paso en la pandemia

Pese a que soy felizmente casada, no puedo dejar de ser caliente y de vez en cuando tengo mis  amantes.
Alan es amigo de mi marido,es bajo 
Algo que le reconozco es que no tiene ningún complejo, lo he visto salir con mujeres más altas que él y él siempre mantiene su chispa, además de que bailaba muy bien.
Alan era un mujeriego, por eso siempre que me hablaba  mi marido llegaba inmediatamente, jajá, creo que temía a que yo cayera con el, pero en ese momento ni por mi cabeza pasaba, pero como dice el dicho jamás hay que decir de esa agua no he de beber porque después nos ahogamos y eso me paso con el.
La pandemia llegó  y nos tuvimos que quedar en casa todo iba de lo más normal hasta que mi marido recibió la llamada de Alan.
 ¿Que pasó? ¿Todo bien?
 ¡¡No!! la familia de Alan se contagió, él es el único que está sano.


 
Alan llegó al día siguiente por la mañana, pese a su gran chispa se notaba cabizbajo y no era para menos, alejarse de su familia y más cuando ellos estaban en problemas de salud, pero fue decisión de todos así que él tenía que cuidarse también.
Los primeros días fueron pesados, yo quería sexo con mi marido, pero el saber que en el cuarto de a lado estaba Alan me cohibía y eso nos ponía de mañas a los dos que incluso discutimos por indiferencias.
Luego decidimos abstenernos y relajarnos total estaríamos encerrados algo de tiempo, solo mi marido salía por comida y en ese tiempo Alan y yo nos dedicamos a hablar  jugar juegos de mesa o ver películas.
Conforme pasaron los días yo comencé a sentirme incómoda con su presencia, ya que cuando salía de bañarme él siempre me topaba y con su fantástica sonrisa me miraba de arriba abajo ya que acostumbro a solo ponerme una toalla.
Cuando estaba aseando la casa, acostumbraba usar un short y una blusa muy delgada que transparentaba todo, eso no era problema hasta que Alan decidió ayudarme, según él, pero sus miradas morbosas me incomodaban mucho.


mi marido se iba a ir por trabajo 
El salió al día siguiente muy temprano, a las 5 am, yo salí a despedirlo y después regresé a mi cuarto a encerrarme y seguir durmiendo hasta las 10 am que me desperté al oír música de los 80 y decidí ver qué pasaba.


Alan había preparado un almuerzo que se notaba delicioso, el muy amable me invitó a sentarme a almorzar, pero yo aun andaba en pijama que no era más que una blusa morada y short de licra morado.


A pesar de que su presencia me incomodaba decidí quedarme y desayunar ese almuerzo que había preparado, la verdad estuvo muy deliciosa tanto que me quedé hablando  con él después de terminar.
 regrese a mi habitación donde me puse a acomodar los pendientes de mi empresa, por un tiempo no escuche nada, Alan talvez veía película o estaba en su habitación, pero de repente sentí curiosidad por saber que hacía, así que sin hacer ruido salí a buscarlo.

Baje a la sala y al comedor, pero no estaba ahí, subí nuevamente y me dirigí a mi habitación cuando oí unos quejidos en el baño, me asome y vaya sorpresa ¡Alan estaba desnudo masturbándose y diciendo mi nombre! Eso no fue todo ya que al mirar bien el ¡tenía en su celular una foto mía donde traía un vestido rojo y el mirándola y diciendo mi nombre 
No supe qué hacer, salí prácticamente corriendo a mi cuarto no podía dejar de pensar en esa escena morbosa, el mejor amigo de mi marido desnudo, masturbándose en mi baño y diciendo mi nombre, no sabía si correr o excitarme.


No quería bajar, la escena regresaba a mi cabeza, pero pensándolo bien no tenía que pasar nada, no seria el primer estúpido que hiciera eso, así que decidí salir, de hecho, me puse el mismo vestido rojo que tenía en esa foto, me deje el cabello suelto,  y baje.
 ¡¡Por dios!! ¡Te ves bien!
 ¡Si, adoro este vestido rojo jajá!
¡Si resalta tus ojos y tu piel, bueno siéntate y cenemos!
Sonreí sarcásticamente, sacó una botella de vino podía ver como me miraba el escote, así que atrevida me agachaba un poco para mostrarle más.
Entre charla y copa la charla  y la noche fue subiendo de tono, el me contaba sus experiencias amorosas y sexuales sin que yo se lo pidiera, pero me gustaba oírle, él trataba de sacarme, pero yo no le decía nada, ¡aunque moría por confesarle que lo vi masturbándose en mi baño!
A: ¿Te gustaría bailar?
C: ¿Aquí? ¡Jajá, no tenemos mucho espacio!


 puso un tango, jamás había bailado tango, pero el supo moverse, eso me prendió un poco, no se si era el alcohol o que pasaba, pero comencé a verlo de diferente manera.



