Después de la Cuarentena Parte II

I

Si bien escuché el sonido de la puerta principal señalar la salida de María, su comentario me dejó momentáneamente paralizado y recomponiendome. Sus palabras resonaron en mi mente generando una reacción tanto en la sanidad de mi cabeza como en la expansión de mi otra cabeza. ¿Me quería calentar? Jugué con la idea un segundo para luego regresar a la vista de Julieta.
Julieta - ¿Y... Qué quería?
Un visible enojo se notaba en su mirada.
Yo - Nada, vino a buscar el Apple TV nomas...
Volvió su mirada hacia el televisor y continuó mirando su programa.
Julieta - Ok.
Con cautela volví a sentarme a su lado. A la espera de un momento adecuado para hablar posé mi mirada en la tele y acompañé a mi novia en su actividad de la tarde. Cuando conseguí un segundo de verdadero silencio hablé.
Yo - ¿Estás enojada?
Julieta - ¿Vos qué crees?
Yo - No lo sé...
Julieta - obviamente.
Durante todo este intercambio no volteó a verme en ningún momento, aún aunque yo tenía la vista concentrada en ella.
Yo - Contame amor...
Julieta suspiró y tomó el control remoto, para luego apagar el televisor con un movimiento brusco.
Julieta - ¿vos sos tonto?
Levanté los hombros intentando ser gracioso... No funcionó.
Julieta - Me jodiste toda la tarde para cojer aunque no quería, cuando te hago el favor de hacerte una paja te pasas y me la enterrás en la boca... ¡Y para colmo a medio pete se aparece la puta de tu amiga!
Yo - Bueno... Es su casa también...
Evidentemente no tenía el mejor tacto del mundo.
Julieta - No empieces...
El living quedó en silencio por un momento, la atmósfera era pesada.
Julieta - ¿Y sabes qué es lo peor?
Yo - ¿qué? - pregunté con un poco de miedo.
Julieta me miró a los ojos y su ceño fruncido desapareció lentamente, dándole paso a un sonrisa gatuna poco característica de mi querida damita.
Julieta - Todo esto me dejó con ganas de seguir comiendo... - pronunció a tiempo que su mano se posaba en mi pierna.
Dándole inmediata aprobación mi propia sonrisa no tardó en aparecerse, y así como una prominente erección se hacía visible en el aprieto de mis pantalones me despojé de los mismos para permitirle a la putita que se había apoderado del cuerpo de mi novia hacer su trabajo.
Yo - toda tuya amoooouuuurrr - arrastré mis palabras porque así como sus ojos se encontraron con mi herramienta instantáneamente bajó a saludarla con un besito y algo más que un besito.
Totalmente inmovilizado por la ola de placer que me encontraba recibiendo decidí que sería mejor callarme y disfrutar de este hermoso trato. De no conocer las conductas celosas de mi querida novia no me sorprendería si me comentaran que la presencia de María tenía un efecto afrodisíaco en ella, porque si bien sus mamada nunca habían sido una experiencia poco placentera, los chupones que se dispuso a darme en ese momento eran dignos de las mejores pornos que había mirado.
Julieta - Te voy a castigar por dejarme caliente...
Si este era el castigo esperaba poder disfrutar de alguna recompensa suya pronto.
Yo - seguí calladita puta, que te gusta...
Paró brevemente para golpearme. Nunca le gustó que la tratara de puta.
Yo - Bueno bueno... No te enojes bebé.
Acaricié su cabello con ternura y me sonrió, pero cuando sintió la presión de mi mano actuó determinada, volviendo a comer. El ambiente de la sala de estar se amenó en un silencio relajante, sólo interrumpido por el baboso sonido del cabeceo de Julieta, que se esmeraba en dar placer mientras gemia repetidamente agregándole calentura a la escena. Pocos minutos después el armónico ambiente fue profanado por el distintivo sonido de mi celular. Se trataba de un mensaje de María. "Me contaron de una joda en lo de Juan el viernes, habrías que ir" Lo leí sin responder. Nunca fui demasiado fiestero pero teniendo en cuenta las circunstancias de las que salíamos no era mala idea disfrutar de un poco de aire libre. Aún así había que consultarlo con quien estaba pegada a mi verga.
Yo - Me dicen de una joda en la casa de Juan, un compa de María... Te va?
Julieta escuchó atenta pero no dejó de petear, continuó deslizando sus labios un par de veces más por todo el largo de mi pija para luego desprenderse de ella.
Julieta - Hmmm... No sé, no conozco...
Yo - Bueno pero vas conmigo.
Le sonreí.
Ella me devolvió la sonrisa, pero en vez de responder volvió a su tarea bucal.
Julieta - ¿está más rica que antes o estoy caliente? Hmmm... Bueno vamos, pero prometé que no me vas a ignorar.
Y tras esas palabras volvió nuevamente a complacer.
Yo - Lo prometo - dije contento, cerrando los ojos y reclinandome para disfrutar el tramo final - si seguís así acabo... Mi relajación volvió a ser interrumpida por mi celular, se trataba nuevamente de pendeja sabrosa de María. "Me hicieron lo mismo" Y con el mensaje... Adjudicada una foto. María, completamente atragantada de verga. Exploté en leche.
II

