El Capitán de Navio...

Como a todos los másculinos de mi época en el año 1979 me " sortearon" para el Servicio Militar Obligatorio que éra ley en aquella época, a mi edad rogaba poder "zafar" por suerte de aquella obligación en el "sortéo" por un " número bajo " que me dejara fuera de la cantidad de connscríptos que se miliciaban ese año, para mi desgrácia el número que me tocó en suerte fué el 998 y con eso mi destíno estaba en la márina para la cual había que pasar la tan famósa y temida " revisación médica " integral a la que te sometían ; si descubren que sos " trolo" te firman " en rojo " por no estar apto...por que ser gay es " un defecto"...
Así y todo , obligado por la ley me presenté en el Distríto Militar San Martín en Ciudadela con temor y curiosidad a la vez.
Mi ano ya había sido penetrado muchas veces; cualquier médico podía ver a simple vista que mi culo había recibido visitas en mas de una ocasión; pero no se podía evadir la cita por " reveladora" que pudiera resultar.
En ese año, cierta " apertura" tácita de la junta militar se había desentendido de rechazar soldados por ser gays, salvo que la condición fuera muy "obvia" , cómo no era mi caso; el capitán médico que me atendió me lo dijo... - tenemós una fisúra anal como impedimento pero, sos apto militar en todo sentido; depende de vos si querés hacer la colimba o no...-
Por instinto de supervivencia social le dí mi consentimiento y el milíco doctor me firmó el " Apto para todo servicio " sin dudarlo.
El 2 de agosto de ese mismo año me llegaba el "telegrama de incorporación" a la Armada Argentina.
El dia de la revisión médica, cientos de pibes adolescentes estaban apiñados y desnudos con toda su ropa dentro de una bolsa negra , despojados de su pudor caminando en una fila infiníta de cuerpos desnudos mostrandolo todo sin vergüenza y a la vista de todos.
El Capitán de Navio...
Era un deleite tremendo voltear la vista donde fuera y ver a todos esos pibes de mi edad desnudos, varónes venídos de todo el oeste de Bs As haciendo una fila interminable esperando su turno sin ropa.

Continúa...

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