Terminando de bailar sacó otra botella y me sirvió vino, brindamos por mi, por él y por mi marido que estaba trabajando afuera , le sonreía coqueta, él no dejaba de mirarme las piernas, ¡fue entonces que comenzó la charla  caliente!
 ¡Y dime nena, cuántas veces has sido infiel!
 jajá, jamás te diría eso, corro peligro, ¡eres su amigo!
 jajá, no te preocupes, ¡yo se como esta la onda y una diosa como tu no es para un solo hombre!
 ¿Eso es una indirecta?
no sé, ¡me gustaría probarte!
Alan se acercó sonriendo y me comenzó a besar, la verdad besaba muy bien  al mismo tiempo su mano recorría mis muslos hasta mis rodillas, su lengua entraba a mi boca 
comenzó a besarme las piernas, su boca iba de mis pantorrillas a mis muslos, yo estaba atónita, quería empujarlo, pero la excitación me dejaba inmóvil.

¡Me miró fijamente mientras sus manos entraban debajo de mi vestido, con fuerza apretó mis entrepiernas y luego las yemas de sus dedos rozaban mi vagina por encima de mi tanga!


Alan subió mi vestido casi a mi cadera, abrió mis piernas y comenzó a olerme mi vagina, hizo a un lado mi tanga y comenzó a chuparme mis labios vaginales yo no daba crédito a lo que sucedió, la verdad no sabia que hacer, así que cerré mis ojos y me dejé llevar.


Alan era un experto chupando, su lengua se movía dentro de mi vagina  sus dedos acariciaban mi clítoris el cual era succionado por su boca, yo me retorcía, le apretaba la cabeza, la verdad me estaba gustando lo que hacía con mi vagina!


Utilizaba sus dedos y su lengua en una mezcla de placer puro, sabía como chupar y donde lamer perfecto, yo gemía, del placer, no tolere más y me corrí llenándole la cara de mis fluidos los cuales el satisfactoriamente saboreo.


Alan me tumbo en la cama y se desnudo totalmente yo me quite el vestido y el me pidió poder quitarme mi ropa interior, lo cual hizo muy sensual lamiendo todo mi cuerpo
Alan tenía una verga de tamaño normal,  yo se la acaricié con las manos y le di un par de chupadas, pero él me detuvo ya que quería metérmela de inmediato.
Me acosté y abrí mis piernas, él sin condón, la introdujo lentamente, sentí riquísimo, luego empezó con el mete y saca, lo hacía rápido y después fuerte, ¡mientras mordía mis tetas y mi boca!
Que rico me la metía, levanto mis piernas y se las puso en los hombros, esa pose me mojo muchísimo, el besaba mis pies, pantorrillas y tetas, ¡mientras yo le apretaba las nalgas para sentirlo mejor!
Se acostó y yo subí a cabalgarlo, me movía en círculos y me daba de sentones, él me acariciaba los muslos y saboreaba mis pezones, nos besábamos en ciertos instantes y después ambos nos movíamos haciendo rechinar la cama con violencia.



No se si era el alcohol o la falta de sexo o lo bueno que era Alan cogiendo, pero me deje llevar por mis impulsos y solo disfrutaba del momento.


Me movía en círculos, él gozaba mis movimientos, me olvidé por completo de que era casada y él su amigo.


El se vino dentro y yo al mismo tiempo generando un fantástico orgasmo, yo quedé boca abajo en la cama y él de rodillas aventándome sus ultimas gotas en mi espalda.
Que rico sexo, pero esa noche no terminaría ahí, pasando unos minutos me pidió se la chupara y yo accedí a hacerle un rico sexo oral el cual lo tenia retorciéndose como loco, esta de más decir que cogimos toda la noche y todos los días hasta que regreso mi marido.

paso en la pandemia

3 comentarios - paso en la pandemia

leloir2010
Pobre tu marido, como le crecieron los cuernos, vos divirtiendote y él trabajando. No se vieron despues que el volvio. Van puntos
Casadobi2023
Dalee...segui...el marido feliz trabajando....van 10