Llegado el viernes a la noche, vestidos y preparados para disfrutar, Julieta y yo llegamos a las casa de Juan. Al entrar fue fácil descifrar, más allá del río de personas que la infestaban, que nuestro anfitrión tenía cierta facilidad monetaria. Se trataba de una casa de dos pisos que se extendía por bastantes metros cuadrados, patio con su propia extensión generosa y coronado por una piscina iluminada. De la mano con mi novia caminamos hasta la cocina, atentos a quién nos podríamos encontrar en el camino.
Yo - ¿qué vas a tomar amor? - dije al llegar a las bebidas.
Julieta - haceme un ron con... - decía cuando fue interrumpida por un toque en el hombro.
??? - ¡Juli! - exclamó una voz femenina.
Al darse las vuelta mí chica respondió.
Julieta - ¡Amanda! ¿Qué haces acá? - se abrazaron con felicidad.
Amanda - Nada, me invitaron, no conozco al dueño...
Rieron, pero repentinamente los ojos de Amanda se iluminaron.
Amanda - Pero vení, ¡mirá quién está acá! -.
Y así como Julieta me regaló una última mirada, ambas desaparecieron antes de que pudiera si quiera empezar a preparar ese ron con cola. Honestamente su ausencia no tuvo demasiado efecto en mi persona, porque si bien no me molestaba pasar una noche divirtiendome con mi novia sabía que en el fondo quería acercarme un poco a María, y la combinación de ambas en la misma habitación no habría hecho más que generarme un estrés tremendo. Solitario preparé algo para tomar y comencé una vuelta por la impresionante casa. A paso lento y observador me desplacé de la cocina al comedor, del comedor al hall y del hall a la sala de estar, teniendo en todo momento ante mis ojos la típica galería pecaminosa de actitudes que uno se encuentra en esta clase de acontecimientos. Todo desde gente comiéndose la boca y entrando sigilosamente a habitaciones y baños oscurecidos a excedo de alcohol, drogas y las consecuencias motrices que todo esto conllevaba... Pero si había algo que mis ojos se rehusaban a encontrar... Era María. Frustrado en mi búsqueda me resigné a sentarme y disfrutar, tanto de mi compañía alcohólica como del desfile de bellezas pasadas de copas que acontecía ante mis ojos. Este improvisado pasatiempo fue suficiente para saciarme mientras terminaba mi trago, y para mi suerte cuando cada gota de ese vaso fue consumida se acercó un nuevo entretenimiento.
??? - Hola lindo Después de la Cuarentena Parte II -. Alguien se dirigió a mi.
Con entusiasmo alcé la mirada buscando a María, pero me encontré con una sorpresa.
??? - Natalia, mucho gusto - extendió la mano - ¿me puedo sentar? -.
Yo - Emmm... Si si... No hay problema - respondí ofreciendo mi mano en retorno - Matías -.
Quien ahora se sentaba a mi lado era una mujer cuya única definición posible era la de Milf definitiva. Rostro de madura que conservó su belleza juvenil, delantera prominente y caderas generosas también, que luego llegaría a descubrir que resguardaban un culo corazoncito espectacular.
Natalia - ¿Qué haces tan sólito acá? -.
Yo - Nada nada... Mi novia se me escapó nada más - le dije amigable.
Natalia - Ah, tenes novia... Y decime una cosa, no querés que te ayude a buscarla - dijo con una sonrisa gatuna, acompañada de su mano apretando mi muslo.
Yo - No no... Gracias, deja... Me quedo acá -.
Hablaba un poco incomodo, pero era evidente que le traía ganas a la milf, y el bulto que crecía en mi pantalón se lo hacía saber.
Natalia - ¿estás seguro? Porque tengo una propuesta para vos... Y creo que es algo que te podría interesar... -.
Mientras hablaba sus labios se acercaban más y más a mi cuello, hasta que pude sentir la calidez de su aliento. Desvíe la mirada hacia la dirección contraria intentando contrarrestar mis deseos carnales, pero al hacerlo la vista conectó con quien tenía en frente a unos metros. Mientras la palma de la milf continuaba en mi pierna y sus labios a centímetros de mi cuello Julieta veía con expresión de rabia la escena. Inmediatamente mi rostro enrojeció y sentí una baja de presión por la que podría haberme desmayado. Intenté pararme e ir en su búsqueda pero con furia mi novia se retiró de la casa.
Natalia - ¿qué pasó lindo? ¿Te cacharon? Jajaja -.
No pude hacer más que dejarme caer en el sofá, totalmente derrotado. Natalia, que aún se encontraba a mi lado, tomó un segundo para revisar su celular y sonrió.


