El viernes cuando llegué a la casa de los tíos Mica ya estaba desde hacía un rato. Venía con la expectativa de que íbamos a hacer, de como los tíos subirían la apuesta este nuevo fin de semana, y también con algo de culpa de haberme cogido a mi hermana, siendo que con Mica habíamos hablado de perder la virginidad juntos. En el camino me fui imaginando como iba a ser el fin de semana, me imaginé garchándola a Mica delante de los tíos, cogiéndome a Celeste mientras Rodri se cogía a Mica, cosas así, más tipo orgía. Cuando llegué me encontré con una sorpresa. Saludé a Mica, que estaba un poco colorada y transpirada. Saludé a los tíos, y de inmediato me revelaron los planes que tenían para la noche.
Estábamos todos en el living cuando Cele dijo “Bueno chicos, hoy el tío y yo vamos a salir a la noche, vamos a volver tarde. Les vamos a dejar nuestra cama. Queremos que cojan ahí”. Micaela me miró sonriendo. Mi corazón dio un salto: esa mismísima noche me iba a coger a Mica. “Quieren?” preguntó Cele. Era obvio con solo mirarnos que sí. “Bueno, abracense, díganse algo!” nos dijo. Me acerqué a Mica y la abracé, un abrazo medio casto. “Abrazala de atrás, apoyala!” dijo Cele riéndose. Hice eso. Sentí el pelito de Mica suave en mi cara, el perfume de su cuello, apoyé mi pija ya parada en su colita mullida. Mica dijo “¿Me vas a culear hoy?” Cele y Rodrigo lo festejaron con una carcajada. “Sí, te voy a culear putita” dije yo, y los tres se rieron. Cele se acercó, me acarró la mejilla y me la pellizcó diciendo “ese es mi sobri”. Y acto seguido le agarró una nalga a Mica (rozandome la pija de paso, que la tenía apoyada por ahí) y me dijo “y me chupás bien esta colita esta noche, estamos? Toda ensalivada”.
Mica y yo sonreímos. Claro que me iba a comer esa cola. “A que hora se van?” pregunté. “Eh, que ansioso” dijo Rodri, “despacio, tenemos tiempo, tenemos todo pensado”. “Sí” dijo Cele. “Ya va a llegar el momento, pero primero los vamos a dejar bien preparados. Los vamos a bañar, perfumar y a poner lindos”. Y ahí nomás se acercó a mi y me sacó la remera. Rodri se acercó a Micaela e hizo lo mismo. Mica levantó los brazos y lo dejó hacer. No tenía corpiño, se quedó en tetitas. Cele miraba abrazándome de atrás, con el mentón levemente apoyado en mi hombro, y sus magníficas tetas en mi espalda. “Eh” me dijo al oído, pero audible para todos, “que tetas tiene Mica, no? Preciosas tetitas.”. “Puedo tocarlas? A las dos les pregunto. Bah, a los tres, al noviecito acá presente también”.
Mica y yo nos seguíamos poniendo colorados como unos tontos cuando nos decían novios. “Te doy permiso, tocá mi amor, no te puedo negar esas tetitas” dijo Cele. Micaela, frunciendo tímida la boca indicó con la cabeza que daba permiso. Rodri me miró a mi. Le dije “sí, pero yo puedo tocárselas a tu novia también, no?”. Mi comentario generó risas. “Sí, obvio” dijo Rodri, “compartimos todo, sobrino” mientras con ambas manos agarraba las tetitas de Mica, cuya cara se transformó en una mueca de placer. “Uy lo que es esto” dijo Rodrigo, y acercó la cara a las tetas de Mica, las olió, les pasó ligeramente la lengua. “Vení, tocá, sobrino”. Yo me acerqué. Mica me miró a los ojos. Me paré frente a ella y quedé un poco paralizado.
“Tocá”, me invitó ella. Se las agarré, una con cada mano. La suavidad y la firmeza de esas tetitas me sobrepasó. En eso Cele me agarró del brazo y me apartó. Se agachó y me empezó a desatar las zapatillas. Me las sacó, también las medias, y después me sacó el pantalón. Me quedé en boxer, con una erección indisimulable delante de todos. “Mirá Mica” dijo Cele, acariciando mi pija erecta todavía cubierta por el boxer. “Vas a saber que hacer con esto? Sí, vos vas a saber”. Mica riéndose dijo que sí, que algunas ideas tenía. En eso Rodri le bajó el pantalón a Mica casi de un tirón, y le sacó las zapatillas y las mediecitas después, con el pantalón ya por los tobillos. Mica tenía puesta una bombacha celeste clarito, y se le notaba claramente la humedad en la zona vaginal. Rodri le terminó de sacar los pantalones, y se quedó arrodillado admirándola.
