Paja cruzadas, empezó como un juego 3º Parte


Paja cruzadas, empezó como un juego 3º Parte


culos

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Lechita



morbo



Y pensar que todo empezó como un juego... Pintó como algo interesante, algo que, cultural y religiosamente, se nos enseñó que se encasilla en el terreno de lo "prohibido", y creo que por eso mismo nos ganó el morbo, porque, vamos! a qué pendejo no le atrae lo prohibido! Sabíamos que era jugar con fuego, pero quisimos quemarnos. 


Ahora, con la cabeza y el sexo entibiándose, pensaba en todo esto, en cuán lejos habíamos llegado en una noche de sábado, en cómo a veces buscando un camino te encontrás recorriendo otro tan distinto, tan irreal e indescriptiblemente excitante... Reflexionaba en estas vueltas de la vida sentado en el bidet, dándole una refrescadita a mi ardido culito y a la vez saboreando el semen de Julián, como quien se come un chupetín. Me chupe uno por uno los dedos, la palma de la mano, el dorso...Cada pliegue de epidermis fue lamida, saboreada y limpiada de todo vestigio del dulce néctar que le terminaba de sacar a Juli minutos antes. 


Lo disfrutaba. 


Era como estar degustando la última porción de un postre exquisito. Uno trata de contenerse, de tomarse su tiempo para gustarlo bien, uno quiere hacerlo durar todo lo posible, hasta que se da cuenta que inexorablemente lo bueno dura poco...y se asegura de no dejar nada, de "lamer el plato" ja, ja. No cuánto tiempo pasó, el agua tibia en la cola me relajo bastante y perdí la noción de la hora. Me enjuagué la verga, me sequé y al salir del baño me doy con la desagradable sorpresa de que Julián se había ido.


Fue un golpe. 


No sabía que pensar, no sabía qué hacer, cómo seguir... Miré el escenario de nuestras primeras, gloriosas, increíbles pajas cruzadas, aún había olor a sexo en el aire, se respiraba ese aroma a leche (Y vaya que nos habíamos deslechado!) La peli porno quedó pausada en la tv. Julián en el apuro dejó su mochila colgada del respaldo de la cama. Mi bóxer seguía tirado en el suelo, la remera que Julián me había regalado, quedó arrugada junto a la almohada y sobre la caja de la película (era un vhs) se distinguía el trazo de un salpicón de esperma. 

Me sentí triste. No sabía qué pensar, qué sentir, qué creer... Intenté atribuirlo a un repentino sentimiento de culpa o a la vergüenza que sobreviene cuando bajan los decibeles tras el pico de calentura que nos nubla el razonamiento... Pero no podía ser. Julián lo había gozado,  estaba seguro de eso al 100%. Porque se había soltado como nunca antes, me había hecho parte de sus fantasías, de su intimidad sexual, y yo no sólo lo había consentido, sino que compartí al mismo grado de beneplácito, el placer de brindarnos placer.

Con la mirada clavada en el vhs seguía preguntándome qué acababa de pasar, por qué julián se fue de esa manera, huyendo, sin decir palabra, sin despedirse. Todavía sentía el cosquilleo remanente de su dedo penetrándome, todavía me sentía hambriento de mas, de mucho mas... Mecánicamente caminé hacia el vhs, lo levanté del piso y mientras suspiraba envuelto en un mar de inquietudes, como toda una puta lamí esa leche hasta limpiarla toda.



Esa noche me acosté desnudo y me dormí tardísimo. Pensé tanto en esa paja, pensé tanto en sus manos, sus dedos, mi cola penetrada, su boca... Pensé tanto en Julián.



Tarde esa misma madrugada, al borde del amanecer, sentí que tironeaban mis sábanas, desperté trabajosamente y en la penumbra de la noche distinguí la pija de Juli. Me senté en la cama, en el medio de la cama y él se sentó frente a mi. Quise decir algo pero Juli me pidió silencio, apoyando su dedo en mis labios. Se acercó peligrosamente, hasta quedar cara a cara.

Su dedo acariciaba mi boca y su otra mano ya tenía agarrada mi verga, que se endurecía al tacto de la tibieza de su piel. Julián se inclinó lentamente, abrí la boca creyendo que me iba a besar de lengua, pero no, su dedo se introdujo buscando la humedad de mi saliva y su rostro buscó mi pecho. Me estremecí al contacto de su lengua con mi pezón.

