Hermanas (cap 9.2)

Ya con los tres sentados en la mesa, Agustina fue la primera en hablar: 
 
-Bueno hermanita… ya te enseñe a coger ! –Dijo Agustina sonriendo. 
-Ja… y yo que te estaba jodiendo cuando te lo dije! –Florcha. 
-Soy buena maestra al final? Jajajaja. 
-Jajaja sí... 
-Y…? Te gustó coger?-Pregunto Agustina. 
-...Sí... estuvo bueno.-Florcha. 
-Cuando te la metan de verdad va a ser mil veces mejor. Estás excitada Flor?- Le preguntó Agustina a su hermana. 
-Sí.-Respondió Florcha. 
-Mucho o poco? 
-Creo que mucho. 
-Mojaste la bombacha? -Volvió a preguntar Agus. 
-Si, mal boluda. ¿Vos? -Florencia. 
-Yo también estoy un poco mojada.-Dijo Agustina mirándose la entrepierna. 
 
Martín escuchaba todo eso y estaba como loco, seguía con la pija al palo. 
 
-A vos hermanito? Te gustó?-Le preguntó Agus. 
-Siiii.-Martín. 
 
Florencia bostezó. 
 
-Me agarró un poco de sueño.. vamos a charlar un ratito más a la pieza?-Florcha. 
-Dale.. yo también tengo sueñito ya.-Agustina. 
 
Martín se puso de pie y abrió la heladera… se fijó en que podía tomar, y agarró una lata de coca-cola fría. La noche primaveral estaba demasiado caliente… 
 
Ambas hermanas se pararon y caminaron hasta su habitación. Le dijeron al muchacho que entre también. Cerraron la puerta y Martín les convidó de la lata de gaseosa. Primero tomó un trago Agustina, se quitó las botas y se acostó en su cama, luego Florcha bebió un sorbo de la lata y se acostó ella también en su propia cama. Martín acomodó un puff rosa que había allí y se recostó en él, en medio de ambas camas. 
 
Ambas chicas lo miraban y todavía tenía el paquete hinchado, síntoma de seguir con la pija paradita. No tanto como antes, pero aún estaba excitado y se le notaba. 
 
-Dios, no puede hacer tanto calor! –Dijo Agustina tirando la frazada de la cama al piso. 
 
Mientras Agustina luchaba con sus pies tratando de tirar la frazada al suelo, con esos movimientos de piernas, Martín le miraba los muslos, tratando de verle la tanga debajo de la falda. Alcanzó a vérsela un poquitín ahí abajo… se le puso la pija dura como una roca de nuevo. 
 
Florencia se la estaba mirando justo, y vio como la pija de su hermano se ponía cada vez más parada en el short, levantándose cada vez más en el pantalón… le encantó. Sintió un cosquilleo en la concha. Le pudo la curiosidad. 
 
“¿Cómo se sentirá? ¿No le molesta tenerla así apretada?” Pensaba Florencia. 
 
-No te duele? –Le preguntó Florcha a su hermano, mirándole la pija. 
 
Martín y Agustina miraron a su hermana, tratando de averiguar a quien le hablaba. Agustina se dio cuenta que le hablaba a su hermano, y tras arrojar la frazada al piso, ella también le miró el bulto en el pantalón. 
 
Martín se dio cuenta que le hablaba a él, pero no sabía a qué se refería, estaba embobado tratando de verle la tanga a su otra hermana. 
 
-Qué cosa? –Preguntó el chico. 
-Tu pito. No te molesta tenerlo así?-Volvió a preguntarle una curiosa Florencia. 
 
Martín inmediatamente se percató de que la tenía súper parada y erecta, muy empinada en el short y dejó la lata en el piso, para llevarse ambas manos a esa zona para taparse la erección. 
 