“Mirá lo que es esto, Diego” me dijo, “que suerte perder la virginidad con esta potrita”. Cele nos miró a los dos y nos dijo “Siguen siendo vírgenes, ¿no?” Fue mi oportunidad para confesar lo que había pasado y sacarme un peso de encima. “Yo no, perdón” dije muy avergonzado. “¿Como no, el finde pasado no dijiste que eras virgen?” me increpó Cele. “Sí, pero el miércoles dejé de ser”, confesé. “¿Con quién” preguntó Mica. “Suena horrible” me atajé, “pero pasaron unas cosas el otro día y cogí con Bianca”. “Nooooo, con tu hermanita, hijo de puta!” dijo Micaela exagerando indignación. “Ah, bueno, estamos descontrolados” dijo Cele. “Contá, hijo de puta” me dijo Micaela riéndose. “Sí, contá” pidió Rodri. Les conté lo que había pasado, que la había encontrado en bombacha, que me estaba por hacer una paja y apareció ella, que le pegué con el cinto, quela cogí.
Los tres se aguantaban la risa, pero me di cuenta de que les parecía más divertido que terrible. Rodri, parado atrás de Micaela, me dijo “entonces por ahí no merecés comerte esto que te estábamos reservando con tanto cuidado, no?” mientras la apoyaba y le pasaba un brazo por delante para agarrarle las tetitas. “No se merece nada” acompañó Mica, inclinándose un poco hacia adelante y apoyándole el culito en la pija a Rodri. Cele se cagaba de risa. “Sí, no sobri?” dijo Rodri bajándose un poco en pantalón y apoyándole la enorme pija todavía adentro del boxer. “Nada de nada se merece este” dijo Micaela bajandose un momento la bombacha y frotando su colita desnuda contra el calzoncillo a Rodri. Me hubiera acercado a oler esa tela de boxer para sentir el olor de esa cola tan deseada. Rodri se rió. Mica me guiñó el ojo.
“Bueno” dijo Cele, “no es para tanto, que diferencia hace que haya entrado cinco segundos en una concha o un culo, la otra vez me metió la pijaen la boca y no dejó de ser virgen por esto. Esta noche va a coger bien, como dios manda, con esta potrita hermosa que tenemos de sobrina. Va a ser otra experiencia completamente”. Rodri dijo “bueno, te la presto, pero después de que pase esta noche de bodas me la vas a tener que prestar a la potrita”, mientras le subía la bombacha. “Ay sí” dijo Micaela gimiendo, ya en papel full putita. “Che, no” dijo Cele, “sacate la bombacha ya, y vamos al baño” dijo Cele, “que los vamos a dejar bien bañaditos para su noche especial”.
Rodri le bajó la bombacha, Mica levantó congracia un pie a la vez para que Rodri terminara de sacársela. Verla completamente desnudita era un sueño, y saber que esa noche iba a ser mía, pero mía de verdad, para cogérmela toda la noche y como quisiera, me paró la pija al máximo. “A este también sacale la ropa, todo, Rodri” dijo Cele. “Pensé que me la ibas a sacar vos, tía” reclamé. “No, basta de que todo tenga que ser nenes con nenas sí o sí, acostumbrate a que tu tío también te va a tocar y vos lo vas a tocar a él, si cogemos los cuatro”. Mientras Cele instalaba en mi cabeza esa mención explicita a que nos íbamos a enfiestar los cuatro (que ya lo imaginaba, pero no lo habíamos puesto en palabras de manera tan directa) Rodri me bajaba el boxer de un tirón, dejando mi pija paradísima al aire.
“Bien viril el nene” dijo Cele. “Haceme un favor Rodri, tocasela un poquito así se le van yendo esos mambos homofóbicos”. Rodri sonriendo acercó la mano a mi pija, la agarró con suavidad, y me hico una caricia, como pajeandome pero una sola vez. Fue placentera. Yo no soy homofóbico ni nada, nomás que no soy gay y no estoy acostumbrado a eso, pero la caricia estuvo muy bien. Y en los ojos de Cele y Micaela noté que las calentaba, así que me gustó más aún. Fuimos al baño grande de la casa, tenía una bañera amplia y bastante lugar. Ni bien entramos Cele se bajó la bombacha (con la pollera puesta) y se sentó en el inodoro. “Ay, me estaba meando” dijo. “Yo también” dijo Mica, y la reemplazó en el inodoro para mear ella también.
