolos pero tampoco sin intervenir ya que muchas de las veces a mi esposa le enoja que los interrumpa por eso guardo mi distancia y me pongo a disfrutar a mi manera. A veces se la cogen de perrito dentro del auto a veces afuera del mismo y otras veces se esconden entre los árboles para poder coger.

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Pero lo que más amo y lo que más me encanta es cuando alguien más se une a la fiesta, muchas de las veces nos hemos quedado hasta altas horas de la noche a veces incluso iniciamos la aventura con un hombre y la terminamos con otro distinto una vez incluso fue un total de cuatro tipos los que se cogieron a mi esposa en un día, mientras uno se la cogía llevó otro y esos dos se fueron cansados y después nos encontramos a un muchacho que también se la quiso coger y mientras ese muchacho se la cogía llegó otro más.

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