Lamía, chupeteaba, jugaba haciendo circulitos alrededor de la aureola del pezoncito ya erecto. Mi verga, entretanto, marcaba sus venas y un glande enrojecido era estrangulado por su hábil mano. Me entregué de inmediato. Chupé su dedo como si de una pija se tratara, lo engullía y salivaba como tantas veces había visto en la películas porno.



     Me perdí en ese mar de sensaciones, recibiendo el placer que me daba,  respirando agitadamente, con los ojos entrecerrados, totalmente regalado... Me costó volver en mí, tomar el control de mis actos, abandonar mi pasividad. Me estaba dejando hacer y era genial, no se comparaba con nada, ya era irremediablemente adicto, pero quería activar, retribuir tanto deleite, por lo que, sin perder mas tiempo, con Juli chupándome las tetillas alternadamente, le manoteé la poronga y la empecé a pajear despacito.

Su dedo abandonó mi boca para ir directo a visitar mi cola, directo a la abertura del esfínter, que, para qué caretearla, lo esperaba, lo deseaba intensamente! Mi ojete se abría y contraía respondiendo a los estímulos que estaba recibiendo con tantísimo gusto. Su dedo mojado en mi saliva preparaba mi agujerito pacientemente.

Yo hervía! Inmediatamente mojé mi dedo con abundante saliva para corresponder sus mimos y cuando éste descendía en busca de su cueva, mientras profundizaba su marcha por la franja de piel que hay entre sus testículos y su ano, 
percibí, soltando un gritito de gozo, la entrada triunfal de su falange en mi culito abrirse paso resbalando prefectamente y al mismo tiempo su mano aceleró el vaivén con el que me masturbaba. Qué sensación increíble, dedeado y pajeado al mismo tiempo, me sentía en la gloria, estaba rendido...


Juli no paraba, estaba poseído, seguía chupándome las tetillas, seguía torturándome bucalmente y ese cosquilleo repercutía directamente en la rigidez de mi poronga. Yo moría de ganas de devolverle esa atención, pero no me lo permitía su empedernida tarea de amamantarse prendido a mis duros pezones. Empecé a lamer y besar su cuello, lo que arrancó sus primeros gemidos. Noté como se le erizaba la piel ante las largas lamidas y suaves mordiscos que le propinaba desde el hombro hasta el lóbulo de la oreja. De pronto Juli me soltó la verga e hizo que soltase la suya, pero lamenté mucho mas cuando su dedo abandonó mi cola. Luego se tiró hacia atrás adelantando su pelvis y pegó su miembro al mio, fue una locura. 


Ambos penes se encontraron, chocándose endurecidos, con la dicha de conocerse al fin piel a piel... Me incliné hacia atrás, permitiéndoles a nuestros sexos relacionarse, confundirse en el núcleo de la calentura aquellas venas y glandes humedecidos.

dedeada

Era una sensación alucinante, nuestras vergas acostumbrándose a la temperatura de la otra, los testículos depilados colisionando suavemente entre sí y tronco a tronco, como si tuvieran vida propia, espadeaban torpemente las pijas, presas de involuntarias contracciones. 



Las mirábamos embobados hasta que Julián estiró su mano tomando ambos pijas, con fuerza, apretándolas entre sí, sobándolas con firmeza y así comenzó a pajearlas juntas.

putitos

 

Mordí mis labios, era una delicia, chota contra chota refregándose a una velocidad acompasada. 
- Así, Juli, aseeee!.-Le rogué
- Seee, ahhh! Te gusta no? A mi me vuelve loco!.-respondió entre jadeos.
- Siii Juli, siii, no pares! Ahhh! Ahhh!.-Bramaba descontrolado.
- Me vas a dar tu lechita hijo de puta?Ahhh! Seee!  Me la vas a dar toda?.- Me inquirió Julián ya fuera de si.
- Seee! Te la doy toda pero vos me das la tuya en la boca!.- Respondí redoblando la apuesta y nunca tan seguro de mis deseos.
Aquellas palabras parecieron enloquecer a mi pareja de pajas. Dejó de pajearnos un instante, escupió su mano y prosiguió la tarea. Mi culo boqueba como pescadito buscando agua, desesperado por ser llenado, ansiando ese miembro de mi amigo como jamás pensé que desearía algo así.
pajas cruzadas
Juli alternaba sacudones a toda velocidad con una paja lenta y suave, enloqueciéndome. Sentía que en cualquier momento la leche explotaría y no pude resistirme a incorporarme y tomar su verga para pajearlo, sentados frente a frente, se inclinó hacía mi y por fin nos besamos, primero nuestros labios se toparon torpemente, pero enseguida las lenguas buscaron introducirse en la boca del otro. Fue un beso caliente, baboso y hambriento.