Me excitaban mucho las chicas meando así, Cele con la bombacha por los tobillos, Mica sentada en el inodoro totalmente desnudita. Cuando fue a manotear el papel Celeste le dijo “No te seques, si total ahora te vas a bañar”. Mica hizo caso, se levantó y se dio vuelta para apretar el botón. Pude ver su culito desnudo, y como una gota de pis se le deslizaba por la pierna. Rodri se acercó a ella y desde atrás le tocó primero la concha, y después le abrió una nalga y me dijo “mirá esto que te vas a comer!” Mica lo dejaba hacer. Rodri me hizo acercarme, arrodillarme y mirar ese culito, con las nalgas separadas, y la conchita húmeda tanto de pis como de lubricación natural.
Pasó su dedo sobre el ano de Mica, que lanzó un pequeño gemido pero se quedó quietita en esa posición, se lo olió, y me lo puso en la nariz para que lo oliera yo. “Mirá lo que es” me dijo. Olí y me sentí embriagado por el olor de esa colita. “Que chanchos que son” le dijo Mica a Cele, sonriendo. “Sí, unos asquerosos, pero nos gusta que sean así, no?” dijo Cele. “Sí, obvio” respondió Mica. “Bueno, sáquense toda la ropa y entren a la bañera” indicó Celeste. Rodri se sacó rápidamente toda la ropa, entró a la bañera, y le dio la mano a Mica invitándola a entrar.
Mica le miró la pija y riéndose le dijo “ey tío, estás con todo”. “Sí sobrina, obvio, teniéndote desnudita acá sería una falta de respeto que no estuviera así, no?”. Mica le tocó fugazmente la pija. Me encantó verlos desnudos a los dos juntos, realmente tenía ganas de ver a mi tío cogiéndola a Mica bien cogida, dandole por todos lados con esa terrible pija, metiéndosela en la concha, la cola, la boca. Pero eso iba a ser otro día, hoy me iba a tocar a mi esa tarea hermosa.
“Mirá tu primo, la tiene más dura que yo” dijo Rodri señalándome. Mica sonrió, y me dio la mano para hacerme entrar a la bañera. Ahora estaba Mica desnudita, y se la notaba feliz y excitada entre sus dos machos, su tío Rodrigo y su primo Diego, nuestros cuerpos apretados contra el de ella, que encada movimiento nos tocaba las pijas con la cadera o con el revés dela mano. “Bueno, ahora vamos a bañar a esta nena”, dijo Celeste.
Estábamos todos en el living cuando Cele dijo “Bueno chicos, hoy el tío y yo vamos a salir a la noche, vamos a volver tarde. Les vamos a dejar nuestra cama. Queremos que cojan ahí”. Micaela me miró sonriendo. Mi corazón dio un salto: esa mismísima noche me iba a coger a Mica. “Quieren?” preguntó Cele. Era obvio con solo mirarnos que sí. “Bueno, abracense, díganse algo!” nos dijo. Me acerqué a Mica y la abracé, un abrazo medio casto. “Abrazala de atrás, apoyala!” dijo Cele riéndose. Hice eso. Sentí el pelito de Mica suave en mi cara, el perfume de su cuello, apoyé mi pija ya parada en su colita mullida. Mica dijo “¿Me vas a culear hoy?” Cele y Rodrigo lo festejaron con una carcajada. “Sí, te voy a culear putita” dije yo, y los tres se rieron. Cele se acercó, me acarró la mejilla y me la pellizcó diciendo “ese es mi sobri”. Y acto seguido le agarró una nalga a Mica (rozandome la pija de paso, que la tenía apoyada por ahí) y me dijo “y me chupás bien esta colita esta noche, estamos? Toda ensalivada”.
Mica y yo sonreímos. Claro que me iba a comer esa cola. “A que hora se van?” pregunté. “Eh, que ansioso” dijo Rodri, “despacio, tenemos tiempo, tenemos todo pensado”. “Sí” dijo Cele. “Ya va a llegar el momento, pero primero los vamos a dejar bien preparados. Los vamos a bañar, perfumar y a poner lindos”. Y ahí nomás se acercó a mi y me sacó la remera. Rodri se acercó a Micaela e hizo lo mismo. Mica levantó los brazos y lo dejó hacer. No tenía corpiño, se quedó en tetitas. Cele miraba abrazándome de atrás, con el mentón levemente apoyado en mi hombro, y sus magníficas tetas en mi espalda. “Eh” me dijo al oído, pero audible para todos, “que tetas tiene Mica, no? Preciosas tetitas.”. “Puedo tocarlas? A las dos les pregunto. Bah, a los tres, al noviecito acá presente también”.