-Perdón.. es que… -Dijo el muchacho avergonzado. 
-¿Qué hacés? No te tapes! –Dijo Agustina riéndose. 
-Te da vergüenza? –Le preguntó Florencia. 
-Sí !!! 
-No seas tonto…somos tus hermanas, no tengas vergüenza.-Dijo Agustina. 
-Pero…-Trató de decir algo Martín, cuando lo interrumpió Flor. 
-Dale, no vas a tener vergüenza de tus hermanitas.-Dijo Florcha. 
-Queremos ver como la tenes… mostranos, no seas malo.-Dijo Agustina excitada, tratando de convencerlo. 
 
Martín se convenció y se sacó las manos de su paquete, que nuevamente quedó a la vista de sus hermanas. 
 
Agustina y Florcha se la miraron fijamente y con atención, se quedaron ambas muy embobadas viéndole el ajustado y apretado bulto en el pantalón a su hermano. 
 
-Parece que te gustó mucho coger, jajaja. No se te baja! –Dijo riéndose Agustina. 
-Ya… no te burles! Me tapo de vuelta… –Martín. 
-Nooo, estaba jodiendo hermanito. A mi también me gustó, si estoy mojada. A Flor también. O no que todavía estás excitada vos también Flor? –Le preguntó Agustina. 
-Sí. -Respondió Florcha. 
-Ves? 
-Bueno, pero a ustedes no se les nota.. son re tramposas! –Martín. 
-Jajaja. 
-Jajajaja. 
 
Ambas chicas se rieron. 
 
-No me respondiste todavía. No te molesta tenerla así apretada? -Florcha. 
-Si me molesta…y me duele un poco, pero no es nada. 
 
Agustina y Florencia se miraron mutuamente y se sonrieron. Se leyeron los pensamientos una a otra. 
 
-Querés sacarla? Así no te duele…-Dijo Agustina. 
 
Martín se la quedó mirando. 
 
-Estás loca? Me la van a ver! 
-Si decís que te duele... la tenés muy apretadita, te vas a lastimar.-Agustina. 
-Ya te dije que no es nada.. puedo estar así.-Martín. 
-Seguro? La tenés re parada! No quiero que te lastimes el pito por nuestra culpa. 
-Estoy bien hermanita.. sí me duele un poco, pero tranquila que no me va a pasar nada. 
 
La pija le iba a estallar. Si no estallaba el short antes. Estar hablando con sus hermanas de esas cosas, más la cogida con ropa de hacia unos minutos… tenerla tanto tiempo apretada al pantalón le empezaba a pasar factura, era un dolorcito muy incómodo, aunque lleno de placer. 
 
Entre Agustina y Florencia, que traían la suma de alcohol + excitación… estaban desatadas. 
 
-Agu, te acordas cuando éramos chiquitas y lo veíamos desnudo? Que no sabíamos que era lo que tenía ahí.. jajaja!-Dijo riéndose Florcha. 
-Siii.. jaja que le preguntábamos a mami porqué tenía pito!! –Contestó entre risas Agustina. 
-Ustedes me veían desnudo?!?!? Cómo??-Martín. 
-Si… creo que cuando te bañabas… mamá te sacaba la ropa y te bañaba ella, y nosotras mirábamos de curiosas! 
-Recién me vengo a enterar! 
-Jajaja… y parece que te creció mucho, eh.-Dijo Agustina. 
 
Martín llevó su mano ahí para acomodársela un poco, ya empezaba a sufrir las consecuencias de tenerla tanto tiempo parada y apretada. 
 
-Si te molesta mucho, sacátela… en serio.-Florcha. 
-Para ustedes es fácil! –Martín. 
-Bueno, pero no vas a estar tanto tiempo con eso doliéndote ahí... te vas a lastimar.-Agustina. 
-Pero me da mucha vergüenza! –Martín. 
-¿Vas a tener vergüenza de nosotras? Si ya te la vimos cuando eras chiquito! –Florencia. 
-Eso.. dale, no podes tener vergüenza de tus hermanas. –Agustina. 
-¿Están seguras? No sé.-Dijo Martín. 
-Dale, queremos ver como te creció, jaja. –Florcha. 
-Se nota que te duele, dale así también se la mostras a Flor, que todavía nunca vio una…va a ser la primera que vea así grandecita y parada. Aparte yo también quiero vértela. –Dijo Agustina. 
-Está bien… ustedes ganan. –Martín. 
 
