Cosas de la cuarentena 4

Me dejaron sola un día, mi hermano salió con mi vieja una mañana, se fue a hacer un tramite al banco él y a trabajar ella. Me dejaron sola, a mis anchas para poder pajearme como quisiera. Y eso pretendia hacer.
Pero primero tenía que entrenar. Llevaba media hora aprox y aprovechando que habia un sol lindo y que estaba sola, decidi sacarme la remera  y el pantalon para de paso broncearme un poco mientras entreno. Todo iba bien, pero mi cabeza me empezo a jugar una de esas pasadas y empece a fantasear con ser espiada mientras entrenaba lo cual me calienta bastante. Estaba sentada en una silla haciendo un ejercicio de brazo con unas pesitas de 1kg que tengo, cuando sin querer me toco entre las piernas con la pesa, yo ya estaba un poco caliente por mi fantasia de ser espiada y ahora se me sumaba una fantasia nueva, me dieron unas ganas tremendas de cojerme la pesa, de pajearme con esa pesa, (Como tiene una contextura gomoza no me va a lastimar supuse). Intente terminar el ejercicio, pero las ganas pudieron más y me di por vencida, lavé en una canilla la pesa, la deje en el piso y me senté encima con las piernas abiertas, tan abiertas como podia para poder sentir la pesa atravez de mi bombacha.
Una vez estuve bien posicionada sobre la pesa empece a mover las caderas, muy despacito, dejando que que se deslice por mi concha, mojandome de sentir toda esa dureza entre las piernas.
Busque con la mirada en los techos de los vecinos, en las ventanas más altas, pero sin suerte, no habia nadie viendome, nadie quien me espiara, ni un tipo, ni un viejo, ni un niño, ni una mina, nadie. Empece a gemir dejandome llevar por mi excitación, pero nadie se asomó. Quien si vino hacia mi fue mi perro que viejo como es suele dormir hasta tarde, pero que se desperto se ve con mis gemidos.
- ¿Que pasa Pipo?...¿te desperté? - Dije entrecortada.
El respondió acercandose a mi y dandome una lamida en el hombro, con una mano le empece a acariciar la cabeza mientras con la otra me empece a pellizcar los pezones. El entendia lo que pasaba y me miraba animado mientras yo movia las caderas y gemia.
- Siempre puedo contar con vos... hermoso - Le dije dandole un beso en el hocico, que él devolvio con dos lamidas, una en mi cara y la otra en mi cuello. Me excita tanto pajearme con el cerca, tocarlo mientras me pajeo, hay un morbo extraño de sentir su cuerpo peludo junto al mío mientras me estoy tocando.
El animado por lo que veía me lamió un par de veces más, una vez al costado de una teta y la otra justo en el pezón, mi calentura se disparó a las nubes.
Me tiré en el suelo boca arriba, me saque la bombacha y la tiré a un lado, agarre la pesa con una mano y la lleve a mi vulva, la movi un poco buscando el angulo correcto y cuando lo encontre empece a moverla cada vez más, Pipo aprovecho para lamerme la cara y los pezones un poco más y despues se fue a oler mi bombacha. Mi concha estaba hecha agua, no paraba de gemir y ver a Pipo oler desesperado mis jugos en la bombacha me calentaba aún más, ya estaba cerca, lo sentía, lo sentía en mis pezones tan duros como perlas, en mi gemidos cada vez mas fuertes, los movimientos de mi mano desesperada por placer, en mi concha empapando todo el piso del patio, y entonces...
Escucho el timbre, y la memoria se activa en el acto, SOY UNA ESTUPIDA[/i] Hoy venía Osvaldo.
Osvaldo es el primo de mi mamá que mi vieja usa como arreglatodo, cada vez que algo no funciona lo llama para que venga a arreglarlo. Me había dicho que iba a venir a arreglar el tanque de agua y me olvide.