Sentí que mis pelotas ya no daban mas, agarré a Juli de la nuca y le metía la lengua hasta la garganta, mientras que el aprovechó y sin dejar de pajearme me volvió a meter el dedo en la cola y ya no pude aguantar mas, saltó mi leche, directo a su abdomen y a su miembro. Abandoné su boca para gemir, su dedo era un ariete enloquecido que entraba y salía de mi culito a toda velocidad, mientras los espasmos de la acabada se reproducían en temblores incontrolables, Juli gritó que ya venía la leche. Como pude, a medio recuperarme del orgasmo, me tiré hacia atrás desesperado y me metí su poronga en la boca justo cuando disparaba el primer chorro.

Me dió de lleno en la campanilla, tosí, hice una arcada, pero no dejé que esa verga dura se escapara de mis fauces, con los ojos vidriosos de lágrimas seguía recibiendo esa cremosa acabada y tragándola. Me aseguré de mamar esa pija hasta que ya no soltó nada más, hasta que cesaron los gemidos y grititos de Juli, que temblaba de palcer.
Paja cruzadas, empezó como un juego 3º Parte


Vacié su poronga en mi boca y me tomé toda la leche. No lo podía creer. Seguía lamiendo su glande y sus pelotas cuando levanté la vista y lo vi juntar de su adbomen y llevarse a la boca mi leche. Sonreímos. Me levanté y nos besamos de lengua un rato largo, con un lindo manoseo de colas incuído. Juli interrumpió el beso para ir al baño. Me tumbé en la cama con una sonrisa y otra vez la cola ardiendo, pero feliz. Me quedé dormido enseguida. Profundamente. Agotadísimo.

Feliz.

Nunca sabré si fueron minutos u horas después, que desperté y caí en la triste, la puta verdad; me quedé dormido y esto último, esta secuencia maravillosa, había sido un sueño. La puta madre! Fue un tremendo sueño húmedo, una fantasía onírica de las mas bellas que había tenido jamás, vívida como ninguna a la fecha. Mi inconsciente pedía lo que mi consciente y mi cuerpo dudaban en recibir. Las pajas cruzadas que iniciaron como un juego, se iban transformando en algo mas serio, que obnubilaba mis pensamientos, empezaba a obsesionarme, al grado de desear permanentemente el calor de la mano de Juli meneando mi verga, su dedo forzando la entrada de mi ojete, como un gusanito en la manzana. Me quedé pensando tirado en la cama desordenada, en el sueño, en Juli, en cuánto quería su leche y su verga enterrada en mi cola. No había caso, éramos dos putitos y acabábamos de descubrirlo! No veía la hora de encarar a Juli para hacer real lo que había soñado, para concretar mi deseo mas profundo; para materializar todas las fantasías que me invadían al pensar en cogerme y dejarme coger por mi mejor amigo...

culos



tragaleche



Lechita

11 comentarios - Paja cruzadas, empezó como un juego 3º Parte

floppy__ +1
Excelentes relatos!!! Felicitaciones!!! he vivido situaciones muy parecidas. + 10!!!!
floppy__ +1
Excelentes relatos!!! Felicitaciones!!! he vivido situaciones muy parecidas. + 10!!!!
FezAvellaneda
Exelente relato...uuuf q linda historia+10♥️🤤
kokiCD
Sueño sí, pero mamita que lindo sueño
+ 10
granate67
van 10 puntos me mataste una genialidaad los 3
Maria_Pareja
Excelente relato, no pare hasta el final! Fascinante!!!! Me sentí ahí!