El muchacho dejó la lata a un lado en el piso, y se llevó ambas manos a su short, agarró el elástico junto con el bóxer debajo y se lo fue bajando de a poco. 
 
Las chicas miraban atentamente sin perderse ni un detalle de lo que pasaba ahí abajo. Lo primero que vieron fue el pubis de su hermanito con algunos pelitos claros, y luego le empezaron a ver el comienzo del tronco de la pija. 
 
Martín siguió bajándose la prenda hasta que todo su caliente miembro quedó afuera, a la vista de ambas. Saltó como un resorte hacia fuera. Se bajó el short más, hasta también sacar los huevos afuera. Allí se detuvo, dejando el pantalón debajo de las bolas. La pija dura quedó al aire, parada, apuntando al techo. 
 
Agustina y Florencia se la estaban viendo a su hermano menor. La tenía demasiado dura, con el prepucio recubriendo el glande, tapándolo. 
 
-Wow… te creció un montón jaja!! –Dijo Agustina, devorándola con la mirada. 
-En serio? No sé… como es de tamaño? Está bien? La de tu novio es más grande?-Preguntó Martín, con la preocupación lógica de todos los hombres. 
-Mmmm.. no… creo que es más o menos del mismo tamaño… está perfecta!! –Respondió Agustina. 
 
La tenía normal, era de un tamaño estándar. 
 
Florencia la miraba con devoción. Era la primer pija que veía y le encantaba. Se puso la sábana encima para que no la vean, y disimuladamente se tocó encima de la calza. Palpó primero la zona del clítoris, y luego bajó con sus dedos, notando como tenía la calza húmeda. Estaba tan mojada que los flujos habían traspasado la bombacha ya. 
 
-Y Flor.. qué te parece? ¿Te gusta? –Preguntó Agustina a su hermana. 
-Sí. –Se limitó a responder ella. 
-Hermanito, te animás a bajarte la piel para mostrarle la cabecita? –Preguntó Agustina. 
-Ok. 
 
Martín colocó tres dedos en su pija y se bajó el prepucio como se lo pidió su hermana, quedó a la vista el glande rojizo, bien excitado y todo húmedo por líquido pre seminal, muy a la vista porque se veía brillante. 
 
A Florencia ver aquello la excitó aún más… no paraba de mojarse. Su conchita seguía lubricando como nunca. A Agustina también le encantaba y disfrutaba con todo ello. 
 
Martín se sentía muy caliente pero algo incómodo, sus hermanas se la miraban sin pestañear! 
 
-Me siento un poco acosado. No puedo verlas yo a ustedes?-Martín. 
-¡Jajaja! Hoy me tocaste una teta, no es suficiente?-Agustina. 
-Tenés razón.. pero.. 
-Ah!!! ¿Y las bombachas mojadas? No podés quejarte de desigualdad eh! Jajaja. -Dijo Agustina riéndose. 
-Jajaja… me tapaste la boca, hdp. 
-Si querés, antes de ir a dormir te doy mi tanga, para que veas lo justa que soy, je. 
-Si quiero! 
-¿Vos Flor, se la vas a dar?-Preguntó Agus a su hermana. 
-Sí…creo que es justo por habernos enseñado el pito. Aunque esta vez la moje mucho!-Florcha. 
-Ves que buenas que somos? 
-Jaja sí.. gracias a las dos. 
-¿Y cuanto tiempo la podes tener parada así? –Preguntó curiosa Florencia. 
-Bueno… mientras esté excitado la voy a tener así…cuando deje de estar caliente se me va a bajar.. o después de acabar. 
 