Suena el timbre una segunda vez y me ayuda a salir de mis estupor, me levanto como puedo, dejo la pesa en la mesa del patio, me pongo mi remera y cuando quiero buscar mi bombacha me doy con que Pipo se la habia llevado, - Puta madre-.
Suena por tercera vez el timbre, no veo mi short por ningun lado, "ya fue la remera es larga, me llega hasta los muslos, no pasa nada"
Fui a atender.
- Hola primo, ¿Como estas? - Lo salude azomando la cabeza por la puerta.
- Primita, te desperte?
-No, estaba ejercitando en el patio. Te abro el porton del garage así entras la moto. - Le dije y cerré la puerta. El corazón me latia muy fuerte, me había llevado un susto fuerte, pero seguía caliente y tenía miedo de que se note.
Sali al patio y fuí a abrir el portón, en el camino quise ver si encontraba mi short, pero no tuve suerte.
Le abrí a mi primo, él entro la moto y la puso a un costado, se me acercó y me saludo con un beso en el cachete. Yo instintivamente me pegue un poco a su cuerpo en el saludo, y temí que se diera cuenta de lo desnuda que estaba en realidad. Ahí fue cuando me di cuenta de que lo único que lo separaba de mi cuerpo desnudo era solo una remera remera vieja, solo un pedazo de tela, separaba su cuerpo del mio, sus ojos de mis pechos, sus manos de mis pechos. Un pedazo de tela que apenas si tapaba mis partes mas bajas, mi culo gordo amenazaba por escaparse por debajo de la remera con cada movimiento, y mi concha estaba a solo un descuido de quedar expuesta y regalada.
Osvaldo me estaba hablando y yo hacia que escuchaba mientras pensaba todo aquello, que supongo algun efecto tuvo en mi, porque podia sentir como mis pezones se endurecian, sabía que se notaban, sabia que iba a poder verlos, pero no podía hacer nada para evitarlo. Y el poco tardo en darme la razón, porque pude ver como sus ojos bajaban hacia mis pezones entre frase y frase. Y yo ya tenía ganas de que los tuviera en la boca.
Lo hice entrar a la casa mientras seguíamos hablando, el me hablaba del auto que se iba a comprar, de lo jodido que estaba el trabajo en la fabrica, pero yo solo pensaba en lo caliente que estaba, en lo mucho que se marcaban mis pezones en la remera, en lo mojada que estaba, en si podia oler mi calentura, en como hacer para mostrarle mi cuerpo, para invitarlo a mi cuerpo.
Se puso a trabajar en el tanque. Me pidio que le muestre donde estaba la escalera, se la señale, la agarró y la llevo a un costado de la casa para subirse al techo. Se me ocurrio subirme primero para que me vea de abajo, pero en lo que me quede fantaseando con sus ojos espiandome, el comenzo a subir la escalera, dejandome abajo.
Cuando lo perdí de vista aproveche para mirarme el cuerpo y puta! Mis pezones eran puñales penetrando mi remera, imposibles de disimular, y el estuvo viendolos, admirandolos, deseandolos seguro. Mi mano independiente se fue hasta mi concha, se metio debajo de mi remera y me empezo a acariciar, primero mojando los dedos en esa cascada de jugos que era mi concha, despues enfocandose en mi clitoris, estaba tan caliente que queria pajearme ahí mismo, meterme los dedos y pellizcarme los pezones, morderme, apretarme, dejar que me vea en mi estado mas puta.
Estaba de espaldas a donde Osvaldo había subido, apoyada en la mesa con mi mano izquierda, mientras con la derecha me pajeaba como si no hubiera nadie, y se ve que mi cuerpo penso que no habia nadie porque de repente un gemido fuerte escapo de mis labios, no lo pude controlar, ni siquiera supe que venia y salio. Me escucho, seguro me escucho, tengo que parar, pero no puedo, mi mano no me hace caso, necesito esto, necesito tocarme, necesito acabar, necesito que me vea, necesito que me toque, necesito su pija.
