Adios Stefany - parte 2

No dejes de pasar por mi mejor post

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No te vas a arrepentir!



Al día siguiente tendría la primera prueba, los traidores cayeron rápido en la trampa, no hacía ni una hora que me había ido de casa cuando ellos entraron riéndose como tontos enamorados, refregándose uno contra otro, trastabillando, llevándose las cosas por delante, se besaron con pasión, dejé mi trabajo de lado y solo me concentré en las imágenes que me devolvía mi celular, Daniel se apoyó contra unas de las máquinas y manoseaba por todos lados a Stefany, ella solo lo besaba y le preguntaba ‘si la amaba’ y el respondía lo que ella quería escuchar, ‘si, te amo, sabes que te amo’, mi esposa desabrochó la camisa que cubría el torso de ese hombre y empezó a besárselo en forma muy provocativa, fue bajando lentamente hasta arrodillarse a sus pies, soltó el cinto que ajustaba el jean a su cintura y con poco esfuerzo le bajó el pantalón y el calzoncillo hasta las rodillas, su verga erguida quedo en primer plano, Stefany la tomó entre sus dedos y se acarició el rostro con ella, ‘que bonita es’ susurró dulcemente.

Ella empezó a chupársela, le acariciaba las bolas e intentaba meterla toda en su boca, la cámara tenía la suficiente nitidez como para dejarme notar la forma en que ella lo miraba mientras pasaba el glande por su lengua, las palabras de su amante que balbuceaba ‘así, así, me encanta como me la chupas’ y toda esa mierda de cosas que hacían a mis espaldas. Admito que tenía un toque erótico, pero a mí me sonaba a perverso, el advirtió ‘me vas a hacer acabar’, y Stefany solo siguió chupando a sus pies, sentí la excitación de ese hombre al borde de su orgasmo, cerró los ojos y se contrajo con vehemencia, y solo empezó a eyacular en la boca de mi mujer, hasta el final….

Luego Stefany se incorporó y se miraron fijamente, el con una sonrisa en su boca limpió la comisura de los labios de mi mujer ya que aún tenía restos de semen pegado, y ella le plantó terrible y profundo beso, de esos que quitan la respiración, cuando se separaron él dijo riendo ‘puta, que gusto a leche tenes, te la tomaste toda…’

Fue suficiente por esa mañana, solo apague el móvil, tenía náuseas y fui al baño a vomitar, todo estaba patas para arribas, esos labios que le chupaban la verga a él, esa boca que se llenaba con su semen, eran los mismos labios y la misma boca que cada noche me besaba, los mismos que me decían que me amaba, los mismos que me juraron fidelidad, no supe que hacer, como seguir adelante, como volvería a besarla, como sonarían sus ‘te amo’ sabiendo que otro la hacía feliz.

Solo dejé correr el agua del río, solo me hice a la idea que la tendría por las noches, pero él lo haría por el día, tal vez compartirla era mejor opción a perderla, tal vez…

Traté de convencerme a mí mismo que yo seguía en carrera, que podría recuperarla, pero noche a noche ella iba cambiando, se hacía distante, siempre tenía excusas, cada mañana cuando veía lo que hacía con su amante solo me llevaba al abismo, jamás imaginé que Stefany hiciera las cosas que estaba haciendo con Daniel, él la manejaba a su antojo, la cogía como y cuando quería, ella se había vuelto su perra, incluso se la daba por el culo y hacían dobles penetraciones con alguna verga de plástico que él le había obsequiado, todo era para él, él la encendía, lencería, juguetes, fotos, lo que imaginen, hasta le daba fuertes nalgadas que la hacían bramar como puta en celo.

Muchas veces habíamos jugado en nuestra intimidad a que ella era una puta, una puta que se revolcaba con todo tipo que se cruzara en nuestro camino, muchas veces habíamos fantaseado en complicidad que ella me metía los cuernos, y que le entregaba todo su cuerpo a algún desconocido, y ahora, cruelmente todo se hacía realidad, hasta sentí culpa por haber sido parte de esos juegos.

Muchas veces tuve las intenciones de ir a casa de improviso, a sorprenderlos mientras cogían, alguna vez invadido en furia pensé en matarlos a ambos y luego suicidarme, alguna vez, invadido en deseo pensé en solo cogerla delante de él, cogerla entre los dos, y hacerla todo lo puta que ella quisiera ser, pero solo fueron intenciones, nunca tuve las agallas suficientes…

Y si el sexo que tenía a mis espaldas me dolía, la conversación de una mañana fue peor aún, el no solo jugaba, estaba enamorándola, después de hacer el amor empezaron a discutir, mientras Daniel se cambiaba dijo

- Ya hablaste con tu esposo?

