Un lápiz labial rojo de señora que me hizo eyacular

Este verano de pandemia demierda no me fui a Mar del Plata como siempre hago, así que mi diversión y milocura las tengo que hacer por acá por Carapachay. Fue por eso que el sábadopasado fui a la casa de Marisa, una de mis conocidas del barrio, y si bien no medio para cogerla, sí me di lindo gusto. No sólo comer sandwichitos.
 
Resulta que hace mesesabrí un Twitter, y entre mis pocos seguidores apareció esta Marisa, rubia teñidade pelo corto, madura de las que me vuelan. Pegamos onda con twits y me tentéde comer fiambre (recordemos, eso me excita) con ella. Le pedí el celu, lallamé, ella me atendió copada y nomás aceptó que fuera a verla con fiambre, quesegún dijo le encanta. Excitado, me vestí de camisa, pantalón claro ysandalias, pero no perfume, ya verán por qué. Agarré el paquete con fiambre yle llevé, me recibió y tras preparar todo cumplí mi sueño de sandwiches conella, aparte con mucha mayonesa a mi pedido para calentarme más.
 
Pero el fiambre no eraesta vez el asunto de mi locura. Marisa me había contado que era revendedora decosméticos y aparte coqueta. Y cuando me dio un beso me enloqueció su olorcitoa lápiz de labios, aparte de sus perfumes, ropa y demás, aparte del fiambre. Ybueno, tras la cena le pregunté por su labial, qué aroma, su trabajito, todo. Ymientras me contaba, de tan loco que estaba deseaba pedírselo y pintarme yo,pero ni idea cómo, no podía así de una.
 
Hasta que a Marisa se leocurrió contar de que la hija es lesbiana. Y ahí a mí se me prendió no sólo lalamparita, sino todo lo de abajo, viste. Agarrándome de su confesión, le conté:"Uh, mirá, te voy a confesar algo, vos sabés que a mí no me gustan loshombres, pero sí uso ropa de mujer y me gusta pintarme los labios". Esperéa ver qué reacción de la rubia, quizá me mandaba a la mierda. Nada que ver, ladivina se rió, me hizo chistes y lo tomó re natural. "Ja ja, te tengo decliente de mis cosméticos entonces, bueno, pasa con muchos hombres, es normal,no te preocupes". Y me repreguntó si tenía en casa y si lo hacía seguido."Justo ahora no, no tengo mucha plata y están re caros", pero agreguézorro "pero si pudiera me pintaría los labios ahora mismo". Marisa serió de nuevo y me repreguntó otra vez: "¿En serio te pintarías ahoramismo? Mirá que estás acá conmigo, no da", decía. Loco le repliqué que noimporta, que me perdone pero me pintaría igual.
 
Y lo increíble, Marisa meretrucó: "Bueno, entonces esperá que te doy el mío", re gaucha, másde lo que yo pensaba. Fue a la pieza, buscó su cartera fina de cuero, escuchéel cierre abrirse y se me reparó el pene bajo mi pantalón. Y qué cuando un ratodespués vino con un fino lápiz labial en la mano. "Tomá, es rojo fuerte,te va a quedar muy lindo con tu piel clarita". Sin dudar un segundo, loagarré enloquecido, lo abrí y mirándome a un espejito suyo, me pasé el labialdos veces por mi boca, que me quedó preciosa. Excitado se lo devolví yagradecí, y mientras ella me jodía y demás, le pedí un segundo al baño.
 
¿A qué? Obvio chicas, a pajaza.Me metí en el ñoba, busqué crema de las manos por los estantes del tocador,encontré, encima una Hind's, me puse y tras el olor de la crema y del labial,me bajé el pantalón, me senté en el inodoro, me agarré mi poronga con las dos manosy cuando la tuve largota y dura, me pegué flor de murra adelante y atrás,pensando en la mujer, los sandwichitos, sus cosméticos, encima el aromafemenino mío. Y en menos de 10 eyaculé semen a chorros que bañó mis piernas yel piso del baño. Y como no me alkkcanzó, qué iba a alcanzar, me mandé unasegunda paja, incluso mas fuerte, y volví a eyacular duro. Ahora entienden porqué no me puse perfume, ¿no?
 
Luego me lavé, vestí yvolví con Marisa, y le conté que me estuve mirando y me gustó, mentira total siestaba en ebullición pajera. Sí chicas, me di otro gusto, sandwichitos,mayonesa, pintarme, paja. Y eso que no me la cogí, poco faltó. Pero cuando nohay pan vienen bien las tortas con mucho dulce de leche.

0 comentarios - Un lápiz labial rojo de señora que me hizo eyacular

Los comentarios se encuentran cerrados