Florencia seguía mirándosela, viendo esa cabecita roja y húmeda que le parecía deliciosa, con el resto de la verga apuntando al techo. 
 
-Parece que a Flor le encanta tu pija hermanito!-Dijo Agustina. 
-Sí, está re linda boluda.-Florcha. 
-A mi también me gusta! Está hermosa así paradita.-Agustina. 
-Bueno.. ustedes pueden ver lo caliente que estoy, pero yo no a ustedes! Eso sí que no es justo! –Dijo el chico. 
-¿Qué querés ver? Nosotras también estamos excitadas!-Agustina. 
-Bueno, quiero que me lo demuestren como yo a ustedes!-Martín. 
-¿Cómo? Querés que te muestre la tanga? No sé como demostrarte que estoy mojada. 
-Sí! Así estamos a mano… 
 
Agustina no se lo pensó dos veces. Se sentó en la cama, en el borde, y abrió las piernas un poco. Se levantó un poco la falda, para mostrarle la entrepierna a su hermano. 
 
-Mirame! Notás lo mojada que estoy?-Agustina. 
-Ciertamente no veo desde acá. Puedo ver de más cerca?-Martín. 
-Dale. 
 
El chico se acercó aún más, poniendo la cara casi entre las piernas de su hermana mayor. Observó lo que parecía la tanga húmeda, apenas se notaba, lo que se volvía a notar eran los labios de la concha marcados en la tanga. Al estar tan cerca, lo invadió un olor bastante conocido. 
 
-Agu… espero que no te moleste lo que te voy a decir, pero el olor que tenés es riquísimo!-Dijo el muchacho, sintiéndole el olor que le era familiar. 
-Jajaja! Es mi concha excitada pendejo… 
-Me dejás olértela un minuto de más cerca? 
-…Bueno, si es lo que te gusta… oleme la concha.. pero no se vale tocar! –Agustina. 
 
El muchacho no se lo podía creer. Su cara estaba a centímetros de la vagina de Agustina… el olor tan característico provenía de su entrepierna, tapada por la tanga húmeda. Le sintió el olor a excitada hasta que la chica misma cerró sus piernas delante de él. 
 
-Te gusta? –Preguntó Agustina. 
-Sí. 
-Ves lo excitada que estoy? Mostrale vos Flor. 
-Hago lo mismo? –Preguntó Florcha. 
-Si querés… -Le respondió Agustina, volviéndose a acostar en la cama. 
 
En esta ocasión, fue Florencia la que se quitó la sábana y se sentó en el borde de su cama, abriendo ligeramente sus piernas. No se bajó la calza. 
 
Martín inmediatamente se volteó hacia el otro lado y se puso entre las piernas de Florcha. La miró para que ella le diera el vía libre. La chica le hizo el gesto de que lo hiciese. 
 
Movió la cabeza hasta poner su nariz cerca de la entrepierna. Empezó a olerle la concha a su otra hermana. Esta vez el olor era más fuerte, aunque igual de rico. Permaneció así mientras la pija le daba saltos de lo caliente que estaba. Mientras se la olía ahí abajo, Florencia le miraba la verga parada, y el glande rojizo todo húmedo. Ella seguía chorreando. Sentía que estaba mojada hasta la cola. Hacer eso era muy excitante. Tras unos segundos oliendo la conchita de Flor, la chica le cerró las piernas. 
 
-Yo también tengo olor rico?-Florcha. 
-Siiii. 
 
Ambas se rieron. Florencia se volvió a acostar, mientras que Martín también se recostó en el puff, con la pija apuntando al techo más que nunca. Las chicas no dejaban de vérsela… 
 
Luego de un rato más de seguir hablando otras cuestiones sin mucha importancia, ya cuando estaba cerca de amanecer, el sueño se hizo presente. 

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