Me doy vuelta asustada por todas estas ideas, saco mi mano apresurada y lo veo en el techo, de espaldas a mi, acuclillado acomodando algo.
-Ya está primita, todo listo.
-Si? - pregunte con un susurro casi. -Que rapido.
-Era una pavada no mas.- Dijo y empezo a bajar por la esclarera, yo rapida con la excusa de sostenersela, pegue mi cuerpo a la escalera con la esperanza de que me toque aunque sea por accidente. No tuve la suerte que queria, pero cuando bajo los ultimos escalones, puso su mano en mi hombro, rozando levemente mi cuello con sus manos asperas y fuertes.
Una vez abajo yo lo agarre del brazo mientras lo felicitaba por lo rápido que trabajaba y le agradecía por venir siempre que lo necesitabamos,
- No es nada prima, me gusta darles una mano.
- Sos tan dulce. - Dije y me avalance en un abrazo, le puse mis brazos en su cuello, le apoye mis tetas en el pecho, y pegue cuanto pude mi concha en su pierna.
- Bueno prima, gracias no es para tanto. - Dijo un tanto sorprendido por tanto afecto porque nunca nos habíamos abrazado antes, igual respondió con una mano en mi cabeza y la otra en mi espalda baja.
Sentí algo moverse en mi pierna, algo pulzante, duro y blando a la vez, estaba excitado, estaba caliente como yo. Se le estaba parando la pija de culpa de la hija de su prima, la pendeja de 25 años lo estaba dejando duro, y yo queria sentirlo dentro mio. Nunca creí que lo iba a desearadentro mio, Osvaldo es petizo, gordito, pelado, tiene 50 años, padre de familia, casado, con dos hijas y un nieto de meses. Es un hombre con una vida tranquila y normal, y yo estaba dispuesta a quitarle eso solo para sentir su pija en mi boca, sus dedos en mi concha, sus dientes en mis pezones, su pija tan dentro mio como sea posible, su leche en mi cara.
Se separó de mi, intimidado por su propia ereccion, quiso disimular su calentura hablando de otra cosa, preguntando sobre otras cosas, pero yo lo interrumpí invitandolo a tomar un poco de agua adentro.
El me siguio a la cocina, le servi un vaso de agua que empezo a tomar de parado ahí mismo, y yo me sente en la mesada de un salto. Mi remera salto conmigo y me descubrio por un segundo, cosa que Osvaldo vió, cruce mis piernas en la mesada dejando mi concha a full display para mi primo. Pude ver ocmo sus ojos se abrian como platos e intentaba desviar la mirada, pero su bulto no me engañaba, se lo veia duro, gordo, hambriento de concha de veinteañera y yo le queria dar de comer. Acerque la jarra de agua, con la que me le habia servido, a mi boca y le di un trago dejando caer el agua por la comisura de mis labios, mojando mi remera.
-Ay que torpe. -Dije con mi voz de putitonta. - Me moje toda dije, y baje de un salto, mientras giraba, mi remera se quedo atazcada entre el marmol de la mesada y yo dejando mi culo al aire libre. Podia sentir sus ojos en mi culo, deseandolo, apretandolo con los ojos, apoyandolo en sus fantasias.
Me incline sobre la bacha de la cocina para escurrir mi remera, dejando mi culo aun mas expuesto a sus ojos, a sus deseos. Senti que se acercaba, lo sentí cerca detras mio, y lo espere, espere a que diera el paso final y me agarrara por detras, pero no lo hizo. A la mierda, lo hago yo.