Natalia - No te preocupes... Tengo justo lo que necesitas -.
Y así como terminaba de decir eso, de la entrada al patio se escucha un anuncio.


"¡Torneo de Peteras!"

III
Natalia - Creo que me llaman - dijo con tono burlón - y a vos también galán -.
Yo - ¡No no! No puedo -.
La madura rió a carcajadas ante mi desesperación, y con furor me arrastró de la ropa.
Natalia - dale lindo, te vas a divertir... Y quién sabe... Capaz te toca conmigo puta -.
La oferta era claramente tentadora, y comenzaba a nublar mis pensamientos...
Natalia - ¡Dale! Si participas te doy mi número jajaja -.
No tuve tiempo ni de responder, al segundo que dijo eso ya estábamos del otro lado de la puerta y esta se cerraba para hacer más "exclusivo" el evento. Conforme más veía del patio más me convencía de que la joda en la casa de Juan no era tanto una fiesta sino más bien una elaborada excusa para llevar a cabo esta novedosa competencia deportiva a la que un minuto antes se habían referido como" torneo de peteras"Una vez pasando la masa de gente lista para espectar el evento, en el césped se observaba una especie de muro improvisado, extendiéndose por algo así como dos metros de alto y cinco de largo, con cuatro agujeros perforados a nivel de la cintura y con diseño conmemorativo del concurso al que pertenecía. Sin poder continuar mis observaciones me empujaron junto a varios otros a formar filas correspondientes a cada uno de los agujeros, con cinco personas por fila.
Juan - ¡Damas y caballeros, su atención por favor! -.
El ruido de la muchedumbre se calmó, prestando atención al anfitrión de la velada.
Juan - ¡Bienvenidos! Al comienzo de una tradición que especulo verá gran continuidad - anunció con alegría - ¡El torneo anual de peteras de Juan!
La tribuna enloqueció en gritos y risas, alentando la atrevida ocurrencia a la que se encontraban presentes.
Juan - Esta noche nos encontramos aquí para celebrar un acto hermoso, un ritual de amor, un arte que merece la dedicación que tantas le han otorgado en su vida... - hizo una pausa - ¡Mamadas!
Otra vez la masa celebró sus palabras.
Juan - detrás de nuestro muro personalizado... Cuatro jovencita bien intencionadas, listas para demostrar sus placenteras habilidades y luchar por la posibilidad de retornar a casa con el título de... - otra pausa - ¡Licenciada chupapija!
El festejo fue aún mayor que las previas instancias, si me dijeran que se llegó a decibeles suficientes para dañar los tímpanos no me atrevería a contradecir tal comentario.
Juan - ¡Muy bien! Calmados todos... - pausó para dejar al silencio volver - las reglas son sencillas. Cuatro mujeres, cinco hombres cada una, el objetivo es evidente... La dama hace acabar al caballero, este le da paso a él próximo caballero, la joven que se encargue de su fila primero será coronada. Así que damas, si están listas... -.
Al decir eso cuatro bocas se asomaron por los agujeros, sonrientes.
Juan - Perfecto, entonces... Sin más preámbulo... Damas, den su mejor esfuerzo. Caballeros, disfruten -.
Y así, con el sonido de la muchedumbre de banda Sonora, quienes se encontraban en la primera línea de batalla dieron un paso al frente y las bocas, cuyas lenguas se veían húmedas y deseosas, obtuvieron el contacto de los primeros glandes. Y así como comenzó, las dos filas del medio tuvieron sus primeras acabadas, no tanto por el poder bucal de las participantes si no por la precosidad de los jueces en cuestión... Unos cuantos minutos de cantos en honor a las concursantes, cabeceo intenso y charcos de baba, se hizo evidente que la verdadera competencia era entre el agujero en la esquina izquierda y su equivalente en la derecha (fila en la que tenía el honor de encontrarme). Pasados diez minutos, mientras las filas del medio se encontraban en el segundo pete, las dos esquinas se habían cargado ya a tres víctimas. Para mi eso significaba encontrarme más cerca de la acción, ya que dentro de mi fila era nada más y nada menos que el final. Ahora más de cerca era fácil notar que todos los labios juguetones