Recordando a mí putita

Mi mente quería sentir lo perverso en carne propia, así que tuve una idea algo alocada esperando aceptará mi propuesta la putita que me había enseñado a disfrutar de una mamadita... pero también tenía trabajo y se me ocurrió que sería buena idea citarla en la oficina, la llamé por teléfono dias antes, hablamos mil cosas y terminamos recordando los días en que era mi puta y mamaba mi verga frotando sus labios una y otra vez, me susurraba que quería entre sus piernas mis pelotas, que no esperaba que le bajara la luna o el sol pero si el calzón para que le diera con mi cabezón. Imaginaba sus pezones creciendo a gran velocidad y su mirada perdida en mi verga comiéndome como puta profesional. Termine colgando y no me confirmo la visita... Los días pasaron y no había vuelto ha llamar, cuando un día me sorprendió a la entrada de la oficina que llamaba caja de zapatos.
Está recargada sobre la pared con la espalda recta, hombros enderezado, casi de puntillas y una pierna adelantada, mostrando sus muslos con unos jean ajustados, blusa a rayas ajustada sin mangas, delineador obscuro que resaltaba sus ojos, lápiz labial tenue y brillante. Se acercó diciendo arquitecto lo estaba esperando y como era costumbre nos dimos una abrazo efusivo escuchando su dulce y suave voz diciendo a mi oído "llegó tu puta para tener sexo pasional sobre tu escritorio". En seguida sentí mi virilidad fluir, me hacía pensar en bajar los tirantes que llevaba puestos para descubrir esos pezones que imaginaba días antes... Me despertó un "me invita a pasar?", sus pasos eran marcados en sus caderas, la sonrisa en su rostro mostraba su intensión morbosa, lujuriosa, tenía claro que era una juerguista. El pasillo interminable nos hizo llegar a tan esperado escrito, botandome en dos segundos a él, sin soltar mi mano que llevaba despacio hacia su boca y con su voz tenue decía, "tiene unos dedos bonitos que deberían estar dentro de mí, chupandolos como una puta profesional hizo saltar mi verga motivando a comenzar la faena con una gran succión de su boca en mi falo caliente y duro como bat, es una experta mamadora que casi me llevaba en u momento a correrme, mi mira llegó en medio de sus piernas que tenían sus dedos entrando a ese bosque frondoso poniendo nervioso y deseoso de picarla en estampida con verdadera devoción. Chupa mi verga como un niña hambrienta buscando leche, pero era mi puta y tenía que obedecer lo que yo deseaba, así que baje con esfuerzo ese jean puesto, saltando en una corvatura su agujero negro que invitaba a la penetración así comenzó a cabalgar sobre mi, permitiendome mirar su espalda tersa, lustrado mi polla que llaga a su final...

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