Mica y yo nos seguíamos poniendo colorados como unos tontos cuando nos decían novios. “Te doy permiso, tocá mi amor, no te puedo negar esas tetitas” dijo Cele. Micaela, frunciendo tímida la boca indicó con la cabeza que daba permiso. Rodri me miró a mi. Le dije “sí, pero yo puedo tocárselas a tu novia también, no?”. Mi comentario generó risas. “Sí, obvio” dijo Rodri, “compartimos todo, sobrino” mientras con ambas manos agarraba las tetitas de Mica, cuya cara se transformó en una mueca de placer. “Uy lo que es esto” dijo Rodrigo, y acercó la cara a las tetas de Mica, las olió, les pasó ligeramente la lengua. “Vení, tocá, sobrino”. Yo me acerqué. Mica me miró a los ojos. Me paré frente a ella y quedé un poco paralizado.
“Tocá”, me invitó ella. Se las agarré, una con cada mano. La suavidad y la firmeza de esas tetitas me sobrepasó. En eso Cele me agarró del brazo y me apartó. Se agachó y me empezó a desatar las zapatillas. Me las sacó, también las medias, y después me sacó el pantalón. Me quedé en boxer, con una erección indisimulable delante de todos. “Mirá Mica” dijo Cele, acariciando mi pija erecta todavía cubierta por el boxer. “Vas a saber que hacer con esto? Sí, vos vas a saber”. Mica riéndose dijo que sí, que algunas ideas tenía. En eso Rodri le bajó el pantalón a Mica casi de un tirón, y le sacó las zapatillas y las mediecitas después, con el pantalón ya por los tobillos. Mica tenía puesta una bombacha celeste clarito, y se le notaba claramente la humedad en la zona vaginal. Rodri le terminó de sacar los pantalones, y se quedó arrodillado admirándola.
“Mirá lo que es esto, Diego” me dijo, “que suerte perder la virginidad con esta potrita”. Cele nos miró a los dos y nos dijo “Siguen siendo vírgenes, ¿no?” Fue mi oportunidad para confesar lo que había pasado y sacarme un peso de encima. “Yo no, perdón” dije muy avergonzado. “¿Como no, el finde pasado no dijiste que eras virgen?” me increpó Cele. “Sí, pero el miércoles dejé de ser”, confesé. “¿Con quién” preguntó Mica. “Suena horrible” me atajé, “pero pasaron unas cosas el otro día y cogí con Bianca”. “Nooooo, con tu hermanita, hijo de puta!” dijo Micaela exagerando indignación. “Ah, bueno, estamos descontrolados” dijo Cele. “Contá, hijo de puta” me dijo Micaela riéndose. “Sí, contá” pidió Rodri. Les conté lo que había pasado, que la había encontrado en bombacha, que me estaba por hacer una paja y apareció ella, que le pegué con el cinto, quela cogí.
Los tres se aguantaban la risa, pero me di cuenta de que les parecía más divertido que terrible. Rodri, parado atrás de Micaela, me dijo “entonces por ahí no merecés comerte esto que te estábamos reservando con tanto cuidado, no?” mientras la apoyaba y le pasaba un brazo por delante para agarrarle las tetitas. “No se merece nada” acompañó Mica, inclinándose un poco hacia adelante y apoyándole el culito en la pija a Rodri. Cele se cagaba de risa. “Sí, no sobri?” dijo Rodri bajándose un poco en pantalón y apoyándole la enorme pija todavía adentro del boxer. “Nada de nada se merece este” dijo Micaela bajandose un momento la bombacha y frotando su colita desnuda contra el calzoncillo a Rodri. Me hubiera acercado a oler esa tela de boxer para sentir el olor de esa cola tan deseada. Rodri se rió. Mica me guiñó el ojo.
“Bueno” dijo Cele, “no es para tanto, que diferencia hace que haya entrado cinco segundos en una concha o un culo, la otra vez me metió la pijaen la boca y no dejó de ser virgen por esto. Esta noche va a coger bien, como dios manda, con esta potrita hermosa que tenemos de sobrina. Va a ser otra experiencia completamente”. Rodri dijo “bueno, te la presto, pero después de que pase esta noche de bodas me la vas a tener que prestar a la potrita”, mientras le subía la bombacha. “Ay sí” dijo Micaela gimiendo, ya en papel full putita. “Che, no” dijo Cele, “sacate la bombacha ya, y vamos al baño” dijo Cele, “que los vamos a dejar bien bañaditos para su noche especial”.