- No, aun no…

- Y cuando lo harás? Hasta cuando mantendrás esa farsa de matrimonio?

- Daniel, trata de entender… están las chicas, no me la hagas difícil…

- Dificil? Y que hay de mi? cogiéndote a escondidas, como un ladrón, yo te amo Stefi, quiero que formemos una familia, para que sigues con un hombre por el que ya no sientes nada?

Mi mujer se encogió de hombros resignada, suspiró y dijo mirando al suelo

Solo un poco más amor, solo te pido un poco más de tiempo… de todas maneras, creo que Jorge algo sospecha
Fue cuando supe que estaba irremediablemente perdido, Stefany se había enamorado de otro hombre, y no hay como luchar contra el corazón enamorado de una mujer, y honestamente yo no quería vivir una farsa, solo me quedaba una carta por jugar…

Esa mañana llovía torrencialmente, parecía el fin del mundo, pacientemente esperé parado bajo el aguacero a una prudente distancia de la puerta de casa, el Chevrolet plateado estaba ahí, como siempre lo estaba, solo esperé y esperé, hasta que lo vi salir, fue corriendo al auto, encendió las luces, el motor y partió. Era mi turno, fui, golpee la puerta como un extraño, esperé a que ella abriera, sus ojos denotaron la sorpresa al verme, que hacía su esposo, completamente mojado, parado ahí como un tonto, además ella imaginó que por un pelo su esposo y amante no se habían cruzado, pero claro, que iba ella a saber, que iba a saber de un hombre despechado…

-Amor, que sorpresa… - balbuceo inconexa –

Le dije que me acompañara, necesitaba que me acompañara, ella no entendía, la lluvia, estaba la pequeña en casa, no era momento, pero me mantuve decidido en mi postura, solo me quedé bajo la lluvia, mientras ella fue por paraguas y pilotines.

Subimos a la peque en el asiento trasero y pasamos por casa de mis padres para dejarla un rato, luego Stefany y yo seguimos camino, ella no hablaba, era evidente que sospechaba que yo sabía todo, sospechaba que la tenía en un puño, yo solo conducía.

Llegamos a la iglesia donde nos habíamos casado años atrás, donde me había jurado fidelidad, le dije que me siguiera y lo hizo sin decir palabra. Ya adentro del enorme templo había un silencio sepulcral, ni la tormenta se sentía, solo ella, solo yo…

Fuimos hasta el sagrario, y ya un tanto más calmo enfrenté mi realidad

- Que tenes con Daniel? – pregunté secamente

- Con Daniel? Nada, no hay nada… - contestó si poder mirarme a los ojos

- Crees que no me he dado cuenta, que te visita cada mañana cuando yo no estoy en casa?, que antes era el señor Daniel y que ahora es solo Daniel? Y que siempre tenes una excusa para que esté metido cada mañana en nuestro hogar?

- No amor, no tengo nada con él, te lo juro...

Ante sus negativas, tomé mi celular y le mostré cada una de las fotos que ellos habían tomado, cada una, con lujo de detalle, y ni tuve intención de mostrarle los videos del galpón, ante Dios y la virgen no tenía objeto sentir los gemidos de puta de esa mujer infiel, ella callo un momento como sin saber que decir.

Solo pensó una tonta salida, y volvió a negarlo todo, asumió que, si se había tomado las fotos, pero que nunca se las había enviado, y dijo que era Daniel quien la atormentaba y le mandaba las fotos de su miembro pero que ella una y otra vez le decía que ya no la molestara!!!

La maldita tenía los ojos enjuagados en lágrimas, solo seguí jugando con ella, porque ella ni imaginaba todo lo que yo sabía, traté de acorralarla, que arrancarle las mentiras

-Como que no se las mandaste? Si la foto del miembro de él aparece en medio de las tuyas!!!. No te parece raro?
-Te lo juro...que quieres que te diga!!! de todas maneras ya no me vas a creer...

Me di por satisfecho, solo le dije que no tenía nada que perdonarle, solo le sugerí que se arrodillara y le pidiera perdón a Dios, porque no me había fallado a mí, le había fallado a quien le había prometido esa noche en el altar...

