Mi puta personal

En mi juventud nunca me llevé bien con mi hermana menor. Posiblemente por nuestra diferencia de edad, en ese entonces ella estaba en su último año de secundaria y yo recién ingresado a la facultad. Ella siempre fue la preferida de la familia, todos le complacen sus caprichos ya que de lo contrario sus berrinches eran terribles. 
Un viernes, llegaba yo de la escuela y encontré a mis papás regañando severamente a mi hermana. Ellos sin mirarme me ordenan qué me suba a mi habitación, en las escaleras observó qué mi hermana me mira de reojo, lo que aproveché para burlarme  en su cara. 
Los gritos duraron unos minutos más, mientras tanto me cambio la ropa por mi uniforme de fútbol. Escucho arrancar la camioneta, me asomo por la ventana y veo marcharse a mis papás. Los viernes son de compra de la despensa semanal, lo que me extraña traña es que no los acompaña mi hermana como era lo acostumbrado. Ella sube las escaleras con pasos pesados, yo espero que me tumbe la puerta de una patada, pero toca muy suave a mi puerta. Abre la puerta que necesito hablar contigo, me dice con una voz que le desconozco. En cuanto abro la puerta ella pasa y se sienta en mi cama. Estoy metida en un super problema, me gaste el dinero de la colegiatura y mi papá no me quiere dar más!! Me dice casi al borde del llanto. Trato de no soltar la carcajada al mismo tiempo que le decia que no hay forma de yo la pueda ayudar, si mi papá tomó esa decisión es por algo. Prestame el dinero, yo se que tu tienes algo guardado en el cajón de tus calcetines. Ni siquiera le dio vergüenza evidenciar qué se mete a mi cuarto a revisar mis pertenecías. De ninguna manera te voy a presentar dinero, así que largo de aquí pinche niña malcriada!!! Ella se tira en la alfombra hacer su acostumbrado berrinche. La observó con ganas de darle una patada, pero sus jeans están tan metidos en su culo, que hacen difícil dejar de ver sus nalgas. Realmente tiene un trasero más que hermoso, en mi mente pasan todas las veces que la vi en ropa interior paseando por la casa. Sus pechos, aunque no muy grandes, tenían una excelente forma y a ella al no usar sostén siempre los deja observar por usar blusas casi trasparente. 
No te voy a prestar el dinero, te lo vas a ganar. En verdad!! Me grita a la vez que se sienta en la alfombra. 
Claro que si hermanito, voy a lavar los trastes cuando te toque, voy a tender tu cama por un mes y también…. Mi dedo en sus labios no la dejaron seguir hablando, recorrí su boca con mi dedo, introduciendolo poco a poco, para ver que reacción tiene. Me acerco a su cara, me bajo el short y mi pene erecto queda a la altura de su cara. Abre la boca de asombro lo que aprovecho para meterselo. Esa sensación fue increíble! La calidez, su lengua, sus labios alrededor de mi verga. Ella no supo que hacer, por lo que la jale hacia mi para que comiera un poco más de mi pene. Cuando me yo me haga para atrás lo chupas como si fuera un dulce. Asintió con la cabeza y así empezó la primera mamada de mi hermanita, el pensar que yo era su primera verga casi me hace venirme. La recosté en la cama desabroche su pantalón, se lo quite junto a sus pataletas blancas de algodón, al estar ella siempre descalza facilito todo. Le separo las piernas y me sumergo entre sus muslos, le doy un beso en sus labios vaginales y ella gime, su aroma de niña me exita aun más, mi lengua se abre pasó buscado su clitoris, le lengüeteo su vagina saboreando sus jugos, ella gime aun más fuerte. Al jalarme el cabello me regala un orgasmo en mi boca. Observó que se acaricia los pechos, me acomodo entre sus piernas y la penetro poco a poco, le muerdo los pezones y después la beso en la boca la cual abre aun más al sentir todo mi pene dentro de ella. Trato de no ser tan brusco y me la cojo un tanto despacio pero sin perder el ritmo. Que rico hermanito! No eres mi hermana, eres mi puta!! Si, si soy tu puta, cojeme, cojeme. Un segundo orgasmo hace que moje mi cama, ya casi sin aliento la volteo y la coloco de a perrito. Con mi mano la empujó para pegue su pecho a la cama y así empinarla más. La vista es maravillosa, la penetro de un jalón y grita como perrita, le acarició las nalgas, le escupo un poco de saliva en su culo para poder meter mi dedo pulgar, ya no aguanto más y saco mi verga para penetrarla por el culo. Despacito qué me duele!! Solo alcanzo a meter la punta de mi pene, suficiente para llenarle ese culito de mi semen. 
Y desde entonces mi hermana es mi puta personal, relación que aun llevamos a pesar de los años. 

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