Rodri le bajó la bombacha, Mica levantó congracia un pie a la vez para que Rodri terminara de sacársela. Verla completamente desnudita era un sueño, y saber que esa noche iba a ser mía, pero mía de verdad, para cogérmela toda la noche y como quisiera, me paró la pija al máximo. “A este también sacale la ropa, todo, Rodri” dijo Cele. “Pensé que me la ibas a sacar vos, tía” reclamé. “No, basta de que todo tenga que ser nenes con nenas sí o sí, acostumbrate a que tu tío también te va a tocar y vos lo vas a tocar a él, si cogemos los cuatro”. Mientras Cele instalaba en mi cabeza esa mención explicita a que nos íbamos a enfiestar los cuatro (que ya lo imaginaba, pero no lo habíamos puesto en palabras de manera tan directa) Rodri me bajaba el boxer de un tirón, dejando mi pija paradísima al aire.
“Bien viril el nene” dijo Cele. “Haceme un favor Rodri, tocasela un poquito así se le van yendo esos mambos homofóbicos”. Rodri sonriendo acercó la mano a mi pija, la agarró con suavidad, y me hico una caricia, como pajeandome pero una sola vez. Fue placentera. Yo no soy homofóbico ni nada, nomás que no soy gay y no estoy acostumbrado a eso, pero la caricia estuvo muy bien. Y en los ojos de Cele y Micaela noté que las calentaba, así que me gustó más aún. Fuimos al baño grande de la casa, tenía una bañera amplia y bastante lugar. Ni bien entramos Cele se bajó la bombacha (con la pollera puesta) y se sentó en el inodoro. “Ay, me estaba meando” dijo. “Yo también” dijo Mica, y la reemplazó en el inodoro para mear ella también.
Me excitaban mucho las chicas meando así, Cele con la bombacha por los tobillos, Mica sentada en el inodoro totalmente desnudita. Cuando fue a manotear el papel Celeste le dijo “No te seques, si total ahora te vas a bañar”. Mica hizo caso, se levantó y se dio vuelta para apretar el botón. Pude ver su culito desnudo, y como una gota de pis se le deslizaba por la pierna. Rodri se acercó a ella y desde atrás le tocó primero la concha, y después le abrió una nalga y me dijo “mirá esto que te vas a comer!” Mica lo dejaba hacer. Rodri me hizo acercarme, arrodillarme y mirar ese culito, con las nalgas separadas, y la conchita húmeda tanto de pis como de lubricación natural.
Pasó su dedo sobre el ano de Mica, que lanzó un pequeño gemido pero se quedó quietita en esa posición, se lo olió, y me lo puso en la nariz para que lo oliera yo. “Mirá lo que es” me dijo. Olí y me sentí embriagado por el olor de esa colita. “Que chanchos que son” le dijo Mica a Cele, sonriendo. “Sí, unos asquerosos, pero nos gusta que sean así, no?” dijo Cele. “Sí, obvio” respondió Mica. “Bueno, sáquense toda la ropa y entren a la bañera” indicó Celeste. Rodri se sacó rápidamente toda la ropa, entró a la bañera, y le dio la mano a Mica invitándola a entrar.
Mica le miró la pija y riéndose le dijo “ey tío, estás con todo”. “Sí sobrina, obvio, teniéndote desnudita acá sería una falta de respeto que no estuviera así, no?”. Mica le tocó fugazmente la pija. Me encantó verlos desnudos a los dos juntos, realmente tenía ganas de ver a mi tío cogiéndola a Mica bien cogida, dandole por todos lados con esa terrible pija, metiéndosela en la concha, la cola, la boca. Pero eso iba a ser otro día, hoy me iba a tocar a mi esa tarea hermosa.
“Mirá tu primo, la tiene más dura que yo” dijo Rodri señalándome. Mica sonrió, y me dio la mano para hacerme entrar a la bañera. Ahora estaba Mica desnudita, y se la notaba feliz y excitada entre sus dos machos, su tío Rodrigo y su primo Diego, nuestros cuerpos apretados contra el de ella, que encada movimiento nos tocaba las pijas con la cadera o con el revés dela mano. “Bueno, ahora vamos a bañar a esta nena”, dijo Celeste.
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