Stefany no dijo nada, pero el peso de su conciencia pudo más, era una carga demasiado emotiva que cargaba sobre los hombros, y ese peso la obligó a doblegarse, cayó de rodillas y lloró como una chiquilla.

Cuando se calmó la tomé de la mano y solo la llevé a casa.

Pero ya en casa, mientras me duchaba con agua tibia para no pescarme una pulmonía, ella volvió con su estrategias de mentiras, me volvió a recalcar que no se había acostado con él, que no le gustaba, hasta me dijo en tono de reproche ‘resulta que ahora soy la más puta y no he hecho nada, como quieres que te lo diga?’, y la descarada me dijo enojada, en tono de reclamo ‘vos tenes la culpa, vos me enseñaste a ser así’, solo porque yo tenía la costumbre de llamarla a casa cada tanto y pedirle fotos desnudas y que me enviara videos de ella masturbándose, solo por eso, la culpa era mía…

Solo le dije cuanto la amaba, que era el amor de mi vida y que estaba dispuesto a luchar por ella

Esa noche dormimos en cuartos separados, y la siguiente, y también la tercera, yo me remordía por dentro pues entendía que ella era la equivocada y quien debía pedir perdón, pero Stefany parecía estar más allá de todo lo que sucedía, solo hubo una situación que me dio un poco de esperanza, en esos tres días, si bien nada mejoraba conmigo, al menos Daniel no estuvo presente, el cuarto de las máquinas de coser ya no me dieron sus videos porno y se habían terminado los chats pecaminosos entre ambos, pero claro, Stefany ahora sabía que yo la vigilaba y hubiera sido una jugada muy tonta de su parte seguir jugando.


Adios Stefany - parte 2


Y como tonto enamorado, otra vez fui por ella, quería entender que había hecho mal, que tenía el que yo no tuviera, quería una segunda oportunidad, le pregunté si se había acostado con él, pero ella lo negó una y otra vez, como Judas había negado a Cristo, una, dos, tres veces.

Lo cómico de esa discusión en la intenté arrimar posiciones, es que mi mujer siempre tuvo la habilidad de transformar sus culpas en mis culpas, se suponía que hablaríamos de sus cruces con Daniel, sin embargo, su defensa fue un mejor ataque, empezó a decirme que la dejaba demasiado tiempo sola, y que ella cargaba con el cuidado de las niñas, y que yo me enfocaba demasiado en mi trabajo, y sin darme cuenta, estaba sentado en el banquillo de los acusados. Ni hablar cuando me increpó por haberla espiado a escondidas, que eso no era de personas adultas, que era falta de confianza y no sé cuántas cosas más. Yo solo guardé silencio y me mordía los labios para que el volcán que sentía por dentro no estallara, como flashes llegaban a mi mente todas esas fotos que ellos se habían intercambiado, y ni mencionar los videos pornográficos que la delataban como a una auténtica puta, si me hubiera bastado con hacerle escuchar sus propios gemidos, los gemidos que le arrancaba ese bastardo cada mañana, pero no dije nada…

Solo dejé que pasara el tiempo, un refrán dice que el tiempo cura las heridas, dejé que nuevos aires soplaran sobre nuestra relación, una segunda oportunidad.

Y las cosas parecieron encaminarse, cada mañana observaba el galpón por mi celular, y cada mañana nada pasaba, a veces solo ella iba a trabajar, pero ese cuarto parecía ya no tener vida, tampoco hubo rastros en su móvil, según sus propias palabras Daniel era solo un recuerdo, las veces que llegué fuera de horarios a casa tampoco apareció su Chevrolet gris, mi vecina chusma solo barría una y otra vez la vereda, y hasta para mi pequeña hija ese hombre era la nada misma en el pasado.

Pero a pesar de todos los esfuerzos, los engranajes ya no engranaban como antes, tal vez nunca lo harían, nuestras relaciones sexuales sonaban forzadas, ella había cambiado conmigo, no era una mujer enamorada, era una mujer acostumbrada y cada vez que yo la besaba, cada vez que la tocaba, cada vez que estaba dentro suyo el fantasma de Daniel me asaltaba y me apuñalaba por la espalda, una y otra vez, sin piedad.