Me hice para atras pegando mi cuerpo al suyo, sus manos sorprendidas me agarraron de la cintura, y su bulto se encastro en mi culo tal cual queria. Empece a mover las caderas frotando mi culo por su bulto, disfrutando de todo esto que hacia rato no sentia. Agarre una de sus manos y me lleve uno de sus dedos a la boca, se lo chupe como si fuera la pija que queria tener en la boca, y una vez empapado lo lleve a mi concha. El resto lo hizo el, torpe como era me metio los dedos, mientras me amazaba el culo con su mano libre, me cojió con sus dedos un rato, mientras yo gemía desesperada y me frotaba en su cuerpo como una gata en celo.
Saque su dedo de adentro mio, me di vuelta de repente, lo mire a los ojos con la más grande cara de puta de la que soy capaz, y me arrodille frente a el. Desesperada desabroche su cinto, baje el cierre saque el boton, y baje el boxer. Era gorda, no larga, pero muy gorda y estaba dura, venosa, dispuesta a que haga lo que quiera con ella. Me la metí en la boca con un hambre, lamí, chupe, oli, mordi. Dizfrute tanto de esa pija, de mi primer pija en tanto tiempo. Su verga gorda me llenaba la boca y me hacia soñar. Lo mire a los ojos con su pija dentro de mi boca, abri y le mostre como su pija descansaba sobre mi lengua, como su preseminico ya teñia mi lenga de blanco. Me agarro del pelo e hizo que me la meta en la boca de nuevo, empezo a cojerme la boca torpemente, haciendo que me empape. Me ahogue con su verga un par de veces y yo ya la queria adentro mio.
Me saque la remera, y le mostre mi cuerpo como quise hacerlo del principio. Embobado fue derecho a mis pechos, los lamía, los mordia y yo gemia como si fuera una puta virgen.
-Metemela- Le dije - Metemela primo, dale cojeme. Cojete a la hija de tu prima.
Me puso de espaldas otra vez, apoyada en la mesada, me levanto la cola y acerco su verga a la entrada de mi concha.
-Metela despacio, dejame disfrutarla. - Le rogue como puta.
Y eso hizo, suavemente empezo a meterla, penetrando mi concha despacio, expandiendola con todo su grosor, dejando que milimetro a milimetro la vaya envolviendo con mis labios. Logre sentirla toda, la metio entera dentro mio, la dejo un ratito y empezo a bombear.
La metia y la sacaba cada vez más rapido, yo gritaba pidiendole más, que me coja más fuerte.
- Dale cojeme más fuerte primo, metemela más fuerte dale. Dale cojete a la hija de tu prima, a tu primita de veintipico. Cojeme como la puta que soy. - El hacia lo que podia con las cosas que le decía, sus manos fuertes me agarraban de la cadera y me tiraban fuerte hacia el haciedome gritar con cada penetración.
- Dale metemela más, cojeme así que me encanta.
Podia sentir que le quedaba poco, me iba a quedar con las ganas, pero con esto estaba contenta, necesitaba pija y tuve pija.
- Vas a acabar? Te está por hacer acabar tu primita? Eh?
- Si, ya estoy cerca.
- Me vas a dar tu lechita? dale tu lechita a tu primita dale, poneme tu leche en la boca.
Y eso fue demasiado, saco de repente su pija, me agarro de los pelos y me la metió en la boca, apenas la metio empezo a acabar, llenandome de su semen, recibi cada gota que tenía para darme, lo mire a los ojos y le mostre como me habia llenado la boca con su leche. Me la trague mirandolo a los ojos.
-Que puta de mierda que sos. - Me dijo para mi sorpresa.
-Se ve que te gustan las putas entonces- le conteste.
Se abrocho los pantalones y se fue tan rápido como pudo, dejandome sola con mis ganas de acabar. Cerre el porton tras él, y me metí en mi pieza a terminar el trabajo, acabe como hacia rato no lo hacía.
Y contenta pense que con esto ya tenía sufuciente. Que ya no iba a tener estas fantasias estupidas con mi hermano. Que ilusa, solo necesite verlo en el baño para darme cuenta que no.

1 comentario - Cosas de la cuarentena 4