estaban pintados, y que la pintura se enchastraba por la fusión de babas y semen, el cual si bien se estaban bebiendo no todo terminaba dentro de la cavidad chupadora. El hipnótico movimiento de la lengua en el agujero era suficiente para sacar de mi mente la incomodidad de estar viendo a una mina chupando una verga ajena. Evidentemente tenía gran habilidad y aún más ambición competitiva, porque en breve ordeñó al siguiente pibe y al fin era mi turno de juzgar la húmeda boca de esta hermosura. Con velocidad bajé mis pantalones lo suficiente para revelar a mi amigo y, olvidando totalmente la existencia de Julieta, posé mi glande en la lengua de la hambrienta competidora. Mi intención era jugar un poquito con esa lengua, pero casi como si me resongara, la boca se apresuró a capturar la cabeza y succionar, alentandome a meter más adentro la extensión de mi pene en el interior de su cálida y húmeda boquita, haciéndome tocar el cielo. Si bien en mi vida cotidiana no estaba particularmente privado de mamadas, y aunque Julieta tenía momentos de grandeza en el campo, había perdido la costumbre de disfrutar de petes tan excelentes como este desde la mítica cuarentena con María. Alentado por el griterío de la multitud, sabía que sería mejor trabajar con mi chica e intentar acabar... Pero a su vez estaba disfrutando tanto esta oda a las mamadas que me veía en un conflicto de interés. Adentrandome enteramente en su boca dejé la verga dentro del hoyo y le permití trabajar mejor. Se trataba de un pete con poco uso de las manos (tal vez atendiendo a alguna regla de la competición) bastante baboso y dando muy buena presión con los labios, casi llegando a apretar como una buena conchita adolescente. El movimiento era constante y profundo, si no fuera porque mi pene ya había desaparecido en el agujero definitivamente habría desaparecido en la boca de la joven, pues sentía la punta adentrarse en su garganta. En la otra esquina la situación era similar. La otra competitiva petera se encargaba de su último hombre con lo que aparentaba ser maestría. Tan así que en el rostro de él pibe se notaba el placer y parecía ser su momento de estallar. Ante los cantos del lado de su rival aparentemente anunciando el fin de la competencia, la boquita de mi lado actuó estratégica mente. Aprisionó mi verga entera en su boca y comenzó a acumular saliva, creando en mi un estado de éxtasis del cual, gracias a la combinación de esto y el juego de su lengua, no pude escapar. Con un grito silenciado descargué dentro de su garganta por unos segundos, golpeando el muro para anunciar el final de la competencia. Así como terminé de alimentar a la perrita le quité el juguete de la boca, y ella respondió haciendo una burbuja de leche.
??? - Gracias concurso -. Fueron sus únicas palabras.
En el barullo las filas se disolvieron y se convirtieron en parte de la masa espectante.
Juan - ¡Y así culmina la primera edición del torneo anual de peteras de Juan! -.
Ahora todos explotamos en alegría, habiendo disfrutado de algo increíble. Rápidamente se dio paso al aplauso para las perdedoras, de las cuales interesaba saber que la gran Competencia de mi petera no era otra que la madura que me trajo a esta situación en una primera instancia, la cual al verme lanzó un beso, para luego continuar lavandose las saliva de la mitad baja de su cara. Yo no le presté demasiada atención, porque mi mente estaba centrada en conocer a portadora de tan hermosa boca que me dio placer.
Juan - ¡Y ahora, damas y caballeros... Que se haga presente la ganadora de esta honorífica competición... La boca más habilidosa de este lado del mississippi... La verdadera licenciada chupapija! -.
Y de detrás del muro salió no otra que...
Juan - ¡María! -.

2 comentarios - Después de la Cuarentena Parte II

diegoprey
EExcelente amigo...me lei de un saquen toda la saga de Maria....terrible...espero la continuación com ansias. Van 10pts y abrazo.
leloir2010
Me lei toda la saga. Muy pero muy bueno, todo lo sucedido a tu persona. Van puntos