Al poco tiempo, Stefany metió a nuestra niña más pequeña en un colegio de unas horas diarias para poder repartir las prendas que hacía a domicilio, y con comenzó a ausentarse de casa, jugada complicada, ella era dueña de sus tiempos, lo cierto es que estaba entrando buen dinero y bueno, tampoco era mi empleada para que hiciera lo que yo le ordenase, o no podía encadenarla para atarla a mi vida, no se puede construir una relación de pareja sobre la desconfianza y solo la dejé hacer.

Claro, ahora ya no podía controlarla, no podía poner cámaras donde fuera y con esa espina clavada, empezó el principio de mi fin.

Me di cuenta de que su amor por mí era fingido, no se puede jugar a estar enamorado cuando ya no se está, los cristales de la copa se habían roto y ya nada sería como antes, Daniel hubiera sido un buen contrincante de ajedrez, me estaba ganando la partida, me estaba humillando…

Lo que yo entendí como un nuevo empezar, a mis espaldas estaba siendo el final, tal vez yo lo sabía y jugaba a no saberlo, prefería vivir en una triste fantasía a enfrentar la dura realidad.

Y tal vez la última jugada cruel del destino llegó con el nuevo embarazo de Stefany, ella me comentó que llevaba dos meses de retraso, y en poco tiempo confirmamos que en su vientre estaba germinando una nueva semillita de amor, yo me puse contento, obviamente después de tres niñas siempre había soñado con el barón, y tal vez esta hermosa criatura en camino reacomodara como por arte de magia una historia que venía bastante torcida. Y yo tontamente empecé a hacer planes, futuros, a imaginar una vida nueva, a reescribir la historia, una nueva y verdadera familia.

Pero mientras pasaban los días y mi alegría iba en aumento, mi esposa, por el contrario, se mostraba más y más perturbada, encerrada en sí misma, en sus pensamientos, de cada palabra sacaba una discusión y yo sin entender sus razones, eché culpas a sus hormonas, a sus cambios por el embarazo y cada vez que intentaba tocarla ella solo sentía deseos de vomitar.

Una mañana de abril estábamos solos en casa, las niñas habían ido al colegio y yo me quedé un poco más de la hora solo para mimarla, aunque ella no quería que lo hiciera, me quedé igual, fui a ayudarla a la cocina, mientras ella lavaba los platos de la noche anterior yo me puse a su lado a secarlos, uno se resbaló y fue el piso rompiéndose en pedazos, una tonto accidente, pero ella empezó a recriminarme, era un juego de platos nuevo y ahora ese juego quedaría con una pieza faltante, y ese pequeño incidente desató una ola incontenible de discusiones que fueron subiendo de tono, ella, largando muchas cosas que tenía contenidas, y yo dejándole saber que ya no soportaba tanta injusta indiferencia de su parte, hasta que estalló con una fuerte confesión que arrancó de sus entrañas

-Pero Jorge, no seas estúpido, no te das cuenta? El crío que llevo en el vientre no es hijo tuyo! estoy embarazada de Daniel! Amo a Daniel!

Stefany rompió en llanto y yo me quedé petrificado, como si la fría hoja de un cuchillo hubiera atravesado mi corazón en ese momento, llevándome al mismo infierno, como dije, Daniel habría sido un buen ajedrecista, y en esas palabras caía mi rey en el fin de la partida, ellos solo habían cambiado la estrategia, cada mañana mi esposa dejaba a la mas peque en el colegio y luego corría a los brazos de su amante, no hacía ningún reparto como yo creía, solo se reunían a coger como animales, y era Daniel quien por las tarde, terminaba el trabajo que en teoría hacía mi mujer.

Fue duro aceptarlo, creo que aun no lo acepto, nos divorciamos, ella no quería nada de lo nuestro, ni la casa, ni e coche, ni los ahorros, ni nada material, solo quería rehacer su vida junto a Daniel, y se fue con él, solo se llevó de común acuerdo a nuestra hija menor que aun necesitaba a diario a su madre, las dos mayores, al enterarse de todo, optaron por quedarse conmigo, ellas me dan una mano en el día a día y yo solo sigo adelante, en mi corazón no hay lugar para otra mujer, íntimamente aun sigo enamorado de Stefany

FIN

Si eres mayor de edad y te gustó esta historia, puedes escribirme con título ADIOS STEFANY a dulces.placeres@live.com

2 comentarios - Adios Stefany - parte 2

portesha +1
Que triste, me pegó mal! Que fea situación!
sonimax +1
Viví algo muy similar.